Herir la perfección
Resumen
A finales de los sesenta del siglo pasado, cuando Julia Kristeva traducía la obra de Bajtín al francés, acuñó el término “intertextualidad”, que tan de moda se pondría poco después. El concepto adquiriría desarrollos y matices –Barthes, Genette, entre otros, lo retrabajaron–, pero en su esencia se entiende con esa figuración del texto ya no aislado, sino dentro de una red de textos, interconectados: cada uno es una recomposición de otros –es un “mosaico de citas”, diría Kristeva–. En adelante, ningún texto significaba por sí solo, y autores y lectores compartían lugar del lado de la creación.