Revista Andina de Educación 7(1) (2024) 000717
Perfil estudiantil y producción lingüística en inglés: Rol de género, antecedentes educativos y consumo de medios visuales
Student Profile and English Language Production: Gender Role, Educational Background, and Visual Media Consumption
María Isabel Espinoza-Hidroboa , Sandra Cabrera-Ariasa , Abraham Heredia-Espinozaa
a Universidad de Cuenca. Instituto Universitario de Idiomas. Av. Loja, 010201, Cuenca, Cuenca. Ecuador.
Recibido el 21 de septiembre de 2023. Aceptado el 29 de noviembre de 2023. Publicado el 15 de enero de 2024
© 2024 Espinoza-Hidrobo, Cabrera-Arias, & Heredia-Espinoza. CC BY-NC 4.0
https://doi.org/10.32719/26312816.2023.7.1.7
Resumen
El presente estudio tiene como objetivo identificar cómo el perfil de género, la edad, los antecedentes de educación privada, el lapso sin estudiar inglés y el consumo de audiovisuales influye en la producción del inglés como lengua extranjera. Este estudio se realizó en una muestra de 158 alumnos de los dos últimos cursos intensivos de inglés como lengua extranjera en una universidad pública de Cuenca, Ecuador. Se utilizó un modelo de regresión lineal múltiple tras comprobar los supuestos de colinealidad y normalidad de los datos. Se proponen dos modelos para explicar la producción del lenguaje a partir de: 1. género, edad y antecedentes de educación privada; y 2. lapso sin estudiar inglés y consumo de audiovisuales en la lengua extranjera. En el primer modelo, la variable que mejor explica la relación son los antecedentes de educación privada, y en el segundo, la variable de consumo de audiovisuales en inglés. R² se incrementa de 0,119 a 0,291 al pasar del primer al segundo modelo. Se concluye que haber estudiado inglés antes del ingreso a la universidad y consumir productos audiovisuales en este idioma tiene un peso crucial en la producción del inglés como lengua extranjera.
Palabras clave: suficiencia en la lengua extranjera, rendimiento en lengua extranjera, inglés, consumo cultural, educación privada, educación pública
Abstract
Limited information exists on sociodemographic factors influencing English as a foreign language (EFL) proficiency. This study aims to identify how gender, age, private education background, gap in studying English, and audiovisual consumption influence EFL proficiency. The study involved 158 students from the final two intensive EFL courses at a public university in Cuenca, Ecuador. Multiple linear regression models were employed, following checks for collinearity and data normality. Two models were proposed: 1) gender, age, and private education background, and 2) gap in studying English and audiovisual consumption in English. Private education background was the best predictor in the first model, while audiovisual consumption in English was the key predictor in the second model. The R² increased from 0.119 to 0.291 when transitioning from the first to the second model. Conclusively, having prior English education and consuming English audiovisual content significantly impact EFL proficiency.
Keywords: foreign language proficiency, language performance, English, cultural consumption, private education, public education
Introducción
Desde hace numerosos años, los elementos que inciden en el rendimiento académico han sido objeto de investigación en el ámbito interinstitucional, local, estatal, nacional e internacional, en instituciones de carácter tanto público como privado. Identificar cuáles de estos factores predominan en los estudiantes con mejores logros podría contribuir al mejoramiento de las prácticas educativas. A pesar de que existen investigaciones que abordan cómo los factores personales influyen en el proceso de aprendizaje, la literatura que examina su repercusión en el desempeño en lenguas extranjeras es limitada. En consonancia con el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER, 2021; CEFRL, 2023), el empleo de una lengua se configura en torno a las demandas del contexto en que se emplea, lo que significa que no es un mero instrumento neutro, sino más bien un producto de la necesidad y el deseo de comunicarse. Por lo tanto, se toman en cuenta aspectos vinculados a la familia, los amigos, preferencias personales, vivencias, compras, comprensión de regulaciones y otras situaciones inherentes a diversos ámbitos. En el MCER se resalta la importancia de las aplicaciones imaginativas y artísticas de la lengua, que engloban actividades estéticas, expresivas, mediadoras, orales y escritas, como el canto, la narración, la escritura de historias, la representación teatral, la lectura poética, la composición de textos de ficción, entre otras.
En lo que concierne a las actividades de expresión oral, el hablante ofrece un texto oral al o a los oyentes. Se espera, por ejemplo, que un individuo que se sitúa en el nivel B2 pueda llevar a cabo descripciones y presentaciones ordenadas y sistemáticas que subrayen aspectos relevantes y detalles significativos, construir argumentos de manera sistemática y clara, exponer y defender puntos de vista con claridad, fluidez y espontaneidad, entre otros rasgos distintivos. De forma paralela, en lo que respecta a las actividades de expresión escrita, el usuario de la lengua produce un texto escrito que será examinado por uno o varios lectores. A modo de ejemplo, podría redactar artículos para revistas, cartas personales o comerciales, etc. Entre los criterios ilustrativos, se establece que un individuo en el nivel B2 es capaz de escribir textos nítidos y pormenorizados sobre diversas temáticas relacionadas con su ámbito de especialización, o elaborar descripciones detalladas de un libro, película o pieza teatral (MCER, 2021). En la actualidad, la habilidad de comunicarse efectivamente en inglés se ha convertido en un activo fundamental para los estudiantes universitarios en Ecuador y a nivel global. Este dominio lingüístico no solo abre las puertas a un vasto caudal de recursos académicos y oportunidades de aprendizaje, sino que también facilita la participación en comunidades académicas internacionales, promoviendo intercambios culturales y colaboraciones enriquecedoras. Además, poseer una sólida competencia en la producción oral y escrita en inglés, al tiempo que amplía las oportunidades laborales, potencia la capacidad de los estudiantes para contribuir con investigaciones y publicaciones de alcance internacional, fortaleciendo su papel como agentes activos en un mundo globalizado y diverso.
Ello es más importante porque en Ecuador se ha adoptado el MCER: Aprendizaje, Enseñanza y Evaluación en un acuerdo ministerial que actúa como directriz oficial (Ministerio de Educación del Ecuador, 2012). Al respecto, una evaluación crítica sobre el estado del inglés como lengua extranjera en el país (Artunduaga & Rojas, 2019) apunta a que la implementación del plan de estudios de inglés en 2017 introdujo modificaciones que pueden contribuir a que los estudiantes en las escuelas primarias establezcan los fundamentos lingüísticos de la lectura y la escritura, la asimilación de vocabulario y la pronunciación, entre otros aspectos. Estos ajustes buscan sentar bases para la comprensión de conceptos y teorías, así como para llevar a cabo procesos cognitivos más exigentes, que se manifiestan en la educación secundaria. Estas mejoras comprenden la introducción de textos recientes que se enlazan con la enseñanza de lenguas en función de contenidos, cuya materialización en el contexto ecuatoriano ha tomado forma en el enfoque de Aprendizaje Integrado de Contenido para las Lenguas Extranjeras (AICLE). En lo que respecta a la formación inicial de los profesores de inglés, se han emprendido cambios sustanciales con el propósito de mejorar los servicios prestados por las instituciones de educación superior, abarcando áreas como la docencia, la investigación y la colaboración con la sociedad.
Los elementos que influyen en la adquisición de una lengua extranjera comprenden aspectos tales como la inteligencia, las aptitudes, los estilos de aprendizaje, la personalidad, la motivación y las actitudes, la autoidentificación y la afiliación a grupos étnicos, las creencias del aprendiz, así como la edad en la que se introduce la segunda lengua. Estos componentes son objeto de amplio escrutinio por parte de investigadores que respaldan sus conclusiones con evidencia empírica (Hartshorne & Germine, 2015; Evans & Tragant, 2020; Hussain et al., 2020; Jiménez & Morita, 2021). Sin embargo, también emergen particularidades inherentes al proceso de aprendizaje identificadas por Lightbown y Spada (2013). Estas particularidades incluyen la inclinación para inferir conceptos, la búsqueda de enfoques para transmitir mensajes, la disposición a cometer errores sin temor, la identificación de patrones en el lenguaje, la práctica constante, la comparación de la producción oral propia con la de otros, el esfuerzo por alcanzar los estándares aprendidos, el disfrute de las actividades de gramática, el inicio del aprendizaje en la infancia, la posesión de un coeficiente intelectual superior al promedio, la adopción de hábitos de estudio efectivos y una autoestima y confianza sólidas.
En Ecuador, el sistema educativo público ha incorporado una carga horaria específica para el aprendizaje de una lengua extranjera desde el segundo hasta el séptimo grado de educación general básica, es decir, abarcando los subniveles elemental y medio. Esta decisión fue establecida por el Ministerio de Educación a través de la reforma curricular del 17 de febrero de 2016. En la Universidad de las Américas, la Escuela de Idiomas señala que las disparidades en el acceso a una educación que garantice el aprendizaje del inglés se deben a que muy pocos colegios lo incluyen de manera efectiva en sus programas de estudios, así como a la falta de preparación de los docentes y a la falta de la continuidad y el dinamismo necesarios para dominar una nueva lengua. Ponce et al. (2019), autoras de este estudio, señalan que a medida que los estudiantes ingresan a las instituciones de educación superior, se enfrentan a considerables desafíos en términos de competencia lingüística que deben superar para obtener sus títulos. La falta de continuidad y motivación se perfilan como obstáculos para lograr mejoras. Es imperativo que el inglés sea considerado una herramienta de máxima importancia tanto para los estudiantes como para los profesores. En este contexto, la edad de inicio en el estudio de un segundo idioma no desempeña un papel determinante en su proceso de aprendizaje. Otro factor crucial es la integración del idioma en la vida cotidiana, reforzando lo aprendido mediante viajes, lecturas, música, cultura, visitas, grupos que practiquen el idioma, entre otros.
Estado del arte
Estudios y hallazgos en concreto de las cinco variables (género, edad, educación privada previa a ingresar en la universidad pública, tiempo sin estudiar la lengua extranjera y consumo cultural) se exponen en este apartado, antes de abordar la metodología del estudio.
El género
En el contexto de los estudios de género que analizan el nivel de inglés, previamente se han llevado a cabo investigaciones que comparan la fluidez y precisión en el habla, así como las habilidades lingüísticas en general, entre los géneros masculino y femenino.
Un estudio llevado a cabo por Namaziandost et al. (2020) tuvo como objetivo investigar las diferencias de género en cuanto a precisión y fluidez en la lectura de una segunda lengua (L2) entre estudiantes de inglés como lengua extranjera (EFL) de nivel intermedio en Irán. Inicialmente, se administró el Oxford Quick Placement Test a los 70 participantes para garantizar la homogeneidad en cuanto a la competencia lingüística general; en función de ello, se identificó como participantes legítimos a 28 estudiantes masculinos y 28 estudiantes femeninas. Los resultados evidenciaron que las participantes femeninas superaron a los varones en términos de fluidez, mientras que los varones fueron superiores en términos de precisión. Finalmente, se presentaron las implicaciones derivadas de los hallazgos y se ofrecieron sugerencias para investigaciones futuras.
Una investigación realizada en Bangladesh por Ara (2019) se propuso investigar si los géneros de estudiantes y profesores generan barreras en el aprendizaje de EFL. Un total de 198 estudiantes respondió la encuesta, y los resultados de este estudio de método mixto revelaron que el papel de género definido socioculturalmente para hombres y mujeres en la sociedad tiene un impacto en el aula de EFL en Bangladesh.
Noor y Bepari (2023) investigaron los efectos del género en la adquisición de una L2 desde una perspectiva sociolingüística y posestructuralista feminista. Recopilaron datos de 69 estudiantes de EFL provenientes de diferentes departamentos de una universidad privada, y evaluaron su desempeño en habilidades del idioma inglés, que incluyeron comprensión auditiva, lectura, escritura y expresión oral, utilizando los criterios de medición del Sistema Internacional de Evaluación del Idioma Inglés. El análisis MANOVA reveló que no existía una diferencia significativa en las habilidades en inglés entre estudiantes masculinos y femeninos, ni en sus habilidades individuales ni en el rendimiento general.
Namaziandost et al. (2019) intentaron examinar el papel del género en la precisión y la fluidez al hablar de estudiantes iraníes de nivel intermedio alto. Se seleccionó un grupo de 25 estudiantes masculinos y 25 estudiantes femeninas, a los que se administró un examen validado (PET) para asegurar la homogeneidad en cuanto a la competencia lingüística general. Al mismo tiempo, se estableció la confiabilidad entre evaluadores tanto para la fluidez como para la precisión (0,986 y 0,898, respectivamente). Los resultados indicaron que las participantes femeninas superaron a los participantes masculinos en términos de fluidez, mientras que estos últimos fueron superiores en términos de precisión. Las discrepancias de género en el aprendizaje de idiomas pueden interactuar con la edad de inicio del aprendizaje e influir en la fluidez y precisión lingüística de manera diferencial, por lo que conviene realizar estudios en este sentido.
Edad
En relación con el aprendizaje de una lengua extranjera, las diferencias según la edad en algunos casos son notables, especialmente cuando los grupos etarios se diferencian de forma marcada.
Los individuos más jóvenes suelen adquirir con mayor facilidad un lenguaje cotidiano, mientras que los adultos maduros se ven enfrentados a la necesidad de expresar ideas más complejas, especialmente relacionadas con su ámbito profesional. Esta situación genera frustración y puede afectar la motivación para aprender la segunda lengua (Lightbown & Spada, 2013).
Muñoz (2006) destaca las diferencias entre aquellos que comienzan a aprender una L2 a temprana edad (alrededor de los 8 años) y quienes lo hacen más tarde (alrededor de los 11). Una comparación llevada a cabo con pruebas estandarizadas cuando tenían 17 y 18 años, respectivamente, reveló que aquellos que comenzaron más tarde superan significativamente a los de inicio temprano en cuanto a velocidad de habla y proporción de palabras de la lengua materna en su discurso, además de obtener mejores resultados en otras variables como longitud promedio de secuencias de habla, velocidad de secuencias de habla y secuencias más largas y fluidas. Sin embargo, los que empezaron temprano obtuvieron puntuaciones más altas en fluidez en comparación con los de inicio tardío en cuanto a pausas silenciosas internas de las cláusulas y a la tasa de disfluencia.
Desde otro enfoque, Jiménez y Morita (2021) se propusieron investigar la relación entre factores personales (edad, género y perfil de autodirección del estudiante) y el desempeño académico en la materia de Lengua Extranjera, parte del plan de estudios del primer año en una universidad pública al norte de la Ciudad de México. Este estudio adoptó un enfoque cuantitativo con un diseño transversal, descriptivo y correlacional. La muestra constó de 39 estudiantes de ambos sexos seleccionados por conveniencia. La edad de los estudiantes, en su mayoría adultos jóvenes (mujeres: 24,3 años en promedio; hombres: 25,92 años en promedio), mostró un coeficiente de correlación no significativo. Con respecto al género, la correlación fue significativa (r = ‒0,387; p < 0,015; n = 39). A través del análisis estadístico, se demostró que la interdependencia entre los factores personales mencionados y el desempeño académico carece de significancia estadística.
Por lo tanto, los resultados de estos estudios sugieren que, si bien existen ciertas diferencias en el aprendizaje de una lengua extranjera en función de la edad, no parecen ser marcadas o estadísticamente significativas en términos de desempeño académico y habilidades lingüísticas. Aunque la edad no es un gran predictor de la lengua en grupos homogéneos como los universitarios, el acceso a la educación privada sí podría serlo.
Educación privada
En el ámbito de la educación privada, diversas investigaciones han abordado la cuestión de la deserción estudiantil en entornos de enseñanza de EFL para adultos.
En el contexto chileno, el Estudio Nacional de Inglés realizado por la Agencia de Calidad de Educación de Chile (2020) reafirmó la influencia del nivel educativo de los padres, especialmente la madre, en el rendimiento en la asignatura de inglés. Este estudio ha demostrado que los establecimientos educativos que ofrecen más de tres horas de clases de inglés a la semana (28 % de ellos) obtuvieron un promedio de 60 puntos en la prueba nacional, mientras que aquellos con tres horas o menos (28 %) lograron 49. Esto resalta la correlación entre el nivel socioeconómico y el acceso a una mayor cantidad de horas de enseñanza de inglés, lo que impacta directamente en el rendimiento de los estudiantes en esta materia.
En Colombia se realizó un estudio que involucró a 256 participantes y puso de manifiesto un nivel extremadamente bajo de competencia comunicativa en inglés. La gran mayoría de los participantes obtuvieron un nivel A1, correspondiente a principiantes, en contraste con el nivel B2 que se espera según las políticas nacionales del país. Los autores argumentan que este fenómeno se debe a las escasas bases y a la falta de motivación con que los estudiantes ingresan a programas universitarios, especialmente aquellos que provienen de colegios estatales (Artunduaga & Rojas, 2019).
En México, un estudio basado en los datos de PISA 2012 destaca que una parte importante de la diferencia en el rendimiento académico promedio entre estudiantes de escuelas privadas y públicas está vinculada a su contexto personal, familiar y escolar. La investigación demuestra que la educación de la madre tiene un impacto positivo y significativo en el rendimiento académico del alumno, con una contribución similar por parte de la educación del padre, aunque en menor medida. Además, se encontró que el hecho de que la madre viva con el alumno tiene un impacto significativo en el rendimiento, lo que sugiere que un ambiente familiar positivo influye en la formación y el desempeño académico del estudiante. Asimismo, el nivel socioeconómico emerge como uno de los principales factores determinantes del rendimiento de los alumnos (Moreno & Cortez, 2020).
Ponce et al. (2019), en un estudio que aborda la situación del inglés en Ecuador, argumentan que, en el contexto de la educación privada, es considerado una herramienta de gran importancia tanto por estudiantes como por profesores. Uno de los factores esenciales para lograr un desempeño sobresaliente en este idioma es la práctica constante en situaciones cotidianas y el refuerzo de lo aprendido a través de medios como viajes, libros, música, cultura, visitas y grupos de conversación en inglés, entre otros.
La muestra de este estudio estuvo compuesta por 882 estudiantes recién ingresados a la universidad. Para el análisis descriptivo de los datos, se utilizó el software SPSS, en su versión 21. Los resultados destacan que las experiencias de los estudiantes durante su aprendizaje de inglés en la preparatoria influyen en su autoevaluación de sus habilidades en inglés, la cual tiende a ser mayormente baja. También se observa que estas experiencias influyen en las altas expectativas de aprendizaje que tienen al ingresar a la universidad. Estos hallazgos sugieren la necesidad de una revisión crítica de las metodologías empleadas en la enseñanza y el aprendizaje del inglés, tanto en la educación media superior como en la educación universitaria (Quijano et al., 2019).
Los estudios en diferentes países demuestran que el nivel socioeconómico, la educación de los padres y las experiencias de aprendizaje previas influyen en el rendimiento en inglés de los estudiantes, especialmente en la comparación entre educación privada y pública, y resaltan la importancia de considerar estos factores en la enseñanza y el aprendizaje de idiomas. Aunque se sugiere una escasa predictibilidad de rendimiento en grupos homogéneos, la influencia significativa de la educación privada persiste. Surge la interrogante sobre si el tiempo sin practicar una lengua extranjera podría generar complicaciones.
Tiempo sin estudiar
Un referente del estudio con respecto al tiempo que no se ha estudiado una lengua extranjera y su influencia en el aprendizaje de esta es el realizado por Hanzawa (2021). Su investigación se centró en cómo la experiencia de aprendizaje en el transcurso de un año académico afecta a medidas de fluidez en una L2, así como en la relación entre el desarrollo de la fluidez en la L2 y las experiencias de aprendizaje de los estudiantes dentro y fuera del aula. Hanzawa encontró que, después de un período de estudio continuo de L2 durante un año académico, hubo una disminución significativa en la longitud de las pausas entre cláusulas y dentro de cláusulas que los estudiantes realizaban al hablar. Además, se descubrió que la experiencia de aprendizaje en L2 se asociaba de manera única con el desarrollo de la frecuencia de pausas entre cláusulas y la frecuencia de reparación (corrección de errores) en el habla en L2.
Hanzawa sugiere que el aprendizaje continuo de una lengua extranjera puede tener un impacto en el desarrollo de la fluidez en L2, y que la efectividad de dicho aprendizaje se ve influenciada por cómo los estudiantes aprovechan sus experiencias de aprendizaje. El estudio también menciona que la variabilidad en la competencia inicial de los estudiantes podría estar relacionada con las diferencias en su experiencia de aprendizaje del inglés antes de ingresar a la universidad. Para aislar los cambios ocurridos durante el año académico de las diferencias iniciales en competencia, se realizaron análisis de correlación parcial.
En definitiva, el tiempo continuo de estudio de una lengua extranjera puede tener un impacto positivo en la fluidez del habla en esa lengua, y la forma en que los estudiantes aprovechan sus experiencias de aprendizaje es un factor importante en este proceso. Ahora es esencial enfrentar la incógnita sobre si el acceso a medios culturales extranjeros como cine, música y libros influye notablemente en un mejor proceso de aprendizaje de la lengua.
Consumo cultural
Siemens (2006), creador de la teoría del aprendizaje llamada conectivismo, afirmó que cuando los estudiantes utilizan las TIC para conectarse asocian el texto a las imágenes, lo cual contribuye a reflejar adecuadamente los significados y la comprensión, pues “a través de los símbolos, deseamos clarificación” (p. 15). En el estudio realizado por So y Lee (2013) sobre 51 estudiantes de pregrado y posgrado de dos universidades de Corea para profesores en formación, se encontró que el proceso de aprendizaje del inglés se brinda en un salón de clases formal con un número limitado de sesiones. El modelo combina una clase fuera de línea, en que los estudiantes se reúnen en un aula convencional, con una clase en línea, en que los estudiantes interactúan entre sí utilizando herramientas de comunicación mediada por computadora (CMC) y audiovisuales, teniendo en cuenta el proceso recursivo de actividades escritas y orales, al igual que la instrucción.
Algunos resultados —a pesar de que la mayoría de los participantes (39, es decir, el 76,5 %) no había tenido ninguna experiencia previa de aprendizaje semipresencial— mostraron que los audiovisuales son muy útiles y ayudan a mejorar las habilidades de escritura porque brindan suficientes oportunidades para la práctica de la escritura y la ortografía de palabras (So & Lee, 2013).
Collins (2010) realizó un muestreo aleatorio con una población compuesta por 1011 estudiantes y 117 profesores de universidades turcas. En el estudio se incluyó un equilibrio del 10 % de la población de estudiantes e instructores de cada facultad de las universidades. Los resultados mostraron que, si bien los instructores calificaron su propio dominio en el uso de tecnología y audiovisuales entre “efectivo” (59 %) y “muy efectivo” (38 %), calificaron el dominio de sus estudiantes como “neutral” (59 %) y “efectivo” (39 %). Se concluyó que el bajo dominio del inglés presentaba problemas para comprender el contenido en detalle, y los estudiantes bajaban las calificaciones si había errores de lenguaje.
Mathew y Alidmat (2013) recopilaron información relevante y similar. Ellos analizaron las percepciones de los estudiantes de EFL sobre el uso de ayudas audiovisuales y su enfoque para utilizar recursos audiovisuales en el aula. Los participantes fueron quince estudiantes universitarios de la Universidad Al Jouf, en Arabia Saudita. Todos eran árabes nativos y su especialidad universitaria era Lengua y Literatura Inglesas. Mathew y Alidmat descubrieron que los estudiantes sentían que los materiales audiovisuales eran útiles cuando los profesores presentaban y explicaban ciertos términos lingüísticos difíciles en las pizarras. Además, parece que utilizar las TIC de esta manera puede ser un medio eficaz para involucrar a los estudiantes jóvenes, reducir su ansiedad y hacer que aprender inglés sea divertido. Asimismo, el estudio reveló que la integración de la tecnología con las lecciones de los libros de texto hizo que el proceso de enseñanza-aprendizaje fuera más significativo. Los estudiantes, por su parte, señalaron que el material audiovisual ayudó a mejorar su habilidad para hablar en las tres dimensiones: precisión, fluidez y pronunciación.
Otro estudio aborda la situación desde la perspectiva de la motivación. En tal sentido, encuentra diferencias entre dos grupos: aquellos que abandonaron el curso (n = 154) y aquellos que continuaron (n = 106). Al considerar el grado de desmotivación, surgieron diferencias en las actitudes hacia el curso y en la percepción de la necesidad de aprender inglés para el trabajo. Los desertores tienden a mantener opiniones negativas sobre su profesor y el curso, lo que muestra que los factores en el aula son fuertes desmotivadores en el aprendizaje de idiomas para adultos. Los estudiantes desmotivados tienden a atribuir la deserción a factores externos, mencionando comúnmente la falta de buenas prácticas docentes, la escasa práctica oral y una discrepancia entre el nivel deseado y su nivel, percibido como “estancado”. Los hallazgos de este estudio ofrecen información útil para los profesores y administradores de academias de idiomas, pues los ayudan a identificar a estudiantes que podrían ser susceptibles o que ya han comenzado a abandonar el curso (Evans & Tragant, 2020).
Después de esta revisión de la literatura se plantean dos hipótesis relativas a la exposición de la lengua con respecto al perfil etario o de género: 1. la exposición del estudiante al inglés explica mejor el rendimiento académico que las variables sociodemográficas de edad y género; y 2. a mayor tiempo alejado de la exposición al inglés, menor es la producción del inglés como lengua extranjera.
El objetivo de verificar o rechazar estas hipótesis es analizar el impacto diferencial del género, la educación privada, el tiempo sin estudiar inglés, la edad y el consumo cultural de audiovisuales en inglés en la competencia lingüística de estudiantes universitarios de los cursos intensivos de EFL en una universidad pública en Cuenca, Ecuador.
Metodología y materiales
Este estudio se basa en un diseño de investigación relacional (Hernández Sampieri et al., 2014; Cabrera, 2023), con el propósito de establecer las conexiones entre el perfil de los estudiantes y su nivel de competencia en la producción del inglés como lengua extranjera.
La selección de este grupo de estudio se fundamentó en los dos últimos cursos intensivos de inglés impartidos por el Instituto de Idiomas de la Universidad de Cuenca, Ecuador, los cuales contaron con la participación de 158 estudiantes, una parte significativa de la población total de 180 estudiantes matriculados en estos cursos.
La elección de esta cohorte específica se basó en varios aspectos clave. Primero, estos cursos representan los niveles más avanzados ofrecidos por el instituto universitario, lo que sugiere que los participantes están en una etapa avanzada de su aprendizaje del idioma. Además, se consideró que estos estudiantes estaban teóricamente preparados para rendir un examen de nivel que los ubicara cercanos al nivel B2, de acuerdo con los estándares establecidos. Se tomó en cuenta la diversidad en las experiencias lingüísticas de los estudiantes: el 69 % no tenía experiencia previa en institutos privados; el 50 % había interrumpido sus estudios de inglés durante tres años o más; y el 53,2 % consumía predominantemente cultura en español. Estos factores combinados hicieron que esta población fuera especialmente interesante para evaluar cómo los alumnos de niveles avanzados enfrentan desafíos lingüísticos y culturales, y cómo podrían desempeñarse en una evaluación de nivel de competencia lingüística.
Tabla 1. Participantes del estudio.
Séptimo ciclo |
Octavo ciclo |
Total |
|
Masculino |
47 |
17 |
64 |
Femenino |
64 |
30 |
94 |
Total |
111 |
47 |
158 |
|
|
|
|
Fuente: Autores (2024).
El instrumento utilizado en este estudio es el Cambridge Placement Test, que consta de rúbricas tanto para la producción escrita como para la producción oral. Para evaluar la producción escrita, se emplearon pruebas de cuestionario que llenaron con papel y lápiz, mientras que para la producción oral, la rúbrica se evaluó con dos testigos que avalaron la calificación atribuida a cada estudiante. A partir de las puntuaciones directas se realizó una interpretación del desarrollo de la producción oral y escrita en términos porcentuales, que sirvió como base para el análisis.
La recolección de datos tuvo lugar al finalizar el curso y todos los participantes dieron su consentimiento informado. La prueba se aplicó en un tiempo determinado de minutos y se incluyeron las variables estudiadas en los modelos.
Se llevó a cabo un análisis de regresión lineal múltiple jerárquica con cuatro modelos diferentes, con ayuda del software Jamovi (Şahi̇n & Aybek, 2020). Se realizaron pruebas de normalidad (Shapiro Wilk = 0,973; p = 0,219) y de multicolinealidad (VIF = 1,12 aprox.; tolerancia = 0,90 aprox.). Los resultados del nivel de explicación se representan mediante R². El nivel de significancia establecido fue de 0,10 y 0,05.
Resultados
Con el fin de establecer si el perfil de los estudiantes y su exposición al inglés tienen una mejor explicación en la producción lingüística, se construyeron dos modelos en los que constan estas variables. El primero implica aspectos relativos al perfil del estudiante previo a ingresar al instituto de idiomas, por lo que se consideran el género, el tipo de colegio y la edad del estudiante. El segundo modelo incluye aspectos como el tiempo que ha permanecido sin estudiar hasta retomar el estudio del inglés como lengua extranjera y el consumo de audiovisuales en inglés.
En el primer modelo se observa que el antecedente de haber estudiado en un colegio privado es tendencial para explicar la producción lingüística (p < 0,010); sin embargo, no se trata de un asunto concluyente. En el segundo modelo se observa que esta variable y el consumo cultural de audiovisuales en inglés tienen niveles predictores de 0,250 y 0,291, respectivamente. Al analizarlo en términos de regresión, el primero modelo explica un 0,119 y el segundo modelo, un 0,291 de la variable de la producción lingüística, es decir, existe un incremento de 0,172 (ΔR² = 0,172; ΔF [2 y 53 gl] = 6,42; p = 0,003). Estos resultados se pueden observar en la siguiente tabla.
Tabla 2. Coeficientes estandarizados para explicar la producción lingüística evaluada con la Cambridge Placement Test.
Variables independientes |
Modelo 1 |
Modelo 2 |
|
Género femenino |
0,181 |
0,204* |
|
Antecedente de colegio privado |
0,267* |
0,254** |
|
Edad |
‒0,101 |
‒0,062 |
|
Tiempo sin estudiar inglés |
‒0,220* |
||
Consumo cultural de audiovisuales en inglés |
0,330** |
||
R² |
0,119* |
0,291** |
|
F |
2,49 |
4,35 |
|
ΔR² |
0,172** |
||
ΔF (2 y 53 gl) |
6,42 |
||
|
|
*p < 0,10; **p < 0,05.
Fuente: Autores (2024).
A manera de conclusión, se puede señalar que estar en un colegio privado ha expuesto más a los estudiantes al inglés en el pasado; junto con el hecho de estar consumiendo productos audiovisuales en inglés en el presente, constituyen las dos mejores variables para explicar la producción lingüística. Por el contrario, existe una tendencia en el modelo a demostrar que los estudiantes que abandonan el inglés por mucho tiempo tienen una variable predictora negativa de la producción lingüística. En el caso del género, también se advierte una ligera tendencia de las mujeres a presentar una mejor producción lingüística. No se halló ninguna relación con la edad.
Discusión
En primer lugar, respecto a la influencia del perfil del estudiante, el estudio actual encuentra que el antecedente de haber estudiado en un colegio privado muestra una tendencia a explicar la producción lingüística, aunque no de manera concluyente. Esta tendencia podría estar relacionada con diferencias socioeconómicas y de calidad educativa entre colegios privados y públicos, lo cual es consistente con los hallazgos en otros estudios; por ejemplo, en Chile se evidenció una correlación entre el nivel socioeconómico y el rendimiento en inglés (Agencia de Calidad de Educación de Chile, 2020). Ello también tiene relación con los estudios que plantean que existe diferencia entre aquellos que pagan y no pagan por estudiar (Hussain et al., 2020). Sin embargo, si no se mira más allá del hecho de pagar, y se dejan de lado otras aristas importantes como los estudios parentales, especialmente maternos, se podría estar pensando que se trata de una segregación económica, más todavía en el espacio educativo de una universidad pública, como es el presente caso.
El grado de competencia en inglés está profundamente influenciado por el estatus socioeconómico de los individuos. Quienes asisten a instituciones educativas privadas y se ven beneficiados por recursos y servicios adicionales experimentan una mayor exposición al idioma extranjero, a menudo a través de enfoques como la enseñanza de contenido en inglés. En contraste, aquellos en instituciones públicas disponen de menos horas de instrucción en inglés y oportunidades limitadas para interactuar con el idioma. Esta disparidad en experiencias educativas otorga una ventaja considerable a los estudiantes de entornos privados (Villafuerte, 2019).
De acuerdo con Santana et al. (2016), los antecedentes del tiempo estudiando inglés en la escuela, de haber recibido educación privada, de estudiar otras lenguas, así como de leer con frecuencia, determinan la nota del examen de ubicación en inglés como lengua extranjera. Aunque los autores no mencionan el estatus de los estudiantes universitarios, se infiere que aquellos con competencias lingüísticas altas poseen ventajas socioeconómicas. Rodríguez (2015) corroboró este hecho en su estudio, que abarcó a 65 000 estudiantes chilenos, al evidenciar una asociación significativa entre los niveles de competencia en inglés y las características socioeconómicas. Según su investigación, “la probabilidad de que un estudiante de nivel socioeconómico alto obtenga una certificación es 167 veces mayor que la de un estudiante de nivel socioeconómico bajo” (Rodríguez, 2015, p. 85). Esta variable es de vital importancia al estudiar en universidades públicas, a las que acceden jóvenes de todos los niveles socioeconómicos.
La relación entre el tiempo sin estudiar inglés y la producción lingüística también se alinea con investigaciones previas que sugieren que la práctica constante y la exposición regular a un idioma son fundamentales para el desarrollo de la fluidez y la comunicación (Hanzawa, 2021). Ello nuevamente se relaciona con un perfil socioeconómico en el que ciertos establecimientos a los que acuden clases sociales con mayores privilegios pueden mantenerse en contacto con la lengua extranjera.
El consumo cultural audiovisual en inglés se ha identificado como una estrategia efectiva para mejorar las habilidades lingüísticas y reducir la ansiedad en el aprendizaje (Mathew & Alidmat, 2013; So & Lee, 2013). Es relevante recalcar en este estudio el impacto del consumo cultural, particularmente de materiales audiovisuales en inglés. Esto respalda la afirmación de Kormos y Csizér (2008), quienes sostienen que los jóvenes encuentran motivación para aprender inglés a través de su participación en la cultura popular, como la música, el cine y los videojuegos.
La búsqueda de igualdad de género en el acceso a la educación ha logrado equiparar las oportunidades para hombres y mujeres en el ingreso universitario. Con relación al rendimiento en una segunda lengua, autores como Sheu et al. (2013) argumentan que no hay diferencias significativas entre géneros, aunque en este estudio se encontró que las mujeres tienen un nivel de inglés superior al de los hombres. Esta observación encuentra respaldo en la investigación de Wang et al. (2013), quienes sugieren que estas divergencias de género podrían estar relacionadas con una mayor autodeterminación y autorregulación.
En cuanto a la edad, aunque no se identificó una relación significativa, se observa una tendencia hacia una asociación inversa. En cierta medida, los individuos más jóvenes podrían demostrar un mejor rendimiento en comparación con los de mayor edad. Esto podría deberse a tres razones: 1. una predisposición neurocognitiva más fuerte para el aprendizaje en edades tempranas (Hartshorne & Germine, 2015; Koç & Kürüm, 2020); 2. un mayor dominio del inglés debido a la influencia de programas de estudio y currículos centrados en este idioma; y 3. las responsabilidades laborales y familiares, que aumentan en la edad adulta. A pesar de ello, la edad no necesariamente condiciona las capacidades neurocognitivas, siempre y cuando se superen los factores mencionados en los puntos 2 y 3. Según Nikolov y Djigunović (2006), es viable aprender un idioma extranjero a cualquier edad.
Conclusiones
Se ratifican los estudios que señalan que a mayor exposición a la lengua, mayor desarrollo en ella. En tal sentido, a los estudiantes se les debe insistir que, si quieren aprender una lengua extranjera, deben mantener un estrecho contacto con la misma. Aunque la equidad de género en la educación ha avanzado, se encontró que las mujeres superan a los hombres en el nivel de inglés, apoyado por investigaciones previas. Por otro lado, si bien la edad no se asocia de manera significativa con el rendimiento, existe una tendencia hacia un mejor desempeño en individuos más jóvenes, posiblemente debido a factores neurocognitivos y de contexto. Además, el consumo cultural, especialmente de contenido audiovisual en inglés, se identificó como un factor importante que impulsa la motivación y el aprendizaje del idioma, lo que respalda investigaciones que sugieren que la cultura popular juega un papel clave en este proceso. Estos hallazgos resaltan la complejidad y la interacción de múltiples factores en el aprendizaje de una lengua extranjera y señalan áreas de enfoque para el diseño de estrategias educativas efectivas.
Para profundizar en la comprensión del aprendizaje de idiomas, es importante que líneas futuras de investigación realicen análisis detallados sobre cómo estrategias específicas de exposición lingüística impactan en el desarrollo de habilidades. Además, sería útil investigar a fondo las razones que explican las diferencias de género en el aprendizaje del inglés, considerando aspectos tanto socioculturales como psicolingüísticos. Explorar la relación entre la edad, el desarrollo cognitivo y el rendimiento lingüístico, tomando en cuenta factores neurocognitivos y la plasticidad cerebral en diferentes etapas de la vida, podría ofrecer una visión más completa. Asimismo, sería interesante investigar cómo se pueden implementar de manera efectiva recursos visuales en entornos educativos para mejorar el aprendizaje de idiomas, evaluando estrategias específicas para integrar contenido audiovisual en el plan de estudios.
Una limitación clave de este estudio se relaciona con el tamaño de la muestra, ya que, para realizar análisis multivariados más precisos, como regresiones lineales, con conclusiones más fiables, se recomienda contar con un volumen de datos más extenso. Esta limitación en el tamaño muestral podría afectar la generalización de los resultados a poblaciones más amplias. Es importante reconocer que, debido al enfoque en el rendimiento académico, este estudio no abarcó aspectos como la fluidez comunicativa o la competencia cultural, lo que podría haber ofrecido una comprensión más completa del proceso de aprendizaje de idiomas. Además, es crucial recordar que, si bien se encontraron asociaciones entre variables, el diseño observacional del estudio no permite establecer relaciones causales entre ellas.
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Declaración de conflicto de intereses
Los autores declaran no tener conflictos de intereses.
Declaración de la contribución de la autoría
María Isabel Espinoza Hidrobo estuvo a cargo de la conceptualización y el desarrollo de la investigación; además, contribuyó con la revisión del original y su edición. Sandra Cabrera Arias participó en el análisis, las discusiones y las conclusiones, así como en la escritura del original, su revisión y edición. Abraham Heredia Espinoza contribuyó en la escritura y la revisión.
Espinoza-Hidrobo, M. I., Cabrera-Arias, S., & Heredia-Espinoza, A. (2024). Perfil estudiantil y producción lingüística en inglés: Rol de género, antecedentes educativos y consumo de medios visuales. Revista Andina de Educación 7(1), 000717. Publicado bajo licencia CC BY-NC 4.0