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varios estudios sobre las denominadas “haciendas de paso”, en la región del
Azuay y también se inserta en el discusión de la comprensión de la hacienda
colonial, para lo cual dialoga con autores como Poloni-Simard, Susan Ramí-
rez, Juan Chacón Zhapan, entre otros, para ofrecer una denición propia de
las implicaciones de estas unidades productivas.
El autor propone que la composición de la hacienda colonial temprana
se caracterizó por la concesión de tierras mediante el sistema de mercedes;
luego en la Colonia tardía, esta unidad productiva se consolidó a partir de la
composición de tierras mediante la legalización de propiedades y compensa-
ción nanciera. Para ilustrar estos procesos, el autor recurre al caso de las ad-
quisiciones de María Isabel Coronel de Mora, hacendada cuencana, heredera
de propiedades de los Coronel Mora desde el siglo XVI y propietaria de “El
Paso”, predio ubicado en la región del Azuay. En el análisis sostiene que los
terratenientes coloniales, para asegurar sus derechos sobre la propiedad, ne-
gociaron con las autoridades coloniales para obtener la posesión denitiva de
sus predios, lo que desembocó en egresos de sus haberes e ingresos scales.
Un aspecto que destaca el autor en el contexto colonial es el “hambre
de tierras”, concepto tomado de autores como Poloni-Simard y que reere a
una dinámica que daba lugar a un gran número de concesiones desiguales
de mercedes de tierras a un puñado de terratenientes, lo cual les conrió
poder y prestigio social.
1
También este aspecto conguró en el Austro un
paisaje urbano-rural y afectó también a la Iglesia y a los grupos indígenas.
Carrasco, en estas propuestas, abre nuevas líneas de investigación que deben
ser abordadas con respecto a la participación y efectos que produjo el “ham-
bre de tierras” alrededor de estos últimos actores.
Con respecto a la historia republicana de la hacienda, el autor enfatiza
que cumplió una importante función en las operaciones de extracción de la
quina o cascarilla, lo cual involucró a trabajadores como huasipungos, jorna-
leros y mano de obra contratada; en consecuencia, se motivó una importante
ola migratoria. Décadas más tarde, con la llegada de la reforma agraria en
la década de los años sesenta, según el autor se inició un período de deca-
dencia de las unidades de producción y estancamiento de actividades como
agricultura y manufactura artesanal que se extiende hasta la modernización.
Finalmente, Carrasco deende los benecios de la propiedad agrícola me-
dia, una propuesta utópica y posible solamente con una reforma agraria más
extendida y colaboración cooperativa de los dueños de las ncas.
1. Jacques Poloni-Simard, Elmosaicoindígena:movilidadyestraticaciónsocialymesti-
zajeenelcorregimientodeCuenca,Ecuador,delsigloXVIalXVII (Quito: Instituto Francés de
Estudios Andinos / Abya-Yala, 2006).
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