El término engagement nació en el ámbito laboral, en la década de los 90, a partir de una encuesta de la empresa estadounidense Gallup. Hizo su entrada al campo académico, según Ballesteros (2019) , con la publicación Psychological Conditions of Personal Engagement and Disengagement at Work (1990), de William Khan. El vocablo luego fue adoptado en múltiples áreas con significados diversos (‘contrato’, ‘convenio’, ‘pacto’, ‘fidelidad’, ‘compromiso’, etc.) e incluso en la investigación académica, donde “a pesar de la falta de claridad sobre el concepto, la investigación sobre el engagement ha estado en auge” (Moreno y Fuentes 2019, 51 ). Como ejemplo del incremento en su uso, Ballesteros (2019) calcula que su inclusión en títulos de artículos en Google Académico creció un 1352 % entre 1988 y 2017. Para los fines de este trabajo, se considerará el concepto engagement según la definición de Ballesteros (2018, 113), es decir, el
proceso interactivo entre dos partes que se produciría como resultado de la existencia de un sujeto involucrado o comprometido con las acciones de una empresa u organización que genera, conscientemente o no, esta implicación. Sustancialmente respondería a un estado cognitivo y emocional que se manifiesta mediante determinados comportamientos por parte de los sujetos comprometidos, ya sea en el mundo real o virtual […].
[E]l engagement no es tanto un producto final ni un estado mental o comportamiento únicamente por parte de un sujeto, sino que se trataría de un proceso interactivo y bidireccional entre unos sujetos (ciudadanos, trabajadores, clientes, usuarios de redes sociales) y unas organizaciones (administración pública, empresa, plataforma digital). (énfasis añadido)
A partir de la definición anterior, se entiende a las redes sociales como un espacio propicio para dicho “proceso interactivo”. Reducidas a sus elementos primordiales, las redes sociales son comunidades en línea de usuarios que por medio de perfiles propios se conectan con los perfiles de otros para ver o compartir contenidos (Gil de Zúñiga, Jung y Valenzuela 2012; Larsson y Kalsnes 2014; Muñiz et al. 2016; Zhang, Seltzer y Bichard 2013). Como escribe Hermann (2020, 37), “estas nuevas plataformas hacen posible una mayor circulación de contenidos, presentan los mensajes en diferentes ecosistemas, a la vez que enriquecen la información, ya que los emirec o prosumers alimentan y potencian los discursos y significados”.
La medición del engagement en redes sociales ha servido como instrumento académico para evaluar las estrategias de comunicación digital en diversos ámbitos como la moda (Villena y Segarra 2020), el deporte (Ballesteros 2021), la política (Berrocal, Zamora y Rebolledo 2021), la salud (González et al. 2021), la publicidad (Segarra e Hidalgo 2018) y el storytelling (Hermann 2020). En el presente trabajo servirá para evaluar las estrategias de las plataformas de video bajo demanda (Arroyo y Díaz 2021; Fernández y Martín 2018; Moreno 2019), entre las que se encuentra Netflix, que “se ha convertido en la principal compañía transnacional que provee servicios VOD, 1 con presencia en casi todos los países del mundo” (Leiva, Albornoz y Gómez 2021, 2).
A continuación presentaremos la síntesis de un estudio que publicamos previamente (Fabbro y Ospital 2021) sobre un caso de estrategia de adecuación cultural; servirá de base para el análisis del engagement a realizar en el presente artículo. Luego puntualizaremos los objetivos de este último.
Estrategia discursiva de adecuación cultural: El caso @CheNetflix
En 2019, Netflix inauguró en la red social Twitter una cuenta dirigida a los argentinos. Se llamó @CheNetflix y se integró a una estrategia preexistente de redes sociales que incluía cuentas orientadas a públicos segmentados según distintos criterios. Por ejemplo, en Twitter se pueden encontrar segmentos delimitados por pertenecer a una cultura de nicho (@NXOnNetflix para amantes de lo geek) o a una geografía (@NetflixEs para España), por seguir a una serie específica (@NarcosNetflix, con contenidos de la serie Narcos), por tener interés en un formato (@NetflixFilm para las películas), entre otros. La cuenta @CheNetflix responde al criterio geográfico.
Sin embargo, ya existía una cuenta dentro de la cual se encontraba contenido territorialmente el público argentino: @NetflixLAT. Esta, además, publicaba en español, idioma oficial y predominante en la Argentina. 2 Notablemente, Netflix consideró que la diferencia idiomática y cultural entre los argentinos y el resto de hispanohablantes latinoamericanos exigía una nueva segmentación territorial. Para el lanzamiento de @CheNetflix, @NetflixLAT explicitó la problemática y la intención de crear una cuenta exclusiva para los argentinos, pidiendo ayuda a los actores de la serie local Los simuladores: un usuario había reclamado que @NetflixLAT no comprendía el uso de palabras frecuentemente utilizadas en Argentina, concretamente manija -‘entusiasmado’- y matienzo -una manera coloquial de llamar al mate, una infusión tradicional del país- (Zerega 2019).
Reparando en lo anterior, y con la intención de focalizarnos en esta nueva cuenta, nos propusimos un análisis exploratorio de los recursos discursivos a los que @Che- Netflix apelaba para dirigirse exclusivamente al público argentino. Los avances fueron presentados en el I Congreso Internacional de Comunicación, Medios Audiovisuales y Análisis en España y LATAM “Hermes”, llevado a cabo en marzo de 2021 en Lanzarote (Canarias, España).
Para examinar las tácticas discursivas de adecuación cultural a un público segmentado territorial y culturalmente, se desarrolló una matriz con la que se analizaron los 265 tuits que publicó @CheNetflix durante enero y febrero de 2021. La indagación arrojó la presencia de las siguientes tácticas discursivas de adecuación cultural, con su respectivo porcentaje:
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Argentinismos. Se consideró de este modo a toda palabra, expresión léxica o giro de la lengua española hablada en la Argentina como primera acepción (Fabbro y Ospital 2021).
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Porcentaje de tuits con argentinismos en el total de la muestra: 27 %
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Voseo. El uso de la segunda persona singular de modo informal.
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Porcentaje de tuits con voseo en el total de la muestra: 27 %
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Referentes culturales argentinos. Se partió de la definición de referente cultural como ese reflejo léxico y de concepción del mundo desde una cultura determinada (Fabbro y Ospital 2021), y se incluyeron varios referentes que provienen de la industria cultural, como la música, el cine y la TV; desde el campo intelectual, literario, político, social, deportivo; así como desde la influencia de la arquitectura y su iconicidad, las locaciones y sus objetos. Además, se hace alusión a costumbres o hábitos (Fabbro y Ospital 2021).
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Porcentaje de tuits con referentes culturales argentinos en el total de la muestra: 15 %
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Enlace o “arroba” a otras cuentas. Si la cuenta había usado estas herramientas de Twitter, y en qué idioma lo había hecho.
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Porcentaje de tuits con enlaces o arrobas a otras cuentas en el total de la muestra: 6 %
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Humor. Se lo consideró pragmáticamente desde una intención comunicacional basada en lo lingüístico y con un refuerzo de lo audiovisual (Fabbro y Ospital 2021). Porcentaje de tuits con uso del humor en el total de la muestra: 63 %
También se registraron el engagement y el uso de los formatos que permite la red social: imagen, video, GIF y encuesta. Se descubrió así que el 51 % de tuits usó imágenes; el 35 %, video; el 3 %, GIF; el 1%, encuestas; y el 10 % restante, solo texto. Estos resultados, en los que se profundizará más adelante, son la base para medir el engagement de los usuarios.
Objetivos
El objetivo de este estudio es describir el engagement que generan las distintas tácticas de adecuación cultural en redes sociales detectadas en la investigación precedente. Específicamente, se analiza el engagement que obtuvieron las tácticas de adecuación cultural (argentinismos, voseo, referentes culturales argentinos, humor, enlace o arroba a cuentas) y los formatos (imagen, video, GIF, encuesta) de la cuenta de Twitter @CheNetflix.
Las siguientes preguntas de investigación desglosan dicho objetivo: 1) ¿cómo medir el engagement de la cuenta @CheNetflix?; 2) ¿qué tipo de recursos discursivos generaron mayor y menor engagement?; y 3) ¿qué formatos generaron mayor y menor engagement?, ¿hay una diferencia significativa en el engagement registrado por los distintos recursos discursivos?
Metodología y materiales
Se consideraron los 265 tuits que publicó @CheNetlix en enero y febrero de 2021. Para cada uno de ellos se describió el uso de estrategias discursivas de adecuación cultural y el engagement que obtuvo. Para lo primero, se utilizó la matriz presentada en Fabbro y Ospital (2021) ; en cambio, para la medición del engagement se tomó como base la matriz presentada en el texto How to Measure Engagement in Twitter: Advancing a Metric, de Miriam Muñoz, M.a Ángeles Oviedo y Mario Castellanos (2017) . Se trata de una metodología cuantitativa que aplica una fórmula de medición que se explicita a continuación.
Cálculo del engagement
Así como hay diversas definiciones de engagement -tantas que Ballesteros (2019) titula un apartado al respecto “Un engagement para cada situación”-, también abundan los modos de medirlo, incluso dentro del estudio de los medios digitales. Encuestas y entrevistas, medidas implícitas y el análisis web son tres modos de hacerlo. Se apeló a este último:
Mediante el análisis web se trata de conocer el engagement a través de la conducta mostrada por los usuarios mediante su actividad en las plataformas digitales. Para ello se obtienen una serie de métricas, cuantificando variables como visitas, tiempo de permanencia, y número de seguidores o clics como “Me gusta”, compartir y comentarios. (Ballesteros 2018, 103 )
Además, los métodos de medición de la conducta de los usuarios en plataformas digitales pueden agruparse en dos tipologías: hay investigadores que analizan cada variable por separado, con los diferentes significados de cada variable como fundamento, y los que desarrollan un índice que abarca las distintas variables (Conde, Pullaguari y Prada 2019).
En el presente trabajo nos decantamos por la última, ya que consideramos que todas las variables tenidas en cuenta integran un único fenómeno a medir: la interacción. Para ello, utilizamos como base el índice desarrollado por Muñoz, Oviedo y Castellanos (2017) para medir el engagement en Twitter. La elaboración y solidez de dicho instrumento se encuentra justificada en el texto citado, por lo que escapa a este trabajo demostrarla. Sí aclaramos, sin embargo, los motivos que nos llevaron a elegirlo.
Para empezar, está creado específicamente para Twitter. Como señala el artículo,
el engagement es interactivo y depende del contexto; por lo tanto, un entendimiento cabal del concepto engagement requiere de una examinación de cada servicio de experiencia [o de cada red social]. […] Se debe considerar, por ejemplo, que Twitter está enfocado en el intercambio de opiniones e información, sin requerir que otros usuarios sean convertidos en seguidores para circular el mensaje, lo que implica una oportunidad para la participación y las respuestas de los usuarios. (Muñoz, Oviedo y Castellanos 2017, 1129 )
En segundo lugar, considera todas las posibilidades de interacción en Twitter y su medición. Además, fue diseñada de modo “flexible y fácilmente adaptable” para ser utilizada en trabajos académicos y profesionales, y hay antecedentes de su aplicación, por ejemplo, en Analysis of Tweet Form’s Effect on Users’ Engagement on Twitter, de Han, Gu y Peng (2019) .
El trabajo sugiere modos de ponderar en la fórmula las tres interacciones que pueden realizar los usuarios sobre un tuit publicado: los retuits, las respuestas y los likes. Consideramos valioso este aporte: no ponderar esas variables distorsionaría los resultados, pues cada una es distinta en el compromiso que requiere y en la frecuencia con que los usuarios la utilizan -Ballesteros (2018) lo llama diferentes “naturalezas”-. Así, el like es la opción más frecuente, afirman Fernández y Martín (2018) -y lo ejemplifican con estudios sobre distintos sectores: canales de televisión temática (Fernández y Díaz 2014), juguetes (Fernández y Díaz 2015) y salud (Fernández y Díaz 2016)-, pero es la intervención de menor valor porque requiere la menor implicación del usuario, como se justifica más adelante.
A continuación, como breve definición de cada variable enunciada, se replican algunos elementos descriptivos que Twitter ofrece a sus usuarios:
Tabla 1
Fuente: Twitter (2022)
Entonces, por ejemplo, que un usuario dé like a un contenido -“para indicar que lo disfrutó o está de acuerdo o lo admira”, sin especificar qué reacción le genera- de- muestra menos compromiso que si el usuario comenta el posteo, asienta su opinión o valoración y se expone a que un tercero le responda. También, a diferencia de otras métricas (como el número de usuarios que hicieron clic en un enlace inserto en un tuit), esta tríada demuestra voluntad comunicativa por parte de los usuarios: retuitear, comentar y likear son respuestas orientadas intencionalmente a otro receptor (a seguidores o al dueño de la cuenta emisora de la publicación, entre otros posibles).
Estas variables incluso forman parte del propio mensaje, porque se muestran median- te una representación gráfica y numérica en un lugar prioritario en el tuit (Chariatte 2014).
Construcción de la fórmula
En suma, “la ponderación de retuits, respuestas y likes se basa en el creciente nivel de involucramiento cognitivo, exposición y vulnerabilidad (en términos de la visibilidad en la red personal de cada uno) que tienen estas actividades para el consumidor” (Cour- saris, Van Osch y Brooks 2014, 162).
Así se refleja en la fórmula modelo: 3
Completa, la fórmula modelo es:
Para adaptarla a los objetivos del presente trabajo:
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“Average impressions”, un dato accesible solo para los dueños de la cuenta.
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“No. of tweets”, una cifra que sirve para comparar cuentas, que no es el objetivo del presente trabajo.
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Interaction of diffusion (“I.diffusion”): número de retuits
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Interaction of conversation (“I.conversation”): número de respuestas
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Interaction of approval (“I.approval”): número de likes
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Se mantuvo el multiplicador que ajusta el valor de cada variable según su importancia: 3 para retuits, 2 para respuestas y 1,5 para likes.
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Se elimino toda referencia a los “7 days”, agregada originalmente solo como ejemplo por si se usaba un software específico que brindara datos de la semana anterior a la toma de la muestra.
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Se añadió en el numerador una división entre el número de tuits en que se usó el recurso, para evitar que las distintas frecuencias afectaran la medición del engagement. A saber, un recurso usado con más frecuencia tiene más probabilida- des de generar engagement que otro que se utiliza menos (Arroyo y Díaz 2021).
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Se eliminó el “Average reach of the tweets”, porque el alcance (las cuentas a las que llegó un tuit) es un dato accesible solo para el dueño de la cuenta. En cambio, se utilizó como denominador el número de seguidores de @CheNetflix para la fecha en que se recopilaron las tres variables. La cantidad de seguidores también se adecúa al lineamiento de que “la medición del engagement debe hacerse en relación con el número total de usuarios que se exponen al mismo contenido y su proximidad con él” (Muñoz, Oviedo y Castellanos 2017, 9), aunque presenta dos diferencias desfavorables en comparación con el alcance: al no distinguir entre los seguidores que vieron y no vieron el tuit, puede incluir a miembros del segundo grupo; y al no considerar a usuarios de la plataforma que no siguen a la cuenta, puede excluir a aquellos no seguidores que vieron el tuit.
La fórmula que se usó, entonces, es:
Análisis y resultados
A continuación se presenta una tabla con el engagement que obtuvieron los recursos discursivos de adecuación cultural en la muestra seleccionada.
Tabla 2
Como se ve, el recurso más usado por @CheNetflix fue el humor, y el segundo fue el voseo. Les siguieron, en orden, los argentinismos, la apelación a referentes culturales argentinos y el enlace o arroba a otras cuentas en español. Es importante recordar que los recursos no están distribuidos de a uno en los 265 tuits analizados, sino que pueden encontrarse dispersos inequitativamente entre ellos. Algunos pueden poseer los cinco y otros, ninguno.
Figura 1 Tuit de @CheNetflix que registra varios recursos discursivos: argentinismos (“boluda”), voseo y humor (por ejemplo, entre la rigidez de las formas de la clase alta inglesa del 1800, a la que pertenecen los personajes, y la informalidad de la frase “Viví, boluda”).
El enlace o arroba a otras cuentas en español obtuvo el mayor engagement, a pesar de ser el recurso usado con menor frecuencia. De modo decreciente, los otros recursos son: referentes culturales argentinos, argentinismos, humor y voseo.
Tabla 3
Si se consideran los recursos de enero y de febrero como elementos independientes, se clasifican de mayor a menor frecuencia de uso del siguiente modo: el humor en enero, el humor en febrero, los argentinismos en enero, el voseo en enero, el voseo en febrero, los argentinismos en febrero, los referentes culturales argentinos en febrero, los referentes culturales argentinos en enero, el enlace o arroba a otras cuentas en español en febrero y el enlace o arroba a otras cuentas en español en enero. Es decir, los recursos obtuvieron mayor o menor frecuencia de uso más allá del mes: el humor en primer lugar, seguido de los argentinismos y el voseo, luego los referentes culturales, y por último el enlace o arroba a otras cuentas en español.
Asimismo, considerando como elementos independientes los recursos de enero y los de febrero, estos se clasifican de mayor a menor engagement del siguiente modo: enlace o arroba a otras cuentas en español en enero, referentes culturales argentinos en enero, enlace o arroba a otras cuentas en español en febrero, referentes culturales argentinos en febrero, argentinismos en enero, humor en febrero, humor en enero, voseo en febrero, argentinismos en febrero y voseo en enero. En cuanto a engagement obtenido, entonces, no hubo diferencias entre enero y febrero. Los recursos se ordenan de mayor a menor del siguiente modo: primero, enlace o arroba a otras cuentas en español y referentes culturales argentinos; segundo, el humor; y por último, el voseo y los argentinismos.
A partir de lo anterior, se observa que decreció la efectividad de los recursos de enero a febrero. Además, comparándolos con los resultados del total de la muestra (enero más febrero), se destaca que el enlace o arroba a otras cuentas en español y los referentes culturales argentinos ocupan los primeros puestos en cuanto a engagement, aunque ambos recursos hayan obtenido más engagement en enero que en febrero. Es más: todos los recursos generaron mayor engagement en el primer mes del año que en el segundo, menos el voseo y el humor. También la interacción total de enero (7,29 de engagement) superó a la generada en febrero (4,14).
Tabla 4
Recurso | Frecuencia | Engagement |
---|---|---|
Enlace o arroba a otras cuentas en español | 16 | 1,79 |
Enlace o arroba a otras cuentas en otros idiomas | 7 | 0,61 |
Como ya se mostró, la matriz utilizada para analizar los recursos discursivos de adecuación cultural distingue entre el uso de enlaces o arrobas a otras cuentas en español y el de enlaces o arrobas a cuentas en otros idiomas. Los resultados de esta comparación demuestran que el empleo del recurso para aludir a cuentas en español superó tanto en frecuencia como en engagement a la alusión a cuentas en idiomas distintos al del público objetivo.
A continuación se presentan tablas con los formatos que más engagement lograron (5 y 6), una que unifica todas las categorías evaluadas y su respectivo engagement (7), y una que compara los recursos discursivos con los formatos utilizados (8).
Tabla 6
Recurso | Enero | Febrero | ||
---|---|---|---|---|
Frecuencia | Engagement | Frecuencia | Engagement | |
Imagen | 69 | 0,69 | 66 | 0,64 |
Video | 48 | 0,56 | 46 | 0,62 |
GIF | 3 | 0,28 | 5 | 0,6 |
Encuesta | 1 | 0,22 | 2 | 0,21 |
Tabla 7