Procesos 55, enero-junio 2022172
por el decidido empeño de la recientemente fallecida profesora Ana María
Lorandi, se realizó el primer evento. La publicación del libro se retrasó por
la sobrevenida pandemia que asoló el mundo en 2020, pero felizmente ya
contamos con otro instrumento para seguir la historia de una comunidad
de investigación internacional que tiene por objeto rescatar e interpretar la
riquísima historia y cultura de lo que podemos llamar el “mundo andino”.
Ese mundo andino tiene una historia, compleja y múltiple, admirable por
su profundidad y larga duración y, si se me permite, esperanzadora por sus
proyecciones futuras. Aquí la voluntad de un colectivo cientíco y también
político hace parte de la propia historia que quiere retratar, memorizar, res-
catar y promover.
Estamos acostumbrados a que sea una institución académica la que pro-
mueva eventos internacionales. Pero los hay también de la envergadura del
más que centenario Congreso Internacional de Americanistas (ICA, por sus
siglas en inglés), que surgen de colectivos muy amplios que tienden a ins-
titucionalizarse. En el caso del CIE, se ha tratado de una romántica y qui-
jotesca apuesta de algunas personas que recogieron el guante de una muy
grande corriente de estudios que se llevaban adelante en distintas latitudes
del mundo andino, sin un libreto denido, casi espontáneamente.
Algo de esa historia, particularmente en el papel de Lorandi, ha sido bien
rescatada por Carlos Chiappe y Alejandra Ramos, quienes publicaron en 2018
“Ana María Lorandi y el primer Congreso Internacional de Etnohistoria”.1
Fruto de esa —bienvenida— agenda de estudios apareció también el libro
Losestudiosandinoshoy.Prácticaintelectualyestrategiasdeinvestigación, edi-
tado por Carlos Zanolli, Julia Costilla, Dolores Estruch y Alejandra Ramos.2
Junto con Ana María Lorandi, hubo otros estudiosos que se sumaron a la
iniciativa de dar vida y continuidad al CIE. El II Congreso Internacional de
Etnohistoria que se realizó en la localidad de Coroico, Yungas de La Paz, entre
el 24 de julio y el 2 de agosto de 1991, es una muestra de ello. El Congreso fue
organizado por la Sociedad Boliviana de Historia (SBH), Antropólogos del
Sur Andino (ASUR-La Paz), el grupo de historiadores aymaras PACHAKA-
MAYOQ y el Instituto de Historia Social Boliviana (HISBOL). Contó con el
auspicio de la Prefectura de La Paz, la Misión Técnica Holandesa (SNV) y
1. Carlos Chiappe y Alejandra Ramos, “Ana María Lorandi y el primer Congreso
Internacional de Etnohistoria”, DiálogoAndino, n.º 56 (2018), 9-15; Carlos Chiappe y Ale-
jandra Ramos, “Ana María Lorandi y el primer Congreso Internacional de Etnohistoria”,
en Enlatramadelaetnohistoriaamericana (Buenos Aires: La Pluma del Escribano / Archivo
Institucional Sección Etnohistoria).
2. Carlos Eduardo Zanolli, Julia Costilla, Dolores Estruch y Alejandra Ramos, eds., Los
estudiosandinoshoy.Prácticaintelectualyestrategiasdeinvestigación (Buenos Aires: Prohis-
toria, 2013).