Comerciantes republicanos
en el Suroccidente colombiano (1850-1912)*
Republican traders in south-western Colombia (1850-1912)
Comerciantes republicanos no sudoeste colombiano (1850-1912)
Brayhan Arevalo Meneses
UniversidadAndinaSimónBolívar,SedeEcuador
Quito, Ecuador
arevalo231@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-5885-3442
https://doi.org/10.29078/procesos.n58.2023.4363
Fecha de presentación: 30 de octubre de 2023
Fecha de aceptación: 14 de diciembre de 2023
Artículo de investigación
Procesos. Revista Ecuatoriana de Historia, n.º 58 (julio-diciembre 2023), 11-43. ISSN: 1390-0099; e-ISSN: 2588-0780
* El presente artículo es producto de la tesis doctoral titulada “Comercio republicano.
La región suroccidental colombiana durante la segunda mitad del siglo XIX”. Dicha tesis
fue nanciada por la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, a través de sus
becas doctorales.
RESUMEN
Este artículo establece un vínculo entre la acción colectiva de los grandes
comerciantes del Suroccidente colombiano y el republicanismo.
Con este objetivo, explora las libertades de asociación, crédito, inversión
y formación de los comerciantes. El estudio argumenta que las agencias
de los comerciantes fueron fundamentales para dinamizar las frágiles
economías de las nacientes repúblicas que se insertaron al mercado
mundial a mediados del siglo XIX. Sin embargo, su acción no fue
nacional, sino regional donde se consolidaron como un grupo social
dominante. De esta manera, el artículo acomete el estudio
de las libertades en función de las actividades comerciales.
Este es un aspecto poco estudiado por la historiografía enfocada
en el sufragio y el surgimiento de la opinión pública como escenarios
de la libertad moderna.
Palabras clave: historia latinoamericana, historia social, historia
de Colombia, comercio, república, libertad, siglo XIX, siglo XX, regiones.
ABSTRACT
This article draws a link between the collective action of large merchants
in southwestern Colombia and republicanism. To this end, it explores
the traders’ freedoms of association, credit, investment, and training. The
study argues that the merchants’ agencies were fundamental to dynamize
the fragile economies of the emerging republics that were inserted into the
world market in the mid-nineteenth century. However, their action was
regional rather than national, where they consolidated themselves as a
dominant social group. In this way, the article undertakes the study of
freedoms in terms of commercial activities. This aspect has been scarcely
studied by historiography focused on surage and the emergence of public
opinion as scenarios of modern freedom.
Keywords: Latin American history, social history, history of Colombia,
trade, republic, freedom, 19th Century, 20th Century, regions.
RESUMO
Este artigo estabelece um vínculo entre a ação coletiva dos grandes
comerciantes do sudoeste colombiano e o republicanismo. Com isso,
explora-se as liberdades de associação, crédito, investimento e formação
dos comerciantes. O estudo argumenta que as agências foram
fundamentais para dinamizar as frágeis economias das nascentes
repúblicas que entraram no mercado mundial a meados do século XIX.
Sem embargo, a sua atuação não foi nacional, mas sim regional com a
qual se consolidaram como um grupo social dominante. Dessa forma,
o artigo empreende o estudo das liberdades em função das atividades
comerciais. Este ainda é um aspecto pouco estudado pela historiograa
focada no sufrágio e no surgimento da opinião pública como cenários da
liberdade moderna.
Palavras chave: história latino-americana, história social, história da
Colômbia, comércio, república, liberdade, século XIX, século XX, regiões.
introduCCión
La inserción económica de las repúblicas latinoamericanas al mercado
mundial en el siglo XIX conguró una “globalización” comercial marcada
por cortos auges y prolongadas crisis.1 En Colombia, el republicanismo ofre-
ció una plataforma política e ideológica para que los comerciantes ejercieran
acciones colectivas manifestadas a través de las libertades de asociación, in-
versión, consumo, crédito y la posibilidad de comerciar con cualquier merca-
dería, salvo algunas exenciones de armas y máquinas para hacer monedas.2
El período de mayor intensidad de ese republicanismo comercial se inició a
partir de las reformas liberales de mediados del siglo XIX que consideraron
el crecimiento del comercio interno y externo como el único camino hacia el
progreso; esta política se extendió hasta las primeras décadas del siglo XX,
cuando la industrialización cambió los elementos y mecanismos sobre los
cuales debía avanzar el desarrollo económico del país.3
Hay que advertir que la historiografía colombiana ha dividido la segun-
da mitad del siglo XIX en dos grandes períodos políticos conocidos como
Federalismo (1853-1886) y Regeneración (1886-1903).4 Sin embargo, una re-
visión sobre la legislación comercial demuestra que entre esos dos períodos
no existieron diferencias sustanciales a nivel comercial como sí las hubo en
lo administrativo, político, educativo y religioso. La idea del crecimiento
del comercio basado en las libertades económicas se mantuvo en sus líneas
generales desde la unicación y el establecimiento de los derechos de im-
portación y exportación, en 1823.5 Luego se publicaron varios Códigos de
Aduanas y Comercio, en 1853, 1856, 1864, 1872, 1888 y 1899, que solo se dife-
renciaron en el valor y organización de las tarifas, la exención, imposición o
anulación de aranceles a ciertos productos, el funcionamiento de las aduanas
1. Sandra Kuntz, Laprimeraeraexportadorareconsiderada:unarevaloracióndesucontri-
buciónalaseconomíaslatinoamericanas (Ciudad de México: El Colegio de México, 2019); y
Sandra Kuntz, Lasexportacionesmexicanasdurantelaprimeraglobalización(1870-1929) (Ciu-
dad de México: El Colegio de México, 2010).
2. Jorge Orlando Melo, “Las vicisitudes del modelo liberal (1850-1899)”, en Historia
económicadeColombia, ed. por José Antonio Ocampo (Bogotá: Siglo XXI, 1991), 119-172.
3. Frank Saord, “The Emergence of Economic Liberalism in Colombia”, en Guiding
the Invisible Hand. Economic Liberalism and the State in Latin American History, ed. por Joseph
L. Love y Nils Jacobsen (Nueva York: Praeger, 1988), 35-62.
4. María del Pilar Melgarejo, “El lenguaje político de la Regeneración en Colombia y
México” (tesis de doctorado, Universidad de Pittsburgh, 2007).
5. “Ley del 5 de agosto de 1823”, en CodicaciónnacionaldetodaslasleyesdeColombiades-
de el año de 1821, hecha conforme a la ley 13 de 1912, t. I (Bogotá: Imprenta Nacional, 1924), 262.
Procesos 58, julio-diciembre 202314
y los resguardos, los requisitos legales para crear sociedades y el control del
contrabando.6
Lo anterior no sugiere un período homogéneo en lo comercial, pues los
verdaderos vaivenes surgieron de las bonanzas y crisis de los precios de las
exportaciones colombianas en el mercado mundial y de las guerras civiles in-
ternas. Los auges del tabaco y la quina (1850-1857), quina y café (1870-1873)
y café (1893-1898) aumentaron las ganancias, estimularon la diversicación
de las inversiones y el aoramiento de sociedades comerciales. Mientras que
las crisis producidas por la recesión mundial de la guerra civil norteameri-
cana (1861-1865), la guerra civil interna (1875-1877), la estrepitosa caída de
los precios de la quina (1883-1887), que coincidió con otra guerra civil, la
depresión severa producida por la Guerra de los Mil Días y la hiperinación
(1899-1903),7 afectaron la movilización de las mercaderías, el consumo de
importaciones y el interés de los créditos.8
En cuanto al espacio, la nación no fue el escenario donde se movieron a
plenitud los comerciantes, pues los medios de comunicación entre las cam-
biantes provincias, estados y, posteriormente, departamentos fueron preca-
rios.9 En su lugar, fueron las regiones económicas, conectadas cada una por un
puerto marítimo o uvial distinto, las que determinaron el ritmo, dirección,
magnitud e intensidad del comercio.10 En ese proceso, fueron fundamentales
los caminos carreteros y proyectos ferroviarios que conectaron las sierras con
el mar, la consolidación de gremios de comerciantes por regiones, los senti-
mientos regionalistas particulares y los recursos naturales (clima, productos
agrícolas, geografía, ríos, etc.). Para el caso suroccidental colombiano, se trató
de un espacio periférico y de fronteras permeables con el Ecuador que buscó
6. “Ley del 1 de junio de 1853”, en ibíd., t. XV, 351-515; “Decreto del 1 de agosto de
1856” , en ibíd., t. XVII, 173-221; “Ley 42 del 29 de mayo de 1864”, en ibíd., t. XXI, 121-166;
“Decreto del 13 de agosto de 1872”, en ibíd., t. XXVI, 222-303; “Ley 27 del 21 de febrero de
1888”, en Leyes de la República de Colombia expedidas por el Consejo Nacional Legislativo en sus
sesiones de 1888 (Bogotá: Imprenta de Vapor Zalamea Hermanos, 1888), 93-97; Henrique
Arboleda, CódigodeaduanasdelaRepúblicadeColombia (Bogotá: Imprenta de Vapor, 1899).
7. José Antonio Ocampo, Colombiaylaeconomía mundial,1830-1910 (Bogotá: Tercer
Mundo, 1984), 105-119.
8. ElTrabajo, n.º 4, 11 de junio de 1887: 2.
9. Sobre la conguración económica de la región suroccidental y sus desconexiones
con las divisiones administrativas políticas, véase Brayhan Arevalo, “Economía y región.
El caso del Suroccidente colombiano durante la segunda mitad del siglo XIX”, Ocio.Re-
vista de Historia e Interdisciplina, n.º 14 (2022): 29-50.
10. Según Colmenares, la fracción de clase dedicada al comercio de exportaciones no
fue una expresión de la nación, como no lo fue la economía en general, sino un complejo
sistema de regiones. Germán Colmenares, “La nación y la historia regional en los países
andinos, 1870-1930”, Revista Andina 3, n.º 2 (1985): 310-313.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 15
afanosamente conectar las sierras y los valles interandinos con el océano Pa-
cíco y este, a su vez, con el mundo atlántico (gura 1).11
Los agentes que articularon esa economía regional con el mercado mun-
dial fueron, principalmente, los grandes comerciantes que construyeron una
visión propia de la república a través de acciones colectivas manifestadas
en las libertades de hacer negocios, realizar inversiones, solicitar u ofrecer
créditos, participar en la opinión pública y sostener confrontaciones con el
11. La ruta comercial marítima del Pacíco desde 1840 recorrió toda la costa desde
Panamá, pasando por Buenaventura, Tumaco, Esmeraldas, Guayaquil, El Callao y Valpa-
raíso hasta dar la vuelta por Magallanes. Véase Raymond Rydell, CapeHorntothePacic.
TheRiseandDeclineofanOceanHighway (Berkeley / Los Ángeles: University of California
Press, 1952).
Figura 1. Mapa de la región suroccidental a nales del siglo XIX
Fuentes y elaboración del autor.
Procesos 58, julio-diciembre 202316
Estado scalista.12 A nivel jurídico fueron reconocidos como comerciantes
los hombres mayores de veinte años con peculio propio, habilitados para la
administración de sus bienes y, en el caso de las mujeres, con autorización
de su padre o marido y, para las separadas, con permiso de un juez. Asi-
mismo, se entendió por comerciantes a aquellos ciudadanos que realizaron
negocios de forma esporádica, regular o de manera profesional, nacionales
o extranjeros. Para los dos últimos era necesario inscribirse en los registros
censales de cada cantón, llevar sus propios libros de cuentas y guardar to-
dos los documentos arancelarios expedidos por las aduanas.13 Por supuesto,
no se ignora que allí también participaron otros agentes que aquí no serán
abordados, como fueron los pequeños comerciantes, artesanos, transportis-
tas (marineros, bogas y arrieros), consumidores en general y los funcionarios
del Estado, especialmente los aduaneros y cónsules.
Estudios recientes en el campo de la historia económica regional se han
concentrado sobre los negocios, inversiones y redes de unos cuantos comer-
ciantes, considerados importantes por la magnitud de sus transacciones, de-
jando de lado que constituyeron una comunidad más amplia cohesionada
por intereses y acciones comunes.14 Aunque no se puede hablar de un grupo
homogéneo, dada la diversidad de sus capitales, inversiones, nacionalidad,
religión, ubicación o liación política, al menos se pueden distinguir algunas
características que los denieron como un grupo social en ascenso.
Por un lado, conformaron gremios y asociaciones que sirvieron para
controlar la oferta, la demanda y los precios en el mercado interno. Su or-
ganización y poder económico les sirvió para enfrentar la política scalista
del Estado central y participar activamente en casi todos los debates de la
opinión pública. Además, consolidaron una comunidad comercial en cons-
tante crecimiento, constituida principalmente por hombres, que defendie-
ron una serie de derechos y virtudes alrededor del respeto por la propiedad
privada, cumplimiento, solidaridad, riesgo, desarrollo cientíco y búsqueda
del progreso. De esa manera, su republicanismo no solo se expresó en los
12. El concepto de “acción colectiva” fue desarrollado por Charles Tilly y también
por Eric Van Young para explicar los medios por los cuales los sectores sociales ejercen
el poder, plantean sus intereses y presionan a sus oponentes. Esas acciones transitan por
diferentes temporalidades, son locales y globales, directas e indirectas, legales e ilegales,
violentas y pacícas, y se alimenta de las coyunturas y oportunidades políticas, económi-
cas y culturales. Véase María Camila Díaz Casas, Salteadores y cuadrillas de malhechores: una
aproximaciónalaaccióncolectivadela“poblaciónnegra”enelSuroccidentedelaNuevaGranada,
1840-1851 (Popayán: Universidad del Cauca, 2015), 11-59.
13. “Ley del 1 de junio de 1853”, en Codicaciónnacionaldetodas..., t. XV, 351-515.
14. Véase, por ejemplo, Catherine Espinosa, Isabel Cristina Bermúdez y Alonso Va-
lencia, UlpianoLloredaylosiniciosdelaindustrializaciónvallecaucana (Cali: Universidad del
Valle, 2017).
Procesos 58, julio-diciembre 2023 17
tradicionales campos de la política y la vida pública, sino que también hizo
presencia en la economía.15
Por otro lado, se ha insistido en que las economías regionales se desa-
rrollaron en permanente crisis y retraso, lo cual merece una revisión a la
luz de las agencias de los comerciantes y las libertades republicanas que
dispusieron en las regiones. Si bien es cierto que los productos de exporta-
ción estuvieron marcados por movimientos especulativos, también lo es que
el comercio regional sufrió una serie de trasformaciones que se ha tendido
a opacar.16 Por ejemplo, las inversiones se diversicaron para amainar las
pérdidas, las importaciones fueron cada vez más grandes, se construyeron
caminos, con todas las dicultades asociadas, y se fundaron redes de infor-
mación comercial.17 Contrario a lo que sugirió la historiografía económica de
un siglo XIX que habla de constante crisis, la mayoría de los comerciantes
aumentaron sus fortunas, ampliaron sus propiedades y muchos de ellos, a
inicios del siglo XX, promovieron proyectos industriales, agropecuarios y de
servicios a gran escala.18
Lo anterior no desconoce que la acción colectiva de los comerciantes fue
afectada por las políticas económicas de los diferentes gobiernos. Sin embar-
go, a excepción de las continuas reformas scales que cambiaban las tasas
impositivas y el funcionamiento de las aduanas, lo cual causó la mayoría de
disputas entre el Estado y los comerciantes, ningún gobierno impuso una
visión de la economía completamente liberal o proteccionista. Más bien, po-
líticos liberales y conservadores coincidieron en que el progreso de la nación
solo podría medirse en tanto se aumentara la participación en el comercio
externo y se ampliaran los mercados internos.19
Encuadrado en ese horizonte, este artículo explora la acción colectiva de
los grandes comerciantes apalancada en las libertades republicanas que sur-
gieron en las dinámicas del libre comercio. Para explicar ese proceso se pro-
ponen seis apartados. En el primero se estudia el crecimiento de los comer-
ciantes, entre el segundo y el quinto se abordan las libertades de asociación,
crédito, inversión y formación, y el sexto analiza las confrontaciones con el
15. Marco Palacios, Laclasemásruidosa yotrosensayos depolítica ehistoria (Bogotá:
Norma, 2002), 41-43.
16. Ocampo, Colombiaylaeconomía...
17. Alonso Valencia Llano, EmpresariosypolíticosenelEstadosoberanodelCauca,1860-
1895 (Cali: Universidad del Valle, 1993), 9-10.
18. Jairo Henry Arroyo Reina, HistoriasdelasprácticasempresarialesenelValledelCauca
(Cali: Universidad del Valle, 2006), 27-73.
19. Óscar Rodríguez, “La política económica. Del liberalismo económico a la unica-
ción política formal: 1861-1904”, en EstadoyeconomíaenlaConstituciónde1886, comp. por
Óscar Rodríguez (Bogotá: Contraloría General de la República, 1986).
Procesos 58, julio-diciembre 202318
Estado central scalista. Las fuentes consultadas no solo reejan la visión
estatal contenida en los archivos de las aduanas, censos, correspondencia
consular, legislación y registros notariales, sino que son contrastadas con la
prensa regional y las fotografías.20
el CreCimiento de los ComerCiantes
El desmonte de la economía colonial condicionada por los monopolios,
consulados, hacienda y minería trajo aparejado un aumento espectacular
en los individuos dedicados al comercio.21 Si bien no es posible establecer
con precisión cuántos comerciantes hubo en el Suroccidente colombiano a
nales del siglo XIX, al menos los censos de población ayudan a congurar
un estimado. Cabe aclarar que esos documentos tienen varios problemas de
veracidad y cuanticación, por ejemplo, la poca formación estadística de los
jefes municipales, inspectores y funcionarios públicos encargados de levan-
tar los datos produjo inconsistencias entre las cifras agregadas y desagrega-
das, como es el caso de un individuo que fue al mismo tiempo comerciante,
hacendado, ganadero y profesional liberal, y fue ubicado en una sola cate-
goría.22 La gura comparativa 2, construida a partir de los datos censales
nacionales, pese a todos sus problemas, muestra el crecimiento de los comer-
ciantes suroccidentales frente a otras regiones del país. El principal criterio
de selección no fue la magnitud de sus negocios o inversiones, tampoco el
sector al que se dedicaban, sino que sus actividades estuvieran relacionadas
con la compraventa de productos y servicios.
El primer registro, correspondiente al enorme Estado del Cauca en 1875,
fue de 2631 comerciantes, al interior de una población total de 450 000 habi-
tantes. El segundo registro, de 1912, reportó un aumento en casi tres veces:
7226, que no fue proporcional con el crecimiento de la población general de
la región, que solo llegó a 721 447 personas.23 Los mapas muestran que otras
20. Sobre el análisis de datos comerciales, véase Sandra Kuntz, “Latin American Fo-
reign trade Statistics for the 19th and early 20th Centuries”, Journal of Iberian and Latin
American Economic History 36, n.º 1 (2018): 13-25.
21. Anthony McFarlane y Angela Mejía, “Comerciantes y monopolio en la Nueva
Granada: el consulado de Cartagena de Indias”, Anuario Colombiano de Historia Social y de
la Cultura 11 (1983): 43-69.
22. Fernando Gómez, “Los censos en Colombia antes de 1903”, en Compendios de es-
tadísticashistóricasdeColombia, ed. por Miguel Urrutia y Mario Arrubla (Bogotá: Universi-
dad Nacional de Colombia, 1970).
23. Los datos de población para la región suroccidental en 1912 se construyeron su-
mando la población de los departamentos de Cauca: 211 756 (Caldas, Santander, Popayán,
Camilo Torres y Silvia), Nariño: 292 535 (Núñez, Barbacoas, La Cruz, Juanambú, Obando,
Procesos 58, julio-diciembre 2023 19
regiones como la Central (Cundinamarca) o la Caribe (Bolívar y Atlántico)
también triplicaron el número de comerciantes, mientras el resto lo hizo en
menores proporciones. Esto demuestra que la centralización política y admi-
nistrativa impuesta por la Regeneración, a partir de 1886, para controlar el
desorden y las autonomías de los estados federados, no afectó el desarrollo
del comercio y, por el contrario, aumentó el número de agentes en los bordes
de la nación.
Los comerciantes suroccidentales fueron diferentes a los del centro del
país, a los nororientales o a los caribeños que los superaron en tamaño y
experimentaron un movimiento comercial hacia el norte, vinculándose di-
rectamente con el Atlántico. Inclusive regiones occidentales como la antio-
queña o el Chocó establecieron conexiones más intensas con Cartagena y
Túquerres, Pasto) y Valle: 217 159 (Buenaventura, Cartago, Roldanillo, Buga, Palmira, Cali
y Tuluá). Pedro M. Carreño, Censo general de la república de Colombia levantado el 5 de marzo
de 1912 (Bogotá: Imprenta Nacional, 1912).
Figura 2. Crecimiento de los comerciantes en la región suroccidental
Fuentes: Izquierda. Aníbal Galindo, AnuarioestadísticodeColombia (Bogotá: Imprenta de
Medardo Rivas, 1875). Derecha. Pedro M. Carreño, Censo general de la república de Colombia
levantado el 5 de marzo de 1912 (Bogotá: Imprenta Nacional, 1912).
1875 1912
Procesos 58, julio-diciembre 202320
luego con Barranquilla.24 Por su parte, el movimiento del Suroccidente fue
el único de todas las regiones colombianas direccionado hacia el océano
Pacíco y al sur del continente. En realidad, ese movimiento regional fue
parte de uno más grande, de tipo subcontinental, con varias regiones ecua-
torianas, peruanas y chilenas que atrajeron gran cantidad de población se-
rrana a las costas occidentales, gracias a las economías del cacao, el azúcar
y la minería.25 Una visión más detallada de los comerciantes en la región
suroccidental se puede ver en la gura 3. Allí se muestra su ubicación en
24. Sobre las conexiones comerciales entre el Chocó y Urabá con Cartagena véase
Cuentasprimersemestredelañoeconónico1864-1865ycartadelsecretariodelaSecciónSegunda
delMinisteriodeHaciendaalAdministradordeaduanasdeQuibdó. Fondo Aduanas, Aduana de
Quibdó, t. 133, . 8-11 y 437.
25. Andrés Guerrero, Losoligarcasdelcacao.Ensayosobrelaacumulaciónoriginaria (Qui-
to: El Conejo, 1980); José Gómez Cumpa e Inés Bazán Alfaro, Capitalismoyformaciónre-
gional, Chiclayo entre los siglos XIX y XX (Chiclayo: Concytec, 1989); y Jaqueline Garreaud,
“La formación de un mercado de tránsito. Valparaíso 1817-1848”, Nueva Historia 3, n.º 11
(1984): 157-194.
Figura 3. Número y ubicación de los comerciantes en la región suroccidental, 1912
Fuente: Carreño, Censo general de la república...
Procesos 58, julio-diciembre 2023 21
cada uno de los principales centros poblados, cantones y municipios para
inicios del siglo XX.
Trabajos históricos sobre la región suroccidental han planteado la exis-
tencia de una región económica compuesta en su interior por archipiélagos
casi autónomos.26 De este quedaron valiosas huellas documentales que de-
muestran su integración en los documentos aduaneros, prensa, estudios
geográcos y en registros notariales compuestos por contratos, escrituras,
anzas, poderes y recibos de pago. Allí se puede registrar el origen y destino
de las mercaderías que al ser recopiladas y organizadas dieron forma a lo
que se muetra en la gura 4.
En el mapa se observa la existencia de lugares centrales (círculos gran-
des), secundarios (círculos medianos) y menores (círculos pequeños), inter-
conectados por medio de caminos y ríos. La teoría de lugar central sigue los
planteamientos teóricos de Walter Christaller sobre la jerarquización de los
mercados y los de Carol Smith sobre las relaciones entre mercados menores,
ocasionales o periódicos conectados a través de caminos, puertos y rutas
transoceánicas.27 En el Suroccidente, la jerarquización del mercado interno
regional estuvo condicionada por dos ejes verticales: uno sobre la costa del
Pacíco y otro sobre el corredor andino, unidos al mar por dos conexiones
horizontales reguladas por los puertos de Tumaco y Buenaventura.
Como se ha demostrado en otros trabajos, la conguración comercial del
Suroccidente estuvo marcada por la integración de varias subregiones, liga-
das por intercambios de mercaderías, rutas, sistemas de transporte, políticas
económicas y sentimientos regionalistas.28 El enlace comercial más dinámico
fue el del valle geográco del río Cauca debido a la conexión férrea entre Cali
y el puerto de Buenaventura, el aumento del consumo de importaciones en
los principales centros poblados y la emergencia de Cali como un gran centro
industrial y comercial.29 Por su parte, los enlaces comerciales entre Popayán,
Pasto, Túquerres y Barbacoas estuvieron marcados por un intenso intercam-
bio de productos para el consumo interno de harinas, anís, tubérculos, cerea-
les, artesanías y oro, que se complementaron con el comercio internacional
de importaciones de productos industrializados y exportación de materias
26. Jaime Londoño, “Vapores y ferrocarril en la conguración de una región econó-
mica, 1874-1974”, en FormasdemodernizaciónregionalenelSuroccidentecolombiano (Cali:
ICESI, 2013), 160-168.
27. Walter Christaller, Central Places in Southern Germany (Englewood Clis: Prentice-
Hall, 1966); Carol Smith, “El estudio económico de los sistemas de mercado: modelos de
la geografía económica”, NuevaAntropología 4, n.º 19 (1982): 44.
28. Arevalo, “Economía y región...”.
29. Brayhan Arevalo, “Buenaventura y el circuito comercial del Valle del Cauca, 1885-
1900” (tesis de maestría, Universidad de los Andes, 2017).
Procesos 58, julio-diciembre 202322
primas a través del puerto de Tumaco. 30 Una mención especial merece el nor-
te ecuatoriano integrado a la región suroccidental colombiana a través de la
vieja ruta comercial entre Quito y Popayán y por el comercio costanero del
océano Pacíco. En ambos casos fueron fundamentales los intercambios de
textiles, artesanías, trabajadores y productos agrícolas de las sierras dinami-
zados por el oro barbacoano y las importaciones llegadas a Tumaco.31
30. Benhur Cerón, “Pasto: espacio, economía y cultura. Siglo XIX”, en Pasto: espacio,
economíaycultura, ed. por Benhur Cerón y Marco Ramos (Pasto: Fondo Mixto de Cultura,
1997), 147-148.
31. Guillermo Sosa, “Redes comerciales en las provincias suroccidentales de Colom-
Figura 4. Transacciones comerciales en el Suroccidente, 1850-1900
Fuentes: Archivo General de la Nación (AGN), sección República, fondo Aduanas, t. 12; Adua-
na de Quibdó, t. 133; Aduana de Tumaco, t. 1-12, Aduana de Buenaventura t. 1-12; Aduana
de Ipiales, t. 1-3; y Aduana de Carlosama, t. 1-5; Centro de Investigaciones Históricas, “José
María Arboleda Llorente” (CIH), fondo Antiguo Archivo Central del Cauca, sección República,
subfondos Estanco de tabaco, Estanco de aguardiente, Gobierno, Hacienda y sección Notaría
Única de Popayán 1850-1900; ElTrabajo, n.º 1-121: mayo de 1887-abril de 1891; El Cauca, n.º
1-43, 29 de julio de 1897-14 de julio de 1898; Galindo, AnuarioestadísticodeColombia...
Procesos 58, julio-diciembre 2023 23
unasentidades poderosísimas
y la libertad de asoCiaCión
La acción colectiva de los comerciantes más notables en el Suroccidente
fue la emergencia de sociedades: entre 1848-1900 surgieron más de cien de
diferente tipo en cuarenta y seis poblaciones, siendo las décadas de 1850 y
1890 las de mayor aoramiento de esas entidades. Las más activas fueron
las de tipo político, conocidas como sociedades democráticas, ampliamente
estudiadas por la historia política.32 No obstante, fueron más numerosas e
importantes económicamente las sociedades comerciales, seguidas de las in-
dustriales, agrícolas y las de construcción de caminos. Solo en Cali, entre 1880
y 1900, el historiador Juan Quejada encontró en la prensa y los registros nota-
riales un promedio de cincuenta sociedades comerciales “haciendo negocios”
por año.33 Por su parte, en Popayán, el promedio de sociedades comerciales
que aparecen en los registros notariales “haciendo negocios” anualmente fue
de solo veinte.34 Independiente de su número, todas las sociedades comercia-
les se caracterizaron, en principio, por innovar las estrategias de negociación
y, luego, por transformar los espacios en los que hicieron presencia, de tal
manera que la prensa regional calicó su acción colectiva como
Entidadespoderosísimas que por medio del crédito, de las cajas de ahorros, de las
hipotecas, de los Bancos, y de las letras de cambio, convierte en feraces campiñas
los más estériles campos, canaliza los ríos, hace de las veredas ferrocarriles [...]
bia. Siglo XIX”, HistoriaCrítica, n.º 26 (2003): 99-124; Rosa Zarama, Fabián Benavides y
Andrés Escobar, “Ipiales y Tulcán: entre la cotidianidad y la construcción de la identidad
en la frontera, 1886-1916. Una aproximación a las fuentes documentales”, Historia y Socie-
dad 31 (2016): 135-169.
32. James Sanders, Republicanosindóciles.Políticapopular,razayclaseenColombia,siglo
XIX (Bogotá: Plural, 2017), 201.
33. Juan Quejada, “Procesos de adaptación y cambio. El paso del comercio local al
comercio global en la ciudad de Cali (Colombia) a través de las casas comerciales, 1880-
1900”, Revista Escuela de Historia 2, n.º 18 (2019): 1-25.
34. Centro de Investigaciones Históricas, “José María Arboleda Llorente” (CIH), fon-
do Antiguo Archivo Central del Cauca, sección República, fondo Notarías, sección Notaría
Única de Popayán, 1850-1900. La legislación que reguló la conformación de sociedades en
cuanto a escrituras, registros, comisionistas, transportistas terrestres y uviales, contratos,
permutas, préstamos, anzas, seguros, letras de cambio, pagarés, la quiebra y rehabilita-
ción de comerciantes, entre otros, fue descrita en el Código de Comercio de 1853. “Ley del
1 de junio de 1853”, en Codicaciónnacionaldetodas..., t. XV, 351-515.
Procesos 58, julio-diciembre 202324
reemplaza a la ruina, la escasez y la depravación y conducen a los pueblos a la
plenitud de la civilización.35
En términos generales, las sociedades fueron constituidas por familiares,
amigos, proveedores y agentes ubicados en lugares estratégicos. Sin embargo, en
el Suroccidente abundaron las que estuvieron cohesionadas por lazos familiares
entre hermanos o un padre que se asoció con sus hijos y yernos. Las sociedades
de los hermanos Del Castillo en Barbacoas, los hermanos Arboleda o Clímaco Ri-
vera en Popayán, siguieron la senda de la diversidad de negocios y le adiciona-
ron la producción agropecuaria fortalecida por la unión de tierras, la ocupación
de cargos en las aduanas, la propiedad de periódicos regionales y la venta de
importaciones en almacenes de ultramarinos.36 Esos últimos funcionaron como
nodos de depósito de exportaciones y venta de importaciones ubicados estraté-
gicamente en los centros poblados sobre las calles del comercio (gura 5).
El comerciante Clímaco Rivera estableció el almacén de ultramarinos
“Portales” en la plaza principal de Popayán, donde vendió toda clase de pro-
ductos. Algunos de los más comunes fueron libros, mapas, útiles de escritorio,
perfumes, jabones, cigarrillos, alhajas, manteca, Emulsión de Scott, “en n,
muchos y muy variados artículos de comercio”.37 Pese a toda esa variedad,
llama la atención una cierta especialización de Rivera en libros, licores y ade-
lantos cientícos materializados en taladros, molinos, máquinas y como único
agente en Colombia del fabricante Herman Kohlbush para la venta de medici-
nas. Además, su almacén controló el activo mercado del anís de Pasto, usado
en todas las destilerías de aguardiente de Popayán y sus alrededores.38
Para nales de la década de 1870 fundó, junto con Salvador Valencia
Fernández, la Sociedad Rivera & Valencia que funcionó hasta 1885. Ambos
ejercieron como agentes de varias compañías y casas comerciales nacionales
y extranjeras, comisionistas, compradores de cosechas, exportadores, impor-
tadores y asesores jurídicos.39 El capital de la sociedad fue de 29 635 pesos, de
los cuales 15 922 eran de Rivera y 13 713 de Valencia.40
35. ElTrabajo, n.º 3, 4 de junio de 1887: 2. Énfasis añadido.
36. El Cauca, n.º 39, 16 de junio de 1898: 156; ElTrabajo, n.º 72, 3 de agosto de 1889: 2-4.
Pastor Díaz del Castillo fue tesorero en la aduana de Tumaco en 1876. Archivo General de
la Nación (AGN), serie República, fondo Aduanas, Aduana de Tumaco, t. 6, f. 446.
37. ElTrabajo, n.º 3, 4 de junio de 1887: 4; ibíd., n.º 11, 30 de julio de 1887: 4; ibíd., n.º
72, 3 de agosto de 1889: 2-4.
38. Ibíd., n.º 111, 1 de noviembre de 1890: 4; ibíd., n.º 44, 7 de abril de 1888: 4; ibíd., n.º
20, 1 de octubre de 1887: 4.
39. Para Cali se encontraron 43 tipos de servicios diferentes prestados por las socieda-
des comerciales, véase Quejada, “Procesos de adaptación...”, 18-20.
40. ElTrabajo, n.º 102, 6 de septiembre de 1890: 3; ibíd., n.º 104, 20 de septiembre de
1890: 4; ibíd., n.º 62, 27 de abril de 1889: 4.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 25
Una de las tareas más comunes de Rivera & Valencia fue el cobro de
letras de cambio endosadas a su nombre, para lo cual usaron la conciliación
verbal, en primera instancia y, luego, las vías jurídicas. En ese juego de in-
termediaciones, también se encargaron de organizar subastas para la renta
de degüello y la venta de acciones de compañías mineras.41 Finalmente, cabe
destacar la participación de Rivera en la construcción de caminos como socio
y tesorero de la Compañía del Camino de Micay, que unió a Popayán con el
océano Pacíco.42
Son escasos los estudios sobre las relaciones que entablaron las socieda-
des comerciales con sus compradores. Una de las pocas investigaciones se
concentra en la sociedad de José María Uribe en Rionegro, donde su corres-
pondencia evidenció relaciones sustentadas en la conanza, honor y hon-
radez. Las cartas de recomendación jugaron un papel fundamental porque
41. Por ejemplo, vendieron con éxito las 500 acciones de la Compañía Unida de las
Minas del Cedrel y la María para instalar molinos norteamericanos. Ibíd., n.º 107, 4 de
octubre de 1890: 2; ibíd., n.º 75, 24 de agosto de 1889: 2; ibíd., n.º 99, 2 de agosto de 1890: 4.
42. Ibíd., n.º 37, 11 de febrero de 1888: 4.
Figura 5. Panorámica de la calle del comercio de Buga, 1885
Fuente: Luciano Rivera y Garrido, Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero, fondo
ArchivodelPatrimonioFotográcoyFílmicodelValledelCauca, & 102882, http://hdl.handle.
net/123456789/40342.
Procesos 58, julio-diciembre 202326
fueron las referencias de un comerciante a otro, permitieron a uno nuevo o a
un cliente acceder a un crédito o vender un producto. Los clientes de Uribe
fueron de varios tipos, pero, sobre todo, pequeños comerciantes que abas-
tecieron sus tiendas con mercaderías importadas por esa sociedad. Al nal,
una sola sociedad contaba con casi mil clientes enganchados por créditos,
cuya información quedó registrada en los libros contables que, lamentable-
mente, son una rareza archivística.43
Por desgracia, no se han encontrado los libros de cuentas de los almace-
nes de ultramarinos suroccidentales. Solo se cuenta con registros de importa-
ción y una gran cantidad de avisos de prensa que, afortunadamente, revelan
la variedad de las mercancías. En Popayán, por ejemplo, los almacenes de
Luis Barragán y César Castro fueron de los más grandes y variados, donde
se podía conseguir casi de todo.44 Lo mismo pasó en Cali y Buenaventura
donde las sociedades de los Hermanos Umaña, Otero & Cía., Hermanos Mer-
cado, Menotti y muchos otros, instalaron grandes almacenes que suplieron
las necesidades del consumo regional (gura 6).45 Otra función de esas socie-
dades fue la agilización de los negocios, la nacionalización de mercancías en
las aduanas y el préstamo de dinero, a un interés del 2 % mensual. Además,
como garantía de todas sus transacciones pusieron sus bienes inmuebles.46
Por otro lado, la acción de las sociedades comerciales se extendió al ma-
nejo de las franquicias de algunas fábricas extranjeras que hicieron presencia
en la región, como fue la sociedad vallecaucana Otero & Cía., agentes de
la cervecera neoyorquina Beadleston & Woerz, de varias casas europeas de
coñac y brandy, agentes de la PacicSteamNavegation, vendedores de segu-
ros y únicos consignatarios de la sal peruana introducida por Buenaventura
(gura 7).47
En el caso de Otero & Cía. no solo vendieron los productos industriales
de las fábricas extranjeras, sino que compraron en el mercado local los insu-
mos necesarios para la producción de cueros, cuernos, tagua y algunos tan
exóticos para la moda europea como pieles de aves con plumas “especial-
mente de garza y cigüeñas blancas bien curadas”.48 En ese juego del comer-
43. Ana María Mesa Bedoya, “Compradores de chismes y otras mercancías: las rela-
ciones entre clientes y comerciantes importadores en Antioquia en la segunda mitad del
siglo XIX”, Anuario de Historia Regional y de las Fronteras 26, n.º 2 (2021): 429-457.
44. ElTrabajo, n.º 50, 26 de enero de 1889: 4; ibíd., n.º 6, 25 de junio de 1887: 4; ibíd., n.º
115, 29 de noviembre de 1890: 4.
45. El Cauca, n.º 16, 11 de noviembre de 1897: 64; AGN, serie República, fondo Adua-
nas, Aduana de Buenaventura, t. 7, f. 221.
46. “Cuadros de importación de la aduana de Tumaco,1891”, ibíd., Aduana de Ipiales,
t. 2, f. 122; ElTrabajo, n.º 5, 18 de junio de 1887: 4.
47. Ibíd., n.º 75, 24 de agosto de 1889: 2.
48. Ibíd., n.º 96, 12 de julio de 1890: 1.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 27
cio, donde las redes mercantiles se tejieron sobre las libertades republicanas,
otras se consolidaron con el envío de uno o varios empleados de conanza
conocidos como “agentes comerciales” para el manejo de la información,
quienes, al igual que los cónsules colombianos en el exterior, informaron
sobre los precios de las materias primas, la entrada en competencia de otros
productores, los efectos de las guerras y las tasas de interés, buscando obte-
ner la mayor ganancia posible,49 con el telégrafo y la prensa como sus princi-
pales medios de comunicación.50
Algunas de esas revistas mercantiles extranjeras que circularon o se co-
piaron en el Suroccidente fueron las londinenses Revista mensual de Hart y Cía.
y la F. G. Horne, de Londres.51 Allí se difundieron datos sobre el precio de las
exportaciones, con un lenguaje que hacía referencia a mercados “abatidos, en-
49. ElTrabajo, n.º 2, 23 de mayo de 1887: 4; ibíd., n.º 52, 9 de febrero de 1889: 4.
50. Véanse, por ejemplo, los telegramas sobre letras de cambio enviados entre comer-
ciantes en 1879, CIH, fondo Antiguo Archivo Central del Cauca, sección República, fondo
Particular, subfondo Varios, c. 455, f. 1, signatura 20879.
51. “Documentos enviados por administrador de la aduana de Tumaco a la Secretaría
de Hacienda, 1875”, AGN, serie República, fondo Aduanas, Aduana de Tumaco, t. 6, f. 152;
“Carta del cónsul colombiano en Londres a la Secretaría de Hacienda, 1871”, ibíd., fondo
Correspondencia Consular, t. 5, f. 18.
Figura 6. Casa de Comercio de Francisco Menotti, Cali, 1903
Fuente: Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero, fondo Archivo del Patrimonio Foto-
grácoyFílmicodelValledelCauca, B292, http://hdl.handle.net/123456789/39680.
Procesos 58, julio-diciembre 202328
calmados, movidos, quietos o volátiles”.52 Dicha información fue tomada por
las sociedades como valioso insumo para realizar negocios, comprar cosechas,
embarcar mercancías o cambiar de inversiones. Pero nada de eso hubiera sido
posible si las sociedades se hubieran dedicado únicamente a comerciar con
bienes de la tierra y mercaderías importadas. En su expansión, se dedicaron
al asesoramiento legal de reclamaciones de tierras, disputas aduaneras, cobro
de deudas, seguros y obtención de licencias y concesiones.53 Asimismo, las
acciones colectivas hicieron presencia en el lucrativo negocio de los transpor-
tes. Por ejemplo, en Cali, Otero & Cía. fueron agentes de la Compañía Ingle-
sa de Vapores que realizaba viajes quincenales desde Panamá hasta Europa
52. ElTrabajo, n.º 81, 5 de octubre de 1889: 1.
53. Por ejemplo, por una consulta verbal o por redactar un memorial sencillo cobra-
ban un peso; por tramitar una póliza, dos pesos; si tenía que hacer un viaje fuera de su
lugar de residencia, diez pesos y un porcentaje del 25 % de las utilidades en la asesoría
legal y de inversión en grandes negocios. ElTrabajo, n.º 19, 24 de septiembre de 1887: 3-4.
Figura 7. Publicidad de la sociedad Otero & Cía., 1888
Fuente: Jorge Pombo y Carlos Obregón, DirectoriogeneraldeBogotá.AñoII(Bogotá: Im-
prenta de La Luz, 1888), 5.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 29
por el estrecho de Magallanes, como resultado del control inglés del comercio
suramericano después de las independencias.54 Eso, sin contar las inversio-
nes privadas en transportes locales como caminos, vapores por ríos, puentes,
planchones, tarabitas, carruajes, recuas de mulas, entre otras actividades.55
las letras de Cambio
y la libertad del Crédito
La banca regional independiente fue un fenómeno decimonónico que es-
tuvo ligado al federalismo y a las libertades económicas republicanas de los
estados soberanos en Colombia. Para la mayoría de los comerciantes suroc-
cidentales el Banco del Cauca fue una gura secundaria del crédito y más
bien su imagen se construyó alrededor de una institución clientelar que solo
privilegió ciertas redes vinculadas con sus funcionarios.56 Las denuncias sobre
los malos manejos y las negaciones de créditos fueron abundantes y públicas,
por lo que su apertura no signicó una modernización para la economía re-
gional.57 Una de ellas la realizó la sociedad Rivera & Valencia, que citó teóricos
como Bastiat, Say, Smith, Chamans y otros para señalar la importancia de los
bancos como “auxiliares de todas las industrias y muy especialmente de la
agricultura, del comercio y de las artes”, para luego resaltar el mal manejo del
banco caucano. Al nal, no valió el hecho de que los mismos comerciantes fue-
ran los principales accionistas, pues en el caso de Rivera & Valencia, poseedo-
res de treinta y siete títulos de acciones, les negaron varias veces los créditos.58
El impulso federal de los bancos regionales se agotó con las medidas cen-
tralistas del período conocido como la Regeneración que, de acuerdo a Ri-
chard Hyland, “ató la economía regional a las penurias del Tesoro Nacional”
a través de una política scal y bancaria monopolizada desde la capital. En su
afán por imponer el orden, la unidad nacional y la soberanía perdidos duran-
te el Federalismo,59 la banca central impuso medidas regresivas como el curso
54. Ibíd., n.º 75, 24 de agosto de 1889: 2.
55. Valencia Llano, Empresariosypolíticos..., 101.
56. Lenin Flórez Gallego, ModernidadpolíticaenColombia.ElrepublicanismoenelValle
del Cauca, 1880-1920 (Cali: Universidad del Valle, 1997), 49.
57. “Comunicaciones de la gerencia del banco con los accionistas sobre la reforma
de los estatutos, 1878”, CIH, fondo Antiguo Archivo Central del Cauca, sección República,
subfondo Hacienda, c. 397, f. 1, signatura 19968.
58. ElTrabajo, n.º 115, 29 de noviembre de 1890: 1; ibíd., n.º 112, 8 de noviembre de
1890: 2.
59. Sobre la relación entre soberanía y moneda, véase Óscar Rodríguez, “Soberanía
monetaria y ruptura de los lazos coloniales. Las casas de la moneda en la Nueva Grana-
Procesos 58, julio-diciembre 202330
forzoso y la emisión clandestina de billetes, lo cual generó hiperinación, el
rechazo de los comerciantes para negociar con esos billetes y la quiebra de
varios bancos regionales, incluido el Banco del Cauca que cerró sus puertas
en 1893.60 En su lugar, la acción colectiva de los comerciantes mantuvo el sis-
tema de las letras de cambio y el libre comercio del oro desarrollados desde
la independencia, sino antes, convertidos en los medios de pago, unidad de
valor y cuenta más usados entre el comercio regional y mundial.61
Como los bancos poco ayudaron a dinamizar esos movimientos y el
crédito tampoco fue un campo que controlaran, las verdaderas moderni-
zaciones en el sistema crediticio surgieron de la acción colectiva de los co-
merciantes que legitimaron su propio sistema de préstamos.62 Las letras de
cambio fueron acuerdos comerciales legales que se giraron entre dos partes,
el deudor rmaba la letra en “su contra” especicando plazos e intereses que
respaldaba con testigos, mientras el prestamista era el beneciario que más
tarde recibía la totalidad del dinero prestado y los intereses a “su favor”; fue
frecuente que quien poseía una letra a su favor la pusiera a nombre de al-
guien más, con quien tenía deudas, de tal manera, que la misma letra enlazó
dos o más operaciones comerciales en distintos lugares, disminuyendo los
problemas de las distancias y el transporte del dinero en físico.63
En el fondo, las letras fueron una expresión de confianza que emergió
al interior del republicanismo que ejercieron los comerciantes en quienes
recayó la soberanía monetaria y crediticia de la región.64 Pero las letras no
siempre funcionaron con toda la efectividad que esperaron los comerciantes,
pues ellas estuvieron atadas a las fluctuaciones de un mercado externo que
no controlaban. Con respecto a ese fenómeno, la prensa regional identificó
como una de las principales razones de la inestabilidad de las letras el des-
equilibrio de la balanza comercial:
da”, en Propuestasydebatesenhistoriaeconómica, ed. por Décsi Arévalo y Óscar Rodríguez
(Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2011), 221-250.
60. Richard Hyland, SociedadyeconomíaenelValledelCauca.Elcréditoylaeconomía,
1851-1880, t. IV (Bogotá: Banco Popular, 1983), 14-25.
61. El uso de letras como principal mecanismo de crédito también se dio en el Cono
Sur. Manuel Llorca Jaña, TheBritishTextileTradeinSouthAmericaintheNineteenthCentury
(Cambridge: Cambridge University Press, 2012), segunda parte.
62. Hyland, Sociedadyeconomía..., 71-90.
63. Frank Saord, “El comercio de importación en Bogotá en el siglo XIX: Francisco
Vargas, un comerciante de corte inglés”, en Empresas y empresarios en la historia de Colombia,
siglos XIX-XX, comp. por Carlos Dávila (Bogotá: Uniandes / Norma, 2003), 382.
64. Esa soberanía fue posible por la emergencia de una “comunidad de pagos” al inte-
rior de una sociedad. Rodríguez, “Soberanía monetaria y ruptura...”, 228-234.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 31
Balanza comercial no existe entre nosotros, pues no puede haberla desde que nues-
tras importaciones exceden a las exportaciones en casi ocho décimas partes [...]
todas nuestras operaciones con el comercio extranjero están reducidas a permutar
productos naturales del país por mercancías, quedándonos una deuda exorbi-
tante para cubrirla en dinero.65
Las uctuaciones de precios de las exportaciones de quina y café pusie-
ron a tambalear el sistema de letras, como se advirtió en la prensa regional en
junio de 1887: “las letras sobre Europa se pagan al 100 por 100 de premio y tal
vez más, siéndonos del todo imposible cubrir el valor de las mercancías que
se introduzcan al país”.66 Eso también produjo que el precio de las letras se
redujera al 80 % de su valor inicial en las plazas europeas y norteamericanas,
lo que generó pérdidas para los importadores regionales que muchas veces
pagaron, o mejor, intercambiaron las importaciones por materias primas.67
la ganadería y la libertad de inversión
En buena medida, el éxito de la acción colectiva de los grandes comer-
ciantes, como un grupo social y económicamente dominante, estuvo en las
inversiones de tierras que usaron para la ganadería, ya que ese sector fue
relativamente seguro y el mercado de la exportación de cueros bovinos no
fue tan inestable.68 Caso contrario a la producción de carne, destinada ma-
yoritariamente para el consumo interno, afectada pero no paralizada por
las guerras civiles, el abigeato y el mal estado de los caminos.69 A pesar de
que el comercio de la carne entró en la lupa de las autoridades que buscaron
higienizar los espacios de degüello y comercialización, creando instituciones
de control como la “policía bromatológica”, en ningún momento se prohibió
su venta. No obstante, la mejor y más segura inversión que sirvió como prin-
cipal soporte a la acción colectiva de los comerciantes y que además no su-
cumbió a los marasmos políticos, guerras y crisis económicas, fue la compra
y venta de propiedades rurales y urbanas, como lo sintetizó Sergio Arboleda,
65. ElTrabajo, n.º 31, 24 de diciembre de 1887: 1.
66. Ibíd., n.º 4, 11 de junio de 1887: 2.
67. Ibíd., n.º 14, 20 de agosto de 1887: 1; ibíd., n.º 47, 28 de abril de 1888: 4; ibíd., n.º 14,
20 de agosto de 1887: 2; ibíd., n.º 4, 11 de junio de 1887: 2.
68. Miguel Camacho, Valle delCauca, constante socioeconómica deColombia (Cali:
Imprenta Departamental, 1962), 131; Valencia Llano, Empresariosypolíticos..., 198.
69. El Cauca, n.º 37, 2 de junio de 1898: 148. Cabe anotar que el movimiento de ganado
durante las guerras requirió de permisos para su movilización. CIH, fondo Antiguo Archi-
vo Central del Cauca, sección República, subfondo Gobierno, c. 215, f. 1, signatura 17316.
Procesos 58, julio-diciembre 202332
en 1857: “los hombres tímidos han tratado de situar sus ahorros en ncas
urbanas, porque las revoluciones, dicen, no podrán llevar los edicios”.70
Solamente para profundizar en la inversión ganadera, los datos estadís-
ticos ociales y de la prensa regional muestran un sacricio de 50 000 reses
para 1889, de las cuales, cada centro poblado como Cali, Palmira o Buga
consumieron unas 7000; mientras otras poblaciones montañosas o con di-
cultades de acceso, menos de 1000 animales al año. La diferencia entre esos
consumos no se debió solo a las modicaciones en la demanda doméstica
sino a los efectos de las libertades comerciales republicanas y la presión de
las acciones colectivas de los comerciantes para introducir con bajos aran-
celes pastos articiales, alambres de púas, cruzar genéticamente razas, au-
mentar los potreros sobre los bosques y las tierras comunales, y movilizar
con mayor facilidad los semovientes por los caminos carreteros sin riesgo de
perder peso, rodarse o ahogarse.71
Finalmente, es necesario tener en cuenta que las acciones de los comer-
ciantes también generaron respuestas disonantes como las que publicó la
prensa regional sobre el avance ganadero. Según un columnista de ElTrabajo:
“los pastos articiales [se han convertido] en una plaga más asoladora que
la langosta y que la peste”, generando insatisfacción ante la carestía de los
alimentos, mientras “los animales tienen mucho que comer, hasta reventarse
de sebo, los cristianos nos morimos de hambre”.72 Además, en el largo plazo,
la transformación de bosques en potreros de pastos articiales afectó a otros
sectores comerciales, como los relacionados con la explotación de madera,
caucho, quina y pesca.73
la formaCión ComerCial: “más de transaCCiones
ComerCiales que de CombinaCiones polítiCas
En la mayoría de los casos, la formación de los comerciantes fue
autodidacta y durante casi todo el siglo XIX no hubo una carrera comercial
propiamente dicha, a excepción de algunas materias contables en las prin-
70. Citado en Valencia Llano, Empresariosypolíticos..., 177.
71. ElTrabajo, n.º 100, 16 de agosto de 1890: 4; ibíd., n.º 84, 26 de octubre de 1889: 2.
Véase también “Datos estadísticos del consumo de ganado mayor en Popayán, 1890”,
CIH, fondo Antiguo Archivo Central del Cauca, sección República, paquete 189, leg. 7.
72. ElTrabajo, n.º 69, 15 de junio de 1889: 1.
73. Ibíd., n.º 17, 10 de septiembre de 1887: 2; José Escorcia, “Haciendas y estructura
agraria en el Valle del Cauca 1810-1850”, Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cul-
tura, n.º 10 (1982): 130.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 33
cipales universidades.74 La enseñanza familiar y los viajes al extranjero se
convirtieron en las principales acciones colectivas de una formación prácti-
ca que demandó pocos requisitos académicos: iniciativa, capitales, contac-
tos y diversicación en las inversiones. Solo para nales del siglo se funda-
ron escuelas comerciales incluyendo en los currículos de algunos colegios
materias contables, nancieras y comerciales.75 En la región suroccidental la
preocupación por la formación comercial fue notoria, pero no recibió tanto
apoyo institucional. En muchos ámbitos no educativos se consideró al co-
mercio el vehículo más dinámico del progreso. Así lo expresó el presidente
del Estado del Cauca, Tomás Cipriano de Mosquera, en 1871:
El país necesita más de obreros que de escritores públicos; más talleres que tri-
bunas; más de enseñanzas industriales que de propagandas losócas; másde
transaccionescomercialesquedecombinacionespolíticas.76
Viajar a Europa o Estados Unidos para conocer sus plazas comerciales e
industrias les permitió entender la dinámica de los precios, riesgos, competen-
cias, transportes, impuestos, créditos y establecer contactos con proveedores
y compradores. El hermano mayor del político y economista liberal, Salvador
Camacho, en una carta enviada en 1866, antes de su viaje a Europa, le señaló
lo que esperaba que aprendiera en materia de comercio:
Buenas relaciones en los Estados Unidos y Europa. Conocimiento estenso de
esos mercados, establecimiento de relaciones con los fabricantes para obtener
facturas por cuenta i mitad, esto en lo general al negocio, i si además U. lograse
entrar en alguna empresa de mejora material para el país, que dé alimento bien
remunerado a nuestros brazos, las penalidades consiguientes al viaje serían su-
cientemente compensadas.77
74. En los archivos de la Universidad del Cauca se encuentran algunos programas de de-
recho comercial, internacional y marítimo de 1841. CIH, fondo Universidad del Cauca, . 1-12,
signatura 132. Véase también Maritza Rocha y Viviana Martínez, “Historia de la educación
contable en Colombia: la aparición de las primeras escuelas y facultades de Contabilidad”, Ac-
tivos 26 (2016): http://portal.amelica.org/ameli/jatsRepo/292/2921269004/html/index.html.
75. Frank Saord, Elidealdelopráctico:eldesafíodeformarunaélitetécnicayempresarial
en Colombia (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia / El Áncora, 1989), 32-40, 126 y
151. En Cauca la materia de contabilidad fue formalizada en los colegios de secundaria en
1880 por iniciativa de la Superintendencia de Instrucción Pública, liderada por el escritor
Eustaquio Palacios. Además, se fundaron colegios privados que en sus currículos incluye-
ron materias de contabilidad mercantil como el Colegio Comercial en Cali y el Colegio de
Agricultura en Pasto. Valencia Llano, Empresariosypolíticos..., 38-49.
76. Ibíd., 34. Énfasis añadido.
77. Citado en Frédéric Martínez, El nacionalismo cosmopolita. La referencia europea en la cons-
trucciónnacionaldeColombia,1845-1900 (Bogotá: Banco de la República / Instituto Francés de
Estudios Andinos, 2001), 210-212.
Procesos 58, julio-diciembre 202334
Por otro lado, el fortalecimiento de la labor comercial se desarrolló
dentro de una extensa red de intereses tejidos con sectores diferentes. No
fue extraño que dentro de una misma familia algunos hijos se dedicaran
al comercio, otros a la política, a la religión, al servicio estatal y la milicia,
integrando varios círculos sociales que en algún punto terminaron por in-
terceptarse.78 Al nal, la relación entre poder político y comercio se volvió
tan estrecha que el historiador Lenin Flórez Gallego arma: “en la época
republicana era normal que un gran terrateniente o una gura pública pa-
sara gran parte de su tiempo tras el mostrador de un almacén”.79 Ese fue el
caso de Vicente Borrero, un gran terrateniente del Valle del Cauca, jurista
y político, que al día siguiente de dejar el cargo de ministro de Relaciones
Exteriores pasó a atender un almacén de telas.80
lasapelaCiones, soliCitudes y protestas
de los ComerCiantes Contra el estado Central
Los grandes comerciantes regionales fueron el grupo que más tensiones
sostuvo con el Estado central, tanto en el período Federal como durante la
Regeneración, por el intento de poner límites a las libertades comerciales a
través de altos impuestos, empréstitos forzosos, conscaciones de mercaderías
y multas por contrabando. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la acción
colectiva de los comerciantes usó los mecanismos de contención que dispuso
la legislación republicana y fueron presentados en forma de reclamaciones,
apelaciones, solicitudes y protestas.81 Algunos de ellos aparecieron en la prensa
regional y en hojas sueltas, amparados en la libertad de prensa no siendo afec-
tados por los velos y censuras de los gobiernos autoritarios regeneracionistas.82
Por ejemplo, una “Protesta y solicitud”, elevada por los comerciantes de
Ipiales a la aduana de esa plaza en mayo de 1881, exigió al administrador
respetar la legitimidad y propiedad de sus mercancías. El reclamo se originó
en la solicitud del administrador de las facturas y demás documentos de las
78. Saord, “El comercio de importación...”, 400-405.
79. Flórez, ModernidadpolíticaenColombia..., 20-21 y 47.
80. Saord, Elidealdelopráctico..., 58.
81. “Petición de los comerciantes de Guapi para la obtención de guías de comercio,
1869”, AGN, serie República, fondo Aduanas, Aduana de Buenaventura, t. 2, . 510-511.
Véase también otras reclamaciones y protestas fechadas en 1889 en ibíd., t. 7, . 921-972; y
para 1893 en ibíd., t. 10, . 99-340.
82. Vicky De León Mendoza, “Opinión pública y prensa durante la Regeneración.
¿Política de orden y censura? Cartagena 1886-1899” (tesis de licenciatura, Universidad de
Cartagena, 2010).
Procesos 58, julio-diciembre 2023 35
mercancías que tenían en sus almacenes y depósitos, alegando que su ante-
cesor no había dejado copias, aunque en el fondo lo que quiso el empleado
aduanero fue evidenciar el aumento del contrabando. El documento inicia
reconociendo su agrupación como “los que suscribimos en calidad de comer-
ciantes” se niegan a entregar documentos de mercaderías por “las cuales ya
hemos pagado derechos respectivos en el tránsito y no tenemos nosotros la
culpa de que esos documentos no estén en la aduana”. Además, acudieron al
respaldo legal del Código de Aduanas que: “garantiza la propiedad de las ya
enunciadas mercancías, la libertad de ejercer la industria de comerciantes y la
inviolabilidad de las tiendas en que tenemos las mercancías”.83
En otro expediente titulado “Opiniones del comercio de Cali sobre refor-
ma de la tarifa de aduanas”, se puede ver su acción colectiva cohesionada
bajo una sociabilidad gremial que demandó la protección de los negocios de
sus integrantes y rebajas scales. Gracias a esa sociabilidad se organizaron
por actividades y plazas de comercio celebrando continuas reuniones donde
se escribieron sendas actas en las cuales se leen resoluciones que fueron ante-
cedidas por frases como “después de conferencia detenida sobre el asunto se
resolvió”. En casi todos los casos se trató de oposiciones a reformas scales
sobre la clasicación de las mercancías importadas, monopolio del transpor-
te y tarifas. Sobre ese último aspecto, utilizaron la gura de los consumidores
para mantener sus benecios sobre la importación de telas, alegando que se
trataba de un producto que solo compraba la gente pobre y que, por lo tanto,
debía ser grabado como cualquier alimento o artículo de primera necesidad:
Estas telas bien conocidas con el nombre de lienzos, doméstica, otocuyos, los
unos, i con el de brin, coleta, Rusia, lona, creguela i dril de caballería sin impre-
sión, raya o pinta de ninguna clase, los otros, están casi a nivel de los artículos
alimenticios.84
Esas tensiones llegaron al punto de que, frecuentemente, las reclamacio-
nes implicaron el envío de muestras de los productos en conicto al tribu-
nal del Jurado de Aduanas en Bogotá, donde se tomaron decisiones nales.
Como hubo conictos en casi todas las clases de importaciones se enviaron
varias muestras de textiles, licores, ropa confeccionada, monedas, machetes,
zapatos y perfumes.85 En la gura 8 se puede ver un retazo de que que la
83. “Protesta y solicitud de los comerciantes de la plaza de Ipiales, 1881”, AGN, serie
República, fondo Aduanas, Aduana de Ipiales, t. 1, f. 53.
84. “Expediente: Opiniones del comercio de Cali sobre reforma de la tarifa de adua-
nas, 1868”, ibíd., Aduana de Buenaventura, t. 2, . 189-201.
85. Las reclamaciones implicaban discusiones sobre el material, calidad, confección,
destino, envase y utilización. Por ejemplo, en el caso del Aguaorida de Murray se discutió
si era un medicamento, una sustancia o simplemente un perfume. “Carta del administrador
Procesos 58, julio-diciembre 202336
aduana de Buenaventura registró como una tela ordinaria de importación,
cuando en realidad se trató de sacos para empacar mercancías. Al nal, le
fueron devueltos los impuestos pagados sobre los sacos de que a la socie-
dad Rodas & Otero.86 De igual manera, llamó la atención el reclamo sobre un
cargamento de machetes grabados por la aduana como armas, mientras el
comerciante importador alegó que eran herramientas “que introducimos los
comerciantes de estos lugares desde tiempos inmemoriales”.87
Los grandes comerciantes también actuaron como un grupo unido frente
a los juicios y remates por contrabando, no ofertando por las mercancías
aprehendidas. Ese sentimiento de solidaridad y cohesión al interior de la
de la aduana de Buenaventura a la Secretaría de Hacienda, 1893-1894”, ibíd., t. 10, . 576-579
y 654. Véase también apelaciones sobre la ley de las monedas en 1885, ibíd., t. 7, f. 4.
86. “Expediente sobre la reclamación de Rodas & Otero ante el Jurado de Aduanas,
1874”, ibíd., t. 4, . 536-544.
87. “Carta del administrador de la aduana de Buenaventura a la Secretaría de Hacien-
da, 1894”, ibíd., t. 10, f. 836.
Figura 8. Apelación de la sociedad Rodas & Otero
ante el Jurado de Aduanas de Bogotá, 1874
Fuente: AGN, sección República, fondo Aduanas, Aduana de Buenaventura, t. 4, . 542-543.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 37
comunidad comercial fue bien descrito por el administrador de la aduana de
Buenaventura, Nicomedes Conto:
la experiencia me ha demostrado que los comerciantes y consignatarios de esta
plaza que son pocos, están confabulados para no hacerse la guerra en los remates
de las mercaderías decomisadas o abandonadas por los interesados para el pago
de los derechos de importación. Los demás vecinos son pobres y no pueden ha-
cer competencia. Sucede pues que nunca hay postores en los tres primeros días
señalados para remates, y en el cuarto día se aparecen a hacer postura libre el
dueño o consignatario de la mercadería abandonada o rematada y regularmente
se la lleva por bajo precio, mui distante de cubrir el valúo o los derechos de im-
portación. Esteeselespíritudelgremio:“hoyportimañanapormi”.88
Por otro lado, su presencia y acciones como grupo organizado se ex-
tendió a los periódicos regionales publicando comunicados que rmaron y
otros que enviaron de manera anónima. Uno de ellos apareció en el perió-
dico caleño LaJuventudCatólica en el cual denunciaron los malos ocios de
la aduana:
son tantas las quejas de los comerciantes sobre el mal despacho de los negocios
de la Aduana de Buenaventura que si el Gobierno no procura corregirlos amo-
nestando a los empleados que de ella dan ocasión a las quejas, para que observen
una conducta conforme a las leyes del país i conveniencias de comercio, nos ve-
remos en el caso de informar al público, detalladamente lo que sobre el particular
motiva las quejas del comercio.89
En ese proceso, los extranjeros jugaron un papel fundamental en la me-
dida en que aportaron a las sociedades locales sus nombres, experiencia y
capitales, junto con el conocimiento de los mercados externos, nuevas es-
trategias comerciales y la opción de acumular riquezas que no podían ser
expropiadas por los gobiernos en las guerras.90 Durante el republicanismo,
los comerciantes foráneos gozaron de un reconocimiento social que no ha-
bían tenido años atrás manifestado en inversiones, desarrollo de medios de
comunicación, procesos industriales, obtención de contratos públicos, con-
cesiones de tierras, minas y participación en política.91 Es importante aclarar
88. “Carta del administrador de la aduana de Buenaventura a la Secretaría de Ha-
cienda, 1874”, AGN, serie República, fondo Aduanas, Aduana de Buenaventura, t. 4, .
632-634. Énfasis añadido.
89. “Transcripción del periódico La Juventud Católica que hace el administrador de
la aduana de Buenaventura y envía a la Secretaría de Hacienda, 1872”, ibíd., t. 3, f. 848.
90. “Ley 2 del 17 de agosto de 1886”, que prohíbe la enajenación de bienes a extranje-
ros, en Leyes de la República..., 4-5; Valencia Llano, Empresariosypolíticos..., 274.
91. La presencia de los comerciantes extranjeros se puede rastrear a partir de las dili-
Procesos 58, julio-diciembre 202338
que su presencia en la región fue muy reducida en comparación con otras
regiones a nivel nacional como la caribeña donde se agruparon en calles o
barrios.92
Entre los comerciantes extranjeros que hicieron presencia en el Surocci-
dente se destacaron Santiago Eder, Ernesto Cerruti, Francisco Menotti, Char-
les Saint Charles, Hernán Bohomer, Julio Bertín, Carlos Simmonds, Carlos
Blum, Constantino Meyendorf, entre otros. Todos ellos establecieron rela-
ciones económicas con los comerciantes locales y compartieron los ideales
liberales del republicanismo. Cabe anotar que ninguno de los anteriores co-
merciantes se distinguió radicalmente de las acciones colectivas de los na-
cionales, pues todos participaron de las uctuaciones de los precios interna-
cionales, diversicaron sus inversiones, fundaron sociedades, invirtieron en
tierras y ganado, movilizaron el mercado crediticio de las letras de cambio,
abrieron almacenes de ultramarinos y hasta realizaron contrabandos.93 Sobre
ese último fenómeno, llaman la atención las constantes implicaciones en jui-
cios y apelaciones por parte del comerciante italiano Ernesto Cerruti, quien
estableció fuertes relaciones comerciales con Guayaquil, que no siempre fue-
ron legalizadas.94 En el caso de Cerruti y Eder, hay que destacar que también
fueron cónsules de sus países, lo que aanzó sus relaciones comerciales, re-
gionales e internacionales.95
gencias de reconocimiento de exportaciones. AGN, serie República, fondo Aduanas, Adua-
na de Buenaventura, t. 3, f. 31.
92. Solo por dar una idea, en 1880 ingresaron al país menos de cien migrantes, cifra
insignicante en comparación para este mismo año con Chile o Argentina donde se conta-
ban por miles. William Paul McGreevey, HistoriaeconómicadeColombia,1830-1930 (Bogotá:
Universidad de los Andes, 2015), 266.
93. Para una descripción testimonial y un poco irónica de un comerciante extranjero
en el Suroccidente, véase Francisco Rebolledo, Aventuras de un cocinero (Ernesto Cerruti)
(Bogotá: El Mensajero, 1898).
94. “Informe sobre aprehensiones de contrabando de la aduana de Buenaventura a la
Secretaría de Hacienda, 1872”, AGN, serie República, fondo Aduanas, Aduana de Buena-
ventura, t. 3, . 869-913.
95. El caso de Santiago Eder es ejemplar (cónsul de Estados Unidos y vicecónsul de
Chile en Buenaventura). Su vida política y económica fue descrita por su hijo en Phanor
Eder, El fundador Santiago M. Eder (Bogotá: Flota Mercante Grancolombiana, 1981). Lo mis-
mo que el comerciante Cerruti (cónsul de Italia), reconocido por su participación en políti-
ca y porque en un conicto internacional llegó a traer barcos italianos de guerra a la costa
colombiana, que terminó con el pago de una indemnización. Véase Alonso Valencia Llano,
“¡Centu per centu moderata ganancia!: un comerciante italiano en el estado soberano del
Cauca”, BoletínCulturalyBibliográco 25, n.º 17 (1988): 55-75.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 39
ConClusiones
Es evidente que los grandes comerciantes constituyeron un grupo social
dominante que estableció una serie de acciones colectivas sobre varios sec-
tores económicos que estuvieron encuadrados en el marco de interpretación
republicano. El volumen de sus negocios, diversicación de las inversiones,
conexiones con otros campos del poder, manejo de la información y capaci-
dad para integrar varios enlaces comerciales dieron vida a una construcción
propia de la república sustentada en las libertades de comercio, empresa,
asociación, crédito, formación, inversión y opinión. A diferencia de los pe-
queños y medianos comerciantes que se enclaustraron en el espacio local, los
grandes establecieron redes que se extendieron hasta los mercados interna-
cionales, para lo cual usaron estrategias de asociación, agencias, almacenes
de ultramarinos, letras de cambio y la garantía de inversión en un sector
seguro y estable como fue la ganadería. Esa última estrategia les permitió ad-
quirir tierras, controlar el mercado de la carne y posicionarse como empre-
sarios terratenientes. Se podría decir que a través de sus acciones colectivas,
organizadas en sociedades comerciales y gremios, articularon la economía
regional y global. El eslogan que apareció en la publicidad de sus almacenes
de ultramarinos: “atendido por su propietario” junto al anuncio de varias
mercancías importadas, condensó la imagen que unió esos dos mundos.96
Con esto, se refuerza la tesis de Frank Saord sobre el marcado localismo de
las regiones colombianas, junto con su integración al mercado externo, que
“inmunizó” a sus economías de los efectos negativos de la política económi-
ca del gobierno nacional.97
En la base, lo que operó fue un marco social republicano regional que ga-
rantizó las libertades de una comunidad comercial diversa y en crecimiento
que siguió los ideales de la libertad, la igualdad y el progreso, superados y
mantenidos durante el Federalismo y la Regeneración sin muchas variacio-
nes, a pesar de las crisis de precios de las exportaciones, la centralización
bancaria, la censura de la prensa, los cambios administrativos del espacio
y el autoritarismo presidencial ejercido desde la capital. En la supercie, se
demostró que las prácticas de vender libremente objetos, obtener créditos,
establecer almacenes o realizar reclamaciones ante el Estado fueron accio-
nes colectivas que permitieron la consolidación de la ciudadanía mediante el
96. Sobre el concepto de burguesía, véase el prólogo de Carlos Mejía en Arroyo Reina,
Historiasdelasprácticas..., 10.
97. Frank Saord, “Acerca de las interpretaciones socioeconómicas de la política en la
Colombia del siglo XIX: variaciones sobre un tema”, Anuario Colombiano de Historia Social
y de la Cultura, n.º 13-14 (1985-1986): 93.
Procesos 58, julio-diciembre 202340
voto, la opinión en la prensa, la disputa de los ejidos, la pelea en las guerras,
el pago de impuestos, el consumo de importaciones, la apertura de nuevos
caminos al mar y la construcción de vías férreas.98
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