Procesos 59, enero-junio 2024138
frente a una soberanía de superior índole. ¡Que conste el carácter de la rebe-
lión de los barrios de 1765 tan “inédito y singular” en palabras de Anthony
McFarlane6 y, obviamente, las dos juntas de gobierno de 1809 y 1810-1812!
La huella de estos acontecimientos explica, en parte, el espíritu de rebeldía
que se experimentó frente a la administración de Aymerich en 1820-1822 y,
luego, frente a la de Vicente Aguirre en 1822-1824. El virrey Pedro Messía
de la Cerda había consignado ya en 1772 su absoluta desconanza hacia sus
propios vasallos, especialmente quiteños.7 Utilizaba la metáfora del incen-
dio, antecediéndose a la del volcán, que utilizó Bolívar.
el transCurso de la independenCia:
de las repúbliCas urbanas a la repúbliCa del eCuador
Cuando trató de entender el paso del Antiguo Régimen a la Revolución,
Tocqueville enfatizó la impronta de la larga duración frente al mito de la
ruptura política. La república diseñada en Francia a partir de 1792 habría
sido el punto de llegada de un largo proceso. ¿No habría de igual manera
un “momento independencia” de más amplia cronología, que conectara pa-
radójicamente la geometrización política y scal del Reyno de Quito por los
Borbones con la fundación misma del Estado del Ecuador? De igual manera,
acordémonos que dos décadas antes de que Tocqueville estuviera fascinado
por la construcción a ras de suelo de la democracia americana, Benjamin
Constant, en los pasos de Jean de Sismondi, destacó el papel esencial de un
“cuarto poder” para conformar la libertad de los modernos: el poder muni-
cipal. A nuestro parecer, este libro verica ambos postulados.
Por una parte, Santiago Cabrera Hanna señala cómo la Constitución de
Cúcuta ruralizó la participación política pero, a la vez, reforzó el papel de los
cabildos de las ciudades principales. Al preservar los municipios como gu-
ras esenciales del “gobierno de las comunidades”, supeditándolos a la vez
a “la jerarquía del régimen de intendencias” (pp. 134-136), ¡hasta se podría
decir que la república de Colombia logró concretar el proyecto borbónico!
Las atribuciones dadas a los jefes superiores y a los intendentes en mate-
ria militar y scal lo conrman de sobremanera. Por tanto, se hace evidente
que “el régimen colombiano trazó continuidades con el sistema imperial, y
6. Anthony McFarlane “The ‘Rebellion of the Barrios’: Urban Insurrection in Bourbon
Quito”, Hispanic American Historical Review 69, n.º 2 (mayo 1989): 283.
7. “Relación del estado del Virreinato de Santafé que hace el Excelentísimo señor don
Pedro Messía de la Cerda a su sucesor don Manuel Guirior”, 1772, BNCB, fondo Manus-
critos, vol. 289, pieza 1, en Germán Colmenares, Relaciones e informes de los gobernantes de la
Nueva Granada, t. 1 (Bogotá: Banco Popular, 1989), 144-145.