Este libro colectivo es un aporte para la historia latinoamericana, resultante del Seminario Internacional Revoluciones en América Latina, organizado en 2019 por el Colegio de América, Sede Latinoamericana, con el auspicio de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, en Quito, bajo la edición de Enrique Ayala Mora. Su objetivo es llegar al gran público sin abandonar el rigor académico e histórico. Analiza los principales, o los más significativos, procesos revolucionarios de doce países latinoamericanos, a través de la mirada de trece expertos. Ofrece una interpretación histórica de algunos de los grandes cambios sociales y revoluciones políticas, sociales y económicas experimentadas en diferentes geografías, sociedades y temporalidades, desde los más radicales como las revoluciones mexicana y cubana. Si bien existen diferentes abordajes teóricos y metodológicos por parte de los autores, hay un hilo conductor y un diálogo entre las diferentes temáticas, algunas interconectadas. Los autores presentan variadas hipótesis explicativas, estudian las causas, las complejidades, los actores y, en algunos casos, la presencia de la voz y de la agencia de grupos subalternos. Este libro contiene la historia de las verdaderas luchas de nuestros pueblos, que se deben mantener en la memoria y reivindicarlas antes de que prevalezcan los olvidos.
El primer capítulo del libro, que puede servir como una introducción al tema de las revoluciones, compara la Revolución mexicana con las grandes revoluciones mundiales. Alan Knight, con su texto "La Revolución mexicana entre otras: trayectorias, actores colectivos y comparaciones con las grandes revoluciones mundiales", como experto en la historia de América Latina, y en particular la mexicana, ofrece un renovado análisis, que aporta aún más en su revisionismo del proceso mexicano; visto globalmente, desarrolla un análisis comparativo con otras revoluciones en el mundo, tanto del pasado como contemporáneas a la mexicana, como es el caso de la Revolución turca en la primera mitad del siglo XX, y las similitudes con el movimiento de las masas campesinas mexicanas y de otros países, como el caso de China. El período analizado por Knight va entre 1910 y 1920, al que denomina "revolución armada", hasta 1920-1940, que caracteriza como "la revolución hecha Gobierno". Relaciona al nuevo Estado mexicano con el jacobino. Un Estado fuerte, nacionalista, secularista y centralizado que promovía reformas sociales y regulaba la economía. El artículo muestra gran dominio del tema y la bibliografía.
"La Revolución de 1854 en el Perú: el auge guanero y el escándalo de corrupción al liberalismo y la guerra civil", de Claudia Rosas Lauro, presenta una renovada lectura y contextualización sobre la revolución liberal del caudillo Ramón Castilla y los problemas políticos, sociales y económicos peruanos en esa coyuntura, cuando la sociedad estaba profundamente militarizada y ante la presencia de un gobierno corrupto en torno a la consolidación de la deuda interna, durante el auge económico guanero. Resalta la posible influencia de ideales liberales de las revoluciones europeas de 1848, y la influencia y papel de la prensa y la opinión pública. Destaca a los principales actores: caudillos militares y élites, que recibieron el apoyo de los grupos sociales más vulnerables, indígenas y esclavos, que luchaban por conseguir la abolición del tributo y la esclavitud. La revolución liberal de 1854 es la antesala de la crisis económica al final del boom guanero y de la guerra con Chile de 1879. Este capítulo presenta una narrativa bastante lineal que pudo analizarse desde una mayor complejidad y tomar en cuenta experiencias similares en otros países de la región.
"Hacer la guerra para formar al pueblo", de Alonso Valencia Llano, propone una historia social y política para Colombia de mediados del siglo XIX, así como una interpretación de la revolución liberal, analiza las reformas políticas y la importancia de la participación del pueblo. Permite entender mejor la ruptura de la hegemonía conservadora y militarista que impedía los avances republicanos por instaurar un régimen civilista. Estudia la lucha liberal contra los conservadores, en busca de la construcción de una sociedad republicana de derechos. En esa lucha surgió un nuevo actor político: el pueblo, que, organizado políticamente, participó de la revolución liberal y la creación de varias sociedades democráticas que lucharon por sus intereses y representación, gracias a lo cual consiguieron cambios, tales como: la remoción de empleados conservadores, la abolición de la esclavitud, de los estancos, la expulsión de los jesuitas, la libertad de conciencia y otras reformas. Sin embargo, ese pueblo liberal fue traicionado por una alianza oligárquica que llevó a la destrucción de las sociedades democráticas y la prisión o muerte de sus miembros.
"En el torbellino de la revolución, relato adentro: Gaitán Obeso y la guerra civil de 1885 en la costa Caribe colombiana", de Juan Marchena Fernández, presenta una visión histórica de la Revolución liberal y la guerra civil de 1885 en la costa Caribe y Cartagena, así como el papel del general Ricardo Gaitán Obeso, caudillo radical, que buscaba recuperar el poder para el liberalismo. Realiza un recorrido por el intento de la toma de Cartagena, bastión del presidente Núñez, por parte de Gaitán Obeso. El sitio de Cartagena en marzo de 1885 fue un suceso histórico que había caído en el olvido. Marche-na desarrolló su investigación a través de fuentes primarias y testimonios, así como olvidadas publicaciones y cartografías de la época. El autor presenta una revisión historiográfica sobre la revolución liberal y un detallado relato de los triunfos de Gaitán, la campaña del Magdalena, su derrota, y la derrota de la revolución liberal.
"La revolución liberal ecuatoriana (1895-1912)" del conocido historiador ecuatoriano de vertiente socialista, Enrique Ayala Mora, se refiere al proceso de transformación profundo y radical de la revolución liberal, a la que denomina "una revolución en serio". Donde destaca como actor al caudillo y líder, Eloy Alfaro, así como el papel del ejército. Brinda una visión general del proceso revolucionario en el Ecuador, los principales sucesos, actores colectivos, reformas y conflictos. Su enfoque mantiene la visión que presenta en obras anteriores sobre el tema: la revolución liberal, liderada por la burguesía, permitió la consolidación del Estado nacional y del laicismo, produjo importantes transformaciones político-ideológicas y la modernización social. Este período se caracteriza por la libertad de opinión; queda en deuda con algunos de los derechos de los trabajadores y de los indígenas y campesinos, ya que la Revolución liberal radical no llevó a cabo una necesaria reforma agraria, que llegaría décadas más tarde.
"Reformas que devinieron en revolución: Estado social y democracia republicana en Uruguay (1890-1930)", del historiador y politólogo Gerardo Caetano, constituye una importante reflexión sobre las reformas y los procesos revolucionarios en el período, que permitieron la consolidación del Uruguay moderno, época fundacional del Estado social y de la democracia republicana. Una etapa de guerras civiles y revoluciones, de lucha política entre los partidarios y colorados. Es un interesante momento de democratización ciudadana y de búsqueda del sufragio libre. Un parteaguas de este período es el desencuentro trágico y la victoria militar de 1904, la última revolución. Se produce el enfrentamiento entre dos actores opuestos: el batllismo o republicanismo solidarista y el liberalismo conservador del Partido Nacional. Las reformas se produjeron en los frentes económico, social, rural, fiscal, moral y político, con una amplia politización de la sociedad, se consolidó una democracia de partidos, con grandes avances, como la separación de la Iglesia del Estado, el sufragio universal masculino y la mejora de las garantías electorales, la coparticipación de partidos, la expansión electoral y la ampliación de la ciudadanía.
"La Revolución guatemalteca (1944-1954)", de la experta en historia latinoamericana y centroamericana, Julieta Carla Rostica, es un suceso y proceso poco conocido, a pesar de ser fundacional en la región. Su análisis se basa en la perspectiva estructural, ofrecida por Theda Skocpol, es decir, la revolución produjo cambios sociales y políticos estructurales, interdependientes entre sí, y producto de la lucha de clases. Plantea la hipótesis de que la revolución de 1944-1954 pretendía acabar con las estructuras sociales del Estado oligárquico para fundar un nuevo Estado democrático, que reconocía derechos civiles y sociales, que llevaría a cabo la reforma agraria y otros numerosos cambios vigentes en la Constitución de 1945. Analiza el papel del partido comunista, así como el de los indígenas y campesinos que radicalizaron sus posiciones y se convirtieron en los actores del cambio. Muestra cómo finalizó la revolución por las acciones contrarrevolucionarias, así como la presencia y operaciones de la CIA y del intervencionismo estadounidense y la traición de las Fuerzas Armadas. A raíz de esos sucesos se produjo una larguísima lucha por la democracia, reprimida brutalmente por un Estado terrorista.
"Los nueve peronismos: la revolución justicialista cortada a fetas (1933-2015)", de Adrián Mercado Reynoso, quien, parafraseando a Jacques Le Goff, presenta la historia de la revolución justicialista en Argentina y los peronismos. Propone una clave interpretativa de la historia del fenómeno peronista que sirve para aclarar ese largo período, a partir de la definición de nueve ideal typus del fenómeno peronista, que ya se conocían por una publicación anterior del autor; en los tres primeros Perón es el principal partícipe. Con la caída del gobierno constitucional de 1955, los militantes peronistas se desplazan hacia las izquierdas, se crea una subcultura de la izquierda peronista, cercana al camporismo-montonerismo. Las hipótesis explicativas de este artículo pretenden descifrar nueve correlaciones de fuerzas hegemónicas al interior del peronismo: el pinedismo protoperonista desde 1933, el justicia-lismo, la época de Evita, el camporismo-montonerismo, para llegar a un segundo peronismo entre 1973-1974, la época del isabelismo y el cafierismo; luego viene la casi década de Menem en los años 90 y, el último tipo, denominado kichnerismo-cristinismo, de 2003 a 2015. En su análisis, peronismo y populismo están vinculados con nombres, imágenes, discursos y símbolos de los herederos del líder; el poder, sin embargo, siempre está inmerso dentro de una lógica y acción colectivas.
"La Revolución Nacional en Bolivia: entre dos fuegos (1952-2009)", de Gustavo Rodríguez Ostria, ofrece un análisis y narración de la revolución popular de abril de 1952 y culmina con el estatismo "con horizonte indígena" y la Constitución de 2009, donde nace el Estado Plurinacional de Bolivia. El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) fue actor clave en la toma del poder que comenzó en las calles. Algunos de los hitos y cambios fueron la nacionalización de las empresas mineras y de los ferrocarriles y la reforma agraria que pretendió "integrar al indio a la nación" bajo un ideal mestizo. El voto universal y las políticas favorables a la educación fueron parte de los logros. Se favoreció la política sustitutiva de importaciones y la industrialización, aunque falló en un país monoproductor de materias primas. El movimiento obrero fue clave en los años 50: la Central Obrera Boliviana (COB), y otros sindicatos, alcanzaron un alto poder y presión en la política. El MNR giró hacia la centro-derecha y también experimentó la injerencia de Estados Unidos y la CIA. Los militares se proclamaron herederos de la revolución, pero la grave crisis económica y la hiperinflación llevaron al fin del modelo nacionalista. Estas crisis provocaron el nacimiento de otros actores sociales: indígenas, mujeres y regiones. En 2009, con la nueva Constitución, se nacionalizaron los recursos naturales, se produjeron cambios en el agro y una fuerte presencia del Estado.
"La revolución democrática de 1945 en Venezuela", de Eduardo Morales Gil, hace énfasis en la presencia de los gobiernos militares autocráticos en la historia del siglo XX. Analiza los antecedentes y contextos de la revolución de 1945, la dictadura de Gómez, caracterizada por el auge de la explotación petrolera en manos extrajeras y capitales monopólicos, a lo que se sumó el control de la tercera parte de las tierras cultivables en manos del dictador. La resistencia al cambio de los herederos políticos de Gómez dio paso a la revolución de octubre de 1945. Movimientos sociales y activistas políticos de variado origen se organizaron y crearon nuevos partidos con variadas posiciones ideológico-partidistas: comunistas, progresistas y liberales democráticos, además de fuertes organizaciones de trabajadores y obreros. Pronto se dejaron escuchar demandas democráticas, sociales y el rechazo de las políticas petroleras proimperialistas, se produjo una rebelión contra el general Medina, en octubre de 1945, coyuntura definida por Carrera Damas, a quien cita el autor como el fin de la "república liberal autocrática" y el comienzo de la "república liberal democrática" (1945-1948). En 1945, la Junta Revolucionaria de Gobierno, con una mayoría civil, convocó una Asamblea Nacional Constituyente que concedió, por primera vez, el sufragio universal y promulgó la nueva Constitución en 1947. Entre los avances están la nacionalización de la industria petrolera, inversión en salud y educación pública y laica y la búsqueda de la autonomía universitaria. Sin embargo, la reforma agraria sufrió "un zarpazo" militarista, el cuartelazo de noviembre de 1948, con lo que se produjo el "naufragio de una esperanza" y la continuidad del militarismo.
"La Revolución cubana", del historiador Sergio Guerra Vilaboy, analiza los principales procesos de la revolución cubana, desde sus causas, como la dictadura de Batista y la injerencia de Estados Unidos en la isla. Estudia la fase armada y guerra de guerrillas, el papel de Fidel Castro y de Ernesto Che Guevara, entre otros, y luego el tránsito al socialismo y la radicalización de la revolución, donde Castro paulatinamente adquirió todos los poderes. El modelo soviético produjo cambios económicos, pero también afectó a la sociedad debido al dogmatismo e intolerancia; un momento álgido se produjo por la crisis de los misiles en plena Guerra Fría. Se estudian las tensas relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, y el resquebrajamiento con la Unión Soviética y su disolución, así como la caída del socialismo. El autor denota la importancia del modelo cubano en las políticas públicas: educación universal, medicina y salud pública y la internacionalización de la Revolución cubana en el mundo. La era de los Castro, tanto Fidel como Raúl, terminó en 2018, cuando después de un larguísimo gobierno, se dio paso a la sucesión de Díaz-Canel. Una nueva Constitución en 2019 se celebró juntamente con 60 años de revolución. La Revolución cubana es una de las más importantes de la historia contemporánea, sin embargo, terminó entre los años 60 y principios de los 70. Es difícil concordar con la idea del autor de que esta consiguió conquistas duraderas para el pueblo, de justicia, libertad e igualdad. En el texto se nota la ausencia de una crítica ante serios problemas como la usencia de derechos humanos y de democracia.
El decimosegundo capítulo, "Revolución campesina y ruptura política en Chile, 1962-1973", de Nicolás Ocaranza, estudia la revolución campesina así como el cambio político, y las transformaciones legales, sociopolíticas y económicas de la sociedad rural y el mundo campesino chileno, reformas que se irían radicalizando hacia 1970, siendo este uno de los pocos procesos revolucionarios chilenos. Busca una explicación sobre los movimientos sociales rurales, sus reivindicaciones, a los que califica de grupos de subordinados influenciados por el zapatismo, la revolución mexicana, rusa y cubana. Critica la debilidad de las propuestas de reforma agraria y las diferencias y tesis contrapuestas: por un lado están las tesis de los partidos y movimientos de la izquierda socialista y, por otro, la Democracia Cristiana, aunque todos compartían la idea de una transformación estructural. En el estudio se pueden ver algunos hitos como la promulgación de la Ley de la Reforma Agraria de 1967, el crecimiento de los campesinos sindicalizados y la radicalización del reformismo agrario que se produjo luego del triunfo del socialista Salvador Allende, que gobernó entre 1970 y 1973, cuando el Estado chileno se convirtió en un "agente funcional de los intereses de la revolución campesina".
"La revolución perdida", de Mónica Baltodano, es una muestra de la participación de la autora en la revolución nicaragüense, a la que ella denomina perdida en manos de una dictadura que la traicionó, con Daniel Ortega a la cabeza. La revolución ganada por el Frente Sandinista de la Liberación Nacional (FSLN), de importante trayectoria para la revolución en Nicaragua, fue abandonada. Un momento clave fue la derrota electoral de 1990, una época que produjo el "reflujo de las ideas y los procesos revolucionarios". Se aniquiló la posibilidad de la construcción de una sociedad más justa y el fin de la utopía. Varios gobiernos neoliberales desdibujaron el sandinismo. Luego de tanta lucha sandinista, Ortega inició su retorno al poder y construyó una dictadura donde se impuso la economía de mercado. Se produjo la deformación del sandinismo y la traición a la revolución bajo el rostro del orteguismo, frente a una pasiva comunidad internacional. La autora espera que el pueblo nicaragüense enfrente nuevamente a sus tiranos.
