El habla del cuerpo
Abstract
En el origen de la poesía erótica occidental hay una siesta de Ovidio: en la elegía quinta del Libro I de Los amores tiene lugar, al fin, el encuentro de los amantes, que las cuatro primeras elegías venían preparando: “Era el estío; el día brillaba en la mitad de su carrera, y me tendí en el lecho buscando reposar de mis fatigas”. La escena está preparada.