De vivienda a museo. Biografía cultural
de una edicación colonial en Córdoba (Argentina)
From Home to Museum: Cultural Biography
ofaColonialBuildinginCórdoba(Argentina)
Dacasaaomuseu.Biograacultural
deumedifíciocolonialemCórdoba(Argentina)
Cecilia Moreyra
Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad / Consejo Nacional de
InvestigacionesCientícasyTécnicas(CONICET)
Córdoba, Argentina
cecilia.moreyra@unc.edu.ar
https://orcid.org/0000-0003-4612-7851
https://doi.org/10.29078/procesos.n57.3718
Fecha de presentación: 7 de noviembre de 2022
Fecha de aceptación: 14 de febrero de 2023
Artículo de investigación
Procesos. Revista Ecuatoriana de Historia, n.º 57 (enero-junio 2023), 127-159. ISSN: 1390-0099; e-ISSN: 2588-0780
RESUMEN
Este artículo propone la biografía cultural de una casona colonial
situada en el centro de Córdoba (Argentina), donde actualmente
funciona un museo histórico. En el marco de los estudios de cultura
material, el enfoque biográco ilumina el tránsito de las cosas entre dos
grandes esferas: mercantilización y desmercantilización. Para trazar la
trayectoria del edicio se analizan y entrecruzan fuentes como:
testamentos, juicios sucesorios, escrituras de venta, planos de la
propiedad, censos de población, registros parroquiales, documentación
ocial de gobierno, avisos comerciales y notas publicadas
en la prensa local.
Palabras clave: historia latinoamericana, historia cultural, cultura
material, arquitectura, biografía, museo, Argentina, Córdoba.
ABSTRACT
This article proposes the cultural biography of a colonial mansion located
in the center of Córdoba, Argentina, that currently houses a historical
museum. In the context of material culture studies, the biographical
approach sheds light on the transit of things between two major spheres:
commodication and decommodication. Sources such as wills,
inheritance proceedings, deeds of sale, property plans, population
censuses, parish records, ocial government documentation, commercial
notices, and articles published in the local press are analyzed and
cross-referenced to trace the building’s history.
Keywords: Latin American history, cultural history, material culture,
architecture, biography, museum, Argentina, Córdoba
RESUMO
Este artigo propõe a biograa cultural de uma casa colonial situada no
centro de Córdoba (Argentina), onde atualmente funciona um museu
histórico. No âmbito dos estudos de cultura material, a abordagem
biográca ilumina o trânsito das coisas entre duas grandes esferas:
a mercantilização e a desmercantilização. Para traçar a trajetória do
edifício são analisadas e entrelaçadas fontes como: testamentos, sentenças
sucessórias, escrituras de venda, plantas prediais, censos de população,
registros paroquiais, documentação ocial de governo, avisos comerciais
e notas publicadas na imprensa local. Quito.
Palavras chave: história latino-americana, história cultural, cultura
material, arquitetura, biograa, museu, Argentina, Córdoba.
la Casona, los sujetos, la trayeCtoria
En una esquina del centro de la ciudad de Córdoba1 se erige una casona de
dos plantas construida hacia mediados del siglo XVIII en la que hoy funciona
un museo histórico administrado por el Estado provincial. En su interior en-
cuentran lugar eclécticas colecciones de objetos. Las habitaciones de la planta
baja exhiben cajas, baúles, petacas y bargueños; obras de arte religioso; pianos,
armonios y órganos. Estos recintos se ubican en torno a tres patios, el princi-
pal con su galería; uno estrecho llamado “del aljibe” y el segundo patio. En la
planta alta se recrean interiores domésticos, tal como alcobas con sus camas y
mobiliario de guardado.2 El nombre del museo hace referencia a uno de sus
ilustres habitantes de tiempos pretéritos: el Marqués Don Rafael de Sobremon-
te, gobernador intendente de Córdoba del Tucumán entre 1784 y 1797.
La casona fue levantada para servir de residencia a una familia de élite
dedicada al comercio; más tarde fue alquilada por el marqués de Sobremon-
te. Hacia nales del siglo XVIII y durante el siglo XIX residieron allí im-
portantes familias de comerciantes emparentadas entre sí. A comienzos del
siglo XX la casona fue vendida dos veces y, aunque circuló información sobre
su posible demolición, terminó albergando la colección de objetos histórico-
coloniales correspondientes al Museo Politécnico Provincial. Lo referido da
cuenta de un edicio que tuvo diferentes propietarios y habitantes, fue valo-
rado de múltiples formas y adquirió diversos sentidos a lo largo del tiempo.
Durante esa trayectoria, la edicación experimentó transformaciones mate-
riales y simbólicas que se produjeron a partir de las interacciones habidas en-
tre la casa y sujetos de visible impronta en la historia cordobesa. Pensar esta
casona en el marco de una trayectoria evita anquilosarla en un estadio estan-
co e inmóvil. Si procuramos eludir la tradicional manera de jarla a períodos
o fechas especícas —que se corresponden, en general, con la época tardo-
colonial— es necesario adoptar una mirada procesual que evite considerar
la construcción en un solo punto de su existencia y la piense, en cambio, en
el marco de procesos y ciclos de producción, intercambio y consumo como
un todo. En esta línea se sitúa la propuesta de este artículo: producir una
1. Intersección de las calles Rosario de Santa Fe e Ituzaingó (denominación actual), a
una cuadra de la Plaza Mayor, actual Plaza San Martín.
2. Caracterización efectuada sobre la base del recorrido exploratorio de la autora, el 6
de octubre de 2021, en el que se realizó un registro fotográco y “descripción masiva” del
museo, consignando las características materiales de cada habitación, ubicación dentro del
plano del edicio y detalle de los objetos exhibidos en cada cuarto. Howard Becker, Trucos
delocio.Cómoconducirsuinvestigaciónencienciassociales (Buenos Aires: Siglo XXI, 2009).
proCesos 57, enero-junio 2023130
biografía cultural de la casona atendiendo a sus recorridos múltiples, sus
interacciones con diferentes actores y la acumulación de historias y sentidos
diversos. La propuesta requiere del análisis y triangulación de fuentes de di-
verso orden: testamentos y juicios sucesorios de quienes fueran propietarios
y habitantes de la casa, escrituras de venta, planos de la propiedad, censos
de población, registros parroquiales, documentación ocial de gobierno, avi-
sos comerciales y notas publicadas en la prensa local.3
Al presente, la casona ha sido objeto de investigaciones que atienden a
tres fases de su trayectoria. La primera encuentra su expresión en el traba-
jo fundacional de Juan Kronfuss sobre arquitectura colonial en Argentina,
quien pone el acento en las formas técnico-estilísticas de la casona para enfa-
tizar su valor histórico y estético frente a la inquietante desaparición de ese
tipo de construcciones.4 Carlos Luque Colombres, por su parte, precisa datos
del solar en que se levanta la casona, sus propietarios originales y proceso de
construcción.5 Un segundo episodio fue analizado en investigaciones sobre
la conformación del Museo Politécnico Provincial cuando, dejando su carác-
ter generalista, se conguran diferentes áreas, entre ellas, la sección histórica.
En este punto, los trabajos de Ana Clarisa Agüero iluminan el proceso de
3. Documentación conservada en repositorios diversos: Archivo Histórico de la Pro-
vincia de Córdoba (AHPC), Archivo del Arzobispado de Córdoba (AAC) y su documenta-
ción digitalizada disponible en el portal https://www.familysearch.org, Hemeroteca del
Poder Legislativo de Córdoba y Centro de Documentación de la Biblioteca Mayor de la
Universidad Nacional de Córdoba. Cabe señalar que mis trabajos previos sobre cultura
material del espacio doméstico y formas de la vida cotidiana en Córdoba entre los siglos
XVIII y XIX fueron el punto inicial de las inquietudes que derivaron en el presente texto,
pues la casona que me interesa formó parte de aquellos interiores domésticos examina-
dos y una primera parte de la documentación analizada en este artículo fue revisada en
aquellos textos. Cecilia Moreyra, “Casa de patios y espacio doméstico. Cambios y conti-
nuidades entre los siglos XVIII y XIX, Córdoba (Argentina)”, FoliaHistóricadelNordeste, n.º
41 (2021): 33-48, https://revistas.unne.edu.ar/index.php/fhn/article/view/5158; Cecilia
Moreyra, “La alcoba, el lecho, lo cotidiano. Cultura material de un espacio doméstico.
Córdoba (Argentina), siglos XVIII y XIX”, Páginas 10, n.º 24 (2018): 95-117, https://doi.
org/10.35305/rp.v10i24.311; Cecilia Moreyra, “En busca del confort cotidiano. El mobilia-
rio doméstico en Córdoba (Argentina), siglo XIX”, Anuario de Historia Regional y de las Fron-
teras 23, n.º 1 (2018): 73-91, https://doi.org/10.35305/rp.v10i24.311; Cecilia Moreyra, “Co-
cinar y comer en la Córdoba (Argentina) del siglo XIX. Una lectura de la cultura material
doméstica”, Americanía.RevistadeEstudiosLatinoamericanos, n.º 6 (julio-diciembre 2017):
262-294; Cecilia Moreyra, “Cultura material e higiene cotidiana en la Córdoba del Ocho-
cientos”, Anuario de Estudios Americanos 74, n.º 1 (2017): 211-234, https://doi.org/10.3989/
aeamer.2017.1.08, entre otros.
4. Juan Kronfuss, Arquitectura colonial en la Argentina (Córdoba: Bignandi, 1921).
5. Carlos Luque Colombres, “Solares históricos cordobeses. Notas para la historia de
la casa de Sobremonte”, Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas, n.º
12 (1959): 65-75.
proCesos 57, enero-junio 2023 131
“retornos coloniales” como fenómeno de carácter cultural, historiográco y
político en el que cobra sentido la revalorización monumental materializada
en el rescate de la casa del Virrey.6 Por su parte, Carlos Ferreyra construye y
analiza la historia institucional del museo histórico.7 Finalmente, esta edi-
cación fue investigada en su etapa de restauración como parte de un “mo-
mento arquitectónico” en Córdoba que combinó la institucionalización de la
disciplina con procesos de revalorización histórica.8
Si la presente propuesta dirige su atención a la casona Sobremonte no es
solo por el carácter excepcional de la construcción (es el único edicio civil del
período colonial que permanece en pie hoy en día), sino, más aún, por devenir
punto de conuencia de diferentes actores sociales del pasado. En este sentido,
la atención dirigida a una edicación especíca no nos devuelve una historia
material y simbólica de la ciudad o de la arquitectura urbana colonial, antes
bien, el edicio deviene unidad de análisis que puede iluminar la interseccio-
nalidad entre tres esferas de la historia de la ciudad de Córdoba: la élite cordo-
besa (las familias y sus redes comerciales, políticas y de parentesco); la ciudad
y sus transformaciones materiales y simbólicas; y la cultura de Córdoba.
la biograFía Cultural de los objetos
El campo de los estudios de cultura material tiene en sus bases un fértil
diálogo entre la arqueología y la antropología anglosajonas. Lejos de agotar
las diferentes tradiciones que conforman este campo, ya apuntadas de ma-
nera integrada por Dan Hicks,9 nos interesa señalar una de las directrices
de esta línea de investigación: la comprensión de las interrelaciones entre
lo social-cultural y lo material; entre personas y objetos. En esta premisa se
apoyan, por ejemplo, Ian Hodder y su arqueología contextual y Daniel Mi-
6. Ana Clarisa Agüero, “Las formas fuera de lugar y siempre bien situadas. Córdoba,
Kronfuss y el Museo Provincial (1911-1916)”, Cuadernos de Historia, n.º 9 (2007): 9-41; Ana
Clarisa Agüero, Elespaciodelarte.UnamicrohistoriadelMuseoPolitécnicodeCórdobaentre
1911 y 1916 (Córdoba: Facultad de Filosofía y Humanidades, 2009); Ana Clarisa Agüero,
Local/Nacional.UnahistoriaculturaldeCórdobaenelcontactoconBuenosAires(1880-1918)
(Buenos Aires: Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes, 2017).
7. Carlos Alfredo Ferreyra, Museo,cienciaysociedadenlaCórdobamoderna.ElMuseo
HistóricoProvincialyelMuseodeAntropología:pensamientoypráctica (Córdoba: Publicacio-
nes Universidad Nacional de Córdoba, 2006).
8. María Victoria Núñez, UnmomentoarquitectónicoenCórdoba:1916-1926 (Buenos Ai-
res: Prometeo, 2020).
9. Dan Hicks, “The Material Cultural Turn: Event and Eect”, en TheOxfordHandbook
of Material Culture Studies, ed. por Dan Hicks y Mary C. Beaudry (Oxford: Oxford Univer-
sity Press, 2010), 25-99.
proCesos 57, enero-junio 2023132
ller y su antropología social del consumo, certeros referentes de los estudios
de cultura material.10 Otra de las vertientes señeras en este campo es la de
Tim Ingold, quien critica la noción misma de cultura material y enfatiza la
articialidad de las fronteras establecidas entre los mundos humano y no-
humano y lo imperioso de situar las cosas en constante uir.11 Por su par-
te, la obra seminal de Arjun Appadurai introdujo la idea de que los objetos
materiales —devenidos mercancías a partir de su circulación e intercambio
económico— tienen, al igual que las personas, una vida social.12 Esta noción
es fundamental para el enfoque y método que desarrolla Igor Kopyto: la
biografía cultural de las cosas.13
Un punto de partida del enfoque biográco de los objetos es la noción
de life history, que reconoce diferentes procesos —obtención, manufactura,
almacenamiento, transporte, uso, mantenimiento, reutilización y desecho—
en la trayectoria de las cosas, a lo largo de los cuales van experimentando
cambios morfológicos y funcionales.14 Por su parte, el aporte nodal de Ko-
pyto fue poner de relieve que las cosas tienen una “vida” y cambian a lo
largo del tiempo; más aún, las transformaciones de cosas y personas están
profundamente ligadas.15
Para construir una biografía cultural, Kopyto planteó un conjunto de in-
terrogantes que, si los pensamos a partir de la edicación que nos ocupa, su-
ponen preguntas como: ¿Cuál es el origen del edicio? ¿Quién lo construyó,
con qué nalidad y en qué contexto espacial y temporal? ¿Cuáles fueron sus
usos a lo largo del tiempo? ¿Cuáles son los conictos que ha suscitado? ¿Cuál
es su función actual? ¿Cómo se ha forjado su historia e interpretación ocial?
¿Qué intereses están relacionados con su actual conservación, destrucción
(parcial) o exposición al público? Estas preguntas iluminan el tránsito de las
10. Ian Hodder, Symbols in Action: Ethnoarcheological Studies of Material Culture (Cam-
bridge: Cambridge University Press, 1982); Ian Hodder, Reading the Past (Cambridge:
Cambridge University Press, 1986); Daniel Miller, Material Culture and Mass Consumption
(Oxford: Basil Blackwell, 1987).
11. Tim Ingold, ThePerceptionofEnvironment.EssaysonLivelihood,DwellingandSkill
(Londres / Nueva York: Routledge, 2000); Tim Ingold, “Toward an Ecology of Materials”,
Annual Review of Anthropology 41 (octubre 2012): 427-442, https://doi.org/10.1146/annu-
rev-anthro-081309-145920.
12. Arjun Appadurai, “Introducción: las mercancías y la política del valor”, en La vida
socialdelascosas.Perspectivaculturaldelasmercancías, ed. por Arjun Appadurai (Ciudad de
México: Grijalbo, 1991), 17-87.
13. Igor Kopyto, “La biografía cultural de las cosas: la mercantilización como proce-
so”, en Lavidasocialdelascosas.Perspectivaculturaldelasmercancías, ed. por Arjun Appa-
durai (Ciudad de México: Grijalbo, 1991), 89-122.
14. Michael Schier, “Contexto arqueológico y contexto sistémico”, BoletíndeAntropo-
logíaAmericana, n.º 22 (diciembre 1990): 81-93.
15. Kopyto, “La biografía cultural...”.
proCesos 57, enero-junio 2023 133
cosas entre dos grandes esferas: mercantilización y desmercantilización. La
primera es aquella en la cual el objeto tiene valor de uso y puede intercam-
biarse por una contraparte. Una cosa vendible o muy intercambiable signica
que es “común”. Lo opuesto a ello son los objetos que una sociedad, en deter-
minado momento, concibe como inusuales, incomparables, singulares y, por
tanto, no factible de intercambiarse por nada. Sobre esto dirá Appadurai que
el contexto es todo, pues el carácter de mercancía, regalo u objeto museable
no reside en el objeto mismo sino en las circunstancias sociales y políticas
en las que circula, por lo que las cosas producidas como mercancías pueden
devenir regalo o terminar expuestas en un museo.16
El lenguaje que propone Kopyto para pensar que las cosas tienen una
vida a lo largo de la cual experimentan transformaciones en su materialidad
y sus sentidos impregnó diferentes áreas de los estudios de cultura material,
aunque no estuvo exento de críticas.17 Hans Peter Hahn y Hadas Weis, por
ejemplo, rechazan el carácter lineal que supone el enfoque biográco al tran-
sitar desde el “nacimiento” del objeto hasta su “muerte”. Más aún, la muerte
o n de una cosa resulta difícil de determinar pues la materialidad de la cosa
puede ser rescatada, resignicada y recongurada en un objeto otro, lo que
supondría una “segunda vida”.18 Tales observaciones decantan en la noción
“itinerario”, que los autores proponen para pensar las cosas en movimiento.
Por su parte, en lugar de “biografía”, Dan Hicks preere la noción de “ne-
crografía” para resignicar las historias de pérdida y muerte que suponen,
especícamente, los objetos no occidentales que terminan expuestos en mu-
seos occidentales.19
Por otra parte, la perspectiva biográca estimuló inquietudes entre ar-
quitectos respecto de cómo construir e interpretar las etapas de una edica-
ción desde su creación hasta su demolición o resignicación en el presente.
Así, lejos de concebir las construcciones como contenedores estáticos, la de-
nominada building biography20 considera que tienen una vida que se imbrica
16. Appadurai, “Introducción: las mercancías...”.
17. David Fonjtinj, “Epilogue: Cultural Biographies and Itineraries of Things: Second
Thougths”, en Mobility,MeaningandTransformationsofThings.ShiftingContextsofMaterial
CultureThroughTimeandSpace, ed. por Hans Peter Hahn y Hadas Weis (Londres: Oxbow
Books, 2013), 183-195.
18. Hans Peter y Hadas Weis, “Introduction: Biographies, Travels and Itineraries of
Things”, en ibíd., 1-14.
19. Dan Hicks, “Necrography: Death-Writing in the Colonial Museum. Conversation
Piece”, coord. por Dan Hicks, British Art Studies, n.º 19 (2021), https://doi.org/10.17658/
issn.2058-5462/issue-19/conversation.
20. Witold Rybczynski, TheBiographyofaBuilding.HowRobertSainsburyandNorman
Foster Built a Great Museum (Londres: Thames & Hudson, 2011); Nail Harris, Building Lives:
Constructing Rites and Passages (New Haven: Yale University Press, 1999).
proCesos 57, enero-junio 2023134
con la de sus habitantes a la vez que están ligadas al contexto social, econó-
mico y político.21
Si un enfoque biográco no se adapta para un análisis del cambio en los
sentidos y signicados de cualquier objeto, se presenta pertinente para
pensar edicaciones monumentales que atravesaron las esferas de mercan-
tilización y desmercantilización. Con todo, difícilmente un único modelo
sirva para todas las circunstancias y por eso es fundamental construir esque-
mas de procesos y fases acordes con la trayectoria de la edicación que nos
interesa, teniendo presente que esta es una entre otras biografías posibles. En
este sentido, y atendiendo a las preguntas que Kopyto sugiere, se estable-
cen las siguientes etapas en la trayectoria de la casona Sobremonte: construc-
ción; habitación y circulación; apogeo de la mercantilización; y, nalmente,
singularización. Aunque estas etapas se disponen de manera cronológica,
están lejos de comportarse como fases rígidas y lineales, antes bien, se so-
lapan unas con otras. El recorrido propuesto, que inicia al mediar el siglo
XVIII, tiene su término a mediados de la década de 1920, cuando el gobierno
de la provincia de Córdoba adquiere la propiedad de una parte de la casona.
Queda, pues, para indagaciones posteriores, analizar el trayecto que sigue
la edicación a partir de ese momento, es decir, en su función plenamente
museística.
ConstruCCión
El diseño fundacional de la ciudad de Córdoba estuvo conformado por
setenta manzanas ubicadas en una hondonada demarcada por el Río Suquía
al norte y este, el arroyo La Cañada al oeste y barrancas hacia el sur, hitos geo-
grácos de notable impronta en el devenir de la ciudad. El centro de la traza lo
ocupaba la Plaza Mayor, en torno a la cual se alzaron la Catedral y el Cabildo,
con sus manzanas aledañas ocupadas por órdenes religiosas y vecinos princi-
pales. La casona Sobremonte ocupó un solar situado a una cuadra del centro
de la ciudad, lugar que devino relevante dentro del espacio urbano (gura 1).
Sobre el punto inicial de esta construcción, Kronfuss arma que la caso-
na llega a manos de José Rodríguez mediante la dote que ingresa su esposa,
Felipa Catalina Ladrón de Guevara.22 Por el contrario, la revisión de escri-
turas y cartas de venta que lleva a cabo Luque Colombres conrma que la
21. Alison Blunt, “The ‘Skyscraper Settlement’: Home and Residence at Christodora
House”, Environment and Planning A: Economy and Space 40, n.º 3 (2008): 550-571.
22. Kronfuss, Arquitectura colonial en la Argentina. El matrimonio entre José Ro-
dríguez y Felipa Catalina Ladrón de Guevara se celebró el 15 de agosto de 1744,
AAC, libro de matrimonios de españoles, Catedral, https://www.familysearch.org.
proCesos 57, enero-junio 2023 135
casa que Felipa recibe en dote se situaba al oeste de la casona en cuestión,
calle de por medio, es decir, en la vereda opuesta.23 Asimismo, valiéndose de
las escrituras de compraventa, donaciones, cartas de dote, testamentos, cen-
sos, hipotecas, capellanías, juicios sucesorios, reivindicaciones y ejecuciones,
Luque Colombres recorre los diferentes propietarios del terreno nalmente
ocupado por la casa del marqués. Así, concluye que José Rodríguez compra
en 1752 a Antonia de Carranza “unas casas maltratadas y el sitio al que per-
tenecen”. Los datos de la ubicación del solar coinciden con la locación de la
casona.24
23. Luque Colombres, “Solares históricos cordobeses...”, 65, 66; Carlos Luque Colom-
bres, OrígeneshistóricosdelapropiedadurbanadeCórdoba,siglosXVIyXVII (Córdoba: Uni-
versidad Nacional de Córdoba, 1980).
24. AHPC, registro 1, inv. 135, f. 142.
Figura 1. Ubicación de la casona Sobremonte en la traza
de la ciudad de Córdoba, siglo XVIII
Fuente: Plano de la ciudad de Córdoba realizado por Manuel López, 1799. Archivo
General de la Nación (AGN), sala 9, 30-6-5, interior, leg. 43, exp. 3.
Recorte y edición de la autora.
proCesos 57, enero-junio 2023136
José Rodríguez fue un comerciante gallego que se integró a la sociedad
local casándose con una mujer de insigne linaje, Felipa Catalina Ladrón de
Guevara, cuya familia descendía del fundador de la ciudad, Jerónimo Luis
de Cabrera. El evento formó parte de un signicativo proceso que venía lle-
vándose a cabo desde las décadas 1720 y 1730: el casamiento de migrantes
del norte de España, la mayoría, comerciantes, con hijas de las familias tradi-
cionales de Córdoba. Estos enlaces conformaron el escenario de integración
social de los recién llegados, con una alta conictividad en la vida política
de la ciudad, expresada en disputas por espacios de poder entre los viejos y
nuevos actores de la escena política.25
La actividad mercantil de envergadura, sumada al estratégico enlace
matrimonial, consolidó el lugar de Rodríguez entre la élite local, posición
que se aanzó con el ejercicio de cargos concejiles y militares.26 A su vez,
contaba Rodríguez con conocimientos de construcción y albañilería. De ello
da cuenta el informe sobre el estado de la fábrica de la Catedral de Cór-
doba del 7 de mayo de 1770 que se referirá a él como hombre “inteligente
y práctico en obras”.27 Además, su hijo, el sacerdote Juan Justo Rodríguez,
subrayó la participación de su padre en la construcción de una de las torres
de la Catedral y parte de su frontispicio, que, según Kronfuss, guarda simi-
litudes arquitectónicas y decorativas con la casona en cuestión.28 Lo anterior
permite inferir, como sugiere Luque Colombres, la participación del propio
Rodríguez en la dirección y construcción de su casa y discrepar con Cabrera
y Kronfuss, según quienes fueron los jesuitas Primoli y Bianchi los artíces
de la edicación.29
La casona fue construida siguiendo el modelo de casa con patios en serie
donde dos o más patios sucesivos se erigían como núcleos estructurantes de
la edicación y era en torno a estos que tenían lugar las diferentes habitacio-
nes.30 La casa de los Rodríguez estaba organizada alrededor de tres patios,
25. Ana Inés Punta, “Medio siglo de tensiones y conictos políticos. Córdoba del Tu-
cumán, 1720-1770”, Tefros 12, n.º 2 (2014): 51.
26. Breve trayectoria de José Rodríguez según Carlos Luque Colombres, El doctor Vic-
torinoRodríguez:primercatedráticodeInstitutoenlaUniversidaddeCórdoba (Córdoba: Uni-
versidad Nacional de Córdoba / Instituto de Estudios Americanistas, 1947), 11-15.
27. AHPC, Escribanía 2, leg. 39, t. 1, exp. 15, citado en Luque Colombres, “Solares
históricos cordobeses...”, 74. El autor subraya la similitud entre la rma de José Rodríguez
en este informe y la rma que gura en las escrituras.
28. AAC, leg. 25, en ibíd., 75.
29. Discurso inaugural del Museo Colonial pronunciado por monseñor Pablo Cabre-
ra, citado en Kronfuss, Arquitectura colonial en la Argentina, 126.
30. La casa con patios en serie constituye una tipología habitacional que investiga-
ciones clásicas y más actuales identicaron en diferentes partes de Argentina. Elisa Ra-
dovanovic, “La casa con patios en Buenos Aires. Una visión desde los históricos planos
proCesos 57, enero-junio 2023 137
el principal, el traspatio y un pequeño patio o corral.31 En torno al primero
tenían lugar el zaguán, algunos dormitorios y salas, entre las que destaca la
sala principal que, a su vez, daba a un corredor de tres columnas. Esta ga-
lería junto con una escalera —que conducía a la segunda planta—, también
emplazada en el patio, fueron elementos que Kronfuss denió como porta-
dores de “algo más de lujo” que la sencilla portada.32 Del amplio volumen
espacial ocupado por el frente de la residencia —49 varas— destacan dos
elementos: la puerta principal de dos manos franqueada por columnas grie-
gas —aquí se centra el énfasis ornamental del conjunto— y la esquina con su
doble entrada y balcón saliente en el segundo piso (gura 2).
Las habitaciones que daban a ambas calles funcionaban como tiendas
y trastiendas, alquiladas a otros comerciantes o artesanos para su morada,
espacio de trabajo y lugar de venta al público: estaban especialmente pre-
paradas para ello a partir de sus mostradores y alacenas. Las habitaciones
principales estaban formadas por sólidos muros de cal y canto de hasta una
vara de ancho. Los techos eran de bóveda de medio punto, en algunas habi-
taciones, y de tejas apoyadas sobre costaneras de madera, en otras. Los pisos
eran enladrillados.
En el traspatio se ubicaban la cocina, un cuarto que colindaba con esta,
destinado a despensa o habitación del personal del servicio. Estos cuartos
estaban construidos con adobe crudo y tejuela, materiales y formas construc-
tivas más modestas que las habitaciones principales. Se ubicaban, asimismo,
en el traspatio el pozo de agua y el horno de pan. Tal ordenamiento del inte-
domiciliarios del Archivo de Aguas argentinas”, en La casa meridional. Correspondencias,
dir. por Gonzalo Díaz Recaséns (Sevilla: Junta de Andalucía, 2001), 337-352; Osvaldo Ote-
ro, Espacios privados, lugares públicos. Historia de la vivienda bonaerense entre el Virreinato y los
alboresdelaIndependencia,tecnología,usoyfunción (La Plata: Laboratorio de Entrenamien-
to Multidisciplinario para la Investigación Tecnológica, 2014); Juan Carlos Marinsalda,
“Casa patio en el noroeste argentino: la evolución del tipo, el caso de San Miguel de Tucu-
mán”, en La casa meridional...; Laura Manzini, “Las viviendas del siglo XIX en Santiago de
Chile y la región de Cuyo en Argentina”, Universum 26, n.º 2 (2011): 165-186; Luis María
Calvo, Vivienda y ciudad colonial. El caso de Santa Fe (Santa Fe: Universidad Nacional del
Litoral, 2011); Manuel Domínguez, “La vivienda colonial porteña”, Anales del Instituto de
Arte Americano e Investigaciones Estéticas, n.º 1 (1948): 100-130; Kronfuss, Arquitectura colo-
nial en la Argentina; José Torre Revello, “La vivienda en el Buenos Aires antiguo: desde los
orígenes hasta el siglo XIX”, Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas,
n.º 10 (1957): 84-125; Jorge Bettolli, “La vivienda de patio en Córdoba (1573-1850), orígenes
y desarrollo de la tipología. Estudio y propuesta de recuperación de la casa ubicada en
calle Caseros 70 de la ciudad de Córdoba” (tesis de maestría, Universidad Nacional de
Córdoba, 2014); Moreyra, “Casa de patios...”.
31. La descripción de la casa se efectuó sobre la base del Inventario de los bienes de
José Rodríguez, AHPC, Escribanía 2, 1797, leg. 92, exp. 26, . 60v y ss.
32. Kronfuss, Arquitectura colonial en la Argentina, 128.
proCesos 57, enero-junio 2023138
rior doméstico se anudaba con las jerarquías socioétnicas de la época, pues
eran las habitaciones de servicio que se alzaban en este traspatio el lugar de
vida y trabajo de la servidumbre que, según constatamos en el censo de 1778,
se trataba de 16 esclavizados afrodescendientes de diferentes edades que ser-
vían a la familia.33 Con el n de dar más extensión al fondo de su casa, Rodrí-
guez adquirió un terreno ubicado al sur, que lindaba con parte del traspatio.
La planta alta, a la que se accedía a partir de la escalera ubicada en el pa-
tio principal, contaba con tres salas, cuyas ventanas daban a la calle que mira
al norte y una de ellas tenía una puerta que daba al balcón de la esquina. Dos
de estas salas comunicaban con dos dormitorios y a una azotea en la que se
emplazaba un lugar común, pequeño habitáculo destinado a contener los
desechos corporales. Se trata de una ubicación excepcional, pues este tipo
de cuartos se hallaban generalmente en el segundo patio, entre los espacios
de servicio.
La casa de José Rodríguez era un edicio imponente dentro de la ciudad,
tanto por los sólidos materiales de construcción, sus dimensiones, numerosos
cuartos y la existencia de dos plantas, como por ocupar un lugar cercano al
centro urbano. Construcciones de este calibre maniestan que, como dice Glo-
ria Franco Rubio, los seres humanos buscaron hacer de sus casas espacios no
33. Censo de la provincia de Córdoba, 1778, caja 18, AAC, https://www.family-
search.org.
Figura 2. Frente principal de la casona sobre la actual calle Rosario de Santa Fe
Fuente: Dibujo de Juan Kronfuss en Arquitectura colonial en la Argentina (Córdoba:
Bignandi, 1921), lámina XVII.
proCesos 57, enero-junio 2023 139
solo habitables sino también sociales, que trascendieran la nalidad pragmáti-
ca de servir de refugio o lugar de trabajo y permitieran desplegar mecanismos
de representatividad social, donde elementos como el tamaño o la estética de
la construcción comunicaran estatus y pertenencia a un grupo.34
habitaCión y CirCulaCión
Esta etapa se solapa con la precedente pues, en denitiva, desde su “na-
cimiento” la casa fue un espacio de habitación familiar y de trabajo. A lo
largo de esos años, transitó entre diferentes propietarios siendo objeto de
compra y venta, de hipoteca y remate. El censo de 1778 registra a la familia
Rodríguez —compuesta por José de 70 años, su esposa, Felipa de 55 años,
sus siete hijos que contaban, en ese momento, entre 20 y 40 años, y 16 es-
clavizados afrodescendientes— habitando la casa situada en la “calle del
Cabildo”.35 La familia residió en la casona hasta 1784, cuando el primer Go-
bernador Intendente de Córdoba, el marqués Rafael de Sobremonte, alquiló
dicha vivienda hasta la nalización de su cargo en 1796. Pero antes de este
signicativo período la casa tomó parte en un proceso que signó parte del
siglo XVIII cordobés: la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767 y la pos-
terior venta de su patrimonio.
Estos eventos tuvieron lugar en un escenario político local conictivo, ana-
lizado por Punta, donde los grupos tradicionales, y los llegados a partir de
las décadas 1720, se disputaban los espacios de poder y en su despliegue de
estrategias se acercaban o distanciaban de instituciones coloniales o funciona-
rios representantes de la Corona.36 La expulsión de los jesuitas también fue un
elemento que denió el posicionamiento de esos bandos, cuyos enfrentamien-
tos se replicaron en el apoyo o rechazo a Fernando Fabro, ocial encargado
de ejecutar la expulsión y realizar los primeros inventarios de los bienes y,
después, en la Junta Municipal de Temporalidades, organismo responsable
de la administración y liquidación nal del patrimonio jesuita en Córdoba.37
34. Gloria Franco Rubio, “La vivienda en el Antiguo Régimen. De espacio habitable a
espacio social”, Chronica Nova 35 (2009) 63-103.
35. Censo de la provincia de Córdoba, 1778, AAC, caja 18, https://www.family-
search.org.
36. Punta, “Medio siglo de tensiones...”.
37. Tanto el clima político como el proceso de venta del patrimonio de la orden expul-
sada son analizados por Ana Inés Punta, “Medio siglo de tensiones...”; Ana Inés Punta, “El
cabildo de Córdoba del Tucumán: su conformación y políticas. De la etapa borbónica a la
ruptura del orden colonial”, Actas del XVI Congreso Internacional de AHILA (San Fernando:
AHILA / Ayuntamiento de San Fernando, 2011): 145-165; Ana Inés Punta, “Tensiones y cli-
proCesos 57, enero-junio 2023140
Hombres vinculados al sector de los “nuevos” actores de la escena so-
ciopolítica se beneciaron del proceso de distribución y compra de los bie-
nes de los jesuitas, entre ellos, José Rodríguez, quien accedió a parte de ese
patrimonio, en 1773, al comprar la estancia de Alta Gracia, una de las más
extensas, situada a unas siete leguas de la ciudad de Córdoba. El monto de
la compra fue de 44.527 pesos a pagar en cuotas “a satisfacer en nueve años”
y bajo seguro de hipoteca de sus bienes, incluida la casona urbana.38 En 1784,
cuando muere José Rodríguez aún no se había realizado pago alguno por la
estancia, por lo que interviene la Junta de Temporalidades para intimar a los
herederos. Sigue a esto una serie de procedimientos tendientes a percibir la
suma adeudada y, por parte de los hijos de Rodríguez, a conseguir una reba-
ja de ese importe, alegando la improductividad de la estancia. El expediente
que registra las negociaciones comprende cientos de fojas e incluye varios
años.39 Finalmente, al no efectuarse los pagos correspondientes, la Junta de
Temporalidades ejecuta la hipoteca mediante remate de la casona que fue
adquirida por el comerciante gallego Antonio Benito Fragueiro.40
Al momento del remate de la casa, habitaba en ella el propio Marqués de
Sobremonte quien, a su vez, presidía la Junta Municipal de Temporalidades
encargada de ejecutar el remate. El Gobernador Intendente alquiló la casa de
la familia Rodríguez para residir en ella, entre 1784 y 1796, mientras ejercía su
cargo público. La edicación, ya cargada de valor simbólico dado su tamaño,
materiales de construcción, diseño y ubicación, adquirió relevancia como espa-
cio de poder político, pues el marqués llevó adelante sus tareas en dicho lugar.
La impronta de esa época es innegable: con el tiempo la casa se conocerá como
“de Sobremonte” o, más bien, “la casa del Virrey”41 y así será nombrada por los
habitantes de Córdoba, llegando a constituir un punto de referencia urbano.
Una vez comprada la casa, Antonio Fragueiro se instaló en ella junto con
su esposa, Agustina del Corro, una joven de reconocido linaje, con quien
tuvo nueve hijos. Dedicado a la introducción de “efectos de Castilla” y la
exportación de productos de la tierra, especialmente, cueros, Fragueiro tam-
bién accedió a sucesivos cargos en el Cabildo (alcalde de segundo voto, sín-
ma político en Córdoba. La expulsión de los jesuitas en 1767 y el reparto de sus bienes: un
suculento negocio de la élite local”, en UniversidadNacionaldeCórdoba:cuatrocientosaños
de historia, coord. por Daniel Saur y Alicia Servetto (Córdoba: Editorial de la UNC, 2013),
125-146; Ana Inés Punta, PoderynegociosenlaCórdobaborbónica.Laexpulsióndelosjesuitas
en1767yloquepasódespués (Córdoba: Ferreyra, 2021).
38. Un precio menor al que consta en la tasación de 1769, Punta, “Tensiones y clima
político...”; Punta, Poder y negocios...
39. AHPC, Esc. 2, 1797, leg. 92, exp. 26.
40. AHPC, colección Caeiro.
41. Luego de su cargo de Gobernador Intendente de Córdoba, Sobremonte fue nom-
brado Virrey del Río de la Plata.
proCesos 57, enero-junio 2023 141
dico procurador y alcalde de primer voto).42 La casa sirvió de habitación de
la numerosa familia y sus sirvientes (catorce esclavizados afrodescendien-
tes) mientras que algunas de las tiendas se dieron en alquiler. Entre las mo-
dicaciones que Fragueiro introdujo en la edicación está la transformación
de una trastienda (situada sobre la calle que daba al poniente) en un gran
almacén que sirvió de repositorio de mercaderías. Todo lo relativo al curtido
de cueros —producto que exportaba— se encontraba en una quinta de su
propiedad situada a un par de cuadras de la casona. Aquel almacén que
Fragueiro erigió en su propia vivienda constituye un elemento que guarda
similitud con las casas de otros comerciantes de la época, cuyas viviendas
funcionaban también como centro de operaciones mercantiles.43 Otra de las
innovaciones que realizó Fraguerio fue la conversión de la tienda que se
ubicaba a continuación del citado almacén en una cochera, habitáculo que
reviste carácter de excepción, pues lo encontramos en pocas viviendas de la
época. Asimismo, entre las mejoras realizadas está la reparación del pozo de
agua que se encontraba en estado ruinoso y la construcción, en el traspatio,
de cuartos de media agua que funcionaron como habitación de los esclavi-
zados.44 La propiedad se extendió aún más cuando Fragueiro compró la casa
que lindaba con la suya por el sur y el oeste, sitio que fue denominado “casa
chica” y destinado a alquiler,45 espacio que en la actualidad forma parte del
conjunto edilicio del museo, aunque no del recorrido que realiza el público.
Cuando en 1812 muere Antonio Fragueiro, se reparte la propiedad de
la casa entre sus nueve hijos. Ocho de ellos eran aun menores de edad por
lo que —según expresó Antonio en su testamento— quedaron a cargo del
hermano mayor, José María Fragueiro, quien, como tutor y curador, estaría
encargado de administrar los bienes y llevar adelante los negocios de su pa-
dre.46 Los hijos e hijas de Fragueiro continuaron habitando la casona familiar,
42. Sobre la trayectoria vital de Antonio Fraguerio véase Héctor Lobos, Los Fragueiro:
unafamiliadecomerciantescordobesesdenesdelsigloXVIIIyprincipiosdelXIX (Buenos Ai-
res: Academia Nacional de la Historia, 1979).
43. Véase como ejemplo el plano que representa la casa del comerciante Hilarión Fu-
nes. “Testamentaria de Mercedes Roldán de Funes”, AHPC, Escribanía 1, año 1873, leg.
186, exp. 1.
44. Las modicaciones señaladas se advierten al contraponer, por un lado, las tasacio-
nes realizadas en el inventario de José Rodríguez con la realizada en ocasión del remate de
la propiedad y, por otro lado, el inventario post mortem de Antonio Fragueiro. AHPC, esc.
2, 1792, leg. 92, exp. 26; ibíd., colección Caeiro; ibíd., esc. 1, 1813, leg. 442, exp. 1.
45. “Escritura de venta de la casa que fuera de Ana María Correa”, AHPC, colección
Caeiro. La denominación “casa chica” consta en el Inventario de Antonio Fraguerio, pro-
piedad que se tasa por separado de la “casa grande”, AHPC, esc. 1, leg. 442, exp. 1.
46. AHPC, registro 1, 1811-1814, inv. 182, f. 172-177. Cabe señalar que Agustina del
Corro, la esposa de Fraguerio, había fallecido en 1809.
proCesos 57, enero-junio 2023142
la que, a su vez, siguió funcionando como centro de operaciones mercantiles.
También habitaban en la casa otros parientes por línea paterna vinculados
a los negocios familiares, tal, por ejemplo, Rosendo de la Lastra, natural de
Galicia y sobrino de Antonio, quien quiso contraer matrimonio con su prima
Mercedes Fragueiro, hija mayor de Antonio. Aunque ese matrimonio no se
concertó, pues la dispensa solicitada fue denegada, más adelante sí llegó a
concretarse la unión de las familias Fragueiro y de la Lastra pues Gerónima
Fragueiro contrajo matrimonio en 1817 con Manuel de la Lastra, natural de
Galicia y hermano del citado Rosendo. Más aún, dos años después del dece-
so de Gerónima (acaecido en 1821) Manuel de la Lastra contrajo matrimonio
con Gavina Fragueiro, hermana menor de la fallecida esposa. Tales enlaces
revisten crucial importancia pues Manuel de la Lastra se convirtió en una
gura destacada de los negocios de la familia Fragueiro, a la vez que confor-
mó otros relevantes espacios de comercio e inversión junto con su hijo Ni-
lamón Lastra y su sobrino Julio Fragueiro (hijo de José María).47 Lo anterior
maniesta que las estrategias familiares fueron nodales a la hora de articular
intereses económicos; esas uniones tácticas permitían la construcción de r-
mas colectivas que aseguraban, o intentaban asegurar, la acumulación cons-
tante y sistemática de los distintos grupos de comerciantes y productores
que vinieron a conformar las burguesías provinciales.48
A medida que algunos de los hijos de Antonio Fragueiro contraían matri-
monio llevaban a sus cónyuges a vivir a la casona, la que vio aumentada su
población aún más cuando tales parejas tuvieron hijos. Así, el censo de 1822
registraba 16 individuos unidos por lazos liales y conyugales que, además,
compartían actividades mercantiles.49 Conjunto al que se suman tres varones
jóvenes, también emparentados con el grupo residente. Completaban la po-
blación de la casa 32 afrodescendientes libres y esclavizados, muchos de los
cuales habían sido propiedad de Antonio Fragueiro y heredados por sus hi-
jos. Con el tiempo disminuyó la densidad poblacional de la casa y quedaron
Manuel Lastra —quien había quedado al manejo de la tienda y el negocio
mayorista de la casa Fragueiro— y familia como principales habitantes de
la casona junto con personal de servicio y comerciantes que alquilaban las
47. Véase datos de la participación de Manuel Lastra, Nilamón Lastra y Julio Fraguei-
ro en los ámbitos de comercio, inversión y nanciación en Félix Converso, La lenta forma-
cióndecapitales.Familias,comercioypoderenCórdoba1850-1880 (Córdoba: Junta Provincial
de Historia, 1993), 15, 115, 116, 119-121.
48. Sandra Fernández, Adriana Pons y Óscar Videla, “Las burguesías regionales”,
en Nuevahistoriaargentina.Liberalismo,Estadoyordenburgués(1852-1880), dir. por Marta
Bonaudo, t. IV (Buenos Aires: Sudamericana, 2007), 423-482.
49. Censo ciudad y campaña, Córdoba, 1822, t. 2, familisearch.org.
proCesos 57, enero-junio 2023 143
tiendas.50 En tiempos del Primer Censo Nacional un anciano Manuel Lastra
sigue viviendo en la casona, ya viudo, junto con tres de sus hijos (uno de
ellos, dedicado al comercio) una nuera y doce nietos, además de un nutrido
grupo de sirvientas.51
Luego de la muerte de Manuel Lastra, acaecida en 1869, se procede a la
tasación y reparto de sus bienes. En esa instancia la casona toca en heren-
cia a sus hijas Agustina y Manuela Lastra.52 Poco después, Manuela vende
a Agustina sus acciones sobre el inmueble, que quedó bajo el dominio de
Agustina de la Lastra, soltera y sin hijos,53 quien siguió habitando la casona
hasta su muerte, sobrevenida en enero de 1907, a los 78 años. Se ha señalado
que, para esa época, las familias de raigambre tardocolonial, como Lastra y
Fragueiro, eran minoritarias dentro de los grupos de élite con relación a las
familias surgidas durante el siglo XIX y las que emergieron a partir de la in-
migración de nales de ese siglo. Aunque sus apellidos seguían gozando de
cierto reconocimiento social, habían perdido peso simbólico.54 Ello coincidió,
en parte, con el decrecimiento del lugar signicativo que edicaciones como
la casona Sobremonte tenían dentro de la trama urbana. Con la muerte de
Agustina de la Lastra, la casa pasó a valorarse principalmente por su exten-
sión y ubicación central, perdiendo su lugar de portadora de prestigio social,
de representación del carácter socialmente destacado de sus habitantes. Los
albaceas de Agustina vendieron la casa en 1908 a los españoles y también
comerciantes, José y Agustín Caerio (gura 3).55
la esFera de merCantilizaCión en su apogeo
En enero de 1913 periódicos locales informaron que los hermanos Agustín
y José Caeiro vendieron al Banco El Hogar Argentino la propiedad situada en la
esquina de las calles Rosario de Santa Fe e Ituzaingó.56 Las medidas consigna-
das evidencian que se trataba de una fracción del conjunto edilicio que quedó
50. Censo de la ciudad de Córdoba 1832, ibíd.; Censo ciudad y campaña, Córdoba,
1840, ibíd.; Lobos, Los Fragueiro: una familia...
51. Primer censo nacional, Argentina, 1869, ibíd.
52. “Inventario y tasación de los bienes de Manuel Lastra y Gavina Fragueiro”, AHPC,
Escribanía 1, 1873, leg. 547, exp. 9.
53. AHPC, registro 2, 1873, inv. 32, f. 1322v.
54. María Victoria López, “Figuras ‘intelectuales’ en Córdoba a nes del siglo XIX y
comienzos del XX. Hacia una delimitación analítica de la fracción intelectual de la elite
cordobesa”, Anuario de la Escuela de Historia Virtual, n.º 4 (2013): 122, 123.
55. AHPC, registro 1, 1908, inv. 337, . 606v y ss.
56. La Voz del Interior, 12 de enero de 1913: 3; Los Principios, 12 de enero de 1913: 3.
proCesos 57, enero-junio 2023144
Figura 3. Plano de la casa de la sucesión de Agustina de la Lastra realizado
por el ingeniero Raimundo Alonso*
* Planta baja: 1. Zaguán; 2. Patio principal; 3. Corredor o galería; 4. Sala principal; 5. Sala
(durante la estancia de Rodríguez y Fragueiro), “Habitación” en este plano; 6. Aposento
(estancia de Rodríguez y Fragueiro), “Habitación” en este plano; 7. Dormitorio (estancia
de Rodríguez y Fragueiro), “Habitación” en este plano; 8. Escalera; 9. Segundo patio o
traspatio; 10. Cuartos de media agua construidos por Fragueiro, utilizados como habitación
de esclavizados; 11. Cocina; 12. Propiedad adquirida por Fragueiro a los herederos de Ana
proCesos 57, enero-junio 2023 145
María Correa (10 de noviembre de 1802); 13. “Tienda” (estancia de Rodríguez), “Cochera”
(estancia de Fragueiro), “Habitación” en este plano; 14. “Tiendas y trastienda” (estancia
de Rodríguez), transformado en “Almacén” por Fragueiro, cuarto nalmente separado
en dos partes: “habitación” y “comedor” según este plano; 15. Durante las estancias de
Rodríguez y Fragueiro este espacio funcionó como un único patio o corral. A la muerte de
Agustina de la Lastra estaba dividido en tres patios distintos, cada uno con su excusado. En
la actualidad este espacio conforma un solo patio interno denominado “patio del aljibe”;
16. Cuartos designados como “tiendas” durante las estancias de Rodríguez, Fraguerio
y Manuel Lastra. En este plano son designados simplemente como “habitación”; 17.
Excusados (W. C.). Estos constituyen modicaciones realizadas en la segunda mitad
del siglo XIX. Habitaciones designadas como “baño”, es decir, destinadas a la higiene
del cuerpo. Tanto la multiplicación de excusados como la existencia de cuartos de baño
signican cambios reveladores de transformaciones en las prácticas domésticas. Véase
Cecilia Moreyra, “Casa de patios y espacio doméstico. Cambios y continuidades entre los
siglos XVIII y XIX, Córdoba (Argentina)”, FoliaHistóricadelNordeste, n.º 41 (2021): 33-48,
https://revistas.unne.edu.ar/index.php/fhn/article/view/5158.
Fuente: “Sucesorio de Agustina de la Lastra”, AHPC, Juzgado Civil 1.º, 1909, leg. 10, exp. 1.
dividido en dos partes: una de ellas —fracción oriental sobre calle Rosario de
Santa Fe— en manos de los hermanos Caeiro y otra parte —la esquina— bajo
propiedad de la institución bancaria. El periódico La Voz del Interior añadía:
lo vendido, en rigor, no es sino terreno, con una casa vieja, que será demolida en
el acto para levantar un edicio de tres pisos, donde se instalarán las ocinas del
Banco el Hogar, teniendo además departamentos comerciales y casas de familias
para alquilar. La casa vendida tiene el mérito histórico de haber sido del marqués
de Sobremonte, pero aquello que en su tiempo fue un palacio, resulta una edi-
cación absolutamente inadecuada para nuestros tiempos, por lo que había que
echarla abajo para reemplazarla con una edicación esbelta y amplia, de acuerdo
con los gustos y necesidades actuales.57
El diario Los Principios también miraba con buenos ojos esta “gran tran-
sacción, acaso la más importante en los últimos años sobre nuestra propie-
dad urbana”, entendiendo que el “colosal edicio” que levantaría el banco
en lugar de la antiquísima casa “comportará una contribución a nuestro em-
bellecimiento urbano”. Aunque reconoce cierto valor monumental de la edi-
cación, pues constituye un ejemplar del arte colonial equiparable a “otros
monumentos americanos y vinculada a las viejas y carísima tradiciones cor-
dobesas”, el destino de la casa no debe ser otro que el de ser “demolida por
la piqueta del progreso”.58
57. La Voz del Interior, 12 de enero de 1913.
58. Los Principios, 12 de enero de 1913: 3.
proCesos 57, enero-junio 2023146
Según la prensa, la casa portaba cierto “mérito histórico” por haber al-
bergado a una personalidad destacada de la historia local y regional y ser
reconocida como monumento del arte colonial.59 No obstante, ello resultaba
insuciente para considerar su conservación pues la edicación era inade-
cuada para una ciudad que crecía y se modernizaba. Si hay un reconoci-
miento de valor histórico/monumental este aún no termina de cristalizar y
es superado por la valoración de la extensión y ubicación del terreno. Esas
fueron las características que se apreciaron y destacaron algunos años antes,
en el marco del juicio sucesorio de Agustina de la Lastra, cuando se publi-
caron avisos de remate judicial: “de la grandiosa propiedad central que for-
ma esquina a las calles Ituzaingó y Constitución. A una cuadra de la Plaza
San Martín. Una de las calles de más comercio donde nadie vende y todos
quieren comprar. Se trata de algo ideal. Con 1 850 726 metros cuadrados de
terreno, donde vale un Perú el metro cuadrado”.60
Además de la ubicación central, una esquina de enorme potencial comer-
cial, el aviso subraya la extensa supercie del terreno y de la construcción que
cuenta con 39 habitaciones y once patios, entre grandes y pequeños. Se sugiere
también la posibilidad de aumentar el número de habitaciones hasta 45 o 50,
mediante la introducción de “simples tabiques”, acción que permitiría contar
con mayor número de habitáculos para su alquiler. Por otra parte, se valora la
“robustez” de la edicación dada por sus sólidos materiales de construcción:
cal y canto, característica que la hace una de las casas mejor conservadas en la
ciudad y potencia la posibilidad de seguir resistiendo la acción destructora del
tiempo. Finalmente, se realzan elementos estéticos de la casona —las bóvedas de
diversas formas y ornamentación— y se subraya un singular atributo higiénico:
la ventilación de las habitaciones. De cualquier manera, el aviso sintetiza en un
apartado nal las cualidades fundamentales de la propiedad —“dimensiones
excepcionales a una cuadra de la plaza principal”— y, con ello, sus principales
destinatarios: “todo hombre de empresa” a quienes convoca con la expresión
“ojo señores capitalistas”. Lo “histórico” no constituye un valor, si se hace refe-
rencia a su antigüedad es para resaltar su resistencia al paso del tiempo.
La descripción anterior reproduce elementos que constan en los comenta-
rios que acompañan el plano de la propiedad realizado por el ingeniero Rai-
mundo Alonso, en ocasión de la tasación de los bienes de Agustina de la Lastra.
59. La revista porteña Caras y Caretas publicada ese mismo mes contaba con un artícu-
lo sobre “arquitectura colonial” en el que una lista de monumentos coloniales americanos
era encabezada por la casa del Virrey Sobremonte. Caras y Caretas, n.º 744, 4 de enero de
1913. La nota de Los Principios hace referencia a esta publicación al poner de relieve la valía
estética e histórica de la edicación.
60. La Voz del Interior, 30 de octubre de 1907. El aviso se publicó diariamente hasta el 26
de noviembre de ese año. Se repitió entre el 13 y el 23 de diciembre de 1907.
proCesos 57, enero-junio 2023 147
El perito aclara que resulta complejo establecer el justo precio de la casa pues,
aunque se trata de una propiedad extensa y muy bien ubicada, es también
un edicio antiquísimo, sino el más antiguo de la ciudad, en el que su distribu-
ción, ornamentación, edicación y formas ya no satisfacen las exigencias moder-
nas y en el que es tan difícil introducir modicaciones que lo hagan adaptable
a las necesidades actuales, a causa precisamente de su solidísima construcción,
lo cual, al criterio de muchos le quita completamente su valor positivo transfor-
mándolo en un fabricado que es necesario demoler piedra por piedra con gastos
de consideración, que solo el espesor de sus muros ocupa una supercie de 350 a
390 metros cuadrados, sobre la que se podría edicar una casa de familia cómoda
y espaciosa. Estas y otras consideraciones hacen indudablemente que el mérito
y por consiguiente el valor del edicio se reduzcan más y más [...] hacen difícil
formar criterio para asignarle su justo y exacto precio.61
El informe incluye elementos que no constan en los avisos de remate,
pues podrían desalentar a los interesados, al evidenciar las características
negativas de la edicación. Más aún, quien adquiriera la propiedad debía,
según estima Alonso, invertir aún más dinero en su demolición, la cual la
hacía costosa, dado el espesor de los muros. La antigüedad del edicio se
presentaba, pues, como un obstáculo que devenía en la depreciación general
de la propiedad y la solidez de la edicación, que los avisos de remate pon-
deran como algo positivo, es señalado por el ingeniero como una limitación
concreta. Con todo, aunque el remate se publicita de manera reiterada, no
se presentan interesados por lo que se rebaja el precio de venta para, nal-
mente, resolver la transacción de manera privada, vendiéndose la casa a los
hermanos Agustín y José Caeiro.62
Los Caerio eran comerciantes de origen español que integraban el deno-
minado “alto comercio” de Córdoba, es decir, la cúspide del comercio local
que se dedicaba, principalmente, a la importación de productos. Su inserción
entre la élite local se consolidó a partir del matrimonio con hijas de familias
tradicionales de la ciudad, portadoras de apellido de renombre.63 Aquellos
enlaces entre los españoles que llegan a Córdoba hacia nales del siglo XIX
y contraen matrimonio con cordobesas descendientes de tradicionales fami-
lias españolas viene a acentuar lo que Szchuman denominó “endogamia de
61. “Sucesorio de Agustina de la Lastra”, AHPC, Juzgado Civil 1.°, nominación, 1909,
leg. 10, exp. 1, . 21, 22.
62. AHPC, registro 1, 1908, inv. 337, . 606v y ss.
63. Agustín Caeiro contrae nupcias con Constancia Altamira de la Peña. Los Altamira
eran tradicional familia de origen español (norte de España) cuya presencia en Córdoba
data de principios del siglo XVIII.
proCesos 57, enero-junio 2023148
linaje” estrategia que venimos observando entre los comerciantes que fueron
propietarios y habitantes de la casona.64
Sobre el grupo del “alto comercio”, señala Laura Valdemarca, que quie-
nes administraban las casas mayoristas tenían, asimismo, vínculos con
entidades nancieras, ocupaban lugares de preeminencia en instituciones
relacionadas con su país de origen, detentaban cargos en la función públi-
ca y también participaban en la actividad industrial.65 Agustín Caeiro, por
ejemplo, tuvo cargos en el Banco de la Provincia de Córdoba, se desempeñó
como vicecónsul honorario de España, formó parte de la Sociedad Española
de Socorros Mutuos, del Hospital Español y del Círculo Español. A su vez,
fue concejal municipal entre 1905 y 1907, y fundó la Fábrica de Galletitas de
Córdoba y la Fábrica Nacional de Cemento Portland S.A.66
Estos prósperos comerciantes desarrollaron sucesivas actividades in-
mobiliarias que cobraron relevancia en el contexto del acelerado proceso de
urbanización que venía desarrollándose en Córdoba entre las décadas de
1870 y 1880,67 cuando a el arribo del ferrocarril —evento que contribuye a la
inserción de la provincia en la región pampeana en el marco de la expansión
de la economía agroexportadora— se sumó la intensa llegada de población
inmigrante que coadyuvó al crecimiento demográco y, con ello, impulsó a
habitar otros espacios de la ciudad, a partir de loteos impulsados por secto-
res de la élite, que tuvieron lugar en terrenos antes suburbanos, que confor-
maron los nuevos barrios. La zona central de la ciudad cambió su sonomía
por el crecimiento del número de ocinas comerciales y nancieras, bancos y
casas de negocios de las que una edicación colonial se volvió una suerte de
contrapunto estético que disputaba un lugar en ese paisaje urbano.
Aquellos avisos de remate, el informe del ingeniero Alonso y la noticia de
la venta de la casona representan una mirada especíca respecto de la tensión
tradición-modernidad que signó el período, cuando las transformaciones ur-
banísticas eran miradas así con entusiasmo como con cierto recelo nostálgico.68
64. Categoría que incluye no solo los matrimonios entre españoles sino entre estos e
hijas de españoles. Esta propuesta discute los límites del Melting Pot con el que se describió
el escenario social de la Argentina de nales del siglo XIX y principios del XX. Mark Szu-
chman, “The Limits of the Melting Pot in Urban Argentina: Marriage and Integration in
Córdoba, 1869-1909”, TheHispanicAmericanHistoricalReview 57, n.º 1 (febrero 1977): 24-50.
65. Laura Valdemarca, “Los comerciantes mayoristas importadores de Córdoba: 1880-
1920”, Ciclos XV, n.º 30 (2005): 165-191.
66. Ibíd., 178.
67. Waldo Ansaldi, “Una modernización provinciana. Córdoba 1880-1914”, Estudios
Digital, n.º 7-8 (junio 1997): 51-80; Waldo Ansaldi, Unaindustrializaciónfallida:Córdoba,1880-
1914 (Córdoba: Ferreyra, 2000); María Cristina Boixadós, Lastramasdeunaciudad,Córdoba
entre1870y1895.Éliteurbana,infraestructura,poblamiento (Córdoba: Ferreyra, 2000).
68. Ansaldi reúne testimonios de la época que dan cuenta de las transformaciones en
proCesos 57, enero-junio 2023 149
Por ejemplo, Santiago Albarracín, testigo y cronista de la Córdoba de nales
del siglo XIX, valoraba las renovaciones en el paisaje urbano: los nuevos ba-
rrios, la apertura de una ciudad antes oprimida por las barracas y señalaba
el contraste entre las torres de las iglesias, por un lado, y altas chimeneas que
testimonian el progreso industrial, por otro. Si la modernización es también
renovación urbana, Albarracín celebra que “la piqueta demoledora” modi-
que el paisaje colonial-criollo haciendo “caer los muros de las casas de otras
épocas y el progreso, en todo su esplendor, se manieste en todas partes”.69
En contraste, Juan Kronfuss, que desde 1914 comienza sus viajes de estudio
y relevamiento de la arquitectura colonial, ve “desaparecer con sincero pesar
[...] las casas antiguas bajo el pico del obrero, para dar lugar a la realización de
obras modernas”.70
La adquisición de la casona por parte los hermanos Caeiro obedeció a
una estrategia de inversión tendiente a la obtención de rédito en un plazo
más o menos corto, pues compran la propiedad en 1908 para, en menos de
cinco años —período durante el cual obtuvieron renta del alquiler de habi-
taciones y tiendas de la casa— vender una fracción de esta. Asimismo, el
año en que se vende una parte al Banco El Hogar Argentino (1913), Agustín
compra a su hermano José las acciones que le corresponden por la otra mitad
de la propiedad,71 quedando Agustín Caeiro como único propietario de esa
fracción del edicio. Sobre el Banco El Hogar Argentino, fundado en 1899
con su casa matriz en Buenos Aires y sucursales en Rosario, Bahía Blanca y
Córdoba, cabe señalar que ofrecía préstamos y créditos para la construcción
de viviendas y venía creciendo de manera sostenida. La sucursal de Córdoba
recibía especiales elogios por parte de la prensa que destacaba las “buenas
gestiones” de su gerente, José María Olmedo, cuyos planes incluían trasla-
dar las ocinas al nuevo edicio a construirse en la esquina que ocupaba la
casona Sobremonte.72
En ese momento la casa se ubicaba cómodamente en la esfera mercantil.
Si mercancía es, como señala Appadurai, toda cosa destinada al intercambio,
no se trata de un tipo de cosa en vez de otro, sino una fase en la vida de
algunas cosas en la que su intercambiabilidad resulta ser la característica
el paisaje urbano, sus materialidades, sonidos, olores. Algunos abrazan esos cambios que
suponen una entrada al progreso y otros lamentan la pérdida del perl tradicional de la
ciudad. Ansaldi, “Una modernización provinciana...”, 17-29.
69. Santiago Albarracín, BosquejohistóricoypolíticoyeconómicodelaprovinciadeCórdo-
ba (Buenos Aires: Imprenta de Juan A. Alsina, 1889), 415.
70. Kronfuss, Arquitectura colonial en la Argentina, 22.
71. AHPC, registro 1, 1913, inv. 354, . 42 y ss.
72. La Voz del Interior, 12 de enero de 1913; Los Principios, 12 de enero de 1913.
proCesos 57, enero-junio 2023150
socialmente relevante.73 Aunque la casa nunca había perdido su lugar como
objeto de intercambio, pues fue hipotecada, rematada, comprada y vendida,
en este período —que comienza con la muerte de Agustina de la Lastra—
resuena con particular intensidad el carácter intercambiable de la casona,
ya cuando la describe el ingeniero que hace la tasación, cuando se publica la
oferta de remate o cuando se anuncia su venta a la institución nanciera. Es-
tas voces enfatizan el valor del suelo urbano y, con ello, el valor de cambio de
la propiedad. En esta fase de la trayectoria, dado el contexto de renovación
urbana, su ubicación central y su extensión, la casa se vuelve vendible, muy
intercambiable o, lo que es lo mismo según Kopyto, una cosa “común”.74
En este contexto, el espacio urbano y sus edicaciones devienen un producto
en función de su compra, venta e intercambio.75 La mercantilización de la
casa se presenta particularmente evidente en ese período, dado del contraste
con la etapa posterior, cuando termina de cristalizar su valor histórico en el
pensamiento de la élite intelectual de la época, lo que determinó su extrac-
ción de la esfera mercantil y su transformación en un objeto singular.
singularizaCión
Hacia nes de la década de 1880, cuando Agustina de la Lastra aún vivía
y habitaba la casona, comenzaba a tejerse la trama de la historia del Museo
Politécnico Provincial cuya trayectoria convergió, con el tiempo, con la ca-
sona. El museo fue creado en 1887 con el objetivo de acrecentar la colección
particular, adquirida a Jerónimo Lavagna, de objetos históricos, etnográcos
y naturales que constituyó el acervo material inicial, conjunto que habría de
servir al desarrollo de una historia local, y coadyuvaría en la conservación
de obras artísticas y naturales.76
Un informe realizado por el primer director del Museo señalaba la “nece-
sidad de tener un local apropiado y seguro por algunos años, a n de evitar
trastornos de cambios que causan siempre gastos y perjuicios”.77 La locación
del museo era un problema recurrente, pues dos años después se comunica-
73. Appadurai, “Introducción: las mercancías...”.
74. Kopyto, “La biografía cultural...”.
75. Henri Lefebvre señala este proceso de mercantilización del espacio urbano, deve-
nido “espacio abstracto”, como algo propio de las transformaciones urbanas del mundo
capitalista. Larevoluciónurbana (Madrid: Alianza, 1972).
76. “Decreto de Creación del Museo Politécnico Provincial”, 24 de enero de 1887, cita-
do en Agüero, El espacio del arte..., 10.
77. AHPC, Gobierno, 1887, t. 9, . 10 y ss., citado en Ferreyra, Museo, ciencia y socie-
dad..., 30.
proCesos 57, enero-junio 2023 151
ba al gobernador la inconveniencia de trasladar la colección del museo de un
lugar a otro, a colación de la inminente expiración del contrato de alquiler de
la vivienda donde se situaba el museo que, aunque no era “propia para un
museo, tiene todas las comodidades para los trabajos de preparaciones, local
suciente para las colecciones, aire y luz”.78 No obstante, el museo volvió
a trasladarse a una vivienda que, según detalló el director, no cumplía con
las condiciones edilicias mínimas pues era húmeda y estaba mal pintada.79
Hacia 1911 la nueva cabeza de la institución reitera el pedido de mejoras, in-
sistía en lo necesario de un inmueble apropiado para el museo, es decir, “una
casa de mayores comodidades y adecuada a su destino”.80 En esa época se re-
formula el carácter del museo, lo que supuso “limitar su acción a la historia,
las artes, arqueología y paleontología” y “separar del museo las colecciones
de historia natural”,81 programa que tomó forma con el proyecto de Deodoro
Roca —entonces director de la institución— en 1917, en el que abogaba por
la creación de un Museo Colonial, cuyo ambiente apropiado sería la casa
conocida por “del Virrey Sobremonte”.82
Las demandas de un edicio adecuado para albergar las colecciones
fueron atendidas en la letra mas no en la práctica: en 1907 el Gobierno pre-
vió presupuesto para la construcción de un edicio especíco destinado al
Museo, iniciativa que, sin embargo, no avanzó sino hasta 1912, cuando se
encargó al arquitecto Juan Kronfuss la realización de un proyecto edilicio
para albergar al Museo Provincial. Dicho plan —nalmente frustrado— pro-
ponía, para una colección de artes, pero mayormente histórica, un continen-
te historicista que manieste lo que, en la mirada de Kronfuss, eran claras
particularidades arquitectónicas locales. La propuesta integraba un lenguaje
arquitectónico clásico con motivos coloniales presentes en un selecto conjun-
to de edicios de la provincia, entre ellos, la casona Sobremonte.83 El patio
central como eje estructurador de la planta del museo es el elemento que
más recuerda a la casona, pues en su derredor se ubicaban habitaciones que
intentaban reproducir las de una casa colonial. Aunque el proyecto no se
llevó a cabo, su impronta resultó clave pues, aun con sus limitaciones, puede
contarse entre los primeros de inspiración colonial del país, además de apor-
78. Ibíd., 1889, t. 10, f. 209, citado en ibíd., 33.
79. Ibíd., f. 213, citado en ibíd.
80. Ibíd., Ministerio de Gobierno, 1911, t. 25, f. 434.
81. Ibíd.
82. Deodoro Roca, “Proyecto de reorganización del Museo Provincial de Córdoba”,
en Obra Reunida, vol. II (Córdoba: Editorial de la UNC, 2008), 364-374.
83. Sobre este proyecto ahondan los trabajos: Agüero, “Las formas fuera...”; Agüero,
El espacio del arte...; Agüero, Local/Nacional. Una historia...
proCesos 57, enero-junio 2023152
tar tempranamente a la elaboración de lo colonial como problema y respues-
ta respecto de la existencia de una arquitectura nacional.84
Los periódicos Los Principios y Justicia celebraron el proyecto edilicio esti-
mulado por la colonia,85 ello puede indicar, como señala Agüero, que recono-
cían en esa época algo pasible de ser pensado como antigüedad recuperable.86
No obstante, cabe recordar que, pocos días antes, Los Principios aplaudía la
adquisición de la casona Sobremonte por parte del Banco El Hogar Argentino,
junto con la proyectada demolición del edicio, lo que sugiere que, para algu-
nas miradas, primaba una recuperación de “lo colonial” más como idea y es-
tética que a partir de la conservación material de una edicación que remitía a
dicho período.87 Un enfoque diferente es el que encarna la heterogénea comu-
nidad de coleccionistas, historiadores, arquitectos y editores que conforman
un área de estudios coloniales que emerge en las décadas de 1910 y 1920.88
Al n y al cabo, contrario a lo que presumía la prensa,89 la casona no fue
demolida. Contribuyeron a ello discursos como el referido proyecto de reor-
ganización del museo que presentara Deodoro Roca, donde señalaba a la casa
llamada “del Virrey” como el sitio más conveniente para albergar el proyectado
Museo Colonial y Casa de Estudios Coloniales.90 En dicho texto, se vincula por
primera vez la casona Sobremonte con la institución museística. Este enlace per-
mitió dotar a la colección histórica de un sitio adecuado, además de salvar de
su desaparición a una casa que constituía una reliquia histórica de notable valor
artístico, carácter y estilo.91 En esa línea, las acciones a seguir, alegaba Roca, no
debían reducirse a impedir la demolición de la casona, era preciso avanzar en
la reparación de la edicación. Por otra parte, que la casona nalmente no se
demoliera fue, acaso, gracias a lo costoso que resultaba para sus propietarios de-
rribar esos sólidos muros, dicultad que fue señalada en la tasación de la casa.92
Cuando, en 1918, la Provincia alquila la casona para albergar la sección
histórica del Museo —más precisamente, la fracción del inmueble que era
propiedad el Banco el Hogar Argentino— la construcción estaba deteriorada.
El director de entonces señalaba que la edicación “reclama a voz en grito” se
la restaure y adapte con las modicaciones necesarias para poner a resguardo
84. Ibíd.
85. Los Principios, 12 de enero de 1913: 3, citado en Agüero, El espacio del arte..., 35.
86. Agüero, Local/Nacional. Una historia...
87. Los Principios, 12 de enero de 1913: 3.
88. Agüero, Local/Nacional. Una historia...
89. La Voz del Interior, 12 de enero de 1913; Los Principios, 12 de enero de 1913: 3.
90. El proyecto de un centro de investigación como el propuesto por Roca contribuiría
al conocimiento de la etapa colonial y, de haberse concretado, habría conformado la pri-
mera institución local de investigación histórica. Agüero, El espacio del arte..., 9.
91. Roca, “Proyecto de reorganización...”, 371.
92. “Sucesorio de Agustina...”.
proCesos 57, enero-junio 2023 153
las colecciones que son trasladadas desde su locación anterior.93 No obstante,
recién se emprendieron obras de restauración y acondicionamiento en 1925,
una vez que la Provincia compró la fracción de la propiedad que alquilaba.
Su restauración estuvo a cargo de un grupo de especialistas,94 quienes debían
emprender las obras de reparación “reproduciendo con delidad los estilos,
decoraciones y ambiente de la época a la cual pertenece”.95 La reparación del
edicio comportó transformaciones materiales concretas, principalmente,
el reemplazo de los adobes originales más deteriorados —socavados por el
paso del tiempo, el efecto de las temperaturas, vientos, lluvias y el tráco de
las calles— por ladrillos cocidos “de primera”.96
Hasta aquí se constatan las miradas divergentes y en disputa en torno al
valor de las edicaciones urbanas “antiguas”: las que ponderaban el valor
histórico y estético de tales construcciones —lo que suponía la exigencia de
conservarlas y restaurarlas— y, por el contrario, las que abogaban por su de-
molición dado el precio del suelo urbano y la ubicación central, con potencial
comercial. Otra posición reconocía el valor estético y arquitectónico de estas
edicaciones, lo que ameritaba el registro y reproducción de esos estilos mas
no, necesariamente, su conservación como un monumento. María Victoria
Núñez distingue, para la década de 1920, la prevalencia de la primera postura,
es decir, la creciente valoración, por sectores cada vez más amplios de la so-
ciedad, de las cualidades históricas, estéticas y artísticas de los monumentos
legados por el pasado.97 Por ejemplo, entre la clase política, que el entonces
gobernador, Rafael Núñez, señalaba el valor histórico de la casona “por per-
tenecer ella a una época cuyo recuerdo debe conservarse”, como argumentó
frente a la Legislatura de Córdoba, para la adquisición de la propiedad por
parte de la Provincia.98 Asimismo, unos años después, el diputado Moyano
López señalaba, entre las voces que se pronunciaron a favor de la compra del
inmueble, el valor artístico de la casona.99 Del mismo modo, también se indicó
la positiva recepción de la prevista compra de la propiedad en el ánimo popu-
lar, en general, y de los visitantes del museo, en particular.100 En la prensa exis-
93. “Nota de Monseñor...”.
94. Los arquitectos Martín Noel y Juan Kronfuss, el Dr. Miguel Ángel Cárcano, el
director del Museo Pbro. Pablo Segundo Cabrera. Núñez, Unmomentoarquitectónico..., 136.
95. Serie Decretos y Otros, Archivo Histórico de la Legislatura de la Provincia de Cór-
doba, 23 de mayo de 1925, citado en ibíd., 135.
96. La Voz del Interior, 29 de mayo de 1926, citado en ibíd., 138.
97. Núñez, Unmomentoarquitectónico...
98. “Mensaje del Gobernador Dr. Rafael Núñez”, 27 de agosto de 1920, citado en ibíd., 130.
99. Sesión del 17 de agosto de 1923, Diario de sesiones de la Cámara de diputados,
citado en ibíd., 133.
100. “Nota de Monseñor Pablo Cabrera dirigida al Ministro de Gobierno”, AHPC,
Ministerio de Gobierno, 1919, t. 13, . 215, 216.
proCesos 57, enero-junio 2023154
tieron posturas heterogéneas: en 1913, cuando El Banco El Hogar Argentino
adquirió el inmueble, La Voz de Interior señalaba el mérito histórico del edicio
pero también lo imperioso de su demolición.101 Transcurrida una década, el
impreso se manifestó a favor de la adquisición de la casona por la Provincia,
pues signicaba la positiva “conservación de uno de sus monumentos históri-
cos”, que permitía “evocar nuestro pasado”.102
En 1925 la Provincia compró la parte de la casona Sobremonte en la que
funcionaba el Museo Histórico,103 con la intención futura de hacerse con la
totalidad de la propiedad original. En esa línea, el gobernador Ramón Cár-
cano instaba al cuerpo legislativo a adquirir esa otra parte del inmueble, que
era, por cierto, bastante extensa, para ampliar el espacio destinado a albergar
una colección que no paraba de crecer e impediría una posible demolición.104
El “fantasma de la picota” seguía rondando.
La compra de la casona por la Provincia fue, claro está, una instancia de in-
tercambio mercantil, pero, dados los nes de conservación y restauración con
que fue adquirida, este hecho marcó, asimismo, su extracción de ese ámbito
y la entrada en la esfera de la singularización. Dejó de ser un objeto común y
vendible para devenir objeto singular, único y por ello, no intercambiable.105
No obstante, aunque la compra por parte de la Provincia marca un hito tem-
poral, la singularización de esta casona es, por cierto, un proceso no reductible
a una fecha especíca, antes bien, involucra la previa circulación de miradas
que ponían de relieve la existencia de un valor histórico y estético de la casa.106
ConClusiones
La casona cuya trayectoria recorrimos fue, desde mediados del siglo
XVIII y durante gran parte del siglo XIX, una casa habitada por familias de
comerciantes que participaron, asimismo, en espacios de poder político. La
edicación estaba estructurada en torno a patios centrales sucesivos, lo que
representó, por mucho tiempo, una jerarquización socioespacial, habiendo
101. La Voz del Interior, 12 de enero de 1913.
102. Ibíd., 19 de agosto de 1923, citado en Unmomentoarquitectónico..., 134.
103. Casa de Gobierno: Ministerio de Hacienda, La Voz del Interior, 20 de febrero de
1925, citado en ibíd., 135.
104. “Mensaje de Exmo. Sr. Gobernador de la Provincia, Dr. Ramón J. Cárcano, a la
Honorable Legislatura al abrir sesiones correspondientes del año 1926”, citado en Núñez,
Unmomentoarquitectónico..., 135.
105. Kopyto, “La biografía cultural...”.
106. Cabe señalar que un hito en el proceso de singularización de la edicación fue su
declaración como monumento histórico nacional, en 1941.
proCesos 57, enero-junio 2023 155
sitios diferenciados, principales y secundarios, habitados por la familia pro-
pietaria, en el primer caso, y el personal de servicio, esclavizado o libre, en el
segundo. Su doble planta, balcones a la calle, ubicación en esquina y amplia
supercie ocupada hicieron de esta construcción un hito urbano: la zona fue
conocida por los locales como “la esquina de Fragueiro”, en alusión a una de
las familias propietarias y también “la casa del Virrey”, en referencia al Mar-
qués de Sobremonte. Esta breve etapa de la casona en que fue habitada por la
máxima autoridad política de la provincia es la que ha dejado una indeleble
impronta en la memoria local. Lejos de ignorar tamaña huella simbólica, este
texto procuró pensar la casona en el marco de una trayectoria larga en la que
interaccionaron diferentes actores de peso en la historia cordobesa.
La casa fue habitada por varias generaciones de comerciantes unidos
por lazos de parentesco que hicieron del edicio no solo un espacio de
cohabitación doméstica, sino también un centro de acopio de mercaderías,
con tiendas para venta al público. Entre nales del siglo XVIII y durante la
siguiente centuria la edicación circuló por diferentes propietarios y habi-
tantes, siendo objeto de intercambios diversos: se hipotecó, se remató, fue
comprada por otro comerciante; experimentó modicaciones materiales y
en su distribución interna, y, aunque luego de la muerte de Antonio Fra-
gueiro, la propiedad de la casa fue repartida entre los hijos, el allegado y
socio Manuel de la Lastra fue quien terminó haciéndose con la propiedad
y el uso de la casona.
Avanzado el siglo XIX, se observó un menoscabo del peso simbólico de
las tradicionales familias de la élite local frente al arribo de nuevos actores
sociales y políticos. Este proceso coincidió con el declive del lugar de pres-
tigio de la casona, maniesto en las voces que diferían respecto del valor
de la casa. En este punto convergieron dos trayectorias hasta ese momento
separadas: por un lado, la casona y, por otro, el Museo Politécnico Provin-
cial. Aquí, el papel del Estado devino clave, pues al adquirir la propiedad
(en principio, solo una parte), ubicó a la casa dentro del inventario de bienes
simbólicos de la sociedad, a la vez que armó su derecho a singularizar un
objeto, a extraerlo de la esfera mercantil.
A partir de esta biografía cultural de la casona, se puso atención en la
trayectoria de la misma, examinando los cambios que experimentó en sus
materialidades, las formas de habitarla y las maneras en que diferentes sec-
tores de la sociedad la miraron y pensaron, estableciendo posturas divergen-
tes respecto del lugar que debía ocupar en una ciudad que había crecido y
cambiado desde la época en que aquella casa fue edicada.
proCesos 57, enero-junio 2023156
Fuentes y bibliograFía
FUENTES PRIMARIAS
Archivos consultados
Archivo del Arzobispado de Córdoba (AAC). Córdoba, Argentina. https://www.
familysearch.org.
Archivo General de la Nación (AGN). Buenos Aires, Argentina.
Archivo Histórico de la Provincia de Córdova (AHPC). Córdoba, Argentina.
Periódicos
La Voz del Interior. 1907, 1913.
Los Principios. 1913.
Fuentes primarias publicadas
Albarracín, Santiago. BosquejohistóricoypolíticoyeconómicodelaprovinciadeCórdoba.
Buenos Aires: Imprenta de Juan A. Alsina, 1889.
FUENTES SECUNDARIAS
Agüero, Ana Clarisa. Elespaciodelarte.UnamicrohistoriadelMuseoPolitécnicodeCór-
doba entre 1911 y 1916. Córdoba: Facultad de Filosofía y Humanidades, 2009.
–––––. “Las formas fuera de lugar y siempre bien situadas. Córdoba, Kronfuss y el
Museo Provincial (1911-1916)”. Cuadernos de Historia, n.º 9 (2007): 9-41.
–––––. Local/Nacional.UnahistoriaculturaldeCórdobaenelcontactoconBuenosAires
(1880-1918). Buenos Aires: Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes,
2017.
Ansaldi, Waldo. Unaindustrializaciónfallida:Córdoba,1880-1914. Córdoba: Ferreyra,
2000.
–––––. “Una modernización provinciana. Córdoba 1880-1914”. Estudios Digital, n.º
7-8 (junio 1997): 51-80. https://revistas.unc.edu.ar/index.php/restudios/ar-
ticle/view/13950.
Appadurai, Arjun. “Introducción: las mercancías y la política del valor”. En La vida
socialdelascosas.Perspectivaculturaldelasmercancías, editado por Arjun Appa-
durai, 17-87. Ciudad de México: Grijalbo, 1991.
Becker, Howard. Trucosdel ocio. Cómoconducir su investigaciónen cienciassociales.
Buenos Aires: Siglo XXI, 2009.
Bettolli, Jorge. “La vivienda de patio en Córdoba (1573-1850), orígenes y desarrollo
de la tipología. Estudio y propuesta de recuperación de la casa ubicada en
calle Caseros 70 de la ciudad de Córdoba”. Tesis de maestría. Universidad
Nacional de Córdoba. 2014.
proCesos 57, enero-junio 2023 157
Blunt, Alison. “The ‘Skyscraper Settlement’: Home and Residence at Christodora
House”. Environment and Planning A: Economy and Space 40, n.º 3 (2008): 550-
571.
Boixadós, María Cristina. Lastramasdeuna ciudad,Córdobaentre1870y1895. Élite
urbana, infraestructura, poblamiento. Córdoba: Ferreyra, 2000.
Calvo, Luis María. Vivienda y ciudad colonial. El caso de Santa Fe. Santa Fe: Universidad
Nacional del Litoral, 2011.
Converso, Félix. Lalentaformacióndecapitales.Familias,comercioypoderenCórdoba
1850-1880. Córdoba: Junta Provincial de Historia, 1993.
Domínguez, Manuel. “La vivienda colonial porteña”. Anales del Instituto de Arte Ame-
ricano e Investigaciones Estéticas, n.º 1 (1948): 100-130.
Fernández, Sandra, Adriana Pons y Óscar Videla. “Las burguesías regionales”. En
Nueva historia argentina. Liberalismo,Estadoyorden burgués(1852-1880), diri-
gido por Marta Bonaudo, 423-482. T. IV. Buenos Aires: Sudamericana, 2005.
Ferreyra, Carlos Alfredo. Museo,ciencia ysociedad en laCórdoba moderna.El Museo
HistóricoProvincialyelMuseodeAntropología:pensamientoypráctica. Córdoba:
Publicaciones Universidad Nacional de Córdoba, 2006.
Fonjtinj, David. “Epilogue: Cultural Biographies and Itineraries of Things: Second
Thougths”. En Mobility,MeaningandTransformationsofThings.ShiftingCon-
textsofMaterialCultureThroughTimeandSpace, editado por Hans Peter Hahn
y Hadas Weis, 183-195. Londres: Oxbow Books, 2013.
Franco Rubio, Gloria. “La vivienda en el Antiguo Régimen. De espacio habitable a
espacio social”. Chronica Nova 35 (2009): 63-103.
Hahn, Peter, y Hadas Weis. “Introduction: Biographies, Travels and Itineraries of
Things”. Mobility,MeaningandTransformationsofThings.ShiftingContextsof
MaterialCultureThroughTimeandSpace,editado por Hans Peter y Hadas Weis,
1-14. Londres: Oxbow Books, 2013.
Harris, Nail. Building Lives: Constructing Rites and Passages. New Haven: Yale Univer-
sity Press, 1999.
Hicks, Dan. “Necrography: Death-Writing in the Colonial Museum. Conversation
Piece”, coordinado por Dan Hicks. British Art Studies, n.º 19 (2021). https://
doi.org/10.17658/issn.2058-5462/issue-19/conversation.
–––––. “The Material Cultural Turn: Event and Eect”. En TheOxfordHandbookof
Material Culture Studies, editado por Dan Hicks y Mary C. Beaudry, 25-99.
Oxford: Oxford University Press, 2010.
Hodder, Ian. Reading the Past. Cambridge: Cambridge University Press, 1986.
–––––. Symbols in Action: Ethnoarcheological Studies of Material Culture. Cambridge:
Cambridge University Press, 1982.
Ingold, Tim. The Perception of Environment. Essays on Livelihood, Dwelling and Skill.
Londres / Nueva York: Routledge, 2000.
–––––. “Toward an Ecology of Materials”. Annual Review of Anthropology 41 (octubre
2012): 427-442. https://doi.org/10.1146/annurev-anthro-081309-145920.
Kopyto, Igor. “La biografía cultural de las cosas: la mercantilización como proceso”.
En Lavidasocialdelascosas.Perspectivaculturaldelasmercancías, editado por
Arjun Appadurai, 89-122. Ciudad de México: Grijalbo, 1991.
proCesos 57, enero-junio 2023158
Kronfuss, Juan. Arquitectura colonial en la Argentina. Córdoba: Bignandi, 1921.
Lefebvre, Henri. Larevoluciónurbana. Madrid: Alianza, 1972.
Lobos, Héctor. LosFragueiro:unafamiliadecomerciantescordobesesdenesdelsigloXVIII
y principios del XIX. Buenos Aires: Academia Nacional de la Historia, 1979.
López, María Victoria. “Figuras ‘intelectuales’ en Córdoba a nes del siglo XIX y
comienzos del XX. Hacia una delimitación analítica de la fracción intelectual
de la elite cordobesa”. Anuario de la Escuela de Historia Virtual, n.º 4 (2013):
118-132.
Luque Colombres, Carlos. EldoctorVictorinoRodríguez:primercatedráticodeInstituto
enlaUniversidaddeCórdoba. Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba / Ins-
tituto de Estudios Americanistas, 1947.
–––––. OrígeneshistóricosdelapropiedadurbanadeCórdoba,siglosXVIyXVII. Córdoba:
Universidad Nacional de Córdoba, 1980.
–––––. “Solares históricos cordobeses. Notas para la historia de la casa de Sobre-
monte”. Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas, n.º 12
(1959): 65-75.
Manzini, Laura. “Las viviendas del siglo XIX en Santiago de Chile y la región de
Cuyo en Argentina”. Universum 26, n.º 2 (2011): 165-186.
Marinsalda, Juan Carlos. “Casa patio en el noroeste argentino: la evolución del tipo,
el caso de San Miguel de Tucumán”. En La casa meridional. Correspondencias, di-
rigido por Gonzalo Díaz Recaséns, 397-412. Sevilla: Junta de Andalucía, 2001.
Miller, Daniel. Material Culture and Mass Consumption. Oxford: Basil Blackwell, 1987.
Moreyra, Cecilia. “Casa de patios y espacio doméstico. Cambios y continuidades en-
tre los siglos XVIII y XIX, Córdoba (Argentina)”. FoliaHistóricadelNordeste,
n.º 41 (2021): 33-48. https://revistas.unne.edu.ar/index.php/fhn/article/
view/5158.
–––––. “Cocinar y comer en la Córdoba (Argentina) del siglo XIX. Una lectura de la
cultura material doméstica”. Americanía.RevistadeEstudiosLatinoamericanos,
n.º 6 (julio-diciembre 2017): 262-294.
–––––. “Cultura material e higiene cotidiana en la Córdoba del Ochocientos”. Anua-
rio de Estudios Americanos 74, n.º 1 (2017): 211-234. https://doi.org/10.3989/
aeamer.2017.1.08.
–––––. “En busca del confort cotidiano. El mobiliario doméstico en Córdoba (Argen-
tina), siglo XIX”. Anuario de Historia Regional y de las Fronteras 23, n.º 1 (2018):
73-91. https://doi.org/10.18273/revanu.v23n1-2018003.
–––––. “La alcoba, el lecho, lo cotidiano. Cultura material de un espacio doméstico.
Córdoba (Argentina), siglos XVIII y XIX”, Páginas 10, n.º 24 (2018): 95-117.
https://doi.org/10.35305/rp.v10i24.311.
Núñez, María Victoria. UnmomentoarquitectónicoenCórdoba:1916-1926. Buenos Ai-
res: Prometeo, 2020.
Otero, Osvaldo. Espacios privados, lugares públicos. Historia de la vivienda bonaerense
entreelVirreinatoylosalboresdelaIndependencia,tecnología,usoyfunción. La
Plata: Laboratorio de Entrenamiento Multidisciplinario para la Investigación
Tecnológica, 2014.
proCesos 57, enero-junio 2023 159
Punta, Ana Inés. “El cabildo de Córdoba del Tucumán: su conformación y políticas.
De la etapa borbónica a la ruptura del orden colonial”. Actas del XVI Congre-
so Internacional de AHILA, 145-165. San Fernando: AHILA / Ayuntamiento de
San Fernando, 2011.
–––––. “Medio siglo de tensiones y conictos políticos. Córdoba del Tucumán, 1720-
1770”. Tefros 12, n.º 2 (2014): 47-77.
–––––. PoderynegociosenlaCórdobaborbónica.Laexpulsióndelosjesuitasen1767ylo
quepasódespués. Córdoba: Ferreyra, 2021.
–––––. “Tensiones y clima político en Córdoba. La expulsión de los jesuitas en 1767 y
el reparto de sus bienes: un suculento negocio de la élite local”. En Universidad
NacionaldeCórdoba:cuatrocientosañosdehistoria, coordinado por Daniel Saur y
Alicia Servetto, 125-146. Córdoba: Editorial de la UNC, 2013.
Radovanovic, Elisa. “La casa con patios en Buenos Aires. Una visión desde los histó-
ricos planos domiciliarios del Archivo de Aguas argentinas”. En La casa meri-
dional. Correspondencias, dirigido por Gonzalo Díaz Recaséns, 337-352. Sevilla:
Junta de Andalucía, 2001.
Roca, Deodoro. “Proyecto de reorganización del Museo Provincial de Córdoba”. En
Obra Reunida. Vol. II, 364-374. Córdoba: Editorial de la UNC, 2008.
Rybczynski, Witold. TheBiographyofaBuilding. HowRobert Sainsburyand Norman
Foster Built a Great Museum. Londres: Thames & Hudson, 2011.
Schier, Michael. “Contexto arqueológico y contexto sistémico”. BoletíndeAntropolo-
gíaAmericana, n.º 22 (diciembre 1990): 81-93.
Szuchman, Mark. “The Limits of the Melting Pot in Urban Argentina: Marriage and
Integration in Córdoba, 1869-1909”. TheHispanicAmerican HistoricalReview
57, n.º 1 (febrero 1977): 24-50.
Torre Revello, José. “La vivienda en el Buenos Aires antiguo: desde los orígenes hasta
el siglo XIX”. Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas 10
(1957): 84-125.
Valdemarca, Laura. “Los comerciantes mayoristas importadores de Córdoba: 1880-
1920”. Ciclos XV, n.º 30 (2005): 165-191.