Procesos 58, julio-diciembre 2023 185
otros, a veces con el mismo signicado, pero que sirven para darle entidad
mercantil a eso que se llama autor, imponerse en las ventas y generar divi-
dendos. La contracara de esa cantidad de libros que, cada vez más, la gente
descarta de sus casas y abandona en la calle como a un perro de país pobre,
otro indicio de cómo los libros comparten la vida corta de los electrodomés-
ticos y la ropa.
Esa lógica de la promoción tampoco es nueva —basta leer a Robert Darn-
ton a la hora de pensar en las Luces del XVIII— ni se limita a los rubros de gran
venta. Ya se quejaba el fallecido José María López Piñero en el congreso que, a
principios de la década de 1990, se realizó en España a propósito de la mun-
dialización de la ciencia: en esa ocasión, despotricaba contra el libro que sobre
Alexander von Humboldt se había puesto de moda, denunciando una serie de
banalidades y errores que se vendían al por mayor gracias a este éxito editorial,
traducido a varios idiomas y que hoy, por supuesto, nadie recuerda.
Este olvido no se debió a la obra de los estudiosos de Humboldt, quie-
nes, como Marie-Noëlle Bourguet, Ottmar Ette o Wolfgang Schäner, han
propuesto que sus viajes y su obra no se pueden pensar como la travesía
de un individuo solitario sino como el resultado del intercambio de ideas
con los naturalistas, coleccionistas e ingenieros de minas americanos y de la
consulta a los archivos mexicanos y cubanos. Pues no, el enterrador de aquel
bestseller fue el nuevo suceso de ventas —el libro de Andrea Wulf— que nos
asalta en todos los rincones del globo cuando nos preguntan a qué nos de-
dicamos. En las clases de gimnasia de Canberra, en los círculos de las letras
argentinas, en las residencias para artistas en el Mediterráneo, en el metro de
Madrid y, por supuesto, en el de Nueva York.
En el libro que aquí comentamos y con el que uno de nosotros colaboró,
el capítulo sobre Bonpland y su orido cactus, sirve como metáfora de este
mismo proceso, pero en el campo de la jardinería y la botánica. Una planta
que se transforma en un éxito comercial, que se vende, se exhibe y se difunde
en el mundo de los jardineros y horticultores pero que, en el de los botánicos
sistemáticos, no deja de ser un error taxonómico cuestionado por unos y por
otros. Y por lo visto, esas críticas no hicieron mella en las ventas porque, a n
de cuentas, se trataba de un cactus tan extraordinario como el viaje donde se
había originado.
Sí, todos los días se descubre América y Humboldt se propuso descu-
brirla por segunda vez, como es habitual recordar cada vez que se alude al
personaje olvidando que, en realidad, se veía como un Colón para los datos.
¿Lo hizo? Sin duda, pero como tantos otros antes y después de él. Su Examen
críticodelahistoriadelageografíadelnuevocontinente (editado entre 1836 y
1839 en varios volúmenes) iba a establecer una analogía muy plutarquiana
entre los dos descubridores y las dos eras de los descubrimientos.