Procesos 58, julio-diciembre 2023190
micas de Europa y América: TheNewStatesman,TheListener,TheSpectator,
TheLondonReviewofBooks, TheTimes,ElTiempo, El Espectador y otros.
Malcolm fue en cierto modo un “siete ocios”, pero su mayor aporte
intelectual fue la docencia universitaria, a la que dedicó toda su vida. Sus
clases y seminarios formaron a mucha gente y su actividad como mentor y
director de tesis de grado fue amplísima. Debió tener un record en este cam-
po, ya que orientó trabajos de doctorandos británicos, de la mayoría de los
países latinoamericanos y de otras latitudes. Y, como lo atestiguamos quie-
nes fuimos sus alumnos, era un supervisor dedicado que se esmeraba por
ayudar de varios modos a quienes bregábamos por escribir una tesis que
resistiera al tribunal.
Por años, pero sobre todo cuando murió, se destacó la enorme contribi-
ción de Malcolm Deas a la historia, la política y la cultura de Colombia. Y
eso estuvo muy bien. Pero a mí me parece, como lo he hecho, que no se debe
dejar de lado su aporte más amplio en el continente. A más de las actividades
ya mencionadas, quiero recordar, por ejemplo, que Malcolm nos acompañó
los primeros años de vida de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede
Ecuador. Vino a Quito varias veces y apoyó los primeros pasos de Procesos.
Revista Ecuatoriana de Historia, de nuestra maestría, del doctorado y posdoc-
torado, y de la Historia de América Andina.
En 1992, año en que se fundó nuestra universidad, Malcolm vino a Quito
y acompañó la gestión para su reconocimiento como organismo académico
internacional. Entonces recibió la “Orden Nacional al Mérito” de la Repúbli-
ca del Ecuador, su primera condecoración, que sería seguida por otras en los
años futuros. En esa ocasión viajamos a Portoviejo, donde recibió el doctora-
do honoris causa de la Universidad Técnica de Manabí, luego de que disertó
sobre Eloy Alfaro. Malcolm apreciaba mucho esa distinción, que también fue
la primera, porque Manabí es la cuna del legendario “Viejo luchador”. Otros
homenajes académicos mejor conocidos vendrían luego.
Además de notable talento, Malcolm Deas tenía una gran formación aca-
démica, pero se resistió a inscribirse en alguna tendencia historiográca. Se
sentía heterodoxo y crítico. Era conservador, pero entendía, y usaba a veces,
conceptos venidos de Past and Present y los autores marxistas. Se entendía
bien con colegas de todas las posturas teóricas. A propósto, no sentía inclina-
ción por las especulaciones teóricas, preriendo la búsqueda de información
empírica. De la lectura de sus obras, de sus clases y las charlas con él, queda-
ba muy claro que le interesaban temas concretos y que buscaba datos en los
recovecos no explorados del pasado para exponer aspectos novedosos con
los que se podía entender mejor la realidad pretérita y presente.