Reseñas
URU - Revista de Comunicación y Cultura, No. 3
(Junio de 2020), paginas. 137-139 e-ISSN 2631-2514
Madrid, Editorial Biblioteca Nueva, 2017
Más allá del pesimismo sobre el fin del humanismo y la acelerada informatización del mundo, el uso de la tecnología tiene que establecer estrategias para revertir la tendencia del capitalismo actual en torno a las nuevas tecnologías de la información y su extracción de datos personales, así como la desinformación.
En el prólogo de este ensayo sobre cómo el activismo digital y global puede transformas los usos tecnológicos que tenemos en nuestras manos, Silvia Leal, experta en innovación y transformación digital, reconoce que esta acción y práctica social que usa la tecnología es el futuro del mundo, sin dejar de reconocer las limitaciones, tanto de los grupos hegemónicos como de la propia organización interna de los movimientos sociales que toman la Web, las apps y los procesos digitales como forma de lucha contra las inequidades sociales, políticas y económicas.
Oscar Howell Fernández es un autor desconocido para algunos, pero no es ajeno a quienes están más cerca de la tendencia del emprendimiento y la investigación aplicada, pues el autor de este ensayo tiene un título en Ingeniería Química por la Hochschule für Angewandte Wissenschaften (HAW) de Hamburgo, Alemania; cursó un Master of Liberal Arts en la Universidad de Harvard (ALM in Extension), realizó el programa Advanced Study Program (ASP) de MIT (Massachusetts Institute of Technology) y cuenta con un certificado de Innovación y Estrategia por la misma institución, y un Posgrado de Traducción Literaria por la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona.
Multidisciplinario en sus estudios, de igual manera lo es en sus actividades profesionales, desde donde escribe, no solo como investigador, sino como participante desde las organizaciones sin fines de lucro, pues además de fundar plataformas tecnológicas comerciales para la tributación y facturación, ha sido editor, activista digital para la conservación y diseminación de conocimientos y saberse ancestrales en México.
La mano emergente está estructurado en dos partes; en la primera se abordan los temas más teóricos e históricos sobre el activismo digital, que nace en Chiapas y se extiende hasta Madrid y Nueva York, donde las multitudes inteligentes han movi-lizado a la opinión pública y han generado una esfera virtual de compromiso y visibilidad de los problemas sociales causados por la estructura económica del capital y sus avatares más mezquinos reflejados en la política.
Economía, política y sociedad es la trilogía que la mano emergente tiene en cuenta al momento de levantarse frente a una situación complicada como el 15M o el Occupy Wall Street, no solo para conocer contra quién se está enfrentando sino para generar alianzas sociales de acción política para incidir y transformar lo establecido, es decir la autoridad vigente que se alía con el capital y no produce innovación creadora en lo econó-mico ni político, ya que simplemente mira la forma de cómo conservar el sistema actual; no hay una renovación de sistema operativo, como referencia informática.
En la segunda parte, el autor pasa de la situación política y social a la forma cómo la mano emergente está en la empresa y cómo estos movimientos sociales de lucha e innovación se pueden traspolar a las estructuras empresariales que tanto se suman a las tendencias de renovación y modernización con las plataformas digitales y sus procesos ágiles, pero que nada tienen que ver con la verdadera solidaridad de la economía y del movimiento digitales, expresados en el pro común.
Acerca de la innovación, la mano emergente se presenta cuando cada negocio investiga y reconoce cuál es la forma de la multitud que existe en su diálogo con los usuarios y, de esta manera, cómo este grupo de personas puede colaborar simétricamente en el desarrollo y evolución de la institucionalidad, sea esta un comercio, un gobierno local o una institución educativa mediante la transparencia y la participación social.
En lo que concerniente a la producción económica y la logística de entrega de servicios o productos, el autor reconoce que existen formas de colaboración que llegan a ser intermediaciones digitales, que lo único que crean es más inequidad, no solo entre usuarios sino entre los propios empresarios y los prestadores de la fuerza de trabajo:
Más allá del uso demasiado amplio, y probablemente indebido, del término economía colaborativa o “uberización”, lo que sí existe es una tendencia hacia la creación de nuevas plataformas comerciales que no intentan tener un producto propio, sino que sirven solo como intermediarios o facilitador de acceso para que las multitudes en línea se comuniquen y comercien entre sí. Son más bien modelos específicos peer-to-peer intermediados, que han creado sus propias reglas internas de operación y creación de una comunidad. En algunos casos, estas reglas tienden con mayor fuerza a la colaboración, en muchos otros casos no lo hacen (por ejemplo, en la comparación entre Uber y su competidor Lyft). (Howell Fernán-dez 2017, 147)
La mano emergente es una radiografía del sistema económico y de producción empresarial actual y cómo los movimientos asociativos, las formas de organización productiva en la Red y los activismos sociales, todos sobre base tecnológica, pueden y deben transformar los modos de producción, entendidos como procesos de la cuarta revolución, que deben olvidar y descartar los modelos de producción modernos y mecanicistas, en donde el uso de las tecnologías dan una ilusión de libertad a todos los usuarios y beneficiarios, pero que a la final son nuevas maneras de controlar a la gente, su producción y su libertad.
Las multitudes artificiales son las que habitan en las plataformas de medios sociales en donde las asociaciones son fugaces y los activismos no conducen a la acción sino a un acto de contrición y liberación de penas, pero que no aboca a un proceso de cambio participativo, en donde se construya una esfera pública para el comercio, la cultura y la política, incluso donde estas multitudes artificiales puedan existir, pero donde las multitudes inteligentes y de la mano emergente luchen contra esa artificialidad de manera abierta, sin desinformación.
La mano emergente es la que construye cada día un espacio digital de conversación, de debate y de construcción de lo público como elemento sustancial para el progreso y avance de la industria, la educación, la política y la cultura. La mano emergente es la ciudadanía activa que toma poder y conduce los procesos de rebeldía, cuestionamiento e innovación de la esfera pública como un bien de todos.
La lectura de La mano emergente muestra una situación real y cruda de cómo funcionan actualmente las aplicaciones y desarrollos de tecnología en todos los sectores de la sociedad y cómo construyen ilusiones de cercanía y democracia; pero a la vez propone rutas no imposibles de cómo cambiar esa realidad con las mismas herramientas que se usan para acrecentar la inequidad.
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