Typesetting
in Procesos. Revista Ecuatoriana de Historia
SOPHIA CHECA RON. LOS BARRIOS DEL CENTRO HISTÓRICO DE QUITO. COMERCIO INFORMAL, PATRIMONIO CULTURAL, TRANSPORTE Y SEGURIDAD, 2000-2014. QUITO: UNIVERSIDAD ANDINA SIMÓN BOLÍVAR, SEDE ECUADOR / CORPORACIÓN EDITORA NACIONAL, 2019, 248 PP.
Main Text
Esta obra forma parte de un proyecto de investigación que aborda los procesos de cambio del centro histórico de Quito durante las últimas décadas. Desde la perspectiva de la historia social, la investigación se centra en lo ocurrido entre 2000 y 2014 en las prácticas de sus barrios, las políticas públicas de regeneración urbana, la participación y tensiones que han generado entre los habitantes, un período de cambios relevantes, a inicios del siglo XXI.
A lo largo de sus cinco capítulos, la autora presenta las perspectivas dicotómicas, pero relacionadas, de la ciudad-concepto y de las prácticas urbanas.1 La primera es la postura utópica institucional de modelo de ciudad organizada desde la autoridad; la segunda involucra a la comunidad como ente activo y participativo de los barrios, entre tensiones y acuerdos, de quienes dependen los cambios. Bajo este modelo de análisis se realiza un recorrido por los conflictos y necesidades del centro histórico durante la intervención oficial del Municipio de Quito, cuando se evidencia la aparición de nuevos actores con demandas sobre las necesidades de sus barrios, no necesariamente contempladas por el cabildo y que, en muchos casos, son invisibilizados.
El estudio analiza la ciudad en función del contexto de crisis, es decir, un escenario desolador, con problemas críticos en diversos niveles y que demandaban una intervención urgente. En ese contexto, en el primer capítulo aborda las categorías principales con las que se desarrolla el estudio: patrimonio, ciudad, seguridad, y otras secundarias: centralidad y periferia. Pasa a dar cuenta, entonces, de los diagnósticos municipales sobre el manejo de la ciudad, la forma en que se crearon los lineamientos de regeneración, enfocados en el uso del suelo, la población, la vivienda, el transporte, el patrimonio y la seguridad, bajo la administración del alcalde Paco Moncayo, cuyo equipo de trabajo planteó un Plan General de Desarrollo Territorial, cuyos ejes eran la limpieza y seguridad de la zona, con la proyección de convertirla en un espacio de mayor productividad para el desarrollo de los ámbitos patrimonial y turístico.
Luego, se describe la división física entre lo que la administración pública considera el núcleo central y los barrios periféricos del centro histórico, donde se evidencia una perspectiva enfocada en la intervención arquitectónica de fachadas de viviendas e iglesias, así como de plazas y monumentos, sin considerar su contenido social y en nombre del turismo cultural. La autora cuestiona la forma en que se han constituido los espacios patrimoniales de manera oficial, mientras se han descuidado los símbolos identitarios intangibles, que también son y deberían ser considerados patrimoniales por las autoridades municipales. Desde la clasificación de los barrios como "consolidados, en proceso de deterioro y en alto proceso de deterioro" se da cuenta de las diversas necesidades de cada uno y la disputa que mantienen por obtener la atención del cabildo en la satisfacción de sus necesidades. Además, categorías como migración indígena dedicada al comercio, moradores originarios, contaminación e inseguridad, cruzan todo el análisis.
En el segundo capítulo, Checa se concentra en el comercio informal en el centro histórico, que se ha percibido como la razón de que se haya convertido en un lugar desordenado, sucio e invadido de gente,2 así como la política municipal de limpiar las calles para darle una mejor presentación a la zona, con perspectiva turística patrimonial. Bajo esa idea, evidencia cómo desde 2000 se programaron trabajos de reubicación de los comerciantes, en edificaciones rehabilitadas, destinadas exclusivamente a esta actividad, los diálogos entre el cabildo y los gremios de comerciantes, cuyo eje fue mostrar los beneficios de la reubicación y recalcar la importancia de limpieza del espacio público.
Aunque la gestión municipal de este tema ha sido considerada exitosa, y se constituyó en un referente regional del manejo del comercio informal de manera pacífica, el estudio considera los problemas que generaron las reubicaciones en la cotidianidad de los habitantes y los trabajadores del centro histórico, el nivel de participación de diversos sectores involucrados, que no fue equitativo y hace referencia a los retrocesos de los acuerdos obtenidos cuando asumió la alcaldía Augusto Barrera. En diálogo con autores que han trabajado el tema con anterioridad, como Eduardo Kingman, Colón Cifuentes o Santiago Cabrera Hanna, cuestiona el trabajo de ocultamiento de actores no deseados que busca preservar intereses turísticos y económicos, bajo un enfoque excluyente y la falta de consenso sobre la forma de habitar el centro que no estuvo basada en el diálogo sino en la imposición de las autoridades locales.
En los siguientes capítulos, la autora reflexiona sobre los espacios críticos de la franja sur del centro de Quito, donde se iniciaron trabajos de rehabilitación arquitectónica y se visibilizaron dinámicas de segregación social hacia quienes habitaban tradicionalmente esos sectores. La intervención urbana de San Roque, la Av. 24 de Mayo, La Ronda y el Terminal Cumandá sacó a la luz problemas de contaminación, inseguridad, alcoholismo, consumo de drogas, trabajo sexual irregular y hacinamiento de los habitantes de las zonas intervenidas. Mientras se buscaba poner orden al caos de las zonas más conflictivas, se desplazaron los problemas sociales hacia los márgenes.
Los cambios en las zonas urbanas intervenidas registraron logros positivos, pero perjudicaron a la comunidad. Muchos negocios quebraron, como los que se encontraban en el Terminal Cumandá, y otros se levantaron, como fue el caso de La Ronda, pero sin apropiación comunitaria. La inseguridad y las dificultades de movilización son dos aspectos adicionales a los que se dedica un amplio análisis de las fuentes. Mientras el sistema de transporte fue medianamente solucionado con los corredores viales que se implementaron progresivamente, la inseguridad no tuvo el mismo nivel de logro por diversos factores, como el trabajo sexual, los altos niveles de delincuencia y el consumo y comercialización ilícita de alcohol y drogas, que incrementaron los niveles de violencia. Esto llevó a abrir nuevas formas de participación comunitaria, en coordinación con la Policía Nacional, aunque muchas veces también se hizo por fuera de los espacios institucionales.
De esa manera, Checa se aproxima a las principales problemáticas del centro histórico de Quito, desde una perspectiva integral que busca involucrar los aspectos determinantes. Por una parte, da cuenta de las acciones y aciertos del municipio y otras instituciones públicas, en su relación con los procesos de rehabilitación y, por la otra, interroga cada uno de los procesos, sus consecuencias y conflictividad social. Con ello, da una visión del centro que si bien da cuenta de sus aspectos patrimoniales, se ocupa también de los habitantes y evidencia las consecuencias de intervenciones realizadas para invisibilizar a los sectores tradicionalmente excluidos. Estos elementos le permiten reflexionar sobre los usos de la memoria y el pasado inmediato escondido, en nombre del patrimonio institucionalizado, así como la participación activa de los barrios, la lucha de la comunidad y sus necesidades urgentes, no siempre coincidentes con las de las autoridades.
La obra desarrolla su análisis con base en las categorías detalladas al inicio de esta reseña, necesarias para la discusión central, así como en el uso exhaustivo de fuentes primarias: documentos oficiales del municipio y de prensa, además de una investigación de campo, basada en entrevistas a diversos agentes del centro, en diálogo con autores que han trabajado el tema de la ciudad. Su limitación es que varios aspectos de estas problemáticas no han podido ser estudiados a profundidad, como sucede con la situación de los mendigos y habitantes de la calle y los inmigrantes indígenas, que se encuentran en gran número en la zona. De la misma manera, existen barrios que apenas son mencionados en la indagación y cuyas necesidades no se tratan en profundidad, como sucede con los casos de San Blas, La Tola y La Loma. Esta limitación se explica tanto porque el período de estudio es prolongado como por la concentración de la indagación en los lugares donde se realizaron la mayor cantidad de intervenciones. De ahí que se haga evidente que esta es una temática que requiere de mayor profundización en su indagación, el uso de nuevas fuentes y narrativas diversas, como las que podría aportar la historia oral o el análisis de otros documentos no oficiales, generados por las comunidades que habitan el centro histórico.
Copyright & License
Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons
Author
Cecilia Marcillo Ortiz
Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador Quito, Ecuador https://orcid.org/0000-0002-2152-2460, Quito, Ecuador