Este libro de Jorge León (1948-2017) es una selección de textos que revelan su visión sobre la sociedad ecuatoriana. Prosiguiendo con el enfoque de las ediciones Curiquingue, destinadas a ofrecer breves antologías de textos influyentes en la producción de pensamiento ecuatoriano, la selección incluye un fragmento del libro De campesinos a ciudadanos diferentes, una versión del artículo "La crisis de un sistema político regionalizado", y otro sobre el régimen de Rafael Correa.

Crisis en el sistema llamado Ecuador es un volumen que se une a libros anteriores del sello Curiquingue, donde ya han aparecido selecciones de textos potentes de Andrés Guerrero, Agustín Cueva, Blanca Muratorio, Bolívar Echeverría y Carlos de la Torre. La intención de los promotores de este es fuerzo editorial es publicar textos que rescaten la producción de pensamiento en el Ecuador. Dicho así, se trata de pensamiento sin adjetivos en un tiempo en que una expresión como "pensamiento crítico" suele ser una manera de refugiarse en ideologías y visiones esquemáticas.

La cercanía de Jorge León con las organizaciones indígenas le permitió pulsar la novedad y alcance del levantamiento indígena de 1990. De campesinos a ciudadanos diferentes (1994) constituye el análisis más penetrante que se hizo sobre el levantamiento indígena de junio de aquel año, acontecimiento que conforma un parteaguas en la sociedad ecuatoriana. Su argumento central plantea cómo el levantamiento había sido el producto de una transformación de los espacios locales de poder con la desintegración de la hacienda tradicional donde pasaron a tener un rol central las organizaciones indígenas. Todo aquello que lucía enigmático en la acción conducida por la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE), fundada en 1986, podía ser mejor entendida como una conjunción de dinámicas organizativas locales, acciones movilizadoras y liderazgos nuevos en el mundo indígena. La selección que consta en la antología muestra una conexión entre el análisis y la visión testimonial de los actores del levantamiento.

El artículo sobre el sistema político regionalizado, publicado originalmente en 2001, remite a la configuración histórica de los actores políticos y sus peculiaridades enraizadas en la fragmentación social y política donde las situaciones conflictivas encontraron siempre canales de resolución en la tradición ecuatoriana de pactos y acuerdos. Su razonamiento es una reflexión de la trayectoria histórica de la secular oposición entre costa y sierra puesto que la fractura regional expresaba no solo una configuración productiva sino también una fractura política. Pero esto había sido, al mismo tiempo, la base para la definición de pactos y acuerdos con el reparto del poder en las regiones. El sistema político regionalizado tiene su origen histórico en la Revolución liberal que implicó un cambio impuesto por una minoría costeña a una mayoría serrana. La sierra y la costa se presentan como contrapesos en un empate que se dirimía con la incorporación parcial de otras fuerzas y la producción de acuerdos entre las partes. De esta manera, la historia del siglo XX estuvo caracterizada por la irrupción de conflictos, negociaciones y acuerdos. Estos procesos configuraron una sociedad pluralista con capacidad de incorporar a nuevos actores. Sin embargo, el sistema que dio lugar a un predominio de la costa entró en crisis al finalizar el siglo XX, con la desestructuración del Estado que cumplía el papel articulador de las regiones. Este hecho peculiar también se vio en Italia, en un juego de contrapesos regionales de la política, como postula Jorge León. Se podría añadir que Bolivia, con sus propios conflictos regionales, es también una adecuada situación comparativa con Ecuador tal como ha sido analizada por Felipe Burbano. En tanto que el caso peruano muestra la centralidad de Lima frente a unas regiones, que disputan históricamente el centralismo limeño.

En el artículo publicado inicialmente en 2012, con el que se que cierra la compilación, León establece una mirada lúcida e irónica sobre lo que ocurría con la idea de proyecto que articulaba a Correa con sus círculos de poder estatal y la naturaleza de la modernización que se hallaba en curso. El proyecto (político) resultaba una entelequia que podía ser interpretada siempre con los insistentes cambios y matices que imponía el líder. Define la naturaleza de una modernización conservadora y su liderazgo personalizado y concentrador del poder sin un proyecto democratizador, puesto que había establecido una confrontación con los movimientos sociales y la sociedad civil. La mentalidad de Correa estaba influida por la doctrina social de la Iglesia y con ciertos elementos de lenguaje de izquierda. La comparación -distante en el tiempo- es con la modernización conservadora de García Moreno. En otros análisis de coyuntura publicados en revistas y compilaciones, León insistió en que Correa era ideológicamente de centro derecha, orientado por la doctrina social de la Iglesia más que por la teología de la liberación, aunque su antiimperialismo permitía satisfacer a corrientes de izquierda.

La antología proporciona una mirada al movimiento indígena, los factores regionales de la política y la coyuntura de los primeros años de la revolución ciudadana. Como se sabe, Jorge León investigó en distintos momentos el sindicalismo, la democracia, los procesos electorales y la escena internacional. Sus columnas en El Comercio durante algunos años pulsaron la escena política durante la época correísta con un alcance que permitía establecer las lógicas de la vida social y política, más allá de los eventos circunstanciales.

En la introducción a la compilación, Catherine Conaghan destaca el papel de Jorge León en su trayectoria intelectual y de vida que forjó lazos con el mundo académico y de los movimientos sociales. Precisamente el Centro de Investigación de los Movimientos Sociales (CEDIME), una institución impulsada por él, contribuyó al rescate de archivos, documentos y estudios de las organizaciones populares del Ecuador. Señala Conaghan que la capacidad de León para analizar los distintos rasgos del "sistema llamado Ecuador" provenía de una sólida formación académica adquirida en Canadá y Francia, junto a un compromiso personal con las organizaciones sociales y populares.

En la producción escrita de León predomina el razonamiento analítico, con una peculiar manera de articular los datos y explicaciones y el manejo flexible de marcos interpretativos informados de los debates contemporáneos de la sociología y la ciencia política, junto al conocimiento de la historia. Son horizontes de construcción del conocimiento en los que se percibe la influencia de Alain Touraine, quien insistió siempre en la historicidad de la sociedad, constituida por relaciones sociales, actores y conflictos que se hallan en una permanente transformación. Touraine es uno de los más influyentes pensadores que formó y dialogó con numerosos sociólogos a lo largo de América Latina.¹ De ello quedan libros y publicaciones que evidencian su influencia con su teoría de los movimientos sociales.

Se puede afirmar que la opción personal de Jorge León en su acompañamiento a las organizaciones indígenas, contribuyó decisivamente en la comprensión de las demandas étnicas y las dinámicas organizativas. Y también que su visión de la sociedad apunta a una explicación del conflicto, el poder y los pactos como elementos constitutivos de la trama social. Sus argumentos, seguramente persistirán en las interpretaciones de la sociedad ecuatoriana.