El presente estudio plantea una reflexión sobre comprensión del concepto de interculturalidad en el Ecuador. El estudio de corte cualitativo, involucró a egresados de la maestría de educación mención educación intercultural de la Universidad de Cuenca. Se aplicó entrevistas a profundidad, que se complementaron con una revisión bibliográfica. Los resultados muestran, que a la hora de su definición se pone en evidencia su polisemia. Además, que existe una serie de aproximaciones que permiten acercarnos a una posible definición. El análisis indicó que es necesario repensar la interculturalidad desde una postura crítica y, además, reveló que los discursos interculturales deben pasar a ser reflexionados desde la práctica cotidiana.
Puntos destacados
El concepto de interculturalidad es polisémico. La interculturalidad, la gran mayoría de ocasiones, se vincula con los pueblos indígenas y la educación bilingüe. La interculturalidad debe ser repensada desde una mirada crítica, tanto a nivel discursivo como en la práctica cotidiana. La interculturalidad debe ser pensada en todos los ámbitos de la sociedad y no sólo en el educativo.
La interculturalidad en el Ecuador, en los últimos años, ha tomado mayor fuerza. A partir de la lucha política del movimiento indígena, desde los años noventa, su incorporación como política de Estado en la Constitución de 1998, y la definición del Estado Plurinacional e Intercultural en la Constitución de 2008, parecía que se encaminaba hacia la transformación social, tanto de las estructuras como de las instituciones, sin embargo, el escenario es preocupante y desalentador (
Este artículo versa sobre la interculturalidad crítica, que cuestiona las relaciones de poder socioeconómico, político y cultural; y promueve el diálogo de saberes en una ruta de ida y vuelta, de mutuo aprendizaje e intercambio (
El resultado de esta investigación, corresponde a una serie de entrevistas a profundidad realizadas a egresados de la maestría en educación mención educación intercultural, que permitió conocer cómo comprenden la interculturalidad desde sus propias experiencias. Complementariamente, se realiza una revisión teórica en la temática de interculturalidad.
Resulta importante señalar los orígenes de la educación intercultural bilingüe, aunque no pueden considerarse en sí interculturales, constituyen experiencias previas para que el movimiento indígena ecuatoriano demande la incorporación de la interculturalidad como política de Estado en los años noventa. Así, la educación intercultural bilingüe tiene sus orígenes en el año de 1945, cuando nacieron las escuelas indígenas en Cayambe, apoyadas por la primera organización indígena nacional, la Federación Ecuatoriana de Indios (FEI), conjuntamente con los partidos socialistas y comunistas de la época, donde la lideresa indígena Dolores Cacuango destaca en este primer esfuerzo de alfabetización bilingüe, un proceso de educación en el idioma kichwa (
Se hace alusión que en el SERBISH aparece por primera vez el concepto de interculturalidad, aproximadamente en el año de 1980, puesto que integra lo intercultural a su nombre (
En 1981, se profesionalizó la educación indígena y se constituyó el Proyecto de Educación Bilingüe Intercultural en Ecuador. En este escenario, en 1985 el MEC, conjuntamente con la agencia de cooperación alemana, GTZ, suscribió un contrato para un proyecto de EIB que duró seis años e incluyó organizaciones Kichwas locales y regionales (
Hasta aquí, se ha podido notar que las experiencias señaladas han estado asociadas con la educación indígena y la educación intercultural bilingüe, pero no son interculturales. En el Ecuador, la interculturalidad ha estado presente desde inicios de los noventa, como principio político e ideológico del movimiento indígena ecuatoriano (
Existieron una serie de problemas relacionados con la interculturalidad, por ejemplo, la DINEIB desaparece mediante Decreto Ejecutivo No. 1585 en el año de 2009 y pasa a formar parte del Ministerio de Educación, por lo que pierde su autonomía. Sin embargo, luego de nueve años se crea la Secretaria del Sistema de Educación Intercultural Bilingüe (SEIB), mediante decreto No. 445, como entidad adscrita al Ministerio de Educación que tiene independencia administrativa, financiera, pedagógica y operativa. Quizá, el panorama de la SEIB es desalentador, aunque recién ha pasado cerca de un año de la creación, no existen cambios sustanciales en el enfoque que se está dando a la interculturalidad en el Ecuador.
El MOSEIB ha pasado por diferentes etapas desde que se oficializa en el año de 1993. En 2004, tuvo una segunda revisión (
En el sistema nacional de educación y el sistema de Educación Intercultural Bilingüe resulta evidente la subsistencia de una ideología neoliberal. Por un lado, se visualiza prácticas pedagógicas asimilacionistas y homegenizantes. Por otro lado, contenidos de carácter eurocéntricos y occidentales, provocando la invisibilización de conocimientos y prácticas culturales locales. En suma, una educación neoliberal y hegemónica donde prima la imposición de contenidos curriculares, generalmente de corte eurocéntricos. En esta dirección, Dusell (1996) señala que el eurocentrismo impone una razón dominadora y una historia universal, donde América Latina y el África no forman parte de esta historia. En esta perspectiva, no podemos hablar, que los currículos del sistema educativo ecuatoriano tienen pertinencia cognitiva, cultural y territorial. Debido a que siguen un línea de pensamiento universalista, homogeneizadora y de carácter eurocéntrico que no dan cabida a los “conocimientos otros” por no ser de carácter academicista y positivista y, por tanto, no son incluidos en los currículos educativos.
Cabe señalar que en gran medida las investigaciones en interculturalidad han girado en torno a los pueblos y nacionalidades indígenas, como se puede evidenciar en diversas tesis de pregrado y posgrado. Por ejemplo, aproximadamente 270 tesis existen en el repositorio de la Universidad de Cuenca cuyas temáticas son juegos ancestrales, gastronomía, caza y pesca ancestral, plantas medicinales, medicina ancestral, gastronomía, e indumentaria típica; de los Awá, Chachi, Epera, Tsa’chila, Secoya y Cofanes, de la región Costa; de los A’I Cofán, Secoyas, Sionas, Shiwiar, Zápara, Achuar, Shuar y Kichwa, de la Amazonia; y de los Kichwas de la Sierra. Estas investigaciones fueron realizadas entre los años de 1992 y 2014 fruto de los programas en EIB que se realizaron en esta institución. Aunque no se puede asegurar que todas las investigaciones en interculturalidad giran bajo parámetros étnicos y culturalistas, sí me atrevo a decir, que son pocos los trabajos que nos permiten mirar la interculturalidad de manera más crítica. Una obra que pone evidencia, la imperiosa necesidad de problematizar lo intercultural y la interculturalidad es
Como podemos apreciar en esta descripción corta de la trayectoria de la interculturalidad en el Ecuador, este concepto está vinculado, por un lado, al movimiento indígena; por otro lado, a la educación bilingüe. Resulta evidente, debido a que la interculturalidad en los países andinos, entró a través de procesos de reivindicación política y de la demanda en educación bilingüe (
A partir de estas reflexiones, en mi práctica diaria, he podido evidenciar que, en la mayoría de los casos, al mencionar la palabra interculturalidad, le vinculan con educación bilingüe y/o pueblos y nacionalidades indígenas. Igualmente, sucede en los textos escolares donde tienden a estigmatizar la interculturalidad con imágenes discriminatorias, siempre en relación a los pueblos indígenas. Asimismo, en las Instituciones Educativas cuando realizan sus programas en la temática de interculturalidad se relaciona con bailes folclóricos. Tomando en cuenta estas experiencias, la de mi formación en educación intercultural, y la revisión bibliográfica de diferentes estudios y estudiosos que me permite situar los debates teóricos que han surgido en relación a la interculturalidad, se planteó la siguiente interrogante ¿cómo se entiende la interculturalidad en el Ecuador?
Existe una serie de problemas al momento de definir interculturalidad, multiculturalidad y pluriculturalidad, debido a que son usados como sinónimos, porque se refieren a la diversidad cultural. Sin embargo, tienen distintas maneras de conceptualizar y desarrollar esa diversidad (
[...] La noción de multiculturalidad es indiferente al tratamiento político de los grupos diversos, es decir promociona la cultura hegemónica y la segregación a la cultura subordinada, oculta las relaciones de desigualdades e inequidades sociales, dejando intactas las estructuras e instituciones que privilegian a unos en relaciona otros. A diferencia, la interculturalidad propugna un cuestionamiento profundo de la colonialidad del poder, a la vez que promueve el diálogo de saberes, de pensamiento, de conocimiento, epistemologías, y espiritualidad en una ruta de ida y vuelta de mutuo aprendizaje e intercambio [...] (
En este sentido, existe una clara distinción entre multiculturalidad e interculturalidad. La multiculturalidad oculta las relaciones de poder existentes en diferentes escalas de la sociedad. A diferencia de la interculturalidad, que cuestiona estas relaciones de poder, y se encamina a la construcción de sociedades democráticas. Así, “optar por métodos democráticos de transformación social es optar por impulsar los cambios que la sociedad requiere desde los espacios públicos de deliberación política que en muchas democracias liberales existen sólo en apariencia, es decir, en el plano jurídico-formal” (
Conviene subrayar que en el estado multicultural se pueden observar tres principios básicos: “no es propiedad del grupo nacional domínate, sino pertenece de manera igualitaria a todos los ciudadanos; las políticas de asimilación y exclusión son reemplazados por políticas de reconocimiento y acomodación; y la injustica histórica es reconocida” (
El reconocimiento y el respeto a la diversidad cultural se convierten en una nueva estrategia de dominación, que apunta no a la creación de sociedades más equitativas e igualitarias, sino al control del conflicto étnico y la conservación de la estabilidad social con el fin de impulsar los imperativos económicos del modelo (neoliberalizado) de acumulación capitalista, ahora “incluyendo” a los grupos históricamente excluidos en su interior. (pp. 3-4)
En esta perspectiva, la interculturalidad no es tolerarse mutuamente, tampoco reconocer al “otro”. Debido a que este reconocimiento al “otro” puede provocar alteridad. Es decir, “se construye un imaginario de la alteridad como radical exterioridad de la ‘otredad’ frente a la ‘mismidad’. Lo otro es lo extraño, lo lejano, lo peligroso, lo que nos amenaza, lo que debe ser controlado y dominado” (
En definitiva, la interculturalidad concierne a todas las personas y las instituciones que forman parte de la sociedad. Además, se encamina a la toma de conciencia de la existencia de asimetrías, de inequidad, de injusticia, de discriminación, de racismo. De esta manera, romper la matriz colonial-imperial presente y encaminarse a la trasformación de la sociedad, mediante una práctica colectiva y como proyecto de la sociedad. Una trasformación estructural para la construcción de una sociedad justa, equitativa, incluyente y de igualdad de oportunidades para los miembros que la integran.
La interculturalidad puede ser de naturaleza descriptiva y prescriptiva. Como herramienta descriptiva “[...] se define como el conjunto de interrelaciones que estructuran una sociedad dada, en términos de cultura, etnicidad, lengua, denominación religiosa y/o nacionalidad [...]” (
En cuanto a la concepción prescriptiva se suele vincular a una noción normativa “que desarrolla medidas de acción afirmativa y discriminación positiva con el fin de “empoderar” a ciertos grupos en particular dentro de la sociedad [...]” (
También la interculturalidad puede ser considerada como funcional. En la medida que postula la necesidad de diálogo y el reconocimiento intercultural, sin tomar en cuenta las causas de asimetría y desigualdad social a la que se encuentran sometidas culturas subalternas de la sociedad (
De igual manera, puede ser vista desde una perspectiva crítica. “El interculturalismo crítico se nos presenta así como una nueva tarea intelectual y práctica” (
La colonialidad es uno de los elementos constitutivos y específico del patrón mundial de poder capitalista. Se funda en la imposición de una clasificación racial/étnica de la población del mundo como piedra angular de dicho patrón de poder y opera en cada uno de los planos, ámbitos y dimensiones, materiales y subjetivas, de la existencia social cotidiana y a escala societal. Se origina y mundializa a partir de América. (
En este sentido, es incuestionable que la interculturalidad crítica y la colonialidad del poder estén vinculadas, debido a que desde la interculturalidad crítica se ataca a estos patrones de poder que persisten y perduran hasta la actualidad. Estos patrones de poder, se constituyeron hace cinco siglos, mundialmente han sido hegemónicos desde el siglo XVIII. Entre los principales productos de experiencia colonial se tiene: la racialización de las relaciones entre colonizadores y colonizados que giraba en torno a la hegemonía. Además de la configuración de un nuevo sistema de explotación en torno a la hegemonía del capital. También el eurocentrismo como el nuevo modo de producción y control de subjetividad y del conocimiento. Finalmente, el establecimiento de un sistema nuevo de control de la autoridad colectiva, en torno de la hegemonía del Estado-Estado-Nación (
Es por ello que, “no hay una sola colonialidad del poder sino que hay muchas y su análisis dependerá del nivel de generalidad que se esté considerando (micro, meso o macro), así como de su ámbito específico de operación” (
En suma, el presente estudio gira en torno a una postura crítica de la interculturalidad, tomando en cuenta las diferentes aproximaciones que existen, básicamente a nivel de América Latina. De esta manera, explora cómo se comprende la interculturalidad en el Ecuador.
El estudio se realizó bajo un enfoque cualitativo, a nivel interpretativo exploratorio. El diseño fue a través de estudios de casos, mediante una muestra de participantes voluntarios (
Se aplicó entrevistas semiestructuradas a profundidad. Desde la perspectiva cualitativa, la entrevista “se define como una reunión para conversar e intercambiar información entre una persona (el entrevistador) y otra (el entrevistado) u otras (entrevistados)” (
El proceso de entrevista, no siguió un proceso rígido, por ello, su carácter de entrevista semiestructurada. Es decir, “se basan en una guía de asuntos o preguntas y el entrevistador tiene la libertad de introducir preguntas adicionales para precisar conceptos u obtener mayor información” (
Después de obtener la respectiva autorización para el consentimiento de la grabación de sus voces y uso del contenido, se procedió a entrevistarles mediante un guión, que contenía las siguientes preguntas: ¿Por qué decidió una maestría en educación intercultural? ¿Qué es interculturalidad? ¿Cómo ha influido en usted una formación en educación intercultural? ¿Cómo mira la interculturalidad en el futuro? Estas preguntas marcaron el punto de partida y posibilitaron un sentido orientador de la investigación. Cabe subrayar, que durante el proceso de entrevista surgieron preguntas como: ¿Se ha planteado proyectos de investigación en interculturalidad? ¿En qué consiste su trabajo de tesis? ¿Con qué autores o referentes teóricos aborda su trabajo de tesis? Estas preguntas ayudaron a ampliar información, sin que cambien el sentido de la investigación.
De igual manera, los entrevistados autorizaron el uso de sus nombres y datos requeridos para el análisis de los resultados. La
Elaboración y fuente: el autor
Nombre
Profesión
Xavier Guamán
Promotor
Carlos Parra
Docente
Bertha Parra
Docente
Javier Morocho
Docente
Este estudio ha permitido que los entrevistados proporcionen su comprensión acerca de interculturalidad desde su formación en este campo. Así, la entrevista rinde mayores frutos, debido a que se tiene cocimiento de la problemática (
El objetivo del presente estudio fue explorar como se comprende la interculturalidad en el Ecuador, en la hora actual. En este escenario, los resultados indican que uno de los problemas graves es el de su definición.
Se podría decir que a inicios tenía unos conocimientos funcionales [...] una interculturalidad vista desde lo indígena, como soy indígena, la interculturalidad trae diversos conflictos [...] una cosa es el pensamiento desde el mismo pueblo indígena [...] hay que tener claro que somos indígenas, pero somos pueblos. Entonces hay una dispersión con respecto a los pensamientos, no se puede decir que los cañarí que viven dentro de Suscal, piensan lo mismo que las micro comunidades que están en Azuay, - Cuenca, Azogues -, como esas micro comunidades cañarís que no están conjuntas, tengo ahí otra visión y esto hace que el pueblo cañari tenga otro pensamiento [...]” (X. Guamán, comunicación personal, 20 de abril de 2019).
La situación descrita nos invita a reflexionar que, particularmente en contextos latinoamericanos, suele prevalecer el estrecho vínculo entre interculturalidad y pueblos indígenas. Este resultado guarda relación con la perspectiva de
Los resultados también muestran que existe una polisemia de significados al momento de su definición. Los colaboradores señalan: [...] “que es un espacio de diálogo en conflicto, diálogo en la cual hay aportes de las diferentes comunidades, pueblos, porque estamos en este conflicto de construcción [...]” (X. Guamán, comunicación personal, 20 de abril de 2019). Así concuerda, con la propuesta de
La interculturalidad es un proceso, una utopía que valora los conocimientos, los saberes, quehaceres [...], la construcción no solo de saberes intelectuales o académicos o de papel, sino de saberes diversos, la diversidad como norma [...] Entonces, la interculturalidad viene a construir entre culturas unas normas, la interculturalidad es la interrelación y quizá no es ajena a nadie y nos empapa a todos (J. Morocho, comunicación personal, 20 de abril de 2019).
En general, esta definición tiene una perspectiva relacional, como lo diría
En este estudio los resultados no muestran definiciones relacionadas con los pueblos indígenas y educación. Sin embargo, se debe tomar en cuenta que el discurso y la praxis de la interculturalidad surgieron de las demandas de los pueblos indígenas y los programas de educación bilingüe (
Los colaboradores hacen alusión, que la interculturalidad presenta una serie de retos y desafíos. Uno de ellos es el abordaje que se le está dando en estos momentos. Precisamente, “si sigue siendo un tema subversivo, seguirá o buscará un espacio para nuevas culturas [...] si la interculturalidad toma hegemonía y poder, volvería a perder ese sentido, entonces la interculturalidad sigue siendo una utopía [...]” (X. Guamán, comunicación personal, 20 de abril de 2019). En este sentido, sigue la línea de la interculturalidad crítica, que señala que aún no existe, es algo por construir, y debe apuntalar a cambiar las estructuras colonial de poder (
[...] no hemos tenido ese reconocimiento de la diferencia, se ha hablado de diversidad de cultura, del dinamismo, pero reconocer la diferencia casi no se ha hablado [...] hay movimientos que son ultra diferentes: gay, lesbianas, homosexuales, transexuales, pan sexuales [...] y aparte otros grupos que hablan de la forma fenotípica, el negro el blanco el amarillo, el moreno [...] reconocer la diferencia sería mucho más enriquecedor [...] (C. Parra, comunicación personal, 05 de abril de 2019).
En este sentido, “no se debe concebir la diversidad como una suma mecánica de diferencias, sino como un enfoque multidimensional y de múltiples perspectivas para el estudio de las identidades, de los marcadores de identidad y de las prácticas discriminatorias” (
Entonces, la interculturalidad debe ser una herramienta que cuestione los patrones de poder existentes y que visibilice maneras distintas de pensar, de saber, de sentir, de ser, entre otras. Una interculturalidad, que rompa la historia hegemónica de una cultura dominante y otras consideradas subordinadas. Además, que disminuya los privilegios de las élites, que siguen reproduciendo modelos verticales. Inclusive, debe cuestionarse que las “nuevas élites intelectuales dentro de las cambiantes relaciones entre determinadas minorías étnicas y el Estado-nación que las engloba implica la consolidación de asociaciones gremiales verticalmente integradas y estratégicamente orientadas hacia la intermediación bidireccional entre las instituciones públicas y los destinatarios minoritarios” (
[...] tal vez, ya no se puede solapar con un discurso que todos somos iguales, si no que la interdisciplinariedad va a tomar un papel importante, quizá se trasforme, pero siempre va a estar en un trasfondo presente, para mí no va a desaparecer. De hecho somos diferentes y las culturas - y no solo culturas - si no pensares, sentires, saberes, hay que saber respetar y la interculturalidad va a estar ahí (J. Morocho, comunicación personal, 20 de abril de 2019).
Esta visión nos invita a reflexionar que la interculturalidad debe ser vista desde diferentes aspectos de la vida cotidiana. Además que se debe cuestionar a la colonialidad del saber que “impone una colonialidad epistémica sustentada en la hegemonía y universalización de la razón y el imperio de la ciencia y la técnica como únicos discursos de verdad para poder hablar sobre el mundo y la vida” (
Los resultados muestran que la interculturalidad es tomada como un concepto normativo y prescriptivo. En el aspecto de medidas de acción afirmativa (
Hay un indígena trabajando en un lugar [se refiere a las políticas de acción afirmativa], que chévere estamos viendo nuestra cultura,” muy bonito”, pero no sabemos si este indígena tendrá la capacidad científica, social, económica para poder aportar, o solo es la figura y stickers que se ponen, creo que en el 2008 cuando se aprobó esta ley interculturalidad, casi o nada se ha trabajado hacia afuera (X. Guamán, comunicación personal, 20 de abril de 2019).
En suma, estas reflexiones nos encaminan a que la interculturalidad debe ser mirada críticamente. Es decir, como proyecto político, social, epistémico encaminado a la trasformación estructural, así construir una sociedad radicalmente distinta (
En este estudio los colaboradores perciben que la interculturalidad ha quedado solo en el discurso y que falta un largo camino para llevarla a la práctica. “El tema de interculturalidad, en lo académico, se podría decir que se lo entiende, pero en la realidad, en la práctica todavía somos una sociedad monocutural, aculturada, que no damos cabida a las otras culturas [...]” (X. Guamán, comunicación personal, 20 de abril de 2019). En la misma línea, “la retórica y el discurso que se promueve en interculturalidad es contradictoria en la práctica” (B. Parra, comunicación personal, comunicación personal, 05 de abril de 2019). Ya lo mencionaba
También se hace alusión a que “en la interculturalidad todas las cosas se siguen desarrollando de forma jerarquizada, de manera muy vertical, hegemónica [...]” (C. Parra, comunicación personal, 05 de abril de 2019). Esto coincide con estudios previos, que sostienen que la interculturalidad requiere una transformación y construcción que no quede en el enunciado o discurso (
Entre las principales motivaciones para la formación en interculturalidad tenemos: “[...] tratar de servir, construir un mejor ambiente, mi servicio en beneficio de los demás” (B. Parra, comunicación personal, comunicación personal, 05 de abril de 2019). Además “reivindicar la parte cultural, la parte lingüística y entender como estos pueden dialogar con la supremacía cultural que tenemos. Entonces, decidí estudiar educación intercultural, sin ser docente, sin ser profesor [...]” (X. Guamán, comunicación personal, 20 de abril de 2019). También “[...] por el desarrollo y valoración de los conocimientos y desarrollo de los pueblos [...] también por que iban temas relacionados con la filosofía latinoamericana [...]” (J. Morocho, comunicación personal, 20 de abril de 2019). Finalmente, “saber de qué se trataba la interculturalidad” (C. Parra, comunicación personal, 05 de abril de 2019). Estas reflexiones muestran que detrás de estas motivaciones, gracias a que la Universidad abrió el espacio de formación —a nivel de maestría— en interculturalidad, permitió a los maestrantes tomar una postura crítica para construir una sociedad que dialogue con diversas voces y visiones. Esto es acorde a la tesis que sostiene
Los resultados muestran que los colaboradores están abordando sus trabajos de tesis desde miradas de interculturalidad crítica. Aunque no fue el tema principal del estudio, conviene señalar ciertos aspectos que resultan interesantes. Así, las tesis se enmarcan en “soberanía cañarí, un abordaje intercultural [...] cuando se habla de soberanía andina se piensa que toda la zona andina piensa lo mismo, pero pueda que tengamos ciertas coincidencias, pero cada uno piensa diferente [...]” (X. Guamán, comunicación personal, 20 de abril de 2019).
Por otro lado, se está trabajando en “el género como tal, como constructo, [...] dependiendo de la percepción de los estudiantes” (C. Parra, comunicación personal, 05 de abril de 2019). Además, “en actividades lúdicas, porque son un medio por el cual podemos fomentar la interculturalidad, sin necesidad de agredir, ni verbal ni psicológicamente a la otra persona. Digo agresión, porque a veces sin darnos cuenta lastimamos a la otra persona [...]” (B. Parra, comunicación personal, comunicación personal, 05 de abril de 2019). Finalmente, tenemos “estrategias para valorar la diversidad, [...] basado en las pedagogías críticas latinoamericanas [...]” (J. Morocho, comunicación personal, 20 de abril de 2019).
En las investigaciones que se encuentran trabajando los colaboradores es notorio que están tratando desde miradas críticas de la interculturalidad y no enfocándose a los pueblos indígenas, tampoco son estudios etnicistas y culturalistas, ni vinculados a la educación bilingüe. Contrariamente a las investigaciones de los años ochenta y noventa, donde existía un enfoque relacionado a la educación bilingüe y pueblos indígenas, como es el caso de la Revista Pueblos Indígenas y Educación. De igual manera, se puede observar estas perspectivas en las tesis de pregrado de los diferentes programas de EIB que se dieron en el Ecuador.
A manera de conclusiones, destacar la importancia de la comprensión de la interculturalidad en el país, para poder diseñar e implementar políticas públicas, que respondan a las necesidades de toda la sociedad, con el objetivo de construir una sociedad intercultural. Asimismo, urge repensar el concepto de interculturalidad, sin dejar a un lado, las perspectivas de interculturalidad desde una visión culturalista y etnicista de los pueblos indígenas, ya que nos permitirá situar los debates teóricos que han surgido en torno a este término desde su nacimiento. En esta medida, no podemos dejar de lado estas perspectivas, ya que gracias a los pueblos indígenas, la interculturalidad es un principio del Estado y de las políticas públicas.
La interculturalidad es un concepto que no debe perder su valor, en su relación con los pueblos indígenas y la educación bilingüe, ya que constituyó un proyecto político de reivindicación para evidenciar las situaciones de discriminación a los que eran sometidos. Sin embargo, en la hora actual, debe ser pensada como principio de toda la sociedad y en los diferentes ámbitos existentes. En esta dirección, no podemos hablar de interculturalidad solo en educación, sino en el arte, en la comunicación, en la vida cotidiana para hacer frente a las asimetrías presentes, producto de una matriz colonial-imperial que sigue vigente hasta el día de hoy. También es necesario que la interculturalidad pase del nivel discursivo a la práctica, porque solo así reflexionaremos los problemas que giran en torno a este concepto.
En la actualidad, resulta necesaria la formación en interculturalidad. De esta manera, formaremos seres humanos que trabajen con un enfoque amplio de la interculturalidad, tal y como se evidencia en los colaboradores de esta investigación. Así, cuestionar al mundo dominante de hoy, y que busque soluciones y respuestas para atender las necesidades e intereses de toda la sociedad. En la misma dirección, las investigaciones deben ampliar su radio de acción y cuestionarse ¿con quiénes estamos pensando?, ¿con quiénes queremos pensar y para qué? y de qué manera los autores nos permiten pensar y analizar la sociedad de otra manera. En suma, que permiten interculturalizar, como práctica de campo, desde el aula, desde los programas.
Finalmente, entendemos, que este estudio es exploratorio, para conocer cómo se comprende la interculturalidad desde los colaboradores de la investigación, debido a su experiencia y formación en este campo. Entonces, existe un gran reto por parte de quienes trabajamos en este campo, que nos hacen soñar que otro mundo es posible, sin asimetrías y sin poder. En definitiva, la interculturalidad como una utopía…