Procesos 56, julio-diciembre 2022 190
tributivas, y resaltan como experimentos latinoamericanos en el marco de
las crisis mundiales como alternativas al fascismo, la ortodoxia comunista,
y aun en autonomía frente al concepto democrático norteamericano de la
Guerra Fría.3 Los años de 1945-1960, que Ospina lee como lugar de llegada
del proceso iniciado en los 20, suelen ser tratados de forma independiente
por el cambio en las relaciones internacionales y el nuevo ciclo de expansión
capitalista que trae consigo el período de la guerra fría.
El trabajo de Pablo insoslayablemente debe leerse en combate con la his-
toria social de los 80, especialmente los estudios andinos y la historia polí-
tica latinoamericana cercana a los conceptos de hegemonía e indagaciones
sobre lo nacional popular, debe comprenderse como una revitalización de la
Nueva Historia y, por su cercanía, la sociología de Agustín Cueva, quizás de
Immanuel Wallerstein. Podríamos leerlo como una renovación de la crítica
contra llamados reformismos, populismos, y con ellos socialismos democrá-
ticos, indigenismos, comunismos heterodoxos, regulacionismos, estrategas
del frente popular, entre otros, que una parte del nuevo marxismo de los 60
consideró un conducto del pueblo a la arena burguesa. Su historiografía con-
juga con sus ensayos sobre neoliberalismo y formas de Estado en América
Latina contemporánea, en esta misma línea.
Mas allá de poner en contexto la obra en su genealogía teórica, quisiera
discutir un grupo premisas que encierra: el autor no encuentra una disputa
sustantiva proveniente del campo popular. Afectadas por el creciente im-
pulso comercial que exacerba la explotación rentística, las clases populares
solo alcanzan a hacer un reclamo moral (retoma el ensayo clásico de Juan
Maiguashca y Liisa North) ya que la política democrática opera de forma
ventrílocua debe quedar fuera del análisis de la política popular (retoma el
concepto de Andrés Guerrero). A contrapunto, los trabajos de Galaxis Borja
González, Tatiana Hidrovo, los últimos trabajos de Kim Clark y Marc Bec-
ker, así como mi propio esfuerzos en torno a los partidos radical del siglo
XIX y XX y las izquierdas, identican la movilización de fuerzas populares
bajo categorías de república democrática, usos populares del derecho para
litigios locales provistos de discurso público político, mapean articulacio-
nes partidistas —no manipulaciones— en las que se integran comunidades,
campesinos y artesanos en el siglo XIX y XX.4
3. Alan Knight, Larevolucióncósmica:utopías,regionesyresultados,1910-1940(Ciudad
de México: Fondo de Cultura Económica, 2015); Viviane Brachet-Márquez, “Transforma-
ción democrática en América Latina: un intento de teorización”, en Entre polis y mercado:
elanálisisdelasgrandestransformacionespolíticasylaboralesenAméricaLatina (Ciudad de
México: El Colegio de México, 2001), 25-95.
4. Galaxis Borja González, “ ‘Sois libres, sois iguales, sois hermanos’. Sociedades de-
mocráticas en Quito de mediados del siglo XIX”, Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas-