El monumento al sacricio de Ricaurte, un dispositivo
de memoria demolido en Bogotá (1913-1936)*
ThemonumenttoRicaurte’ssacrice,ademolished
memorydeviceinBogotá(1913-1936)
OmonumentoaosacrifíciodeRicaurte,umdispositivo
dememóriademolidoemBogotá(1913-1936)
Abel Fernando Martínez Martín
UniversidadPedagógicayTecnológicadeColombia
Tunja, Colombia
abelfmartinez@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-4621-6072
Andrés Ricardo Otálora Cascante
UniversidadPedagógicayTecnológicadeColombia
Tunja, Colombia
arotalorac@unal.edu.co
https://orcid.org/0000-0002-0793-4602
https://doi.org/10.29078/procesos.n58.2023.4309
Fecha de presentación: 5 de septiembre de 2023
Fecha de aceptación: 12 de diciembre de 2023
Artículo de investigación
Procesos. Revista Ecuatoriana de Historia, n.º 58 (julio-diciembre 2023), 81-110. ISSN: 1390-0099; e-ISSN: 2588-0780
* Este artículo de investigación, el cuarto dedicado a la gura del héroe mártir An-
tonio Ricaurte, es resultado del proyecto “ ‘El Pueblo Boyacense a sus Libertadores’. La
Década de los Centenarios de la Independencia Nacional”, del Grupo de Historia de la
Salud en Boyacá, de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).
RESUMEN
El artículo estudia la creación y demolición del monumento a Antonio
Ricaurte, considerado como “héroe niño” de la batalla de San Mateo,
durante el proceso de independencia en Colombia. La erección del
monumento se propuso en 1914 y nalmente se colocó en Chapinero, en
1924, en medio de las vías del tranvía que unían esa localidad con
Bogotá. Solo unos pocos años más tarde, la administración municipal
decidió demoler el monumento, con el propósito de mejorar el tráco
urbano. El estudio se enmarca en el análisis de los conictos urbanos
entre la modernización y la construcción y preservación de dispositivos
de memoria.
Palabras clave: historia cultural, patrimonio, monumentos históricos,
políticas de memoria, Bogotá, Antonio Ricaurte, modernización, siglo XX.
ABSTRACT
The article studies the creation and demolition of the monument of
Antonio Ricaurte, considered a “child hero” in the San Mateo battle,
during the independence process in Colombia. The monument was
proposed for erection in 1914 and was nally placed in Chapinero, in 1924,
in the middle of the tramway tracks that linked that area to Bogota. Just
a few years later, the municipal administration decided to demolish the
monument to improve urban trac. The study is framed in the analysis of
urban conicts between modernization and the construction and
preservation of memory structures.
Keywords: Cultural history, heritage, historical monuments, memory
policies, Bogota, Antonio Ricaurte, modernization, 20th century.
RESUMO
O artigo estuda acerca da criação e demolição do monumento
de Antonio Ricaurte, considerado como o “herói infantil” da batalha de
San Mateo, durante o processo de independência da Colômbia.
A construção do monumento foi proposta em 1914 e, nalmente, foi
inaugurado em Chapinero, em 1924, no meio dos trilhos do bonde que
ligavam aquela localidade a Bogotá. Após alguns anos, a administração
resolveu demolir o monumento com o objetivo de melhorar o trânsito
urbano. O estudo enquadra-se na análise dos conitos urbanos entre a
modernização e a construção e preservação de dispositivos de memória.
Palavras chave: história cultural, patrimônio, monumentos históricos,
políticas de memória, Bogotá, Antonio Ricaurte,
modernização, século XX.
introduCCión
Este trabajo presenta el largo proceso de construcción y el corto de des-
trucción del monumento al sacricio del héroe mártir Antonio Ricaurte en la
hacienda San Mateo, pensado para ser erigido con motivo de la celebración
del centenario de su martirio y que fue construido en la década de 1920 en
Bogotá, para ser demolido tan solo doce años después, en los años 30. El
artículo se elaboró con fuentes de archivo de los centenarios y de la prensa
de la época, y la legislación sobre estas nacionales producida desde nales
del siglo XIX hasta la década de los 30 del siglo XX, y se discutió con fuentes
secundarias sobre historia urbana, estudios visuales, historia del arte colom-
biano e historia académica.
En 1886, en el marco de la nueva Constitución con la que se creó la Repú-
blica centralista de Colombia, el gobierno conservador, mediante decreto 349,
declaró el 10 de junio como esta nacional, con motivo del centenario del na-
talicio de Antonio Ricaurte, héroe de San Mateo. En 1886 ya se conocía que Ri-
caurte, familia del marqués de San Jorge, había nacido en la Villa de Leiva, por
la partida de bautismo hallada en 1881.1 El 11 de septiembre del año siguiente,
se estrenaba en Cartagena otro símbolo de la patria imaginada, el himno na-
cional, con letra del presidente y líder de la Regeneración, Rafael Núñez, quien
dedicó la última parte de la última estrofa al sacricio de Ricaurte “en átomos
volando”, en el ingenio azucarero de San Mateo de la familia Bolívar, situado
en los valles de Aragua, en la Capitanía General de Venezuela.
La imagen del capitán Ricaurte como héroe-niño fue un proceso impul-
sado por Constancio Franco Vargas desde la aparición de su obra para la
instrucción pública en Cundinamarca, Rasgosbiográcosdelospróceresymár-
tires de la Independencia y, particularmente, en la creación de la representación
ocial del héroe binacional de Venezuela y Colombia y la exaltación de su
heroico sacricio. Tras esta celebración centenaria, en 1907, el gobierno de la
Hegemonía Conservadora promulgó la ley 39 del 15 de junio, que estableció
la celebración, en 1910, del centenario de la Independencia, el 20 de julio. En
aquella esta nacional fue colocado un busto, el 16 de julio, del héroe mártir
en el parque de la Independencia de Bogotá. Ese mismo año fue erigida una
estatua en honor a Ricaurte,2 en las celebraciones del centenario de la Inde-
1. Abel Martínez y Andrés Otálora, “Antonio Ricaurte. La creación de la imagen de
un héroe niño 1830-1881”, Historia y Memoria, n.º 4 (2012): 18.
2. Véase Roldán Esteva-Grillet, “Las artes plásticas venezolanas en el centenario de la
Independencia, 1910-1911”, Historia Mexicana LX, n.º 1 (2010): 332-333.
Procesos 58, julio-diciembre 202384
pendencia de Venezuela, en el lugar donde se ubicaba el parque del ingenio
de San Mateo.3
Si bien la celebración del centenario de 1910 en Bogotá fue la más difun-
dida y, por tanto, la que cuenta con mayor número de fuentes y publicacio-
nes, una serie de estas nacionales se conmemoraron a lo largo de la década
de 1910 en Bogotá y en otras ciudades de Colombia, cuyos monumentos de-
bieron esperar a ser inaugurados hasta la década siguiente, la de 1920, como
sucedió con el monumento al sacricio de Ricaurte en San Mateo, erigido en
el extremo occidental del barrio Sucre de Chapinero, en las afueras de Bogo-
tá, en el camino nuevo al norte.
un esCenario para el monumento
al saCrifiCio de riCaurte
A principios del siglo XIX, en lo que fue una hacienda de los dominicos ubi-
cada al norte de la colonial Santafé de Bogotá, surgió el caserío de Chapinero,4
que en 1885 se convirtió en el primer barrio suburbano de la ciudad, separado
del límite norte del recinto urbano, la recoleta de San Diego, por una zona des-
crita en las fuentes como la “ciudad ciega”, que se reere al espacio vacío sin
mayor urbanización entre Chapinero y el sector de San Diego, unido por dos
caminos, que hoy corresponden a las carreras 7.ª y 13. La mayoría de las casas
de Chapinero eran quintas espaciosas que surgieron de la división de las viejas
haciendas, “Chapinero introduce en dos sentidos, ciertas formas de moderni-
dad: los nuevos barrios de la élite y los inicios de la actividad inmobiliaria diri-
gida a la conformación de barrios para sectores medios y populares”.5
En 1896, Antonio Izquierdo, rico negociante bogotano, compró tres gran-
des terrenos al norte de la ciudad, a ambos lados del camino nuevo, para
fundar tres barrios separados del casco antiguo, entre ellos el barrio Mariscal
Sucre, entre el camellón del norte (carrera 7.ª) y la carrera 13, por donde iba el
tranvía a Chapinero. En 1900, Izquierdo publicó el folleto sobre los lotes del
barrio Sucre, con el mapa del trazado de las calles y la plaza central. Izquierdo
usó los nombres de los héroes de la Independencia para las calles y la plaza,
que recibió el nombre del mariscal de Ayacucho, que estaba cruzada por las
calles Zea y Caldas y se completaba con las calles Ricaurte, Nariño, Torres y La
3. Actualmente funciona en este lugar el Museo de la Caña de Azúcar-Ingenio Bolívar.
4. Juan Carlos del Castillo Daza, Bogotá:eltránsitoalaciudadmoderna1920-1950 (Bogo-
tá: Universidad Nacional de Colombia, 2003), 60.
5. Ibíd., 65.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 85
Pola, siendo el primer barrio trazado con esta memorabilia patria.6 En la parte
occidental del barrio, en la calle Torres, diagonal a la plaza Sucre, se realizó la
negociación para colocar el monumento al sacricio de Ricaurte, en 1914.
En la “ciudad ciega”, entre Chapinero y Bogotá, surcado por la carrera 13, por
donde iba la línea del tranvía, que comunicaba Chapinero con la ciudad desde
los años 80 del siglo XIX, primero tirado por mulas, se desarrollaron los barrios
que conforman Chapinero. Marly, urbanización que se creó en 1904, alrededor
de la Casa de Salud del mismo nombre, en 1913 tenía ocho manzanas urbaniza-
das entre las carreras 7.ª y 8.ª. Otro barrio que aparece a inicios del siglo XX fue
Quesada, al occidente del ferrocarril, entre las calles 48 y 53, destinado a sectores
populares y artesanos y, el barrio Sucre, ocializado en 1912, situado entre el río
Arzobispo y la calle 45,7 urbanizado por la sociedad de Salomón Gutt y Cía., en
un sentido moderno, pues empieza a operar como forma comercial de capital
inmobiliario. Izquierdo rompió “con los cánones tradicionales, en particular en la
forma de constituir los espacios públicos (parques) que ya no ocupan una man-
zana libre” y se convirtieron en la estructura del barrio (gura 1).8
la primera piedra del monumento
al saCrifiCio de riCaurte
La Ley 40 de 1913 declaró el 25 de marzo como nueva fecha de esta na-
cional, además de la del natalicio de Ricaurte, para conmemorar su heroico
sacricio. Nombró una comisión para la celebración del centenario,9 ordenó
erigir en la cima de San Mateo, en Venezuela, un monumento a su sacricio y
un busto del héroe en Villa de Leiva,10 frente a la casa natal, y una escultura en
bronce en Bogotá, donde ya existía un busto del héroe, desde 1910. Se asignó
6. Museo de Bogotá, Espaciobicentenario.LaindependenciaenBogotá (Bogotá: Instituto
Distrital de Patrimonio Cultural, 2019), 151.
7. Juan David Camacho Moreno, “Desarrollo urbano de Chapinero 1900-1930” (tesis
de licenciatura, Ponticia Universidad Javeriana, 2009), 47-48.
8. Del Castillo Daza, Bogotá:eltránsito..., 62.
9. La comisión estuvo integrada por monseñor Rafael María Carrasquilla como presi-
dente, Lorenzo Marroquín, José Ramón Lago, Daniel Ricaurte como tesorero, Carlos Cal-
derón y el general Felipe Santiago Escobar, el primer secretario fue Fabio Lozano y Lozano
y, el segundo, Nicolás García Samudio.
10. La Gobernación de Boyacá costeó en Europa la elaboración del busto en mármol
(Burdeos) y la fundición de otro en bronce para la Fiesta Nacional de 1914. Uno en Leiva,
frente a la casa natal del héroe, que se reconstruyó, y el de bronce se colocó en el parque
Pinzón de Tunja. Comisión del Centenario del Sacricio de Ricaurte, Centenariodelsacri-
cio de Ricaurte 1814-1914 (Bogotá: Imprenta Nacional, 1914), 139.
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un presupuesto de 40 000 pesos a la comisión.11 El proyecto de la estatua en el
parque de San Mateo, nalmente no se llevó a cabo, pues desde 1911 allí exis-
tía una escultura de Ricaurte, en el momento previo a su sacricio, elaborada
por el gobierno de Venezuela, para el que el gobierno de Colombia envió una
corona de laurel, forjada en hierro, con el escudo nacional y la dedicatoria.12
En la sesión de la comisión encargada de la esta nacional, celebrada el 18
de diciembre, se aprobó erigir al norte de Bogotá el monumento que “consisti-
ría en una columna coronada por la estatua en bronce del héroe. La comisión
encargará a uno o más arquitectos de elaborar el proyecto del monumento y el
presupuesto correspondiente”,13 además de enviar telegramas a los alcaldes y
concejos municipales del país para que se celebrara, en todas las poblaciones
de Colombia, el centenario del sacricio de Ricaurte mediante “una esta es-
colar, en que se pusiera como ejemplo a la juventud el sacricio del héroe”.14
La comisión eligió a los arquitectos Gastón Lelarge, Arturo Jallo y Mariano
Santamaría, para elaborar el monumento. Aceptaron los dos primeros. En la se-
sión del 27 de diciembre se estudió con el alcalde la expropiación de dos manza-
11. Ibíd., 5.
12. Ibíd., 85.
13. Ibíd., 131.
14. Ibíd., 132.
Figura 1. Detalle del dibujo “Lotes de Antonio Izquierdo en Chapinero”, 1900
Fuente: Museo de Bogotá, Espaciobicentenario.LaindependenciaenBogotá (Bogotá: Instituto
Distrital de Patrimonio Cultural, 2019), 152-153. Se puede observar el barrio suburbano
de Chapinero a la izquierda y a la derecha el sector de San Diego, congurando el vacío
conocido como la “ciudad ciega”, en donde se proyectan los barrios Quesada y Sucre, en
cuyo límite occidental se levantará el monumento al Sacricio de Ricaurte.
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nas de la “ciudad ciega”, usando el monumento público para unir San Diego y
Chapinero. Ante los altos costos del terreno y los problemas jurídicos, la comisión
decidió proponer al ministro de Gobierno, levantar el monumento a Ricaurte en
la plaza España, haciendo un parque y cambiando el nombre del lugar, donde
funcionaba el moderno hospital San José, de la Sociedad de Cirugía de Bogotá.15
El 9 de enero de 1914, la comisión solicitó que se contara con los presos
de la penitenciaria de Cundinamarca para iniciar los trabajos de arreglo de
la plaza España. El 16 de enero, la comisión se comunicó con el embajador
en Francia, Hernando Holguín y Caro, “para que contrate y dirija la cons-
trucción del monumento que se erigirá en un sitio público de Bogotá”.16 El
19 de enero, la comisión convocó a funcionarios del gobierno y a arquitectos
de la ciudad para dar un dictamen sobre el sitio denitivo de ubicación del
monumento. Oídos los arquitectos Lelarge, Jaramillo y Santamaría, se resol-
vió desechar la plaza España y escoger tres posibles sitios: la “ciudad ciega”,
el trapecio de San Diego o el Parque del Centenario.17 El alcalde de Bogotá,
Emilio Cuervo Márquez, resolvió colocar la columna en “el redondel (rond-
point) [sic] de la Magdalena ampliándolo 100 metros de diámetro o en uno
construido expresamente sobre la carrera 13 entre Bogotá y Chapinero”.18
El 30 de enero se descartó el redondel de la Magdalena por problemas en
la adquisición de los lotes. El 5 de febrero se decidió construir el monumento
en un lote de la municipalidad, cerca del río Arzobispo. Se invitó a Marco
Fidel Suárez como perito evaluador en la compra del terreno para elaborar la
rotonda. La comisión, a través del personero de Bogotá, se puso de acuerdo
con los herederos de Arturo Malo O’Leary para la compra de los terrenos
de La Merced y la compra de los lotes del barrio Sucre a Izquierdo.19 El 10
de marzo, el presidente de la comisión informó que el ministro de Gobierno
ofreció 150 presos para arreglar la plaza Ricaurte y manifestó que estaba lista
la comisión de señoras y señoritas para la procesión al sitio del monumento.
Durante las celebraciones del centenario, la primera piedra del monu-
mento al sacricio de Ricaurte se colocó a las 3 p. m. del 26 de marzo de 1914.
Este monumento, “encargado al escultor de fama universal Benlliure”,20 con-
tó con el diseño de la plaza Ricaurte con la rotonda, a cargo del arquitecto e
ingeniero francés Gastón Lelarge.21
15. Ibíd., 138.
16. Ibíd., 143.
17. Ibíd., 144.
18. Ibíd., 146.
19. Ibíd., 159.
20. Mariano Benlliure, con una prolíca obra en España y en América Latina, es consi-
derado uno de los últimos representantes del realismo académico decimonónico. Ibíd., 176.
21. Marcela Cuéllar, Hugo Delgadillo y Alberto Escovar, Gaston Lelarge. Itinerario de su
obra en Colombia (Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá, 2006), 98-99.
Procesos 58, julio-diciembre 202388
Los monumentos de los centenarios de la Independencia sirvieron para
construir el imaginario de la nación y, a su vez, son hitos urbanos que marcan
el desarrollo de la ciudad en Bogotá, Tunja, Cartagena, Popayán o Leiva. En
la capital de la República, el monumento a Ricaurte permitió unir Bogotá con
Chapinero y cerrar la “ciudad ciega”. El tranvía que iba a Chapinero transita-
ba por la carrera 13; el lugar escogido para el monumento estaba en medio de
un nudo de la vía férrea de la llamada línea amarilla.22
Luego de inaugurado el Museo de Armas, en el antiguo pabellón de Bellas
Artes del parque de la Independencia, “lección viva de la historia militar de la
República”,23 con motivo de la esta de Ricaurte, y realizada la procesión cívica
hasta el busto del héroe, ubicado en una esquina del parque, se realizó la cere-
monia de la primera piedra de la plaza Ricaurte, en el camino nuevo o carrera
13, que comunicaba la ciudad con Chapinero. La plaza diseñada por Lelarge24
era para las élites “un monumento que avivará el movimiento apresurará el
adelanto ya tan poderoso que se marca hacia el norte”.25 El proyecto planteaba
ubicar en el centro de la plazoleta octogonal la escultura de Ricaurte (gura 2):
sobre una columna estriada decorada con altorrelieves, apoyada en un pedestal
anqueado en sus cuatro esquinas por cuatro esculturas y rodeada de una balaus-
trada interrumpida. La plazoleta, a manera de glorieta cercada por una verja, para
uso peatonal y vehicular era alimentada por dos calles que conuían de manera
ortogonal al centro: la carrera 13 y la calle 43. Cada entrada a la plazoleta estaba,
a su vez, enmarcada por dos obeliscos y sobre ellos posaban faroles de luz. En
los cuatro lados del octógono a los que no conuían las calles sobresalían media
circunferencias que también ostentaban esculturas.26
La grandilocuencia expresada alrededor del monumento y la impor-
tancia que las élites dieron a este hecho urbano se reeja en los barrocos
22. Luis Carlos Colón y Lena Imperio, “La imagen de Bogotá en la obra de Alberto
Manrique Martín”, en AlbertoManriqueMartín (Bogotá: Sociedad Colombiana de Ingenie-
ros y Arquitectos / Universidad Nacional de Colombia / Instituto Distrital de Patrimonio
Cultural, 2017), 154.
23. Comisión del Centenario del Sacricio de Ricaurte, Centenariodelsacricio..., 195.
24. Gaston Lelarge, ingeniero militar y arquitecto francés, arribó a Colombia hacia
1890. Gran parte de su vida la pasó en Bogotá, donde realizó obras como el Palacio de la
Carrera, el Palacio Liévano, el Palacio Echeverri, el Palacio de San Francisco, la Facultad
de Medicina, el mausoleo del general Uribe Uribe. Pasó a París en 1906, donde obtuvo el
título de Ocial Mayor en la Academia de Bellas Artes y regresó a Colombia, donde parti-
cipó en las obras del Capitolio Nacional. En Tunja realizó el pabellón de exposiciones para
el centenario de la batalla de Boyacá y en Cartagena remodeló la iglesia de San Pedro Cla-
ver y el Club Cartagena. Cuéllar, Delgadillo y Escovar, Gaston Lelarge. Itinerario..., 10-26.
25. Comisión del Centenario del Sacricio de Ricaurte, Centenariodelsacricio..., 234.
26. Cuéllar, Delgadillo y Escovar, Gaston Lelarge. Itinerario..., 99.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 89
discursos pronunciados aquella tarde en el barrio Sucre. Ninguno llegaría a
tanto, como el ministro de Gobierno, Clodomiro Ramírez, quien se rerió al
monumento a Ricaurte como un “faro de libertad que habrá de verse desde
los estuarios del Orinoco hasta el extremo septentrional del viejo imperio de
los Incas”.27
Las ciudades latinoamericanas fueron escenarios en los que se mate-
rializaron los símbolos del pasado heroico y se ejecutaron los rituales con
que la nación conguraba “sus liturgias de la unanimidad republicana”, a
la luz de los ideales del progreso y la modernidad.28 La república levantó
monumentos a los fundadores de la nación como dispositivos de memoria
que permitieran crear una imagen unicada del pasado, una genealogía de
la patria. La escultura monumental sirvió a la legitimación política de las
nuevas naciones y sus gobiernos: “ayudó a la ‘urbanización’, fue símbolo
de ‘adelanto cultural’, promovió a ‘los próceres’ a quienes había que imitar
y expresó emblemáticamente ‘la obra pública’ del gobierno”, en una visión
27. Comisión del Centenario del Sacricio de Ricaurte, Centenariodelsacricio..., 236.
28. Guillermo Bustos, Elcultoalanación.Escrituradelahistoriayritualesdelamemoria
enEcuador,1870-1950 (Quito: Fondo de Cultura Económica / Universidad Andina Simón
Bolívar, Sede Ecuador, 2017), 195.
Figura 2. Diseño para la plaza Ricaurte de Bogotá por Gastón Lelarge, 1914
Fuente: Comisión del Centenario del Sacricio de Ricaurte. Centenario del sacricio de
Ricaurte 1814-1914 (Bogotá: Imprenta Nacional, 1914), imagen 52.
Procesos 58, julio-diciembre 202390
higienista decimonónica, en donde estas plazas, parques y espacios públicos
se conguraban alrededor del monumento”.29
El patrimonio es también una práctica discursiva, a través de la cual
la nación poco a poco construye, erigiendo monumentos, una “especie de
memoria social colectiva [...] Las naciones construyen identidades atando
selectivamente los puntos de mayor logro y los éxitos memorables en el des-
pliegue de la ‘historia nacional’ ”.30 En el monumento a Ricaurte (gura 3), lo
que más llama la atención en las imágenes que se conservan
es la condición del lugar en donde se insertó. No parece ser un espacio urbano
consolidado, como se podría pensar al ver el plano de la ciudad de 1923, que
conguraban un parque rectangular. Por el contrario, las imágenes muestran el
monumento en medio de un gran campo abierto en el que apenas se alcanzan
a ver algunas construcciones aisladas. Es una ciudad en construcción [...] que
apenas inicia su desarrollo.31
En el acto de inauguración del monumento al sacricio de Ricaurte, diez
años después, el presidente de la junta ocial se dirigió al Congreso Nacio-
nal con el n de que votaran las partidas presupuestales para comprar los
terrenos alrededor del monumento, para hacer el parque donde se pudieran
realizar las aspiraciones de las élites capitalinas:
que sirva de marco a esta bella obra de arte y que venga al mismo tiempo a llenar
la aspiración de los vecinos de este barrio [Sucre] de poseer una zona de recreo
para sus niños [...] embelleciendo al mismo tiempo nuestra ciudad [...] y ponerla
a la altura que le corresponde como capital de nuestra Patria.32
En la década de los 30, el tamaño de la ciudad, resultado del crecimien-
to demográco por la migración y la ampliación del espacio urbano, con
la consecuente complejización, presentó nuevos desafíos al desarrollo y las
comunicaciones de Bogotá,33 retos en los que los monumentos inaugurados
en los centenarios por la hegemonía conservadora se verán cuestionados,
desplazados o derruidos.
29. Rodrigo Gutiérrez Viñuales, Monumento conmemorativo y espacio público en Ibe-
roamérica (Madrid: Cátedra, 2004), 27.
30. Stuart Hall, “Patrimonio ¿de quién? Des-estabilizar ‘el patrimonio’ y re-imaginar
la post-nación”, Intervenciones en Estudios Culturales, n.º 3 (2016): 18.
31. Colón e Imperio, “La imagen de Bogotá...”, 154.
32. Junta del Homenaje a Ricaurte y Antonio Rodríguez del Villar (escultor), Inaugura-
cióndelmonumentoerigidoenBogotáalhéroedeSanMateopordisposicióndelaLey40de1913
(Bogotá: Editorial de Cromos, 1924), 21.
33. Fabio Zambrano y Alberto Leal, 1938. El sueño de una capital moderna (Bogotá: Ins-
tituto Distrital de Patrimonio Cultural, 2018), 41-42.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 91
el monumento al saCrifiCio de riCaurte
Con figuras indígenas en rendidas aCtitudes orantes
tus huesos no yacen en la tierra,
ni las cenizas de tus carnes se han mezclado con el polvo profano.34
Pasada la euforia centenarista de la exaltación del sacricio de Ricaurte, y
teniendo por delante la esta nacional del centenario de la batalla de Boyacá,35
otros hechos vinieron a complicar la construcción del monumento al héroe en
la plaza Ricaurte del barrio Sucre, como la pandemia de gripa de 1918-1919. La
zona más afectada fue el oriente de la ciudad hacia los cerros, el Paseo Bolívar,
34. Manuel J. Calle, Leyendas del tiempo heroico (Madrid: América, ca. 1920), 65.
35. Abel Martínez y Andrés Otálora, “La República Celestial. El centenario de la batalla
de Boyacá en Tunja (1919)”, Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, n.º 28 (2023): 11-13.
Figura 3. Inauguración del monumento al sacricio de Ricaurte,
Bogotá, 7 de agosto de 1924
Fuente: “El monumento a Ricaurte”, ElGráco, n.º 699, 9 de agosto de 1924. Se puede observar
el parque creado al oriente, hacia el barrio Sucre y el trazado sobre la carrera 13. Al fondo, la
sabana de Bogotá, en un espacio que solo aparecía urbanizado en los planos y mapas.
Procesos 58, julio-diciembre 202392
que registró la mayor mortalidad por causa de la pandemia, lo que obligó a
tomar importantes medidas de higienización del espacio urbano en la zona.36
Para las élites bogotanas, el embellecimiento de los múltiples espacios,
plazas, parques y avenidas, inauguradas en la anterior década de los cente-
narios, fue un tema importante. Se crearon sociedades privadas “encargadas
de promover lo que entendían por una ciudad bella, que podríamos resumir
como monumental, arborizada y limpia”.37 Ciudad moderna, que se expan-
día cerrando las brechas que separaban la ciudad antigua de los desarrollos
en la sabana, higienizada, que rendía culto a los héroes de la República, ob-
jeto de la historia promovida por la hegemonía conservadora, de la mano de
todas las academias. El trazado y la apertura de nuevas y grandes avenidas
se había mostrado necesario para la higiene pública, pero también, como
la plaza Ricaurte, ensanchaban sectores de la ciudad que habían tenido un
desarrollo distinto al del antiguo recinto urbano:
traería aparejado nuevas connotaciones y comportamientos sociales. Aparecie-
ron así renovados sitios de reunión y en ellos las autoridades vieron otro espacio
útil para transmitir mediante hitos simbólicos sus versiones ociales de la histo-
ria patria por medio del emplazamiento de monumentos.38
En 1920, la Comisión Nacional del Centenario de Ricaurte adelantó un
nuevo concurso para el monumento, que seis años después no había sido
erigido. Se escogió el diseño del monumento al sacricio de Ricaurte elabo-
rado por el profesor de la escuela de Bellas Artes, escultor español residente
en Bogotá, Antonio Rodríguez del Villar,39 inaugurado en la esta nacional
36. Véase Abel Martínez, Bernardo Meléndez y Edwar Manrique, “La Junta Central
de Higiene de Colombia, otra de las víctimas de la pandemia de gripa de 1918-1919”, As-
trolabio, n.º 13 (2014): 349-387.
37. Mauricio Uribe, “Prólogo”, en AlbertoManriqueMartín, 13.
38. Rodrigo Gutiérrez Viñuales, “El papel de las artes en la construcción de las identi-
dades nacionales en Iberoamérica”, Historia Mexicana LIII, n.º 2 (2003): 370.
39. Antonio Rodríguez del Villar, escultor sevillano, formado en la capital andaluza y
en Madrid, pasó a Roma a los 18 años, donde ganó un concurso para la escultura del papa
Pío IX, y conoció a intelectuales y artistas colombianos. Fue discípulo de Mariano Benlliure,
a quien habían encargado inicialmente el monumento a Ricaurte. Tras un viaje por Oriente,
se estableció en Estados Unidos a principios del siglo XX, donde realizó varios proyectos
escultóricos, incluso para países de América Latina. Volvió a la península en 1915. En 1918
tomó la decisión de mudarse a Bogotá con su familia, abrió un taller de escultura y se vinculó
a la Escuela de Bellas Artes. En 1921 envió a su amigo y patrocinador, el maestro Guillermo
Valencia, el relieve para la tumba de su esposa, en el mausoleo de los Valencia en Popayán.
En 1927 recibió invitación del gobierno de Venezuela para elaborar el monumento de la bata-
lla de Carabobo y se mudó a Europa en busca de fundiciones para el proyecto. En Colombia
realizó el monumento a Ricaurte, un busto a Bolívar en Ibagué (1919), monumentos a la Raza,
Procesos 58, julio-diciembre 2023 93
del 7 de agosto de 1924,40 un día después del centenario de la batalla de Junín
(gura 4).
Actor en la construcción del monumento a Ricaurte fue el joven estu-
diante de la Escuela de Bellas Artes, el chiquinquireño Rómulo Rozo,41 que
a Jiménez de Quesada y a Antonia Santos (1923), un busto de Mutis (1924) y la decoración
del salón de actos del Colegio de San Bartolomé. Ana Teresa Rodríguez de Riera, Antonio
RodríguezdelVillar,escultordeCarabobo (Caracas: Universidad Católica Andrés Bello, 2009).
40. Fundación Amigos de Bogotá, AntiguaBogotá, vol. 2 (Bogotá: Legis, 2014), 24.
41. Rómulo Rozo trabajó en ocios varios en Bogotá, de 1910 a 1920, de limpiabotas a
picapedrero en la Estación de La Sabana. En 1920 ingresó a la Escuela de Bellas Artes con
beca del gobierno. En 1922 viajó a Barranquilla, donde realizó obras de arte decorativo. En
1923 pasó a España e inició estudios en San Fernando. De 1924 a 1925 trabajó en el taller de
Victorio Macho. En 1925 fue invitado a la Exposición de Arte Decorativo en París y estudió
en la Escuela Nacional y academias de la capital francesa. De 1928 a 1929 tuvo a su cargo
la decoración del pabellón de Colombia en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, donde
instaló su escultura Bachué. En 1930 fue elegido miembro de la Academia Nacional de Be-
llas Artes, correspondiente de la de San Fernando; y, de 1931 a 1941, el gobierno nacional
lo nombró agregado cultural de la Embajada en México, donde realizó varias exposiciones
y el monumento a la Patria Mexicana en Mérida (1944-1956). Napoleón Peralta Barrera,
RómuloRozo,elgranmestizodeAmérica (Chiquinquirá: Alcaldía Municipal, 1998), 7-11.
Figura 4. Construcción del monumento al sacricio de Ricaurte (ca. 1923)
Fuente: fotografía de la construcción en la serie “Demolición del monumento a Ricaurte”,
ElGráco, n.o 1287, 11 de julio de 1936. Se observa la coronación del monumento. Las
carretas y los muros de los lotes cercanos, sin haberse iniciado la ampliación del parque.
Procesos 58, julio-diciembre 202394
ingresó becado por el gobierno a la Escuela en 1920. Rozo trabajó en el taller
de Rodríguez del Villar, bajo cuya tutoría, “tendría a su cargo la ejecución
de algunas de las guras que formaron parte del monumento a Antonio
Ricaurte”.42 En la década de los 20, la principal inuencia en el arte colom-
biano y en la Escuela de Bellas Artes era la española. La formación de artistas
en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando fue el destino común
de las becas otorgadas por el gobierno conservador para la formación de
jóvenes artistas como Rozo.43
Adicionalmente, en París, entre 1925 y 1927, tres años después de la ela-
boración de las guras de los chibchas orantes del monumento a Ricaurte
bajo la dirección de Rodríguez del Villar, Rozo elaboró las estatuas de los
dioses chibchas: Bachué, Tequendama y Bochica, lo que lo convierte, para
los historiadores del arte, en el “abanderado de la escisión que experimentó
el arte colombiano en la edad de oro del Arte Moderno”.44
La Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá solicitó a la comisión ocial
facultades para construir un jardín que rodeara el monumento a Ricaurte y
completara el urbanismo de la plaza. El proyecto de jardines se adaptó al te-
rreno irregular y solo pudo crecer al oriente,45 hacia el barrio Sucre. En 1923,
la Sociedad escogió el diseño de los jardines de la plaza Ricaurte realizado
por el conocido arquitecto Pablo de la Cruz.46 Para adelantarlo fue necesario
ampliar la plaza diseñada en 1914, con un área de 80 x 70 m, lo que nueva-
42. Rodrigo Gutiérrez Viñuales, “El escultor Rómulo Rozo y una carta decisiva para
su consolidación en España (1922)”, Quiroga, n.º 10 (2016): 102.
43. Sergio Ferro Peláez, La Escuela Nacional de Bellas Artes 1920-1940. Una historia de la
comprensióndelalógicaenlasartesplásticas (Bogotá: Instituto Distrital de las Artes, 2017), 60.
44. Álvaro Medina, “El umbral de la modernidad”. En Colombia en el umbral de la mo-
dernidad, ed. por Álvaro Medina, Ana María Lozano y María Clara Bernal (Bogotá: Museo
de Arte Moderno de Bogotá / Gobernación de Antioquia / Suramericana, 1988), 18.
45. Leopoldo Prieto, “Retrato de un ingeniero devenido en arquitecto”, en Alberto
ManriqueMartín, 35-36.
46. Pablo de la Cruz, arquitecto colombiano formado en Chile, vivió y trabajó en Bo-
gotá entre la segunda y la sexta década del siglo XX. Estuvo vinculado a la Facultad de
Matemáticas e Ingeniería de la Universidad Nacional y, en 1936, impulsó la creación de
la carrera de Arquitectura y la construcción del edicio para la facultad en el nuevo cam-
pus. Diseñó para el Ministerio de Obras Públicas conjuntos arquitectónicos y edicios en
ciudades del país, la mayoría desaparecidos. Destacan el palacio de Justicia de Bogotá, el
Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas (Universidad Pedagógica Nacional), la plaza
central de mercado, el Instituto Nacional de Radium y el complejo hospitalario de San Juan
de Dios en la Hortua. En Tunja, el desaparecido edicio Nacional y el edicio Central de la
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Jorge Ramírez Nieto et al., Pablo de la
Cruz (Bogotá: Sociedad Colombiana de Ingenieros y Arquitectos / Universidad Nacional de
Colombia / Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, 2019).
Procesos 58, julio-diciembre 2023 95
mente planteó dicultades con los vecinos.47 En octubre de 1923, el arquitec-
to Alberto Manrique Martín,48 miembro de la Sociedad de Mejoras y Ornato,
ajustó el diseño urbanístico de los jardines.
Para el escultor español Antonio Rodríguez del Villar la idea capital del
monumento, que se proponía como dispositivo de memoria, era la de re-
presentar al héroe sacricándose por su patria. El escultor manifestó que
componía “la arquitectura del monumento a Ricaurte, levantando sobre una
base de dibujo geométrico un bloque piramidal”,49 dado que los chibchas no
tenían arquitectura, por lo que usó el símil en la arquitectura de aztecas y
mayas, que tenían como base la pirámide. “Para darle más carácter nacional,
puse a la base un zócalo de bajo relieves representando tipos chibchas en
diversas actitudes orantes, como rindiendo homenaje al Héroe”50 y añadió
águilas estilizadas, de inuencia mexicana.
El presidente de la comisión, Julio E. Portocarrero, agradeció al escultor
Rodríguez del Villar la dedicación y el compromiso para terminar el monu-
mento, que no dudó en calicar como el más bello de Bogotá. Armó que el
autor “no solo ha cumplido el contrato que para ello celebró con nosotros,
sino que lo ha superado embelleciendo su obra con guras, adornos y toda
una serie de bajo relieves que no estaba obligado a realizar”,51 conrmando
así que la idea de los relieves chibchas, en los cuales colaboró Rozo, fue del
escultor español Rodríguez del Villar, quien realizó una detallada descripción
de los grupos y guras del monumento al sacricio de Ricaurte (gura 5):
Frente del Monumento. “Grupo del Héroe” [...] he compuesto un grupo de bronce
en el que aparece en primer término Ricaurte, con los vestidos desgarrados por la
lucha mostrando descubierto el pecho generoso, con los fuertes brazos extendidos
y protegiendo con ellos y con todo su cuerpo a la patria que asoma detrás como
una mujer envuelta en la bandera. Unas llamas rampantes vagamente modeladas
[...] recuerdan más concretamente el acto heroico de Ricaurte [...]. Debajo del grupo
anterior, dos guras de mujeres sedentes que representan, una a la Historia presen-
ciando el hecho y llevándolo a las páginas de su libro inmortal; y la otra el Ideal,
47. Claudia Cendales Paredes, Guíapararecorrerlosparquesylosjardinespúblicosde
Bogotá1886-1938 (Bogotá: Instituto de Patrimonio Cultural, 2020), 76.
48. Alberto Manrique Martín estudió en el Colegio del Rosario y en 1907 ingresó a la
Facultad de Matemáticas e Ingeniería de la Universidad Nacional. Se convirtió en profesor
de la Escuela Superior de Guerra, publicó un compendio de Geometría y Trigonometría.
Entre 1912 y 1922 se perló como uno de los más connotados ingenieros de la ciudad.
También fue ministro de Trabajo, Obras Públicas y Defensa de Pedro Nel Ospina. En Tunja
construyó la estación del ferrocarril del Nordeste. Prieto, AlbertoManriqueMartín, 16-21.
49. Junta del Homenaje a Ricaurte y Rodríguez del Villar, Inauguracióndelmonumen-
to..., 8, 11-12.
50. Ibíd., 12.
51. Ibíd., 20.
Procesos 58, julio-diciembre 202396
que al contemplar al Héroe entorna los ojos y deja caer sobre uno de los hombros la
hermosa cabeza en un dulce gesto de reconcentración y ensimismamiento [...]. Cos-
tado Norte o reverso. Haciendo juego con estas guras y con el grupo del Héroe, hay
en el frente posterior del monumento otro grupo, el de la “Inmortalidad” y otras
dos guras que representan el Heroísmo y el Sacricio [...]. En primer término,
aparece el Héroe muerto: una gura de mujer, que simboliza a la Gloria y levanta
su cuerpo pesado y sin vida y volando lo eleva a las regiones de la inmortalidad,
mientras que otra gura femenina, la Patria, se abraza los pies del cadáver y apoya
en ellos sus mejillas [...]. Debajo en los ángulos se ven el Heroísmo y el Sacricio.
Son dos guras masculinas moldeadas con vigor y sobriedad [...]. El Heroísmo
está representado por un hombre desnudo con el cuerpo ligeramente echado hacia
atrás [...]. El Sacricio es otro robusto gigante en actitud semejante [...]. La cabeza
cae y el cuello se dobla con un gesto de resignación y abandono [...]. Coronación.
Coronando el monumento y en la parte más alta de la pirámide hay otra gura
de mujer que representa la Victoria. Simboliza el triunfo nal del héroe. Aparece
envuelta en otantes vestiduras [...] la mano levantada en alto señalando el innito
y posado sobre sus hombros el cóndor andino como prestándole sus alas. De esta
manera, se unen los dos símbolos: la Victoria y el Rey de los Andes. Es el triunfo de
América coronando el esfuerzo de Ricaurte.52
52. Ibíd., 12-15.
Figura 5. Grupos del monumento al Sacricio de Ricaurte
en las caras al sur y al norte
Fuente: “El monumento a Ricaurte”, Cromos, n.º 416, 2 de agosto de 1924.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 97
No es menor el hecho de que el maestro Guillermo Valencia, principal ora-
dor en la inauguración del monumento al sacricio de Ricaurte, se reriera
en su extenso discurso a la descripción de las esculturas y a sus signicados,
resaltando el hispanismo y la raza representados en el heroísmo y el sacricio
de personajes como Ricaurte, sobre el que mantenía el discurso de su origen
bogotano, y repetía la grandilocuencia del discurso de la primera piedra en
1914, en referencia al signicado latinoamericano del héroe y del monumento
a su memoria: “para iluminar el camino que corre desde las aguas del Orinoco
hasta las argentadas cimas de Potosí”.53 El poeta modernista y senador conser-
vador calicaba el monumento de “pirámide consagradora”, que describe así:
Asiéntase ella sobre rocalla viva, desprendida a la fuerza del Ande original,
como nativa sustentación del basamento regular que brindo espacio al escultor
para que relievara en líneas sobrias, bellas y precisas una teoría de guras indí-
genas que, en rendidas actitudes adorantes, pregonan la virtud del sacricio y la
esperanza vivicadora en el sol que abra de levantarse. Rodead en giro rápido
el historiado pedestal para admirar en él la indecible tortura que la piedad del
artista se empeñó en disimular con armonía, de la raza irredenta que, en pugna
con la otra, fue cediendo hasta que por inexplicable anidad selectiva se aligo
con los vencedores, ostentó una rmeza que originalmente no tenía.54
El poeta arma que el maestro Rodríguez del Villar era contrario
a las modernas tendencias de la escultura que a partir de Rodin y de Constantino
Meunier buscan la expresión de los sentimientos en ademanes descoyuntados y
violentos, en gestos epilépticos que rompen la armonía maravillosa del cuerpo
humano y resultan, por lo tanto, enteramente inelegantes.55
Rodríguez del Villar se anticipaba a las críticas al armar: “no faltará
quien se extrañe de que sea un escultor español quien glorique a Ricaurte
que murió peleando contra los españoles”.56 Arma que en España se con-
sideraba a la guerra de Independencia, como una guerra civil entre herma-
nos, de la que solo quedó el sentimiento de fraternidad y admiración por los
grandes hechos de unos y otros: “No puedo ver en Ricaurte sino un héroe
de mi raza y considero como un honor para mí, como español, contribuir a
su gloricación”.57 El sentimiento hacia España, de perdón y gratitud, fue
común en los centenarios y en la década de los 20, promovido por la hege-
53. Ibíd., 35.
54. Ibíd., 30.
55. Ibíd., 16.
56. Ibíd.
57. Ibíd.
Procesos 58, julio-diciembre 202398
monía conservadora y por los conictos que existían entre Colombia y los
Estados Unidos por Panamá.58
En 1920, cuando se escogió a Rodríguez del Villar para el monumento a
Ricaurte, el reconocido pintor tunjano Rafael Tavera publicaba en Cromos una
columna de opinión acerca del sentimiento hacia España en las artes plásticas,
en una crítica a las esculturas de los centenarios encargadas en Francia, pre-
sentes en Bogotá, y la importancia de delegarlas a escultores españoles:
En Colombia se impone una orientación hacia España en cosas de arte, sobre
todo al tratarse de la interpretación escultórica de nuestros hombres y hechos.
La sicología de la raza así lo pide [...] Los artistas iberos están en mejores capaci-
dades para comprender nuestra idiosincrasia y llevar a forma plástica nuestros
genios y glorias.59
Para 1938, de acuerdo con un inventario realizado de los monumentos
existentes en Bogotá, se destacaban entre los autores nacionales Francisco An-
tonio Cano, con nueve; Silvano Cuéllar, con cinco; Eugenio Zerda, con tres;
Luis Alberto Acuña, con el mismo número; Gustavo Arcila Uribe y Dionisio
Cortés, con dos cada uno; el colombo-español Ramón Barba, con una; el espa-
ñol Rodríguez del Villar, con ocho; y el francés Charles Raoul Velet, con seis.60
En 1924, los miembros de la Junta para la celebración del Centenario de
Ricaurte habían desaparecido y muchos habían sido reemplazados. El pre-
sidente de la Junta, Portocarrero, menciona que varios artistas colombianos
le presentaron al escultor Rodríguez del Villar, residente entonces en Roma,
quien presentó su diseño a la Junta, consultado “con casi todos los artistas
nacionales residentes en Bogotá y con la Academia de la Historia”, que apro-
baron el proyecto.61
El poeta, diplomático, político conservador y senador Guillermo Valen-
cia, comisionado por el Congreso Nacional para recibir el monumento, lle-
vó la palabra el 7 de agosto de 1924, en la inauguración del monumento. El
maestro Valencia era amigo personal y patrocinador del escultor Rodríguez
del Villar.62 Luego del poeta habló el ministro de Venezuela en Colombia, An-
drés E. de la Rosa. En la ceremonia estuvo presente el presidente de la Repú-
blica, Pedro Nel Ospina, sus ministros, los miembros de la junta y el escultor.
58. Abel Martínez y Andrés Otálora, “Patria y Madre Patria. Las estas centenarias de
1910 y 1911 en Tunja”, Revista Historia y Memoria, n.º 5 (2012): 117-118.
59. Rafael Tavera, “Notas de arte”, Cromos, n.º 227 (28 de septiembre de 1920): 2.
60. Álvaro Medina, Proceso del arte en Colombia (Bogotá: Instituto Colombiano de Cul-
tura, 1978), 122.
61. Junta del Homenaje a Ricaurte y Rodríguez del Villar, Inauguracióndelmonumen-
to..., 6.
62. Ibíd., 31-37.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 99
El monumento fue descubierto por un grupo de más de cien señoritas de la
élite capitalina, entre las que se encontraban familiares del héroe.63
riCaurte tranquilo, impávido, terrible. la expansión
urbana y la destruCCión del monumento a riCaurte
De súbito, un estruendo fragoroso,
unaexplosióntremendaensordeceelcampodebatalla.64
Ocho años después de su inauguración, el secretario de obras públicas
de Bogotá solicitó a la Academia Colombiana de Historia un concepto sobre
el traslado y remodelación del monumento al sacricio de Ricaurte, dado
que obstaculizaba el paso de la ruta del tranvía, que comunicaba Chapinero
con San Diego, y el crecimiento urbano de la zona.65 El encargado de dar el
concepto fue el artista y académico Ricardo Moros Urbina, quien se desta-
có como defensor del patrimonio histórico, salvaguardado las planchas del
PapelPeriódicoIlustrado y, en 1925, se opuso a la demolición del convento de
Santo Domingo.66 Moros Urbina escribió un detallado informe, en mayo de
1932, sobre el desplazamiento y reforma del monumento a Ricaurte, publica-
do en el BoletíndeHistoriayAntigüedades. En él manifestaba que había hecho
una “excursión” para ver el monumento y, luego, consultó con colegas que
vivieron en Europa el objeto del informe:
Si bien es cierto que el monumento en que nos ocupamos está recargado con
estatuas y relieves de poca corrección y escasa belleza, no menos cierto es que su
conjunto posee grandes condiciones decorativas, cualidades estas que lo salvan,
y que residen no solo en su forma esbelta y armónicas proporciones, sino tam-
bién en sus dimensiones. Por esto nos vemos obligados a abogar en su defensa y
63. “El monumento a Ricaurte”, ElGráco, n.º 699, 9 de agosto de 1924.
64. Calle, Leyendas del tiempo..., 64.
65. De las cinco líneas del tranvía eléctrico que existían en Bogotá en los años 30, la
de Chapinero era la única que funcionaba en la noche, las otras funcionaban de 5:30 a. m.
a 12 p. m. La llamada línea de franja amarilla salía de Chapinero por la carrera 13 hasta
San Diego, donde subía por la carrera 7.ª hasta la Plaza de Bolívar, pasaba por la calle 10.ª,
hasta la carrera 18, por esta hasta la calle 13, llegando a la estación de La Sabana, donde
terminaba y emprendía la ruta hacia Chapinero. Eduardo Acevedo Latorre, Bogotáguíadel
turista: precedida de algunos datos generales sobre Colombia (Bogotá: Librería Nueva, 1933),
30-31. Biblioteca Nacional de Colombia, n.º 19845, pieza 14.
66. Paula Jimena Matiz y María Constanza Villalobos, RicardoMoroUrbina. Imáge-
nesdeunaBogotáencambio.1882-1911 (Bogotá: Instituto Distrital de Patrimonio Cultural,
2018), 44.
Procesos 58, julio-diciembre 2023100
conservación hasta tanto no haya algo mejor que lo sustituya, de manera bella,
digna, sólida y perenne.67
Moros Urbina estudió la propuesta y el plano enviado por el secretario
municipal de la obra proyectada para el nuevo monumento, que sería des-
plazado a la cercana plaza Sucre que, a juicio del académico y artista, carecía
de ornamentación y era demasiado sobrio, severo y simple. Sustentaba el se-
cretario que el proyecto “facilitaría la obra de la carrilera del tranvía y mejo-
raría en estética la ciudad”.68 El informe contradecía al secretario, al armar
que en Londres y en Madrid existían vías en las cuales el tranvía se desviaba
sin demoler los monumentos y lamentaba que la Sociedad de Mejoras y Or-
nato no planteara más espacios públicos y monumentales, sobre la cada vez
más congestionada y poco arbolada carrera 13.69
Sobre la ubicación del monumento, consideraba que era ideal, respaldado
en que, al momento de su escogencia, en 1914, participaron artistas como Ri-
cardo Acevedo Bernal y el arquitecto Gastón Lelarge y en la sólida formación
académica del escultor Rodríguez del Villar. Moros Urbina propuso ampliar
la plaza que rodea al monumento y anunció al director de la Escuela de Bellas
Artes, Coriolano Leudo, la idea de realizar un concurso entre los artistas para
mejorar el decorado y ornamentación del monumento al sacricio de Ricaurte,
que no llegó a realizarse.70 Concluyó Moros Urbina que pasados ocho años de
la erección del monumento no hubo protestas y que la demolición implicaría
la derogación de la Ley 40 de 1913, que lo estableció (gura 6).71
En la guía de la capital de 1933, el cartógrafo Eduardo Acevedo Latorre
hace una lista de los monumentos de Bogotá, entre los que incluye, junto con
el de Ayacucho, en la desaparecida plaza de San Agustín, el del sacricio de
Ricaurte, del que resalta la olvidada representación de la raza indígena: “La
historia, la gloria, el valor y la patria están representadas en el monumento.
En su base se ven escenas de la raza indígena. El cóndor legendario de los
Andes, emblema de la pujanza de la raza, corona el monumento”.72 El mo-
numento ocupaba un área de 4900 m².73
Pese a lo anterior, en 1934, la Academia Nacional de Bellas Artes, corres-
pondiente de la de San Fernando de Madrid, instancia ocial bajo patrona-
67. Ricardo Moros Urbina, “Informe sobre la traslación del monumento a Ricaurte”,
BoletíndeHistoriayAntigüedades, n.º 224 (1932): 621. Biblioteca Eduardo Santos, Academia
Colombiana de Historia (ACH).
68. Ibíd., 621-622.
69. Ibíd., 623.
70. Matiz y Villalobos, Ricardo Moros Urbina..., 45.
71. Moros Urbina, “Informe sobre la traslación...”, 624.
72. Acevedo Latorre, Bogotáguíadelturista..., 84-85.
73. Cendales Paredes, Guíapararecorrer..., 76.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 101
to del Ministerio de Educación, cuyo secretario era el liberal Luis López de
Mesa, realizó un concepto sobre el retiro del monumento al sacricio de Ri-
caurte de Rodríguez del Villar. La Academia de Bellas Artes opinó, de forma
unánime, que “debería emprenderse lo más pronto posible a colocarlo en lu-
gar menos expuesto a la contemplación del público y quizá más de acuerdo
con la confusa índole de su concepción artística”.74
Los años 30 llegaron con un cambio de régimen político en Colombia,
cuando la hegemonía conservadora llegó a su n y se inauguró la República
liberal, con su triunfo en las urnas. El 13 de junio de 1936, el presidente Al-
fonso López Pumarejo nombró a Jorge Eliécer Gaitán para la administración
municipal de la capital. Un mes después, una de sus primeras decisiones fue
dar la orden de demoler el monumento al sacricio de Ricaurte. Preguntado
sobre su decisión, el alcalde manifestó que no la había consultado con na-
die.75 La promesa del caudillo liberal de realizar otro monumento al héroe de
San Mateo se quedó en ofrecimiento, ya que a los ocho meses fue despedido
por la huelga de la Asociación Nacional de Choferes, causada por la decisión
de Gaitán de rmar un decreto para que los conductores de buses y taxis de
Bogotá usaran uniforme porque su atuendo propagaba enfermedades.76
74. Academia Nacional de Bellas Artes, Iniciacióndeunaguíadeartecolombiano (Bogo-
tá: Academia Nacional de Bellas Artes, 1934), 17-18.
75. Christian Padilla, “Jorge Eliécer Gaitán: dinamita y mecha en el arte colombiano”,
en CátedradeSedeJorgeEliécerGaitán.MataronaGaitán:60años, ed. por César Ayala, Óscar
Casallas y Henry Cruz (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2009), 467-468.
76. Herbert Braun, MataronaGaitán.VidapúblicayviolenciaurbanaenColombia (Bogo-
tá: Norma, 1998), 139-140.
Figura 6. Perl del monumento al sacricio de Ricaurte al caer la tarde, 1924
Fuente: “La inauguración del monumento a Ricaurte”, Cromos, n.º 417, 9 de agosto de 1924.
Procesos 58, julio-diciembre 2023102
El jueves 25 de junio de 1936 inició la demolición del monumento inaugu-
rado doce años atrás, la primera orden de gobierno de Gaitán, que en vez de
trasladar el monumento, como se solicitaba, lo demolió, prometiendo cons-
truir uno nuevo, que nunca hizo, quedando libre la carrera 13 para el libre
tránsito de tranvías y automóviles, sin los accidentes que se presentaban en
el sector del monumento a Ricaurte.77 En el momento de la demolición, hubo
muchas voces a favor del alcalde. El director Nacional de Bellas Artes, el crí-
tico Gustavo Santos, de conocida familia liberal, la calicó de “saneamiento
artístico”, y agregó: “ha realizado Usted [Gaitán] con esto el más vivo deseo
de esta administración que veía en el desgraciado monumento [...] la más
grave ofensa a la estética y a la razón misma de ser de la Dirección Nacional
de Bellas Artes”.78
El Consejo Directivo de la Escuela de Bellas Artes, a través de su direc-
tor Alberto Arango, los profesores Sergio Trujillo Magnenat y José Domingo
Rodríguez, los estudiantes Carlos Reyes y Luis Alfonso Sánchez, se sumaron
a las felicitaciones al alcalde Gaitán por su decisión “en favor de la estética
urbana” en relación con los “monumentos que afean la ciudad”.79 En 1930,
los estudiantes de la Escuela de Bellas Artes protestaron por la presencia
del futuro artista del grupo Bachué, el colombo-español Ramón Barba. En
la protesta ante el director, los estudiantes “cuestionaron la capacidad del
escultor español para fomentar un arte nacional, criollo o indígena” por su
condición de inmigrante español.80 A pesar de que Barba siguió como pro-
fesor de la Escuela, en 1936 se presentó una nueva disputa, dado que los
estudiantes consideraban que el escultor, ya nacionalizado, no apoyaba la
“campaña nacionalista” en las artes.81
ElGráco, como otros periódicos de la capital, apoyaron la decisión de
Gaitán de demoler el monumento de Ricaurte. En un artículo sobre las prime-
ras decisiones de Gaitán como alcalde, que ponderaba su energía, se escribe:
El monumento a Ricaurte, un estorbo y un peligro en la avenida a Chapinero,
se fue al suelo. Por generosidad, por compromiso, nuestro máximo artista había
hecho de él un elogio efusivo. Pero los ciudadanos recordaban más bien, por más
rápida, y acaso por más justa, la frase sarcástica y sonriente de Rendón: “Mejor le
fue en San Mateo”. Ricaurte y familia, como dijo otro, partieron sin decir a donde.
No les valió, para mantenerse erguidos, el juicio a que aludimos de Guillermo
Valencia. Como precedente, la determinación del alcalde no nos gusta. Dio la
77. Museo de Bogotá, Espacio bicentenario. La independencia..., 151.
78. Academia Nacional de Bellas Artes, Iniciacióndeunaguía..., 18.
79. Juan Ricardo Rey-Márquez, JoséDomingoRodríguez.Latranquilaexpresióndeunafe
revolucionaria (Bogotá: Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, 2021), 110.
80. Rey-Márquez, JoséDomingoRodríguez..., 112.
81. Ferro Peláez, La Escuela Nacional..., 91.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 103
casualidad de que su opinión coincidió con la de la mayoría, y así ya no hay recla-
mo ni siquiera queja, sino entusiasmo y aplauso [...] Ya han empezado a dejarse
oír los estetas, que suelen ser destructores. Quieren arrasarlo todo. Aquí no hay
nada. La ciudad es fea. Pero, sin duda alguna, es mejor que nada. Nos explica-
mos la campaña que iniciaron con buen éxito Pablo de la Cruz y Melitón Escobar
Larrazábal para no dejar levantar el monumento, de mucha trompeta y mucho
angelito [Von Miller],82 con que íbamos a conmemorar el centenario de la muerte
del Libertador, hace seis años. Pero destruir lo ya hecho, sin proceder inmediata-
mente a reemplazarlo, es, en múltiples casos, un caso de locura (gura 7).83
La ubicación actual del monumento a Bolívar, de von Miller, en el campo
de Boyacá, tiene mucho que ver con la destrucción del monumento a Ricaur-
te, ya que, en 1936, la Academia Colombiana de Historia, discutió y dio su
concepto, ejerciendo como órgano consultor del gobierno nacional, respecto
a la posible ubicación del monumento que permanecía almacenado desde
1930, centenario de la muerte del Libertador y la necesidad de erigirlo en
algún lugar.84 El otro monumento, ideado en 1924 e inaugurado en 1930 por
el primer gobierno liberal, el de la batalla de Ayacucho, del escultor español
Julio González Pola,85 que se enmarca también dentro de esta categoría de
lugares de memoria, por ser monumentos conmemorativos, ha sobrevivido
hasta el presente, con cambios de sitio. El 11 de julio de 1936, ElGráco, que
semanas antes había apoyado a Gaitán en su decisión de demoler el monu-
mento del sacricio Ricaurte, publicaba el registro fotográco:
El sacricio inútil del monumento que conmemora el sacricio útil del patriota
colombiano. Estas [...] fotografías muestran las tres etapas de la corta vida de una
82. Abel Martínez y Andrés Otálora, “La memoria de tanto inmortal. El campo de
Boyacá 1819-2015”, Nuevas Lecturas de Historia, n.º 34 (2015): 50-53.
83. “Actividad del Alcalde”, ElGráco, n.º 1286, 4 de julio de 1936: 441-442.
84. Roberto Cortázar, “Informe que rinde el secretario de la Academia Colombiana de
Historia”, BoletíndeHistoriayAntigüedades, n.º 266 (1936): 697.
85. El concurso para el monumento a la batalla de Ayacucho se organizó en 1924 y
allí vuelven a cruzarse Rodríguez del Villar y Rozo. Se presentaron trece propuestas de
escultores españoles y colombianos y se escogieron cinco. Entre estas, el proyecto enviado
por Rozo que se encontraba ya en España, trabajando bajo la dirección de Victorio Macho.
Rozo empleó la representación de un templo del Incario, “arquitectura incásica”, en cuya
coronación la Libertad rompe unas cadenas y se representan en medallones a los héroes
de la pampa de la Quinua. Otro proyecto nalista fue el de Rodríguez del Villar, con varias
guras: Bolívar al centro, a quien coronan la Gloria y la Fama. Bajo el Libertador, Córdoba
a caballo en bajorrelieve con su “paso de vencedores” y el mariscal Sucre, conducido en un
carro por damas limeñas. Finalmente, España y América en su representación clásica del
león y el cóndor. Se observan elementos que el escultor emplearía luego en el monumento
a la batalla de Carabobo. “Proyectos para el monumento de Ayacucho”, ElGráco, n.º 714,
22 de noviembre de 1924.
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defectuosa obra de ornamentación urbana, que cumplía un n histórico determi-
nado por la ley. Queda en pie el problema de gloricar como se debe el martirio
de Ricaurte (gura 8).86
En 1938, en el inventario de monumentos realizado para el IV Centenario
de la ciudad, Roberto Cortázar de la Academia Colombiana de Historia, se
refería al monumento al sacricio de Ricaurte lamentando su desaparición:
“juzgado por muchos carente de belleza por la calidad del material no por la
concepción del artista, fue demolido de orden del alcalde Doctor Gaitán con
violación expresa de la ley y con promesas difíciles de cumplir”.87
A modo de colofón, cabe mencionar que son varios los monumentos de-
dicados a la memoria de Antonio Ricaurte, héroe de San Mateo, que se han
levantado a lo largo del país. No muchos de ellos han llegado hasta la actua-
lidad, y han tenido un n trágico. El busto en bronce de Ricaurte del escultor
francés Henri León Greber, instalado en 1910 en una esquina del parque de
la Independencia de Bogotá, fue trasladado a la avenida Chile, sin conservar
86. “Demolición del monumento a Ricaurte”, ibíd., n.º 1287, 11 de julio de 1936.
87. Roberto Cortázar, Monumentos, estatuas, bustos, medallones y placas conmemorativas
(Bogotá: Academia Colombiana de Historia, 1938), 301.
Figura 7. El monumento al sacricio de Ricaurte y el paso del tranvía
de la línea amarilla por la carrera 13 en la ruta Chapinero-Bogotá
Fuente: Leopoldo Prieto, “Retrato de un ingeniero devenido en arquitecto”, en Alberto
ManriqueMartín (Bogotá: Sociedad Colombiana de Ingenieros y Arquitectos / Universi-
dad Nacional de Colombia / Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, 2017), 193.
Procesos 58, julio-diciembre 2023 105
su pedestal, cuando se produjo la ampliación de la calle 26. A inicios del siglo
XXI, fue destruido en un accidente automovilístico, luego de lo cual el busto
fue restaurado y el pedestal reconstruido.
En Chinácota (norte de Santander), la población erigió un busto al héroe
de San Mateo con motivo del centenario de su sacricio en 1914. Hacia la mi-
tad del siglo XX, durante La Violencia, el busto fue derribado. En 1952, para
homenajear el tratado de Chinácota, de la guerra de los Mil Días, el parque es
remodelado y se colocó una estatua del general conservador Ramón Gonzá-
lez Valencia. Entre tanto, los restos de bronce de la estatua de Ricaurte, alma-
cenados en el patio trasero de la cárcel municipal, nunca fueron restaurados.88
En los años 70 del siglo XX, la Academia Boyacense de Historia y la So-
ciedad Bolivariana comisionaron al académico Antonio José Rivadeneira con
el n de viajar a Caracas donde propuso “ya que nosotros les habíamos dado
al capitán Ricaurte en carne y hueso, nos lo devolvieran en bronce”.89 El go-
88. Carlos Torres Muñoz, “De héroes, estatuas y olvidos”, LaOpinión, 20 de septiem-
bre de 2020.
89. Ernesto Reyes, “Discurso pronunciado en la inauguración en Villa de Leiva del
capitán Antonio Ricaurte, donada por el gobierno de Venezuela”, Repertorio Boyacense, n.º
288-289 (1976): 4228.
Figura 8. Registro de la demolición del monumento al sacricio de Ricaurte
en sus caras norte y sur, en julio de 1936
Fuente: “Demolición del monumento a Ricaurte”, ElGráco, n.º 1287, 11 de julio de 1936.
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bierno de Venezuela acogió la iniciativa y el 15 de agosto de 1976, el bronce
de Ricaurte con la tea en su mano izquierda, los barriles de pólvora a sus pies
y la mirada perdida al innito mientras extiende su brazo derecho, obra del
escultor Fernando Montañez, era inaugurada en la plazoleta, al frente de la
casa-museo Antonio Ricaurte de Villa de Leiva (Boyacá), al lado del parque
en donde aún se encuentra el busto de mármol inaugurado en 1914. El acadé-
mico y presbítero Ernesto Reyes, gestor de esta idea, pronunció el discurso in-
augural al pie de la escultura, cuyo pedestal fue donado por la Fuerza Aérea
Colombiana que hasta el 2023 manejó el comodato de la casa-museo. El día de
Navidad de 2021, la escultura colapsó por fatiga del material, fracturándose
en varias partes, quedando el huérfano pedestal con solo un barril de pólvora.
ConClusiones
El monumento al sacricio de Ricaurte en San Mateo, estatua pública de
Chapinero, hubiera podido enmarcarse en la tradición de los monumentos
de los centenarios, mayoritariamente franceses, criticada en 1920 por el pin-
tor tunjano Rafael Tavera. El primer diseño fue contratado en el extranjero,
en 1914, con más expectativa que realidad, y no llego a erigirse. En 1920, la
nueva convocatoria de la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá, desde la
iniciativa privada, respaldaba las medidas de urbanismo y procuraba ter-
minar el proyecto que no había podido hacer la comisión ocial. Rodríguez
del Villar, escultor español residente en Bogotá y profesor de la Escuela de
Bellas Artes, contrató al joven estudiante Rómulo Rozo, con experiencia en
escultura, para llevar a cabo las guras chibchas en actitud adorante en el
friso del zócalo del monumento.
El monumento al sacricio de Ricaurte fue el primero en el espacio -
blico que incorporaba guras indígenas chibchas como componente fun-
dante de la nacionalidad, lo que lo diferenciaba de los otros monumentos
centenarios. Rodríguez del Villar empleaba la pirámide y las águilas aztecas,
el cóndor andino y a los chibchas para rendir culto al sacricio heroico de
Ricaurte en San Mateo, lo que fue agradecido por la junta ocial y exaltado
por el poeta conservador Guillermo Valencia, sin que ello implicara dismi-
nuir la exaltación del hispanismo, a través de la lengua, la religión y la raza,
elementos característicos de la hegemonía conservadora.
Al llevar a la realidad el planteamiento de su maestro, el joven Rómulo Rozo
jugó un papel destacado en su elaboración y se anticipó unos años el indigenis-
mo colombiano, que se fecha con su escultura Bachué, en 1925, que llevó luego
a la Exposición de Sevilla y que dio nombre al movimiento artístico colombiano
de los años 30. Por tanto, resulta importante para la historia de los Bachué, y del
Procesos 58, julio-diciembre 2023 107
propio Rozo, estudiar más a fondo los diseños de chibchas en diversas posicio-
nes orantes, realizados por el chiquinquireño para este demolido monumento y
compararlo con los diseños realizados por Rozo en el pabellón de Colombia en
el parque María Luisa, para la Exposición Iberoamericana de Sevilla, en 1929.
Situado en la nueva entrada de la antigua capital por el norte de la ciu-
dad, el del sacricio de Ricaurte hace parte de tres monumentos conmemora-
tivos contemporáneos, de los cuales se conservan dos, el de Ayacucho y el de
la Gloria de Bolívar. Así como muchas de las esculturas y bustos de los cente-
narios, la mayoría se encuentran en lugares distintos a donde originalmente
fueron proyectados. El monumento de Ricaurte marcaba el ingreso a la capi-
tal desde Chapinero y venía a completar el trazado del barrio Sucre. Las élites
urbanas querían dotar a Bogotá de monumentos conmemorativos, lugares de
memoria, como lo hacían otras capitales latinoamericanas en la década de los
centenarios como Ciudad de México, Lima, Buenos Aires o Quito.
Con la demolición de este dispositivo de memoria, en julio de 1936,
como primera medida para mejorar el tráco urbano tomada por el recién
nombrado alcalde de Bogotá, Jorge Eliécer Gaitán, se convirtió en realidad
el sacricio de Antonio Ricaurte en “átomos volando”. Las imágenes de la
destrucción del monumento muestran que lo último en ser demolido fueron
las llamas que envolvían la gura del héroe. El zócalo con los relieves de los
orantes chibchas había desaparecido. Como en las Leyendas del tiempo heroico,
del escritor ecuatoriano Manuel J. Calle sobre el sacricio de Ricaurte en San
Mateo: “parque, casa, soldados, Ricaurte, no son sino fragmentos que un
huracán de fuego arroja a los espacios. La Patria estaba salvada”.90
El monumento al sacricio de Ricaurte en Bogotá enlaza la historia urbana
con los estudios y disputas sobre la memoria y las estrategias utilizadas para
crearla, reproducirla y, en este caso, llegar a destruirla, en el proceso de construc-
ción de la identidad nacional y el surgimiento de un arte moderno y nacional.
Las claves para la edicación de este monumento, como dispositivo de memoria,
sirven de ejemplo para explicar la relación entre memoria y nación durante la he-
gemonía conservadora, que lo construye, y la República liberal, que lo destruye.
90. Calle, Leyendas del tiempo..., 65.
Procesos 58, julio-diciembre 2023108
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