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Finalmente, un acercamiento desde la historia conceptualpermite recu-
perar la dialéctica entre nociones y experiencias, entre discursos y acciones,
entre realidad y lenguaje. De este modo puede dimensionarse la alta signi-
cación de la disputa política e ideológica por los conceptos, a partir de la
diferenciación y estudio objetivo entre las palabrasentendidas como posibili-
dadessignicantes y los conceptos como unicacionespolisémicas. De esta mane-
ra lo que se busca es encontrar una manera más determinante para entender
la historicidad, temporalidad y sentidos de los conceptos políticos, mismo
que exige al historiador e historiadora cambios signicativos en su teoría y
metodología. En este sentido, las implicaciones e incidencias para nuestro
ocio de esta revisión crítica/analítica resultan originales y sugestivas en
muchos sentidos. Por estas, y muchas otras razones, considero que el libro
HistoriaconceptualenelAtlánticoibérico.Lenguajes,tiempos,revoluciones, ayu-
dará signicativamente en el desarrollo de historiografía hispanoamericana.
Ángel Rafael Almarza Villalobos
InstitutodeInvestigacionesHistóricas.UniversidadMichoacanadeSanNicolásdeHidalgo
San Nicolás Hidalgo, México
https://orcid.org/0000-0003-2870-087X
lEonor hErnándEz FoX y Carlos ManriquE arango. normas
y transgrEsIonEs: las mujErEs y sus famIlIas En las cIudadEs dE cartagEna
dE IndIas y dE la habana (1759-1808). bogotá: uniagustiniana, 2020, 148 pp.
https://doi.org/ 10.29078/procesos.v.n55.2022.3027
Para Marc Bloc la historia comparada es una alternativa investigativa cen-
trada en el estudio de “dos o más fenómenos que a primera vista parecen pre-
sentar ciertas analogías entre sí, describirlos, constatar similitudes y diferen-
cias y explicarlas en la medida de lo posible”.1 Este enfoque es el que se aplica
a cabalidad en el trabajo de Leonor Hernández Fox y Carlos Manrique Arango
cuando analizan las normas impuestas a las mujeres y sus transgresiones en
las ciudades de Cartagena de Indias y La Habana entre 1759 y 1808.
El ámbito investigativo de Hernández y Manrique conuye en la historia
social, de género y la familia en Latinoamérica. Esto les permite proponer un
estudio comparativo a partir de un abordaje riguroso de la legislación y los
discursos concernientes a la familia y la mujer en el período de las reformas
borbónicas, con el n de destacar el papel de ellas en Cartagena y La Habana
en el marco de sus transgresiones.
1. Marc Bloch, Historiaehistoriadores (Madrid: Akal, 1999), 37.
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En contraste, el rol transgresor de las mujeres frente a un ideal de mujer
y familia también ha sido analizado desde otras perspectivas. Por ejemplo,
para la Nueva Granada Mabel López investiga que algunas esposas retaron
el orden establecido y asesinaron o denunciaron por sevicia a sus maridos
para defenderse. Mientras que Catalina Villegas estudia las normas como
formas de control ejercido por el Estado sobre la vida familiar. Además,
ahonda en cómo las mujeres usaron recursos jurídicos para sacar del ámbi-
to privado sus reclamos y llevarlos ante los juzgados.2 Si bien, los estudios
sobre el tema se han orientado a examinar casos puntuales, se carece de ejer-
cicios comparativos como el de Normasytransgresiones, el cual plantea que
para hacer la historia de las mujeres y las familias del Caribe, es necesario
comprender las sociedades caribeñas coloniales y sus principales puertos,
como contextos interrelacionados en lo social. Así, el libro se enmarca en la
tendencia historiográca que estudia el carácter disruptivo de las mujeres
ante los esquemas de control.
Particularmente, Hernández y Manrique parten del interrogante: “¿de
qué manera la legislación del despotismo ilustrado reforzó la normatividad
que regía la vida familiar y qué situaciones de conictos y transgresiones
generó en Cartagena de Indias y La Habana entre 1759 y 1808?”. En efecto,
hacen una revisión de fuentes como las leyes y los discursos que normaban
las relaciones sociales y la vida de las mujeres. Estos documentos son abor-
dados bajo la comprensión de los códigos legales como una imposición lenta
que tiene la nalidad de regular y desaparecer comportamientos que, sin
embargo, permanecen ocultos y vigentes en otros espacios de la vida social.
Para desarrollar su análisis, los autores se sustentan en la historia de las mu-
jeres, en que se comprende desde la interpretación de la construcción socio-
cultural de los cuerpos femeninos hasta la forma en que operan sus roles en
los espacios privados y públicos.
En el primer capítulo se exploran la legislación y los discursos normativos
sobre la familia y las leyes emitidas por el despotismo ilustrado. En este punto,
conviene advertir que se plantea una demarcación entre normas y casos, por
lo que esta distancia tiende a ser algo rígida en el escrito. Los autores hacen
hincapié en cómo el reformismo incidió sobre el ámbito familiar, que era perci-
bido como un pilar fundamental en el ordenamiento social. Un elemento legis-
lativo emanado en este contexto fue la defensa y preservación de las jerarquías
sociales, que con la Real Cédula del 15 de octubre de 1805 y el Auto del 22 de
mayo de 1806, impedía que los miembros de familias de conocida nobleza y
2. Mabel Paola López, LasconyugicidasdelaNuevaGranada:trasgresióndeunviejoideal
demujer(1780-1830) (Bogotá: Ponticia Universidad Javeriana, 2012); Catalina Villegas del
Castillo, Delhogaralosjuzgados:reclamosfamiliaresenlosjuzgadossuperioreseneltránsitode
laColoniaalaRepública,1800-1850 (Bogotá: Universidad de los Andes, 2006).
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limpieza de sangre contrajeran nupcias con gente de color.En contraste con la
mencionada normativa, la Real Cédula sobre Gracias al Sacar de 10 de febrero
de 1795 permitió cierta movilidad social al promover que los hijos ilegítimos y
los pardos ascendieran socialmente o se les dispensara de su condición inferior.
De otro lado, los autores examinaron la retórica con la que se conceptualizaba
a la mujer y la familia durante el despotismo ilustrado. Para ello, consultaron
los manuales médicos y tratados sobre la familia del siglo XVIII, los cuales
legitimaban representaciones culturales sobre la fragilidad del sexo femenino.
El segundo capítulo explora comparativamente las características de la
vida familiar y del control social que se ejercieron sobre las mujeres de las
ciudades antes mencionadas. En cuanto a la división administrativa, la socie-
dad neogranadina se caracterizó por la división provincial y en términos de
la economía cartagenera, existieron tres tipos de hacienda: las ganaderas, las
de labranza y las de trapiche. En su aspecto poblacional en Cartagena predo-
minaban los libres de color en esta categoría se incluía a aquellos que no
fueran blancos, indígenas o esclavos, por lo que abarcaba distintas mezclas
raciales—, y el porcentaje de esclavos era menor en relación con La Habana.
Por su parte, la isla se dividía en departamentos y jurisdicciones, con un
desarrollo de sistema de plantaciones. Su población fue mayoritariamente
blanca, si bien existía una considerable presencia de esclavos que trabajaban
en las plantaciones azucareras. En las similitudes entre ambas ciudades se
discute que el modelo de familia monogámica patriarcal fue predominante
en las dos sociedades y destacaron uniones matrimoniales donde la posición
social de la pareja era semejante. Sin embargo, los autores también se reeren
a los sectores medios y populares que escapaban de los cánones establecidos
donde predominaban amancebamientos. Así pues, el libro avanza en el estu-
dio del control social que se ejercía sobre el comportamiento de las mujeres
en Cartagena y La Habana. Una mirada vigilante se mantenía respecto a las
acciones que alteraban la preservación del honor familiar como el adulterio.
También se examina en la apertura al ámbito laboral femenino que mediante
la Real Resolución del 12 de junio de 1784, si bien admitía el trabajo remune-
rado de las mujeres, este debería ser propio de su sexo.
En el capítulo tercero los autores se ocupan de valorar el rol protagónico
que asumieron las mujeres cartageneras y habaneras frente a los conictos
judiciales como adulterio, sevicia y solicitudes de divorcio. Este análisis se
destaca por hurgar y reexionar en lugares menos convencionales y revaluar
la imagen legitimada sobre las mujeres de los siglos XVIII y XIX como sujetos
pasivos. Los expedientes son testimonio de las denuncias activas y contra-
demandas levantadas por ellas para cuestionar y advertir a las autoridades
sobre agravios a su persona, tanto en lo físico como en lo moral. Cabe des-
tacar que, en casos de adulterio el hombre quedaba desprestigiado ante la
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sociedad e incluso se lo consideraba inhabilitado para desempeñar un cargo
público. También se discute el debate de fondo que demarca el trabajo y tie-
ne que ver con la tensión entre el Estado y la Iglesia, esta vez en relación con
la disputa sobre qué institución debía regular el divorcio, el cual contempla-
ba poner n a la vida maridable, pero persistía la obligación de la delidad.
En estos casos, los autores observan que el divorcio se admitía cuando las
mujeres demostraban que su integridad estaba en alto riesgo.
Como se puede ver, el trabajo de Leonor Hernández y Carlos Manrique
reeja un esfuerzo por articular una visión comparativa, teórica y un análisis
de corpus normativo y archivos judiciales para mostrar el rol transgresor de
la mujer, es decir, confrontan los marcos conceptuales de la norma con las
prácticas de la vida diaria. Aunque el trabajo es formulado por dos investiga-
dores, conserva una escritura articulada y argumentativa respaldada por una
nutrida bibliografía. Por su parte, pese a que el trabajo parte de una mirada
cualitativa de los casos, estos podían aprovecharse para enunciar más a fondo
las estrategias discursivas y jurídicas de las mujeres dentro de los expedien-
tes. Si bien se pretende a través de los casos compartir de primera mano tro-
zos de vida de las mujeres, debe advertirse la distancia entre los testimonios
y la realidad, puesto que juegan un rol importante las distintas mediaciones
existentes a la hora de formularse un documento, en este caso judicial.
Su novedad e importancia radica en que, si bien las mujeres estaban des-
provistas de muchos derechos, ellas se presentaban ante los tribunales en el
manejo de los recursos jurídicos coloniales disponibles para obtener bene-
cios aún no contemplados en la legislación, como poder reclamar el cuidado
de sus hijos o la autonomía para administrar sus bienes desde el divorcio. El
libro habla de cómo se ha estructurado y evolucionado el sentido de la fami-
lia en la larga duración, tomando en cuenta las problemáticas presentadas en
ella como las distintas formas de violencia, siendo las mujeres las principales
protagonistas para evidenciar los conictos. Con lo dicho, el trabajo repre-
senta un aporte a la historia regional de las mujeres para historizar el trayec-
to de la conquista de algunos derechos. Así también, busca acercar al lector
a amplios sectores poblacionales del Caribe a través de rastros, testimonios
y voces de las mujeres plasmados en los archivos judiciales, sin pretender
una explicación solo desde la norma, sino a partir de ellas como sujetos acti-
vos, las rupturas, negociaciones y confrontaciones frente a las disposiciones
legales.
Angie Guerrero Zamora
UniversidadAndinaSimónBolívar,SedeEcuador
Quito, Ecuador
https://orcid.org/0000-0002-9628-4495