Generar contenido de valor es la premisa narrativa más importante del siglo XXI para la industria del entretenimiento. Las redes sociales, los medios de comunicación y las plataformas de video por streaming hoy sustentan su estrategia de negocio sobre ella. De hecho, hace un par de años, cuando los expertos y teóricos del mundo de la comunicación anunciaban “el contenido es el rey”, anticiparon sin duda el momento actual que vivimos, en el que la diferenciación del contenido y por el contenido define el éxito y la permanencia de los jugadores en el escenario mediático.
En la categoría SVOD (suscription video on demand) se ha convertido en piedra angular. Hoy, marcas como Netflix, Disney+, Apple TV+, Amazon Prime Video, Hulu, HBO Max, entre muchas otras que aparecen en escena, destinan decididamente grandes presupuestos a la joya de la corona: el contenido; y si es original, mucho mejor.
Esta postura, en el ámbito del SVOD, se remonta al año 2013, cuando Netflix lanzó su primera serie original, House of Cards, con la que empezó a incorporar los aprendizajes del cine y la televisión al escenario del entretenimiento por streaming (Heredia 2017 y 2018). Desde entonces, producir contenido original, exclusivo y global se convirtió en su principal apuesta estratégica.
Netflix llegó a Latinoamérica hace diez años, exactamente el 19 de octubre de 2011. Actualmente alcanza 37 millones de suscriptores en América Latina (Infobae 2021), de los 214 millones que tiene a nivel global (Leconte 2021). Con oficinas en São Paulo, sede regional en México y próximas aperturas en Argentina (Barlaro 2020) y Colombia (El Espectador 2021), Netflix busca producir más contenido original para América Latina. En 2015 lanzó Club de Cuervos, su primera serie original en español, realizada por la productora mexicana Alazraki Entertainment (García, Albornoz y Gómez 2021). Luego llegó Narcos (2015), creada en Colombia con servicios de producción de Dynamo, y en los años siguientes, 3 % (2016) en Brasil, Ingobernable (2017) en México y Edna (2018) en Argentina, entre otros títulos que actualmente conforman el catálogo y la estrategia Netflix Originals en Latinoamérica.
En 2021, Netflix destinó 17 000 millones de dólares a contenido. Ese año, la inversión en México ascendió a 300 millones de dólares, para realizar cincuenta producciones originales regionales (Infobae 2021). Esta apuesta obedeció, según Francisco Ramos, vicepresidente de Contenidos para Latinoamérica, al gran interés que genera el contenido mexicano a nivel global, en lo relativo tanto a calidad como a diversidad. De igual forma, anunció que actualmente se producen series y películas en México, Brasil, Argentina, Colombia, Perú y Chile. Recientemente se anunció también la producción de Togo, la primera película original de Uruguay para Netflix (Benvenuto 2021).
Latinoamérica ocupa sin dudas el interés del gigante del streaming. El 13 de julio de 2021, la compañía anunció desde São Paulo el estreno mensual de contenido original, incluyendo series, documentales, películas y realities con diversidad de historias (Netflix 2021). Esto antecedió la apuesta de Ted Sarandos, director de Contenidos de la empresa, por producir en 2019 al menos treinta títulos originales en Brasil, país al que consideró como uno de los mayores centros creativos del mundo, y al que destacó por su diversidad, talento y capacidad de contar historias para el mundo (Agencia EFE 2019).
En abril de 2021, Francisco Ramos informó de la apertura de una oficina en Colombia para estar más cerca de la comunidad creativa y de los suscriptores y aprovechar el potencial, el talento y la cultura del país. Entre 2021 y 2022 se rodarán en este territorio treinta nuevos títulos en diversos formatos (Ramos 2021).
A inicios de 2020, el propio Reed Hastings, CEO de Netflix, viajó a Perú y anunció la producción de dos contenidos a rodarse allí: una película escrita por Bruno Ascenzo y producida por Tondero (RPP Noticias 2020), y una serie llamada Contigo, capitán, sobre la historia de Paolo Guerrero, producida por la empresa argentina Torneos y dirigida por Javier Fuentes León y Daniel Vega Vidal.
En Chile, según anticipó la cuenta de Twitter @NetflixLAT, se realizará una película basada en la obra Ardiente paciencia (1985), de Antonio Skármeta, con los productores Juan de Dios y Pablo Larraín. Adicionalmente, en abril de 2021 la compañía anunció la creación de la primera serie chilena de Netflix, 42 días en la oscuridad, un thriller policial que será producido por Fabula, con dos jóvenes y talentosos directores: Claudia Huaiquimilla y Gaspar Antillo (Leconte 2021).
Por su parte, Argentina se posiciona entre los diez países más importantes del mundo en cuanto a suscriptores y como un socio importante para las producciones originales (Barlaro 2020), a las que se sumará, en Uruguay, la película Togo.
Ahora bien, esta estrategia tiene también otra lectura, pues “los productores latinoamericanos ganan espacio en el flujo televisivo global, pero sometidos a un mecanismo que también beneficia a las grandes empresas de medios estadounidenses” (Penner y Straubhaar 2020, 127 ).
De acuerdo con este panorama, esta ponencia pretende explorar en el catálogo de Netflix los contenidos originales producidos en Latinoamérica, especialmente series de ficción, entre 2015 y 2021. Para lograr este objetivo, se plantean los siguientes interrogan- tes: ¿cuál es la apuesta estratégica de los contenidos seriales de ficción de Netflix Originals en Latinoamérica?, ¿qué características y qué temáticas abordan estos contenidos originales?, ¿en qué países se realizan principalmente estas producciones?
La respuesta a estos interrogantes permitirá realizar una aproximación al catálogo de la compañía, particularmente en el mercado latinoamericano, para comprender la estrategia de Netflix Originals en el territorio y cuáles son la ruta de diferenciación y la apuesta estratégica basada en el contenido original, elemento principal de las plataformas SVOD en lo que Neira (2020) ha denominado “streaming wars”.
Antecedentes
Existen numerosas investigaciones que toman a Netflix como campo de estudio. Algunas de esas perspectivas se han orientado a su modelo de negocio (Heredia 2018; Jenner 2018; Siri 2016); a su sistema de gestión de datos, algoritmos y recomendación (Carrillo 2019; Fernández, Neira y Clares 2016; Heredia, Quirós y Quiceno 2021; Neira, Clares y Sánchez 2021); a su estrategia de contenido original (Cornejo 2016; Heredia 2017; Hidalgo, Segarra y Palomares 2021), y a la producción de contenido local (Penner y Straubhaar 2020). El abordaje del catálogo es un campo incipiente, y particularmente la mirada de la producción original desde el territorio en que se produce. Autores como Lobato y Lotz (2020) recomiendan esta ruta investigativa en exploración y construcción. Temas como la diversidad del catálogo (Aranzubia y Gallego 2021) empiezan a ser cuestionados en los estudios más recientes sobre el tema.
De hecho, la revista Comunicación y Sociedad publicó recientemente un número con seis estudios sobre Netflix, enfocados particularmente en la transnacionalización de la cultura y los flujos televisivos globales (García, Albornoz y Gómez 2021). En este sentido, se resaltan como antecedentes para este estudio los aportes de Mastrini y Krakowiak (2021) sobre la expansión y producción local de Netflix en Argentina, así como el de Rodríguez et al. (2021) acerca de las perspectivas desde Bolivia sobre la caracterización de las producciones cinematográficas latinoamericanas en esta plataforma. Del mismo modo, Meimaridis, Mazur y Ríos (2021) examinan las estrategias de Netflix en los mercados brasileño y surcoreano.
Televisión distribuida por internet
Netflix se inscribe en el concepto de televisión distribuida por internet. Según lo teorizado por Amanda Lotz (2007 y 2016), este modelo permite comprender la evolución natural de las etapas clásicas que ha vivido la televisión: network era, multi-channel transition y post-network era, así como su transformación y adaptación a internet.
Sin embargo, la autora consideró insuficiente estos conceptos para caracterizar la forma en que operan y distribuyen los contenidos las plataformas como Netflix, Hulu, Amazon Prime Video y otras más recientes como Disney+, Apple TV+ y HBO Max. “La televisión distribuida por internet no es un nuevo medio, sino el medio de televisión distribuido a través de una tecnología diferente” (Lotz 2016, 134 ), en el que aparecen nuevas prácticas industriales, nuevas formas de uso por parte de la audiencia, nuevas formas de mirar y de acceder a los contenidos, y nuevas formas de distribuirlos y organizarlos.
Y es justamente la no linealidad de la televisión distribuida por internet lo que produce formaciones industriales y prácticas de audiencia marcadamente diferentes a las de modelos anteriores. El nuevo modo de distribución (la web), la transformación de las prácticas de la audiencia (desaparecen los horarios y la parrilla tradicional de la televisión), la ruptura en las ventanas del cine y la televisión, la exclusividad y perpetuidad del contenido son algunos de los aspectos de este novedoso ecosistema.
El catálogo de contenidos
El catálogo de contenidos es la gran biblioteca audiovisual de los portales que operan bajo el modelo de televisión distribuida por internet. En él se almacenan, clasifican y distribuyen los diferentes programas, series y películas para ser consumidos por la audiencia.
Lotz utiliza el término portales “como una puerta de entrada, en este caso a una biblioteca de programas de televisión” (135). La magia del sistema está en la curaduría de esta biblioteca, en la organización y clasificación del contenido para el público. Al ser financiados por los suscriptores, los portales como Netflix dependen cada vez más de la posibilidad que otorgan al usuario para acceder a los contenidos, “particularmente en relación al contenido original, ya que buscan mantener la licencia exclusiva del contenido a perpetuidad” (137).
Los catálogos de contenidos audiovisuales forman parte del modelo de negocio de la televisión distribuida por internet, gracias al streaming, que cambió la experiencia de consumo de la TV, permitió la liberación del horario e impulsó el mayor uso de la suscripción y la creación de contenido diferente al financiado por la publicidad. Y, justamente, el principal activo en el escenario de las streaming wars es el valor del contenido de catálogo (Neira 2020).
Netflix Originals
El contenido original se convirtió en la principal estrategia de diferenciación y fidelización de la televisión distribuida por internet. Ante la emergencia de nuevos jugadores en escena -Disney+, Apple TV+, HBO Max, STARZ, entre otros-, quien ofrezca el mejor contenido atraerá y retendrá la atención del público. De hecho, y como lo plantea Neira (2020, 46), “el negocio del streaming vive de la frecuencia de uso y de la retención. Depende de que te conectes, que veas, que te vayas y vuelvas, que recomiendes, que hables de los programas”.
Para la autora, el contenido original se ha convertido para Netflix “en el eje central de su estrategia. De hecho, llevan años inmersos en una redistribución de la proporción de contenido de catálogo en favor de contenido in house, pilar de su retención de clientes” (102).
La plataforma, creada hace más de veinte años, pasó de ser una ventana más de distribución para el cine y la televisión, a ser productora de sus propios contenidos originales. Para ello, utiliza la estrategia Netflix Originals, mediante la cual genera producciones propias sobre las que tiene exclusividad, y que se adquieren o fabrican mediante diferentes fórmulas. Neira las describe así:
Originales desarrollados (developed originals), programas que Netflix produce directamente y sobre los que tiene control creativo […].
Originales adquiridos (acquired originals), los contenidos no los produce Netflix, sino un tercero, pero la compañía adquiere los derechos en exclusiva […].
Originales colicenciados (co-licensed originals), programas cuyos derechos están repartidos por mercados entre distintos propietarios […].
Originales licenciados (licensed originals), contenidos que adquieren para incorporar, en exclusiva y por primera vez, a determinados territorios, distintos del de origen. (29-31)
Ahora bien, el antecedente más significativo en la producción de contenido original vinculado al prestigio y al reconocimiento de marca se asocia a HBO y la televisión por cable, con la producción de series originales de alta calidad y presupuesto, a finales de los años 90 (Cornejo 2016). Con este tipo de producción ficcional, la televisión por cable marcó el inicio de las series originales que buscaban distinción a través de la exploración de temas tabú, con estructuras narrativas más complejas, emisión de contenidos sin cortes comerciales y una ruta de financiación a través de la suscripción del usuario. Este fue el escenario que preparó el terreno para las plataformas de video por streaming, con un modelo de negocio y una estrategia centrados en el contenido original, especialmente orientado a las series de ficción.
Metodología
Este es un estudio exploratorio y descriptivo, con una metodología mixta, que aborda como objeto de estudio la producción original de series de ficción que Netflix ha realizado en países como México, Brasil, Argentina y Colombia, principalmente.
Si bien el gigante del streaming también ha producido en Latinoamérica películas, documentales, especiales de stand up comedy y realities, la elección por las series obedece a un interés particular de la investigadora por este tipo de contenido, y a la relevancia que para las audiencias tiene la serialidad en la narración televisiva, en términos de consumo.
Se aborda el catálogo de contenido de la plataforma Netflix como fuente principal para la recolección de información. El proceso de recogida de datos se realizó durante el mes de octubre de 2021, a través de la visualización de los contenidos seriados ficcionales producidos en Latinoamérica y marcados en el catálogo como “Netflix Originals”. Posteriormente se aplicó una codificación manual de la información en una tabla de Excel, para la organización y caracterización de las series. Esta información se complementó con datos obtenidos en fuentes documentales como el media center de la compañía e información adicional publicada en portales de noticias y páginas web especializadas en series.
Se consideraron dentro de la muestra todas las series ficcionales marcadas como “originales”, procedentes de países latinoamericanos, sin distinguir si se trataba de originales desarrollados, adquiridos, colicenciados o licenciados (Neira 2020). Es decir, se partió de identificar como “Netflix Originals” a todas las series de ficción que aparecen clasificadas con la “N” en la parte superior izquierda, a la hora de visualizar el catálogo.
Para la definición de variables se revisaron estudios preliminares realizados recientemente sobre producción original y catálogos de contenidos (Heredia, Quirós y Quiceno 2021; Hidalgo, Segarra y Palomares 2021; Penner y Straubhaar 2020; Rodríguez et al. 2021). De acuerdo con lo anterior, se determinaron las siguientes variables: título de la serie, año, país, idioma, género, descriptores (“Este título es…”), sinopsis, productora, creadores, fecha de estreno, número de temporadas, número de capítulos por temporada, total de capítulos, duración de capítulos por temporada y total de minutos emitidos.
Entre las limitaciones del estudio se encuentra la dificultad de encontrar en el catálogo toda la información requerida para la caracterización de los contenidos ficcionales originales. Esto se debe a que la plataforma no incluye en sus descriptores todos los datos necesarios, y en este sentido es necesario acudir a diferentes fuentes para contrastar la información.
Análisis y discusión
Caracterización de la producción ficcional serial de Netflix Originals en Latinoamérica
Entre 2015 y 2021 se produjeron en Latinoamérica, bajo el sello “Netflix Originals”, 48 series de ficción en Brasil, México, Argentina y Colombia. Estos contenidos suman un total de 684 capítulos producidos, con un promedio de duración de 40 minutos (Tabla 1).
Resulta contundente según estas cifras el crecimiento paulatino en contenido original de Netflix en la región, y la apuesta por las series ficcionales con sello latinoamericano.
Tabla 1
El rastreo y la caracterización de los contenidos originales observados en la Tabla 2 permitió identificar la manera en que Netflix clasifica sus producciones por género, así como la variable “Este título es…”. Esta clasificación ofrece un panorama sobre el tipo de contenido de origen latinoamericano presente en el catálogo, que se complementó con la lectura de las sinopsis y la visualización del trailer disponible.
Tabla 2
Al analizar el contenido con la variable “Este título es…”, se identificó que diez de los títulos están clasificados como “telenovelescos” (Tabla 3), lo que plantea una apuesta por adaptar la telenovela al formato de serie. Esto evidencia también que Netflix busca proximidad cultural a través de la adaptación de formatos, que, en este caso, forman parte de la cultura y tradición televisiva latinoamericanas. Asimismo, tienen mayor recurrencia los títulos con descriptores como “de suspenso”, “emotivo”, “siniestro” y “crudo”.
Tabla 3
Este título es… | Conteo |
---|---|
Telenovelesco | 10 |
De suspenso | 10 |
Emotivo | 9 |
Siniestro | 8 |
Crudo | 8 |
Ingenioso | 5 |
Tragicomedia | 4 |
Distópico | 3 |
En la clasificación de género que propone Netflix en su catálogo se encontró que, al caracterizar las series de ficción original latinoamericanas, “series sobre crímenes” aparece en veintiuna producciones, seguido de “dramas de TV”, presente en veinte de los títulos. También son recurrentes los descriptores “comedias de TV” y “series de política”, en siete títulos (Tabla 4).
Tabla 4
Ahora bien, según la sinopsis disponible en el catálogo de Netflix, los temas o tópicos que abordan los contenidos ficcionales originales en el ámbito latinoamericano son los siguientes: familia, amor, infidelidad, desintegración familiar, herencias, venganza; crímenes, muerte, drogas, carteles, desapariciones, agresión, robo; política, corrupción, cárceles, burocracia; religión, brujería, magia; música y fútbol. Esto corresponde en gran medida al desarrollo temático tradicional que ha tenido la telenovela en Latinoamérica y a temas con los que tradicionalmente se ha relacionado a la región en el cine y la televisión. También aparecen tópicos que salen de lo tradicional, y que están más cerca de la exploración narrativa ficcional seriada, como futuros distópicos (3 %, Omnisciente), las series de terror y zombis (Reality Z) o un thriller como el colombiano Frontera verde, cuya historia transcurre en el Amazonas.
Este primer mapeo y caracterización permitió inferir que los contenidos ficcionales seriados latinoamericanos producidos para Netflix entre 2015 y 2021 evidencian un tránsito de la tradición de la telenovela hacia la serie ficcional, con un abanico más amplio de temas e historias más condensadas. Se observó en este primer acercamiento la presencia de un producto tipo “telenovela seriada moderna”, aunque también hay series que escapan al estereotipo, particularmente en Brasil, país en el que se encuentran contenidos más arriesgados en géneros, temas e historias.
En este ejercicio de aproximación al catálogo de Netflix Originals de países latinoamericanos se evidencia lo siguiente: 1) una adaptación al modelo de televisión distribuida por internet de contenidos televisivos que han funcionado en la región; 2) las series buscan reflejar las realidades latinoamericanas a través de historias diversas; y 3) se da pie a nuevas propuestas temáticas y narrativas aprovechando las libertades creativas que otorga la plataforma.
Producción por temporada
Las series de ficción producidas en Latinoamérica están en mayor proporción en su primera temporada. El 33 % alcanzó una segunda, y tan solo un 8 % llegó a la tercera (El marginal, de Argentina, y La casa de las flores, de México) o cuarta temporadas (Club de Cuervos, de México, y 3 %, de Brasil).
En cuanto al número de capítulos por temporada, las series de ficción latinoamericanas son muy diversas, pues se encuentran contenidos con seis capítulos y otros con veinticinco. Una medida común internacionalmente es tener entre seis y diez capítulos por temporada, aunque también se encuentran contenidos con entre once y quince.
En algunos casos puntuales de series mexicanas, hay series con mayor número de capítulos por temporada, como La venganza de las Juanas, Oscuro deseo (dieciocho capítulos cada una), El club y Yankee (veinticinco capítulos cada una).
Origen de las producciones
La pregunta sobre el origen de las series de ficción originales de Netflix en Latinoamérica permitió identificar a México y Brasil como los países líderes en la región para la producción de este tipo de contenidos. No es fortuito que sean justamente estos dos territorios en los que se haya iniciado la estrategia de Netflix Originals, dado que ambos tienen grandes fortalezas en cuanto a producción, distribución y consumo de contenidos, tanto de cine como de televisión. Además, inicialmente la oficina regional de Netflix estaba en São Paulo (Brasil); recientemente se trasladó a Ciudad de México, lo que ratifica que estos dos territorios han sido claves en la expansión y consolidación de la compañía de Los Ga- tos (California) en América Latina.
El país que registra el mayor número series de ficción original producidas para Netflix en la región es México, con un total de 20; seguido de Brasil, con 15; Argentina, con 7, y Colombia, con 6 (Gráfico 1 y Tabla 1). Respecto al idioma, los contenidos originales en el ámbito latinoamericano tienen dos: portugués, con un 31 % por la presencia de las series brasileñas, y español (69 %) para los contenidos de México, Argentina y Colombia.
Brasil
Desde el punto de vista temático y de géneros, Brasil tiene la propuesta más diversa del catálogo entre los países latinoamericanos. Entre 2016 y 2021, ha producido y emitido un 31 % de las series originales de ficción latinoamericanas con presencia en el catálogo de Netflix.
La primera producción original de este territorio fue 3 %, una serie distópica de ciencia ficción producida por Boutique Filmes, creada por Pedro Aguilera y estrenada el 25 de noviembre de 2016. Cuenta a la fecha con cuatro temporadas. La segunda fue El mecanismo. Inspirada en hechos reales, aborda el caso de corrupción y política conocido como “operación Lava Jato”. La serie fue creada por José Padilha (de Narcos) y Elena Soarez, y producida por Zazen Produções.
México
México es el líder de la región en cantidad de series, con un 41 % de participación (Gráfico 1). En 2015 realizó Club de Cuervos, la primera serie en español producida en Latinoamérica para Netflix. Hoy alcanza cuatro temporadas, con un total de 45 capítulos producidos. Luego, en 2017, se estrenó Ingobernable, un drama político producido por Argos Comunicación y que hoy suma dos temporadas y 27 capítulos.
En términos generales, México continúa con una propuesta de modernizar la telenovela hacia la ficción serializada, abordando temas tradicionales de familia, diferenciación de clases, infidelidad y maternidad, entre otros.
Argentina
El tercer lugar en producciones latinoamericanas lo ocupa Argentina, con una participación del 14 % y siete series originales de ficción para Netflix. La primera serie registrada entre los datos recogidos es El marginal (2016), aunque es adquirida y no propia- mente original. La que sí aparece como primera serie original argentina es Edna, estrenada el 16 de marzo de 2018 con una temporada de diez capítulos.
En cuanto a los tópicos abordados en sus contenidos, hay gran diversidad de historias en torno a la moda, el fútbol, la familia y la crisis de los años 40, hasta temas religiosos y policíacos.
Colombia
Finalmente, Colombia es el cuarto país latinoamericano productor de series de ficción en Netflix, con un porcentaje de participación del 13 % y un total de seis series producidas. La primera apuesta original de este país fue Distrito salvaje, una historia sobre la reinserción de un guerrillero a la vida civil, a propósito del proceso de paz que vive este territorio. La serie fue estrenada el 19 de octubre de 2018, y hoy cuenta con dos temporadas y veinte capítulos disponibles en la plataforma.
Se evidencia el abordaje de tópicos como crímenes, robo, feminicidio, brujería, humor y reinserción.
Apuesta estratégica de Netflix en Latinoamérica a través de sus producciones originales
Desde su llegada a América Latina en 2011, Netflix ha tenido grandes retos en términos de penetración y conquista de las audiencias. En un primer momento, de expansión y posicionamiento, se concentró en buscar alternativas de pago para facilitar las suscripciones e instalar la marca en la región. En una segunda etapa, de consolidación y exploración, llegó a diferentes países contratando servicios de producción y talento local para desarrollar contenidos con temáticas latinoamericanas. En un tercer momento, de producción y proximidad, se avanzó con las producciones de Netflix Originals como una estrategia para crear contenido original en alianza con reconocidas productoras locales, así como con directores y productores experimentados en cine y televisión. Esta última etapa le ha permitido ganar un catálogo más diverso, con mayor proximidad cultural a las audiencias latinoamericanas, y llevar al escenario global historias locales.
Netflix se acercó a los países latinoamericanos para producir series como Narcos, contratando servicios de producción y elencos en la región, en un intento por explorar historias con mayor proximidad cultural. Este modelo avanzó hacia las alianzas con productoras locales, vinculándolas mediante los diferentes modelos de acuerdo (Neira 2020) para adquirir o producir contenido propio con series como Club de Cuervos en México, 3 % en Brasil, Edna en Argentina y Distrito salvaje en Colombia. Las historias de estas series son más cercanas, se producen en el idioma del territorio (español y portugués), e incluyen en la nómina creativa directores, productores, guionistas, actores y personal técnico de la región. Además, se exploran géneros como la telenovela, el drama, la comedia y el thriller en clave latinoamericana.
En esta apuesta por producir contenido original ficcional en español y en portugués, el formato de serie se adapta a las tradiciones de las audiencias, que tienen una afinidad hacia la telenovela, producto cultural latinoamericano por excelencia. Se identifican entonces contenidos descritos en el catálogo como “telenovelescos”, en formato de distribución serial, con menos capítulos pero con la promesa de renovación de nuevas temporadas para generar una experiencia de consumo prolongado.
Los contenidos originales ficcionales producidos, si bien tienen un sello local, de- ben apostar también a lo global, para ser consumidos en otros territorios. Lo que permite Netflix en este sentido es exportar historias realizadas en Latinoamérica para alimentar un catálogo que alcanza a 190 países en el mundo. La estrategia de Netflix Originals en el continente se resume, entonces, en una apuesta por la localización del contenido a través de alianzas con productoras locales, con talentos reconocidos en la industria del cine y televisión e historias diversas que puedan viajar globalmente con un catálogo.
El punto de discusión versa también sobre “qué tanta hegemonía cultural” hay en la selección de estas historias. Aunque en algunos casos se evidencian historias “originales”, también se puede plantear que se escogen a partir del estereotipo cultural de lo latinoamericano, asociado con la telenovela, el narcotráfico, crímenes, el fútbol, la corrupción, etc.
La apuesta estratégica de Netflix a través de su catálogo de contenido original ficcional en Latinoamérica se inscribe en el modelo de televisión distribuida por internet propuesto por Lotz (2016) , en el que emergen nuevas prácticas industriales y nuevas formas de uso, creación y distribución de los contenidos. También pone de manifiesto que el principal activo es la diferenciación a partir del contenido original localizado, en un escenario de fuerte competencia de las streaming wars, tal como anuncia Neira (2020).