“Se llamaría Colombia”. Una relectura
de la Carta de Jamaica, 1815
“ItwouldbecalledColombia”:
RereadingtheLetter from Jamaica,1815
“SechamariaColômbia”.UmareleituradaCarta da Jamaica,1815
Isabel Arroyo
UniversidadColegiodeEstudiosSuperioresdeAdministración(CESA)
Bogotá, Colombia
isarroyo@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-9805-5872
DOI: https://doi.org/10.29078/procesos.v.n53.2021.2656
Fecha de presentación: 31 de marzo de 2020
Fecha de aceptación: 12 de mayo de 2021
Artículo de investigación
Procesos.RevistaEcuatorianadeHistoria, n.º 53 (enero-junio 2021), 17-44. ISSN: 1390-0099; e-ISSN: 2588-0780
-PRO53-24 agosto color.indd 17 27/10/21 12:17
RESUMEN
La CartadeJamaica, escrita en 1815, se suele referir como el documento
donde el Libertador plasmó su sueño de unidad latinoamericana. Pero
esa interpretación corresponde a lecturas hechas aposteriori y no a la
intención original del documento. Este artículo hace una relectura de la
Carta considerando el momento de ruptura e incertidumbre en que se
escribió, tanto desde la perspectiva de Bolívar como de los pueblos que
luego fueron incorporados a la república que “se llamaría Colombia”.
Así, la relevancia histórica de la Carta no está en la propuesta de unidad
hispanoamericana. Es la limitación del alcance territorial del proyecto
colombiano para construir un Estado republicano centralizado lo que
supuso una ruptura de fondo con el orden imperial.
Palabras clave: siglo XIX, Simón Bolívar, Colombia, CartadeJamaica,
independencia, unidad latinoamericana, Distrito del Sur.
ABSTRACT
The LetterfromJamaica, written in 1815, is commonly referred as the
document in which the Liberator enshrined his dream for Latin American
unity. That interpretation, however, comes from readings made in
subsequent contexts, not from the text itself or the document’s original
intent. The present article undertakes to reread the Letter taking into
consideration the time of breakup and uncertainty when it was written,
viewed not only from the standpoint of Bolívar himself but also from the
standpoint of the peoples who, were incorporated into the republic that
“would be called Colombia”. It is argued that the Letter’s historical
novelty and importance does not lie in the proposal for Spanish-American
unity. It is the limitation of the territorial scope of the Colombian project
to build a centralized republican state that led to a radical break from the
imperial order.
Keywords: Nineteenth Century, Simón Bolívar, Colombia, Letter from
Jamaica, independence, Latin American unity, Distrito del Sur
RESUMO
A CartadaJamaica, escrita em 1815, é frequentemente citada como o
documento no qual o Libertador expressou seu sonho de uma unidade
latino-americana. No entanto, tal interpretação corresponde a leituras
e interpretações realizadas em contextos políticos posteriores e não
a intenção desse documento. Este artigo faz uma releitura da Carta,
considerando o momento de ruptura e incerteza no qual ela foi redigida,
compreendida não apenas a partir de Bolívar, mas também dos
territórios que foram incorporados à república que “se chamaria
Colômbia”. Argumenta-se que a relevância histórica da Carta não reside na
proposta de unidade latino-americana, ao contrário, é a limitação do
alcance territorial do projeto colombiano de construção de um Estado
republicano centralizado que supunha uma ruptura com a ordem imperial.
Palavras chave: século XIX, Simón Bolívar, Colômbia, Carta da
Jamaica, independência, unidade latino-americana, Distrito do Sul.
-PRO53-24 agosto color.indd 18 27/10/21 12:17
introduCCión
En las últimas décadas, la historiografía ha experimentado una nota-
ble renovación en los enfoques interpretativos que ha llevado a un cambio
profundo en la manera de entender el proceso histórico que culminó con la
creación de las naciones independientes latinoamericanas. Desde la historia
social y la historia cultural se han explorado perspectivas, actores sociales,
temáticas y temporalidades que habían sido ignoradas por los enfoques que
se concentraban en el relato heroico y las gestas militares de la independen-
cia. La renovación ha sido el resultado de un proceso de especialización de la
disciplina histórica que le ha permitido renar y diversicar sus herramien-
tas de análisis, así como profundizar el diálogo con los desarrollos teóricos
de otras ciencias sociales.
Pese a la diversidad de enfoques y a la fragmentación que suele acompa-
ñar la mayor especialización, se ha logrado tener no solo una suma de traba-
jos novedosos sino un nuevo marco interpretativo que se ha ido enriquecien-
do y renando desde las distintas especialidades temáticas y metodológicas.
Así, hemos pasado de imaginar la independencia como una lucha por liberar
de un poder extranjero a unas naciones ya constituidas a abordarla como un
proceso accidentado, incierto y contradictorio de invención de un nuevo or-
den político, territorial y mental. Como lo resume un ensayo historiográco
que revisa los aportes recientes a la comprensión de la “elaboración del or-
den nacional” en Hispanoamérica, lo que llamamos independencia lo enten-
demos ahora como “un sucesivo encadenamiento de contingencias en donde
los primados urbanos poco a poco fueron desplazados o cooptados por for-
mas de agrupación política que luego llegamos a bautizar como naciones”.
1
El énfasis en la evolución a partir de los primados urbanos le debe mu-
cho al estudio de los movimientos juntistas que se desataron tras las abdica-
ciones de Bayona. Esta perspectiva permitió una mejor comprensión de las
concepciones jurídicas que entraron en disputa durante las independencias
hispanoamericanas. A su vez, ha brindado herramientas para profundizar
en las tensiones y contradicciones que surgieron en esas “nuevas agrupa-
ciones políticas que llamamos naciones”, alrededor de conceptos como ciu-
dadanía, igualdad, representación y soberanía.
2
Esas tensiones y contradic-
1. Franz D. Hensel Riveros, “¿Olvidar la nación? Para una historia de las formas de la
comunidad política”, en 200añosdeindependencia.Lasculturaspolíticasysuslegados, ed. por
Yobenj Aucardo Chicangana Bayona y Francisco Ortega (Medellín: Universidad Nacional
de Colombia, Sede Medellín, 2011), 199.
2. Para una síntesis de los aportes sobre estos y otros conceptos centrales en la tran-
-PRO53-24 agosto color.indd 19 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
20
ciones estuvieron presentes y marcaron el devenir de la primera República
de Colombia, ese orden político efímero pero históricamente relevante que
conocemos retrospectivamente como “la Gran Colombia”. Pero, pese a la
utilidad de sus herramientas analíticas, el marco conceptual basado sobre
todo en los movimientos juntistas y en los constitucionalismos que orecie-
ron en medio del vacío de poder monárquico parece insuciente para tratar
los procesos que llevaron a la formación denitiva de los Estados nacionales
hispanoamericanos. Denitiva no en el sentido de que no pudieran variar en
su conguración y alcance territorial, como ocurrió con la disolución de la
Gran Colombia, sino por la irreversibilidad de un orden político que rompió
no solo con la dependencia de España, sino con las lógicas políticas y terri-
toriales imperiales.
Aunque ha habido también contribuciones relevantes sobre dicho pe-
ríodo, que han tomado impulso a partir de las conmemoraciones de este
“segundo bicentenario”,
3
no se ha llegado aún a elaborar un marco interpre-
tativo tan sólido como el construido alrededor de la primera parte de la inde-
pendencia. Esto se explica, en parte, por efecto de la misma consolidación de
los ámbitos políticos nacionales, los cuales fueron relegando a un segundo
plano las disputas de alcance continental y trasatlánticas, o al menos di-
cultado su identicación por parte de los historiadores. En otras palabras,
al intentar abordar este período estamos más circunscritos a los límites de
las historias nacionales y hay menos oportunidades para complementar las
visiones y aportes historiográcos que se desarrollan en cada país.
El caso de la Gran Colombia es particular en este sentido, por tratarse
de un proyecto nacional fallido que, sin embargo, fue muy inuyente en la
introducción de una nueva forma de republicanismo y creó las condiciones
de posibilidad de los proyectos nacionales que lo sucedieron. Para encua-
drar adecuadamente su signicado histórico es necesario, por lo tanto, tener
una visión que no esté circunscrita a los límites nacionales actuales, pero que
tampoco entienda dicho proyecto como un simple resultado evolutivo de las
convulsiones políticas originadas en la crisis imperial de 1808.
Este artículo es un intento por ir más allá de esa mirada evolutiva para
enfatizar los aspectos novedosos del proyecto colombiano. No se trata de ne-
gar que la República de Colombia fue parte de un proceso de “invención de
sición entre el antiguo y el nuevo orden político, véase Javier Fernández Sebastián, dir.,
Diccionariopolíticoysocialdelmundoiberoamericano.Laeradelasrevoluciones1750-1850 (Ma-
drid: Fundación Carolina / Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales / Centro de
Estudios Políticos y Constitucionales, 2009).
3. Véase Marcela Echeverri, Francisco Ortega y Tomás Straka, eds., “Dossier. La in-
vención de la República de la Gran Colombia”, AnuarioColombianodeHistoriaSocialydela
Cultura 45, n.º 2 (julio-diciembre 2018): 17-202.
-PRO53-24 agosto color.indd 20 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
21
la nación”, marcado por los debates constitucionales y los vaivenes e incer-
tidumbres políticas que se iniciaron una década antes. Se busca, en cambio,
reconocer la introducción en el horizonte de expectativas de un referente
que no existía en los primeros años de la independencia y sin el cual solo
podemos tener una comprensión limitada del signicado histórico de ese
proyecto. Aunque los animados e intrincados debates constitucionales de la
época pueden ofrecer algunos atisbos de ese referente, no es posible enten-
derlo únicamente como una construcción jurídica.
En este punto hay una dicultad que es necesario hacer explícita. La
introducción de ese referente no se puede estudiar sin ocuparse de Simón
Bolívar, una gura que ha sido trasegada y sacralizada por la historia pa-
tria y que, por esa misma razón, no es fácil de abordar desde la historia
social. Debemos confrontar, en otras palabras, el temor a recaer en la idea
del “genio singular” del Libertador que hizo posible por solo el surgi-
miento de naciones independientes y se convirtió en el “padre de la patria”.
Las contribuciones historiográcas recientes, desde los distintos países que
hoy son el antiguo territorio de la Gran Colombia, han preferido en cambio
abordar la existencia política de ese Estado como el resultado de múltiples
negociaciones de intereses, costumbres y poderes escenicadas en congre-
sos constituyentes y en otros espacios menos visibles, como los cabildos y
asambleas municipales.
4
Quisiera proponer aquí una aproximación que dia-
logue y complemente esa reciente historiografía, pero que en lugar de negar
o ignorar la agencia histórica de Bolívar intente entenderla y analizarla, to-
mando en cuenta los contextos sociales y las circunstancias históricas que la
hicieron posible.
No se puede decir que la historia social y cultural ha ignorado la gura
de Simón Bolívar, pero se ha ocupado sobre todo de analizar el culto que se
estableció a su alrededor como sustento de un proyecto nacional que no te-
nía bases identitarias. Esta línea ha sido muy relevante, en especial dentro de
la historiografía venezolana, desde el trabajo ya clásico de Carrera Damas.
5
Más recientemente, Luis Castro Leiva ha analizado críticamente lo que llamó
4. Muestra de ello son la mayoría de los artículos del “Dossier. La invención...”, entre
ellos, uno al que se hace referencia más adelante: Santiago Cabrera Hanna, “La incorpo-
ración del Distrito del Sur a la república de Colombia. Debates congresales y soberanía
municipal”, AnuarioColombianodeHistoria...,65-87. Sobre otros trabajos en esa línea véase
María Teresa Calderón y Clément Thibaud, LamajestaddelospueblosenlaNuevaGranada
yVenezuela1780-1832 (Bogotá: Universidad Externado de Colombia / Embajada de Fran-
cia / Instituto Francés de Estudios Andinos / Taurus, 2010); Carole Leal, “Con la mirada
en el norte y la cabeza en el sur: el camino para construir la Confederación de Venezuela
(1811-1812)”, RevistaCo-herencia 13, n.º 25 (julio-diciembre 2016): 199-229.
5. Germán Carrera Damas, ElcultoaBolívar:esbozoparaunestudiodelahistoriadelas
ideasenVenezuela(Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1969).
-PRO53-24 agosto color.indd 21 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
22
el “historicismo político bolivariano”.
6
Esa tradición historiográca, que se
inscribe en la historia de las ideas, se ha propuesto deshacer o reversar la
miticación de la gura y del “ideario” de Bolívar.
El propósito de este artículo es menos ambicioso. No busca desmiticar
o “deconstruir” un culto, sino hacer una relectura de un documento que se
ha examinado menos como un registro histórico que como una reliquia sa-
cralizada o como evidencia de ese culto. En efecto, la CartadeJamaica suele
evocarse como referente del “sueño de unidad” que Bolívar habría vislum-
brado para los países americanos en trance de independizarse de España.
7
Bajo esa perspectiva, la disolución de la Gran Colombia se considera como
parte de los fracasos que frustraron ese grandioso ideario.
Quisiera empezar subrayando algo que es obvio cuando ese documento
se lee sin previo fervor, más allá de las citas conmemorativas. El proyecto
político que Bolívar defendió en la CartadeJamaica no es la “unidad latinoa-
mericana”. Mi interés, sin embargo, no es derribar ese mito sino mostrar las
claves que dicho documento ofrece sobre el contexto en que se gestó la Gran
Colombia y que se han pasado por alto, precisamente, por su sacralización.
Lo anterior no signica que la CartadeJamaica contenga una formulación
coherente de un programa político.
8
Se nota que son unas reexiones escritas
de afán, que intentan recapitular lo que había ocurrido hasta ese momento
con las revoluciones hispanoamericanas, y buscan elaborar un discurso pro-
pio para reivindicar la causa independentista. La relectura que propongo
considera la CartadeJamaica más como testimonio de un momento histórico
que permite acercarse a las condiciones de posibilidad materiales y mentales
en medio de las que surgió el proyecto colombiano, que como documento
político o intelectual.
6.
Luis Castro Leiva,LaGranColombia:unailusiónilustrada (Caracas: Monte Ávila,
1985); Luis Castro Leiva,Delapatriabobaalateologíabolivariana (Caracas: Monte Ávila,
1987).
7. Para un análisis sobre el lugar de este documento en el discurso de unidad lati-
noamericana véase Giovanni Molano Cruz, LaCartadeJamaicaylauniónlatinoamericana
(Bogotá: Aurora, 2016).
8. se describe brevemente la organización constitucional que se imaginaba para
Colombia, que dene como una versión republicana del sistema inglés, “con la diferencia
de que en lugar de un rey, habrá un poder ejecutivo electivo, cuando más vitalicio, y jamás
hereditario”. Simón Bolívar, CartadeJamaica”, en Antologíadelpensamientopolíticocolom-
biano, ed. porJaime Jaramillo Uribe (Bogotá: Talleres Grácos del Banco de la República,
1970), 48. Esta versión intermedia entre república y monarquía constitucional no corres-
ponde al sistema que adoptó la Constitución de Cúcuta de 1821, pero tiene similitudes con
la Constitución boliviana que Bolívar intentó imponer en 1828 como modelo para la Gran
Colombia, lo que desencadenó la crisis política que llevó a su disolución.
-PRO53-24 agosto color.indd 22 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
23
Con este propósito, se abordan primero las referencias de la Carta a la
circulación de ideas y noticias, lo que permite poner en perspectiva la “vi-
sión continental” de Bolívar. Se busca mostrar que si bien el documento ha-
bla de un escenario hemisférico, no es producto de una visión excepcional
sino una constatación del carácter que tenía en ese momento la contienda y
un atisbo sobre la manera en que los dilatados territorios hispanoamericanos
eran imaginados por las personas de la época. Una imagen posibilitada por
los sistemas de comunicación establecidos por la Corona española y más
cercana a la visión espacial imperial que a la visión recortada de los actua-
les Estados nacionales. En cualquier caso, Bolívar era muy consciente del
escenario geopolítico del momento y esto fue denitivo en la conguración
de su proyecto estatal, si bien no de la manera que suelen asumir quienes
lo consideran el patrón del sueño frustrado de unidad latinoamericana. En
segundo lugar, se muestra en qué consiste la novedad de esa nación “que
se llamaría Colombia”. Aunque apenas se enuncia en unas pocas líneas, su
formulación representa una ruptura signicativa con la manera en que se
venían pensando los órdenes político-territoriales que debían surgir tras el
rompimiento con la Corona. El signicado de esa ruptura y la inuencia de
la visión formulada en la Carta se aprecian mejor a la luz de su efecto sobre la
historia de las provincias más meridionales de la Gran Colombia y, aparente-
mente, más alejadas de los círculos sociales y políticos en los que Bolívar se
había movido cuando la escribió. En la tercera parte del artículo se expone
que la visión de la CartadeJamaica ayuda a entender mejor las paradojas
alrededor de la incorporación de los Departamentos del Sur a la República
de Colombia y lo que ello representó para el proceso posterior de formación
del Estado ecuatoriano.
“observaremos una luCha simultánea
en la inmensa extensión de este hemisferio
Bolívar escribió la CartadeJamaica en 1815, desps de haber tenido que
huir a las islas del Caribe ante el avance del ejército de reconquista espol
sobre Venezuela y la Nueva Granada.
9
En términos de la reexn sobre la
conguración política y estatal que deberían tomar los proyectos independen-
tistas, se puede considerar una continuación de lo que había ocurrido con los
9. Los esfuerzos por defender la causa independentista habían llevado a Bolívar a
establecer una alianza militar con las Provincias Unidas de la Nueva Granada. Aunque
esa alianza no logró resistir el embate de las fuerzas de Pablo Morillo, se convirtió en el
antecedente inmediato del proyecto colombiano.
-PRO53-24 agosto color.indd 23 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
24
experimentos constitucionales de los años anteriores, pero desde la distancia
del exilio.
10
Bolívar formuló allí, en tiempo condicional, lo que pocosos des-
pués se convirtió en una entidad política nueva, con constitución propia, juris-
diccn efectiva sobre un extenso territorio y reconocimiento internacional. La
presentó como parte de lo que llamó “conjeturas arbitrarias” sobre el futuro
inmediato de la Arica española, “dictadas por un deseo racional, y no por
un raciocinio probable”.
11
Al referirse al norte de la América meridional, su
conjetura era: “la Nueva Granada se unirá con Venezuela, si llegan a convenir-
se en formar una república central”(es decir, si se alejan del sistema federal).
De cumplirse el requisito señalado,“esta nación se llamaría Colombia como
un tributo de justicia y gratitud al creador de nuestro hemisferio”.
12
Estas líneas no suelen ser, sin embargo, lo que más se destaca de la Car-
ta. En verdad, como documento político tuvo sobre todo una importancia
retroactiva. Solo hasta 1833 se publicó en español, en una recopilación póstu-
ma de escritos de Bolívar. Antes había sido publicada en inglés, en 1818, por
TheJamaicaQuartelyJournalandLiteralyGazette, bajo los auspicios de Pedro
Gual, futuro secretario de Relaciones Exteriores de la Gran Colombia, como
parte de la ofensiva propagandística para lograr el apoyo de las grandes po-
tencias.
13
Su lugar emblemático como referente del ideario bolivariano está
ligado a la reivindicación de la gura del Libertador luego del “fracaso” de
la Gran Colombia y a su entronización como adalid de la integración lati-
noamericana. Dentro de esa tradición se lo suele presentar como un texto
iluminado e, incluso, profético.
14
Además de la miticación del ideario bolivariano, la lectura exaltada de la
Carta revela otro sesgo: el anacronismo de una mirada habituada a los límites
de los Estados nacionales interpretando un mundo regido n por la gica
—y la imaginacn— de un imperio transatlántico. Una mirada que lleva a
considerar extraordinaria la visión continental y la capacidad del Libertador
de referirse a lo que estaba ocurriendo a lo largo de ese imperio en trance de
disolución. Bovar, por supuesto, no era un simple espectador sino un actor
preponderante en los acontecimientos que estaban acelerando esa disolucn.
10. Esto se evidencia sobre todo en las críticas al sistema federal, que reeja un pro-
blema que había ocupado en buena medida los debates constitucionales y políticos de
los primeros años, tanto en la Nueva Granada como en Venezuela. Véase Leal, “Con la
mirada...”.
11. Bolívar, “CartadeJamaica”, 24.
12. Ibíd., 48.
13. Ernesto Arechiga Córdoba, “Historia y fuentes documentales de LaCartadeJamai-
ca” (tesis de grado, Universidad Nacional Autónoma de México, 1995), 38-45.
14. Ya en 1883, el hijo de O’Leary, que inserta la carta en la biografía de su padre, dice
de ella: “es profética en muchos pasajes”, citado en ibíd.,39.
-PRO53-24 agosto color.indd 24 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
25
Además, pertenecía a un grupo social con poder económico, oportunidades
de educación y conexiones sociales muy distintas a las del grueso de la pobla-
ción americana. Sin embargo, esas particulares no impiden identicar en su
texto las limitaciones y condiciones de posibilidad de ese momento histórico.
Uno de los primeros aspectos que llama la atención son las citas y refe-
rencias que Bolívar introduce en la Carta y que muestran su conexión con co-
rrientes hemisféricas y trasatlánticas de ideas y noticias recientes.
15
Esto no era
excepcional, como señala François-Xavier Guerra, existía un espacio trasatlán-
tico de debate político del que dan cuentalas gacetas, los bandos, las actas de
los cabildos, las correspondencias privadas” y que explica la simultaneidad
y semejanza de los procesos que se dieron en América hispana durante los
años cruciales de la crisis del Imperio español.
16
Si bien el intercambio epistolar
ocurría en una región insular, donde se cruzaban naves de muy diversas ban-
deras y ogenes, la circulación de ideas tampoco era exclusiva del Caribe ni
de las zonas más cercanas a los puertos o más conectadas con el comercio tra-
satlántico. Además de la cita de Guerra, no es difícil encontrar en los archivos
evidencias de mo, incluso en regiones que imaginamos aisladas en medio de
montañas, el curso de los acontecimientos locales seguía expectante las noticias
de los sucesos que se estaban desencadenando a los dos lados del Atlántico.
17
Pero lo que nos permite percibir el inujo mental del espacio construido
por el Imperio español no es tanto la circulación de ideas y noticias sino las
formas de comunicación que lo hacían posible. Nuestra imaginación contem-
poránea se siente atraída sobre todo por los rasgos de ese territorio que se
habrían atravesado en el sueño de unidad continental; por aquellos “climas
remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes”
18
que en palabras de la CartadeJamaica dividían a la América y hacían imposi-
ble reunirla bajo un solo gobierno. En un artículo conmemorativo de los 200
años de la Carta, el profesor de la Universidad de Antioquia, Juan Guillermo
Gómez García, le da incluso un calicativo moral; habla de “las ingentes
distancias de una geografía heteróclita y desalmada”,
que habría imposibi-
litado el “noble y utópico empeño” de la unidad hispanoamericana.
19
Esa
15. Arechiga Córdoba identicó y rastr14 referencias, en ibíd. Más adelante se hace
referencia a algunas de ellas.
16. François-Xavier Guerra, Modernidadeindependencia. Ensayossobrelasrevoluciones
hispánicas(Madrid: MAPFRE, 1992), 116.
17. Un ejemplo interesante es la correspondencia de la inuyente familia Mosquera
de Popayán en los años previos y durante la campaña de Bolívar en el sur (circa 1820). Se
puede consultar en el Archivo familiar de Tomás Cipriano de Mosquera. Biblioteca Luis
Ángel Arango, Bogotá, Colombia.
18. Bolívar, “CartadeJamaica”, 50.
19. Juan Guillermo Gómez García, “A los doscientos años de la Cartade Jamaica”,
AgendaCulturalAlmaMáter, n.º 224 (2015): 9-11.
-PRO53-24 agosto color.indd 25 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
26
característica no se entiende solo como una fatalidad natural sino como parte
de los agravios recibidos de “la corrompida España” y de su régimen colo-
nial. El mal estado de los caminos, la dispersión de los centros poblados, la
subexplotación de las tierras agrícolas y, en general, la limitada ocupación y
control del territorio aparecen como señales inequívocas de la desidia de la
administración española. Esa percepción empezó a surgir a nales del siglo
XVIII y era una preocupación que, en medio de la competencia con otras po-
tencias europeas, la compartía, incluso, la Corona española, como lo mues-
tran las reformas económicas propuestas por Carlos III.
20
Sin embargo, en medio de todo ello, un constante ujo de noticias y de
papeles ociales conectaba los destinos de poblaciones separadas por meses
de arduo y azaroso viaje. La circulación regular del correo requería de capaci-
dades administrativas nada despreciables y representaba un poder de control
y organización que se puede desconocer.
21
El contraste entre una geografía in-
dómita y la regularidad de los correos sorprende porque contradice las ideas
contemporáneas, no solo sobre las distancias y las comunicaciones, sino sobre
las prácticas y concepciones de control territorial del Estado moderno. Los
esfuerzos por reformar o reinventar esas prácticas y concepciones habían pre-
cedido en muchos casos a los movimientos independentistas,
22
pero a partir
de ellos se ligan a la invención de órdenes políticos nacionales. Más adelante
se muestra cómo Bolívar explicó en la Carta las consecuencias de este factor
sobre el alcance territorial de su proyecto.
El sistema de comunicación y de reproducción de las rutinas burocráti-
cas que hizo posible la existencia de un imperio transatlántico, también faci-
litó la circulación de las ideas y noticias que llevaron a su desmoronamiento.
Pero las confrontaciones militares y las luchas políticas de esos años afecta-
ron la regularidad y conabilidad de las corrientes de noticias, al tiempo que
20. John Leddy Phelan, Elpuebloyelrey.LarevolucióncomuneraenColombia,1781 (Bo-
gotá: Carlos Valencia Editores, 1980), 36.
21. El “constante curso de los correos por todo el reino” es, por ejemplo, uno de los
argumentos del virrey Mendinueta en su relación de mando de 1803 para contrastar el
cuadro desolador que su antecesor, Caballero y Góngora, había presentado sobre el Vi-
rreinato de Nueva Granada. RelacióndelestadodelNuevoReinodeGranada,porelExcmo.Sr.
VirreyDonPedroMendinuetaasusucesor,elExcmo.DonAntonioAmaryBorbón (1803), 453,
www.bdigital.unal.edu.co/5686/.
22. El esfuerzo más notable en ese sentido había sido la introducción del sistema de
intendencias. Estas nunca se implantaron en el Virreinato de Nueva Granada, pero el
Congreso de Cúcuta, en la ley que dene la organización territorial de la República de
Colombia, toma como referencia de las funciones de los departamentos a las intendencias
introducidas en México por “la ordenanza e instrucción dada en Madrid a 4 de diciembre
de 1786”. Ley del 8 de octubre de 1821, “Congreso de Cúcuta de 1821”, en Constitucióny
leyes (Bogotá: Biblioteca Banco Popular, 1971), 221-222.
-PRO53-24 agosto color.indd 26 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
27
incrementaron su urgencia y su poder. La dinámica no era de una vía; el po-
der no dependía solo del acceso a esas noticias sino también de la capacidad
de incidir en la manera en que se presentaban los sucesos de las revoluciones
hispanoamericanas ante los aliados y rivales de España.
Ese es el contexto inmediato que quedó registrado en la CartadeJamai-
ca. Un rico dueño de plantaciones de la isla, a quien los historiadores han
logrado dar el nombre de Henry Cullen, se entera por un conocido de la
presencia en Kingston de uno de los comandantes de esas revoluciones. No
queda registro de la carta de Cullen, pero Bolívar hace varias glosas de ella
en su contestación. Por ejemplo, se puede apreciar la demanda por noticias
y perspectivas sobre los acontecimientos:
he hecho muchas reexiones sobre la situación de los americanos y sus esperan-
zas futuras; tomo grande interés en sus sucesos, pero me faltan muchos informes
relativos a su estado actual, y a lo que ellos aspiran; [...] ¿si desean repúblicas o
monarquías, si formarán una gran república, o una gran monarquía? Toda no-
ticia de esta especie que Ud. pueda darme, o indicarme las fuentes a que debo
ocurrir, la estimaré como un favor muy particular.
23
Si bien no es claro el papel que cumplió o quiso cumplir Cullen en el apo-
yo a la causa independentista, es evidente que su interés iba más al de la
curiosidad intelectual. Bolívar empezó reconociendo la imposibilidad de res-
ponder a todas sus preguntas, “tanto por falta de documentos y libros, cuanto
por los limitados conocimientos que poseo de un país tan inmenso, variado
y desconocido como el Nuevo Mundo”.
24
El esfuerzo por hacer un relato que
abarcara todos los territorios hispanoamericanos obedecía, en buena medida,
a las expectativas de su corresponsal. A pesar de la falta de “documentos y
libros”, Bolívar citaba al menos tres textos de publicaciones recientes sobre los
hechos del Nuevo Mundo, todos impresos en Londres, entre 1811 y 1814. Se
trataba, en realidad, de piezas de propaganda en favor de la causa americana,
producidas por americanos exiliados —entre ellos, el dominico mexicano fray
Servando Teresa de Mier— o por aliados no siempre desinteresados.
25
Además
de servirle de respaldo para ilustrar sus acusaciones en contra de los españo-
les, esas obras parecen ser su principal fuente sobre los sucesos de México, los
23.
Bolívar, “CartadeJamaica”, 21.
24. Ibíd., 23.
25. Arechiga Córdoba, “Historia y fuentes...”, 68-84, en especial las notas 111 y 126. No
se menciona a fray Servando con nombre propio sino con el seudónimo de Guerra con el
que publicó en 1813 en Londres la HistoriadelaRevolucióndelaNuevaEspaña.La manera
en que lo cita Bolívar permite asumir que su corresponsal sabía a quién se refería. Bolívar,
CartadeJamaica”, 36. Las menciones que se harán más adelante sobre Quetzalcóatl y el
mito guadalupano hacen pensar que era un referente conocido por los dos corresponsales.
-PRO53-24 agosto color.indd 27 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
28
cuales —dice la Carta— “han sidodemasiado varios, complicados, rápidos y
desgraciados, para que se puedan seguir en el curso de su revolución”.
26
No ofrece, en cambio, pistas en cuanto a sus fuentes sobre lo que ocurría
al extremo sur del continente. Sobre Buenos Aires y Chile admite: “nos halla-
mos a tanta distancia, los documentos son tan raros y las noticias tan inexac-
tas, [que] no me animaré ni aun a bosquejar el cuadro de sus transacciones”.
27
Sin embargo, unos párrafos antes había contado cómo “el belicoso estado de
las provincias del Río de la Plata ha purgado su territorio y conducido sus
armas vencedoras al Alto Perú, conmoviendo a Arequipa e inquietando a
los realistas de Lima”.
28
Pese a su inexactitud y escases, las noticias eran su-
cientes para hacerse una imagen mental de los acontecimientos: “echemos
una ojeada y observaremos una lucha simultánea en la inmensa extensión
de este hemisferio”.
29
Aquí asoma el contexto geopolítico. Como lo evidencia la última frase,
para entonces el carácter simultáneo no era solo resultado de la circulación
de ideas y noticias. La contienda militar se daba ya en un escenario continen-
tal. Bolívar intenta incluso ponerle cifras:
Este cuadro representa una escala militar de 2.000 leguas de longitud y 900 de
latitud en su mayor extensión, en que 16.000.000 de americanos deenden sus
derechos o están oprimidos por la nación española, que aunque fue, en algún
tiempo, el más vasto imperio del mundo, sus restos son ahora impotentes para
dominar el nuevo hemisferio y hasta para mantenerse en el antiguo.
30
La última parte evidencia la conciencia de estar insertos en una con-
frontación que se extendía a los dos lados del Atlántico y que, en plena res-
tauración monárquica, estaba deniendo nuevos equilibrios de poder entre
las potencias imperiales. En ese sentido, no es coincidencia que la Carta se
escribiera desde una colonia inglesa en el Caribe, que estuviera dirigida a
un comerciante de esa nacionalidad y que se publicara originalmente en un
diario de habla inglesa. Apunta sobre todo a atraer la atención de Inglaterra
y de otras posibles potencias aliadas:
La Europa misma por miras de sana política, debería haber preparado y ejecuta-
do el proyecto de la independencia americana; no solo porque el equilibrio del
26. Bolívar, “CartadeJamaica”, 40.
27. Ibíd.
28. Ibíd., 26.
29. Ibíd.
30. Ibíd., 29.
-PRO53-24 agosto color.indd 28 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
29
mundo así lo exige; sino porque este es el medio legítimo y seguro de adquirirse
establecimientos ultramarinos de comercio.
31
Contrario a lo que suponen las lecturas posteriores, la escritura de la
Carta estuvo motivada por esa urgencia y no por el deseo de unidad he-
misférica. De hecho, los mismos apartes que se citan para evocar el sueño
de unidad, cuando se miran en su contexto, subrayan el interés de llamar la
atención de las potencias europeas. Por ejemplo, Gómez García asegura que
Bolívar invocaba la unidad de las excolonias americanas como “un salvavi-
das ante la agresión imperialista” y cita este apartado: “¿no es la unión todo
lo que se necesita para ponerlos en estado de expulsar a los españoles, sus
tropas y los partidarios de la corrompida España para hacerlos capaces de
establecer un imperio poderoso, con un gobierno libre y leyes benévolas?”
32
Cuando se lee la carta, sin embargo, es evidente que esta no es una ar-
mación de Bolívar sino una glosa respecto de una pregunta que le hace su
corresponsal. El Libertador responde con divagaciones para concluir dolién-
dose de la falta de apoyo de las potencias:
Yo diré a Ud. lo que puede ponernos en actitud de expulsar a los españoles y de
fundar un gobierno libre: es la unión, ciertamente; mas esta unión no nos ven-
drá por prodigios divinos sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos.
La América está encontrada entre sí, porque se halla abandonada de todas las
naciones; aislada en medio del universo, sin relaciones diplomáticas ni auxilios
militares, y combatida por la España que posee más elementos para la guerra
que cuantos nosotros furtivamente podemos adquirir.
33
Incluso en algunos pasajes, Bolívar considera que la unión política de
todo el hemisferio es incompatible con los principios republicanos: “porque
un Estado demasiado extenso en mismo o por sus dependencias, al cabo
viene en decadencia y convierte su forma libre en otra tiránica”.
34
Es decir, la preocupación por la falta de unidad de los hispanoamerica-
nos provenía del comerciante inglés, mientras que a Bolívar le inquietaba
sobre toda la falta de respaldo, no solo de las naciones europeas sino de
Estados Unidos, los cuales se habían declarado neutrales en la guerra entre
España y los independentistas americanos. Como lo enfatiza en otros apar-
tes de laCarta, “hasta nuestros hermanos del norte se han mantenido inmó-
viles espectadores de esta contienda”.
35
La mención a la falta de relaciones
31. Ibíd., 30.
32. Gómez García, “A los doscientos...”, 9.
33. Ibíd., 54.
34. Ibíd., 40.
35. Ibíd., 31.
-PRO53-24 agosto color.indd 29 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
30
diplomáticas y de auxilios militares es diciente también porque señala hacia
dónde estaban dirigidos los esfuerzos de Bolívar. Esfuerzos que rendirían
frutos en los siguientes años y serían determinantes en la irreversibilidad de
la independencia de los Estados hispanoamericanos.
36
Sin embargo, hay un elemento más sutil sobre la dirección de esas estra-
tegias que se alcanza a leer entre líneas en la Carta.Bolívar se preocupaba,
como ya vimos, por mostrar y reivindicar un escenario hemisférico, pero no
se presentaba como el representante de las luchas que se estaban llevando
a cabo en ese hemisferio. Por el contrario, además de señalar sus “limitados
conocimientos”sobre el Nuevo Mundo,prevé que en cada lugar se adopta-
rían soluciones políticas diversas cuando lograran derrotar a España. No se
detiene mucho en los territorios del norte de Sudamérica que se unirían para
formar Colombia, pero al presentar su visión sobre ellos aclara que “esta es
mi patria” y que tiene por lo tanto “un derecho incontestable para desearle lo
que en mi opinión es mejor”.
37
Además, alude a la Nueva Granada como “el
corazón de la América”,
38
en referencia a su ubicación. La lucha hemisférica
y el entorno geopolítico aparecen así como un trasfondo que ubica y enfatiza
el valor estratégico del proyecto colombiano.
Bolívar también rechaza explícitamente la visión que sugiere Cullen para
mantener unida Hispanoamérica dentro de una sola entidad política. De-
secha en particular la sugerencia de construir un imperio hemisférico encar-
nando el mito prehispánico del retorno de Quetzalcóatl. Esa propuesta parece
estar inuida por el sermón guadalupano de fray Servando Teresa de Mier,
39
y recuerda las utopías andinas invocadas en el Perú durante las rebeliones
de nales del siglo XVIII.
40
Sin embargo, según lo que él mismo expresa en
la Carta, Bolívar no creía en el arraigo popular de esos referentes.
41
Además,
36. Sobre la efectividad y la relevancia de las estrategias diplomáticas promovidas
por Bolívar y la dirigencia colombiana véase Daniel Gutiérrez Ardila, Elreconocimientode
Colombia:diplomaciaypropagandaenlacoyunturadelasrestauraciones(1819-1831) (Bogotá:
Universidad Externado de Colombia, 2012).
37. Bolívar, “CartadeJamaica”, 48.
38. Ibíd., 27.
39. Ese sermón da una justicación teológica de la independencia al armar que
Quetzalcóatl era en verdad Santo Tomás y había evangelizado a los indígenas antes de la
conquista. Julio M. Luqui Lagleyze, “Fray Servando de Mier y su sermón guadalupano
de 1794”, Temasdehistoriaargentinayamericana,n.º 15 (2009), http://bibliotecadigital.uca.
edu.ar/repositorio/revistas/fray-servando-mier-sermon-guadalupano.pdf.
40. Alberto Flores Galindo, BuscandounInca.IdentidadyutopíaenlosAndes(Ciudad de
México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1993).
41. Esto puede explicarse por el poco contacto que hasta ese momento Bolívar había
tenido con sociedades o culturas americanas en que el elemento étnico indígena fuera
preponderante. Llama la atención, sin embargo, la mención que hace del culto a la Virgen
de Guadalupe por el interés que revela en el uso político de la religiosidad popular: “Fe-
-PRO53-24 agosto color.indd 30 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
31
a diferencia de otros próceres de la independencia hispanoamericana, no le
interesaba construir “un imperio poderoso”, como se lo sugiere Cullen. Aun-
que cita los argumentos pactistas que utiliza fray Servando Teresa como justi-
cación de la causa americana,
42
Bolívar está pensando ya en un proyecto de
Estado nacional que apela a una lógica jurídica distinta a la que había servido
de fundamento al Imperio español.
43
“un gobierno que Ponga en aCCión
todos los resortes de la ProsPeridad PúbliCa
La CartadeJamaica no es el primer documento que menciona a Colombia.
Basado en un nombre y un personaje alegórico que se usaba en la literatu-
ra anglosajona para referirse al Nuevo Mundo, Francisco de Miranda había
editado desde Londres un periódico llamado ElColombiano, en el que pro-
movía la causa independentista americana.Para el precursor venezolano,
Colombia era el nombre que tomaría la América española al separarse de su
metrópoli.
44
Así aparece también en la Constitución Federal venezolana de
1811 rmada por Miranda como vicepresidente: “bajo los mismos principios
serán también admitidas e incorporadas cualesquiera otras del continente
Colombiano (antes América Española) que quieran unirse bajo las condicio-
nes y garantías necesarias para forticar la unión”.
45
Lo que hace Bolívar en la Carta es acotar Colombia, es decir, sumarle al
proyecto independentista y liberal de Miranda un alcance territorial y unas
fronteras denidas, en lugar de dejarlo abierto a los pueblos de la América
lizmente los directores de la independencia de Méjico se han aprovechado del fanatismo
con el mejor acierto, proclamando a la famosa virgen de Guadalupe por reina de los pa-
triotas; invocándola en todos los casos arduos y llevándola en sus banderas. Con esto el
entusiasmo político ha formado una mezcla con la religión, que ha producido un fervor
vehemente por la sagrada causa de la libertad”. Bolívar, “CartadeJamaica”, 53.
42. “El emperador Carlos V formó un pacto con los descubridores, conquistadores y
pobladores de América que, como dice Guerra [seudónimo de fray Servando Teresa de
Mier], es nuestro contrato social”. Bolívar, “CartadeJamaica”, 37.
43. Sobre los fundamentos pactistas del establecimiento del Imperio español en Amé-
rica véase Phelan, Elpuebloyelrey...
44. Antes de los movimientos de independencia Miranda elaboró en Europa “planes
de gobierno” para un régimen confederado de la América española. Véase Francisco de
Miranda, Planesdegobierno (2 de mayo de 1801), http://constitucionweb.blogspot.com.
co/2010/04/planes-de-gobierno-francisco-de-miranda.html.
45. “Constitución Federal para los Estados de Venezuela”, 21 de diciembre de 1811,
Archivio di Diritto e Storia Costituzionali, www.dircost.unito.it/cs/docs/Venezuela%20
1811.htm.
-PRO53-24 agosto color.indd 31 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
32
española que quisieran unirse. La acotación era necesaria para abandonar
el federalismo, sistema que Bolívar desaconseja enfáticamente como forma
de gobierno para los hispanoamericanos.
46
Ese proyecto territorialmente
acotado, con un gobierno centralizado representaba una ruptura más radi-
cal y ambiciosa que la visión del precursor venezolano, que hoy nos parece
utópica. La confederación hispanoamericana no modicaba en su esencia el
orden imperial, sino que desplazaba del poder —es decir, de los cargos im-
portantes— a los peninsulares. Introducía, además, elementos de una Cons-
titución liberal, cosa que intentó hacer también la Constitución de Cádiz, sin
proponer desmontar el imperio. En cambio, Bolívar pensaba en un orden
posimperial que comparaba con la desmembración del Imperio romano para
formar un cúmulo de naciones y nuevos sistemas políticos:
Yo considero el estado actual de la América como cuando desplomado el Im-
perio Romano cada desmembración formó un sistema político, conforme a sus
intereses y situación o siguiendo la ambición particular de algunos jefes, familias
o corporaciones; con esta notable diferencia, que aquellos miembros dispersos
volvían a restablecer sus antiguas naciones con las alteraciones que exigían las
cosas o los sucesos; mas nosotros, que apenas conservamos vestigios de lo que en
otro tiempo fue, y que por otra parte no somos indios ni europeos, sino una espe-
cie media entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles.
47
La última frase no es una reivindicación de las comunidades indígenas
ni se puede entender como una preocupación por la relación entre la causa
independentista y la composición étnica de las sociedades americanas. Más
bien representaba un intento de elaboración de una identidad americana
contrapuesta, e incluso hostil, a la identidad española. Al mismo tiempo,
señalaba el problema al que tenían que enfrentarse los proyectos nacionales
hispanoamericanos: la falta de referentes identitarios distintivos que les sir-
vieran de base. Esta es una característica del proceso de construcción de los
modernos Estados nacionales en América Latina que ha sido señalada por
varios historiadores. En palabras de Claudio Lomnitz:
46. Bolívar consideraba que el federalismo había sido el responsable de la debacle de
la primera república venezolana y de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. Ade-
más de esos antecedentes, Bolívar lo rechazaba por considerar que los países hispanoame-
ricanos no tenían la suciente madurez política para adoptar ese sistema: “No convengo
en el sistema federal entre los populares y representativos, por ser demasiado perfecto
y exigir virtudes y talentos políticos muy superiores a los nuestros”. Bolívar, Cartade
Jamaica”, 46. Esto hace parte del proceso que Castro Leiva describe como la condena a “las
concepciones fundacionales de la república venezolana” por parte del “ideario” bolivaria-
no, que las etiquetó como “patria boba”. Castro Leiva, Delapatria..., 185.
47. Bolívar, “CartadeJamaica”, 34.
-PRO53-24 agosto color.indd 32 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
33
In Latin America, the road to national modernity was particularly cumbersome.
This was due to the early date of independence movements, a fact that resulted
not so much from the force of nationalist feeling in the region as from the deca-
dence of Spain in the European forum. As a result, the new countries faced sti
internal and foreign relations problems.
48
La respuesta a este problema, según Lomnitz, fue el desarrollo de “un
nacionalismo funcional”. Es decir, un nacionalismo que no apela a una pul-
sión identitaria sino a la solución de los problemas concretos asociados a la
puesta en marcha de un Estado moderno. En efecto, además de las denun-
cias de los agravios recibidos de España, Bolívar sustentaba los proyectos
nacionales americanos en la necesidad de tener “un Estado organizado con
regularidad” y de participar en sus jerarquías.
49
De hecho, la exclusión de
los americanos de todo lo “relativo a la ciencia del gobierno y administra-
ción del Estado”
50
—así como lo deciente de esa administración por parte
de las autoridades españolas— estaban, según la Carta, a la cabeza de esos
agravios.
Pero el paso de imperio a Estado nacional no signicaba solo independi-
zarse de una metrópoli y lograr una mejor participación en la administración
del Estado, implicaba también introducir una noción nueva de soberanía y
de control del Estado sobre el territorio más acorde con los requerimientos de
la economía política moderna. Como lo han mostrado varios trabajos recien-
tes, los espacios imperiales que se construyeron entre el siglo XV y el XVIII
eran políticamente fragmentados, jurídicamente diferenciados y encerrados
por fronteras mal denidas y porosas.
51
En el caso del imperio español, ese
espacio lograba abarcar una gran extensión por un compromiso con otros
órdenes políticos y jurídicos que coexistían dentro de él, en particular con
los municipios y otras corporaciones.
52
Sin embargo, la pluralidad jurídica y
la porosidad en el control territorial no era compatible con la aspiración de
Bolívar, que vislumbraba un gobierno que “dé vida, anime, ponga en acción
48. Claudio Lomnitz, “Nationalism as a Practical System. Benedict Anderson’s Theory
of Nationalism From the Vantage Point of Spanish America”, en TheOtherMirror:Grand
TheoryThroughtheLensofLatinAmerica, ed. por Miguel Ángel Centeno y Fernando López
Álvarez (Princeton: Princeton University Press, 2001), 348.
49. Bolívar, “CartadeJamaica”, 39.
50. Ibíd., 37.
51.
Véase Laureen Benton, Asearchfor Sovereignity:Law andGeography in European
Empires (Cambridge: Cambridge University Press, 2010); David Armitage, Foundationof
ModernInternationalThought (Cambridge: Cambridge University Press, 2013).
52. Federica Morelli, “Pueblos, alcaldes y municipios: la justicia local en el mundo his-
pánico entre Antiguo Régimen y Liberalismo”, HistoriaCrítica 36 (julio-diciembre 2008):
36-57.
-PRO53-24 agosto color.indd 33 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
34
todos los resortes de la prosperidad pública, corrija, ilustre y perfeccione al
Nuevo Mundo”.
53
Esto es interesante porque coincide con lo señalado por
Garavaglia sobre las exigencias de control del territorio y la población de los
Estados nacionales modernos, mucho mayores que los órdenes políticos que
las precedieron.
54
Pero también es interesante porque, según la propia Car-
ta, los requerimientos del tipo de Estado que tenía en mente Bolívar hacían
inviable extenderlo a todos los territorios que antes estaban bajo el dominio
de la Corona española. En efecto, para que ese gobierno al que aspiraba el
futuro Libertador se pudiera extender a todo el hemisferio “sería necesario
que tuviese las facultades de un Dios, y cuando menos las luces y virtudes
de todos los hombres”.
55
Se debe mencionar que las nociones modernas de economía política, que
implicaban mayores capacidades de control territorial, tenían antecedentes
en las reformas borbónicas. Sin embargo, al asociarse con un proyecto de
creación de Estado nacional, dichos requerimientos pasaban también por
una redenición de la soberanía y un abandono de la sociedad corporativa.
Por ejemplo, implicaba una menor autonomía de los pueblos para incorpo-
rarse —o desagregarse— al nuevo Estado. “Pueblos” entendido como las
comunidades locales o provinciales que se expresaban a través de formas
tradicionales y corporativas de gobierno, como los cabildos municipales. Es
decir, la noción de cuerpo político más estrechamente ligada al sistema de
primacías urbanas que caracterizaba el régimen anterior.
Cuando se dio forma a Colombia en la Constitución de Cúcuta se seguía
pensando en términos de pueblos plurales que conformaban la república,
pero, en contraste con la Constitución venezolana de 1811, no se presentaba
su pertenencia a ella como una opción: Art. 7 Los pueblos de la extensión
expresada que están aun bajo el yugo español, en cualquier tiempo en que se
liberen, harán parte de la república, con derechos y representación iguales a
todos los demás que la componen”.
56
El cambio parece sutil, pero implicaba
introducir una idea nueva de soberanía y de comunidad política, además de
dejar atrás el principio de soberanía de los pueblos que habían estado en el
centro de los movimientos juntistas de apenas unos años antes.
Además de esa nueva noción de la soberaa y de la apuesta decidida por
el republicanismo, varios aspectos distinguían el proyecto colombiano. Uno
de ellos era su territorio, no solo extenso sino muy fragmentado, en términos
53.
Bolívar, “CartadeJamaica”, 44.
54. Juan Carlos Garavaglia, “State Building in Latin America: the Preceding Steps”,
en LatinAmericanBureaucracyandtheStateBuildingProcess(1780-1860), ed. por Juan Carlos
Garavaglia y Juan Pro Ruiz (Newcastle: Cambridge Scholars Publishing, 2012), 27.
55. Bolívar, “CartadeJamaica”, 44.
56. “Congreso de Cúcuta...”, 30.
-PRO53-24 agosto color.indd 34 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
35
de accidentes geográcos, distribución de población y referentes de comuni-
dad política. Esas características se habían expresado en los años anteriores
en una explosn de proyectos constitucionales locales (sobre todo en las pro-
vincias neogranadinas) y en una gran dicultad para articular un proyecto
político unicado dentro de esos territorios.
57
Bolívar vinculaba esa fragmen-
tación potica con lo que consideraba una adicción extrema y exagerada al
sistema federal.
58
El remedio que proponía, y que aplicó pocos os desps,
fue la creación de una nación republicana con un poder centralizado.
59
La pre-
ocupación por la fragmentación del poder territorial no respona solo a la
necesidad de una administracn más eciente, sino tambn de una mayor
capacidad militar. Esto se originaba en la experiencia de las derrotas recientes,
pero respona también a la aspiración de consolidar un Estado fuerte que
pudiera ser reconocido y tomado en serio por las potencias internacionales.
60
La breve existencia de la Gran Colombia estuvo atravesada por las tensio-
nes derivadas de las novedades que introdujo ese proyecto. Unas tensiones
que se aprecian no solo en las confrontaciones de Bolívar con los caudillos
militares y con sus principales aliados políticos. También aparecen, por ejem-
plo, en los pronunciamientos de los pueblos que no dejaban de reivindicar las
nociones tradicionales de soberanía corporativa.
61
Pero esto no se pueden en-
tender solo como un choque entre la tradición y la modernidad política. Pasa-
ba también, por ejemplo, por las exigencias que imponía el mantenimiento del
ejército en sociedades que habían sido poco militarizada durante la Colonia.
62
57. Sobre ese período véase Calderón y Thibaud, Lamajestaddelospueblos...
58. Según Bolívar, la base fundamental de la Constitución de Venezuela había sido “el
sistema federal más exagerado que jamás existió” y la Nueva Granada era “en extremo
adicta a la federación”. Bolívar, “CartadeJamaica”, 40, 48.
59. La novedad y los desafíos de implantar ese sistema en un territorio tan extenso
y relativamente poco poblado las señalaba ya en 1823 el secretario de Estado de Estados
Unidos, John Quincy Adams, de acuerdo a un informe citado en Gutiérrez Ardila, Elreco-
nocimientodeColombia...,158.
60. Tanto “consolidar y hacer respetar su Soberanía” como “elevarse al más alto grado
de poder y prosperidad” aparecen en los considerandos de la “Ley Fundamental de la Re-
pública de Colombia”, aprobada en Angostura el 17 de diciembre de 1819 por el Congreso
Soberano de Venezuela y por algunos representantes de la Nueva Granada. “Congreso
de Angostura”, LibrodeActas, publicado por Roberto Cortázar y Luis Augusto Cuervo
(Bogotá: Imprenta Nacional, 1821), 248.
61. Estas reivindicaciones aparecen incluso cuando los pueblos expresan su interés
por hacer parte de la República de Colombia, como aparece con claridad en el acta del 29
de mayo de 1822, en la que los delegados de la capital suscribieron la asociación a la Repú-
blica de Colombia, en nombre de todo el territorio que había correspondido a la Audiencia
de Quito. Cabrera Hanna, “La incorporación del Distrito...”, 77.
62. Clément Thibaud, “Formas de guerra y mutación del ejército durante la guerra
de Independencia de Colombia y Venezuela”, enRevolución,independenciaylasnuevasna-
-PRO53-24 agosto color.indd 35 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
36
Sociedades que estaban, además, inmersas en unos referentes plurales y cer-
canos de comunidad política, a las que no era fácil convencer de que hicieran
sacricios a nombre de una comunidad abstracta y lejana.
El Libertador murió convencido de que ese propósito era poco menos
que imposible. En una de sus últimas cartas, ante la noticia de la decisión de
Quito de pronunciarse por su separación de la República de Colombia, es-
cribe lo que suena como un abandono amargo de su lucha por trasformar las
concepciones sobre soberanía: “ese pueblo está en posesión de la soberanía
y hará de ella un saco o un sayo, si mejor le parece.”
63
El desencanto de los
últimos años de Bolívar se lee también, retrospectivamente, desde una sen-
sación recurrente de “fracaso” de las naciones hispanoamericanas. Esto no
permite apreciar la perdurabilidad de la innovación política que introdujo el
proyecto colombiano.
el lugar del sur: “el que asPira
a obtener la libertad, a lo menos lo intenta
El caso especíco de las provincias que conformaron el Departamento
del Sur de la Gran Colombia —y que corresponden en esencia al actual Ecua-
dor— ayuda a dimensionar la perdurabilidad, más allá de la fragmentación
de su territorio original, de la innovación política que representó la creación
de la República de Colombia. Como lo ilustra Santiago Cabrera Hanna a par-
tir de las actas de la Constitución de Cúcuta y de la capitulación de Quito de
1822, la incorporación de esas provincias a la República de Colombia evi-
denció el carácter contingente, exploratorio y contencioso de los procesos de
construcción estatal y denición de la nacionalidad.
64
Considero que en la vi-
sión formulada en la CartadeJamaica se pueden encontrar algunas claves que
ayudan a explicar las aparentes paradojas alrededor de esa incorporación.
Para entender el lugar del Ecuador en el proyecto colombiano hay que
recordar primero lo que estaba pasando más al sur. La escritura de la Carta
deJamaica estaba marcada también por la reciente experiencia de la recon-
quista española. Bolívar no pensaba solo en la amenaza de otas militares
atravesando el Atlántico, como las que envió Fernando VII tras su regreso al
trono, sino en un frente más cercano: el Virreinato del Perú. Bajo la adminis-
tración de José Fernando de Abascal (1806-1816), desde el Perú habían salido
cionesdeAmérica,coord. por Jaime E. Rodríguez O. (Madrid: MAPFRE Tavera, 2005), 343.
63. Simón Bolívar, CorrespondenciadelLibertadorconelgeneralJuanJoséFlores(1826-
1830)(Quito: Banco Central del Ecuador, 1977), 284.
64. Cabrera Hanna, “La incorporación del Distrito...”.
-PRO53-24 agosto color.indd 36 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
37
regimientos para combatir las primeras juntas americanas proclamadas en la
Paz y Quito, así como para sofocar los movimientos rebeldes del Río de la
Plata, Montevideo y Chile.
65
Sus alianzas se extendieron por la vía del Pací-
co hasta la Nueva Granada, en donde las provincias y facciones realistas de
la Gobernación de Popayán recibieron armas y remitieron remesas de oro.
66
Bolívar da cuenta de esos hechos en su carta. El Perú es el único país
de América del que habla en tono despectivo. Dice de él que “encierra dos
elementos enemigos de todo régimen justo y liberal; oro y esclavos”. En el
siguiente párrafo, sin embargo, aclara la razón de su desconanza:
Aunque estas reglas serían aplicables a toda la América, creo que con más justicia
las merece Lima, por los conceptos que he expuesto y por la cooperación que ha
prestado a sus señores contra sus propios hermanos, los ilustres hijos de Quito,
Chile y Buenos Aires. Es constante que el que aspira a obtener la libertad, a lo
menos lo intenta.
67
Estas armaciones remiten a un elemento del proyecto colombiano del
que se habla muy poco: el papel en la visión que animaba ese proyecto del
Perú, un país que Bolívar no había visitado y que era distante geográca, cul-
tural y socialmente de los círculos con los que se había relacionado hasta ese
momento. Lo anterior se inscribe también en el contexto geopolítico del mo-
mento. Como lo señala Carrera Damas, la amenaza que representaba Perú fue
un factor fundamental en las campañas de independencia de Sudamérica:
Por su extensión territorial y sus recursos humanos y económicos, el virreinato
del Perú era la plataforma desde la cual podía emprenderse la reconquista de las
ex colonias. José de San Martín también lo comprendió así, y quiso garantizar
la independencia del Río de la Plata y Chile llevando la guerra al Virreinato. En
ambos casos esta estrategia chocó con la arraigada conciencia monárquica de la
clase dominante más cohesionada de Sudamérica.
68
La interpretación de Carrera Damas va más allá de una visión defensiva
y considera incluso que “invadir el virreinato del Perú” podría haber sido
65. Scarlett O’Phelan y Georges Lomné, eds., AbascalylacontraindependenciadeAmé-
ricadelSur (Lima: Instituto Francés de Estudios Andinos / Fondo Editorial de la Ponticia
Universidad Católica del Perú), 12.
66. Marcela Echeverri, “Abascal, Cádiz y el realismo popular en Popayán”, en ibíd.,
449-467, 454.
67. Bolívar, “CartadeJamaica”, 50.
68.
Germán Carrera Damas, “La república de Colombia y el nacimiento del proyecto
americano de Bolívar: causas de la disolución de la Gran Colombia”, RevistaCredencialHis-
toria, n.º 124 (abril 2000), https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-
historia/numero-124/la-republica-de-colombia-y-el-nacimiento-del-proyecto-de-bolivar.
-PRO53-24 agosto color.indd 37 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
38
la motivación política tras la creación de la República de Colombia, al pro-
porcionarle a Bolívar una base de legitimidad que no hubiera podido tener
“alegando la necesidad de garantizar la independencia de Venezuela”. Esa
visión no la compartían necesariamente los aliados venezolanos y grana-
dinos de Bolívar y, según el mismo artículo de Carrera Damas, contribuyó
al resquebrajamiento de las alianzas que habían hecho posible la materiali-
zación de la Gran Colombia.En la CartadeJamaica, sin embargo, Bolívar se
mostraba contrario a emprender proyectos de expansión territorial y enfati-
zaba la diferencia entre las repúblicas y las monarquías en ese aspecto:
ningún estímulo excita a los republicanos a extender los términos de su nación,
en detrimento de sus propios medios, con el único objeto de participar a sus
vecinos de una constitución liberal. Ningún derecho adquieren, ninguna ventaja
sacan venciéndolos; a menos que los reduzcan a colonias, conquistas o aliados.
69
Ocho años después de escritas esas líneas, Bolívar se encontraba espe-
rando impaciente en Guayaquil a que el renuente congreso colombiano lo
autorizara a intervenir el Perú. Esa intervención, que se inició nalmente en
agosto de 1823, tuvo siempre una justicación defensiva y no de prolonga-
ción de “los términos” de la nación colombiana. “Esto no es Colombia y yo
no soy peruano”, le escribió Bolívar a Santander cuando llegó a Lima.
70
Sin
embargo, se veía a sí mismo como el único capaz de acabar denitivamente
con el dominio peninsular sobre lo que había sido el centro de gravedad del
Imperio español en Sudamérica y consideraba al ejército que comandaba el
“apoderado militar de la América Meridional”.
71
En las cartas que le escribió
a Santander para justicar esa intervención pueden leerse no pocas expre-
siones que hacen pensar en una personalidad tocada por la hibris,
72
pero se
registra también un cálculo político arriesgado pero consciente de las fuer-
zas geopolíticas en juego.
73
La campaña peruana terminó, en efecto, siendo
denitiva para la consolidación de la independencia sudamericana y para
69. Bolívar, “CartadeJamaica”, 45.
70. Carta de Simón Bolívar a Francisco de Paula Santander, Lima, 11 de septiembre de
1821. CartasSantander-Bolívar,1813-1830 (Bogotá: Biblioteca Presidencia de la República,
1988) IV, 127-128.
71. “Carta de Bolívar al general Sucre”, Pativilca, 4 de febrero de 1824. Archivo del
Libertador, en Archivo General de la Nación de Venezuela, documento 8754, www.archi-
vodellibertador.gob.ve.
72. En especial la carta de Bolívar a Santander, Quito, 3 de julio de 1823. Ibíd., docu-
mento 7572.
73. Véase, por ejemplo, la carta de Bolívar a Santander, Guayaquil, 12 de marzo de
1823. Ibíd., documento 7256.
-PRO53-24 agosto color.indd 38 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
39
el aanzamiento del prestigio de Bolívar y de Colombia entre las potencias
europeas y americanas.
Si bien Bolívar no podía prever en 1815 el curso de los acontecimientos
futuros, existe una constante percepción del Perú como un rival de su pro-
yecto político que parece haber incidido desde el principio en la concepción
de la República de Colombia, en particular en la decisión de extenderla hasta
los territorios de la Audiencia de Quito. Formalmente, su incorporación se
justicaba en la pertenencia de la Audiencia al Virreinato de Nueva Granada
y en la supuesta continuidad de las demarcaciones administrativas del im-
perio español como límites de los nuevos Estados. En la práctica, esos límites
administrativos no se percibían como demarcadores de pertenencia a una
misma comunidad política, como también se evidencia en las discusiones
del Congreso de Cúcuta que cita Cabrera Hanna. El mismo Bolívar reconocía
los pocos vínculos efectivos de esos territorios con el proyecto colombiano.
Tras lograr la incorporación de Quito, Guayaquil y Cuenca a la Gran Colom-
bia, Bolívar le escribe a Santander: “Aquí todo está nuevo, amante: no nos
conocen sino de reputación; y si hemos de hablar la verdad, es una conquista
liberal la que acabamos de hacer de este país”.
74
Incluso en 1829, el secretario
del Interior de la República de Colombia aseguraba que en los Departamen-
tos del Sur “los hábitos, costumbres y situación local son diferentes, de modo
que muy poco tienen en común con los demás de Colombia”.
75
Además de
estas diferencias, el Ecuador no tuvo representantes ni en el Congreso de
Angostura, donde se aprobó la Ley Fundamental de la República de Colom-
bia, ni en el Congreso de Cúcuta, donde se formó la constitución de la nueva
república. Tampoco tuvo una participación importante en el mando del ejér-
cito ni en la dirigencia civil. Incluso localmente la dirigencia militar y política
le fue encomendada a un ocial venezolano, Juan José Flores.
En otras palabras, el lugar de Ecuador en la República de Colombia no
puede atribuirse a lazos anteriores o a un sentido de pertenencia común a
una misma nacionalidad, sino a las necesidades del proyecto colombiano. Su
papel fue sobre todo la de servir de distante pero estratégica frontera militar.
De hecho, pagó un alto costo por la incesante rivalidad entre Colombia y
Perú, al tener que soportar un subido número de divisiones militares, para
cuyo sostenimiento se le imponían pesadas contribuciones y reclutamientos
obligatorios, además de representar riesgos de desórdenes y de choques vio-
lentos con la población. El propio Bolívar en sus cartas a Flores reconoce que
a nales de la década de los veinte, el Sur estaba ahogado con el acantona-
74. Carta de Bolívar a Santander, Guayaquil, 3 de agosto de 1822. Ibíd., documento
6921.
75. José Manuel Restrepo, Diariopolíticoymilitar,t. II (Bogotá: Imprenta Nacional,
1954), 17.
-PRO53-24 agosto color.indd 39 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
40
miento de ocho cuerpos militares y que esas provincias no “podían proveer
la subsistencia de muchas tropas” debido al “estado de aniquilamiento a
que han quedado reducidos los pueblos del Sur después de muchos años de
costosos sacricios”.
76
Lo interesante es que esto no impidió que, tras su disolución, el ejército y
los funcionarios heredados de la Gran Colombia cumplieran un papel central
en la formación del Estado ecuatoriano, al punto de que el venezolano Juan José
Flores se convirtió en el primer presidente de ese país.
77
Esto se explica, en par-
te, por la alianza política y social que Flores haa establecido con la dirigencia
quiteña, alianza que le había asegurado a Bolívar la lealtad de esa dirigencia.
Pero es también el resultado de las fragilidades que amenazaban la viabilidad
del Estado ecuatoriano. Internamente, lo componían tres provincias que habían
sido rivales durante la independencia y que no se sentían parte de un mismo
cuerpo político, sino se consideraban unidas por circunstancias accidentales.
78
Al mismo tiempo, el nuevo Estado sentía amenazada su integridad te-
rritorial tanto por el Perú como por la Nueva Granada. Esta situación no
era nueva, Bolívar había descrito en una carta a Flores la posición de Quito
como un enclave “entre el Perú, Guayaquil y Pasto”.
79
Los intereses de esas
provincias y países circundantes no solo rivalizaban con el proyecto repu-
blicano de Bolívar, sino que se resistían a una visión territorial que apelaba
a la restauración del mítico “Reino de Quito” pero que era percibida por
sus vecinos como una amenaza expansionista. De allí que hubieran sido las
puntas de lanza de la reacción realista que sofocó la junta quiteña de 1809.
80
76. Bolívar, CorrespondenciadelLibertador..., 275.
77. La Constitución de 1830, art. 9, incluyó entre los nacionales ecuatorianos a “los
naturales de los otros Estados de Colombia, avecindados en el Ecuador” y a “los militares
que estaban en servicio del Ecuador al tiempo de declararse en Estado independiente”.
Gracias a esas disposiciones Juan José Flores pudo convertirse en el primer presidente
ecuatoriano. No fue el único extranjero nacionalizado que hizo parte del gobierno. Según
uno de sus biógrafos “se rodeó de un grupo de militares adictos, casi todos extranjeros
nacionalizados en virtud de la Constitución de 1830, en su mayoría neogranadinos, ve-
nezolanos y aún europeos del Ejército de Bolívar”. Jorge Salvador Lara, “La república del
Ecuador y el general Juan José Flores”, en CorrespondenciadelLibertador..., 36.
78. En el Congreso Constituyente de Riobamba, el guayaquileño José Joaquín de Olme-
do señalaba “la diferencia que había entre provincias que están sujetas a una autoridad y
que unidas forman un cuerpo político; y entre secciones que, por circunstancias improvisas
quedan en una independencia accidental”. “Actas”, Archivo del Congreso, Quito, 1830, 34-
35, citado en Federica Morelli, Territorioonazione (Soveria Mannelli: Rubbettino, 2001), 367.
79. CorrespondenciadelLibertador...,252.
80. Carlos Landázuri Camacho, “La independencia del Ecuador (1808-1822)”, en Nue-
vaHistoriadelEcuador, ed. por Enrique Ayala Mora, vol. 6 (Quito: Corporación Editora
Nacional / Grijalbo, 1988), 79-126.
-PRO53-24 agosto color.indd 40 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
41
Esos antecedentes llevaron a la dirigencia de Quito a establecer con Bolívar
una suerte de alianza defensiva.
Aunque esa alianza, más personal que institucional, no sobrevivió el ale-
jamiento del poder y la muerte del Libertador, las antiguas divisiones del
ejército colombiano seguían siendo el único soporte de un orden que parecía
muy frágil. Al mismo tiempo, ante la falta de otro proyecto o referente que
unicara a las tres provincias, el nuevo Estado se fundó sobre los restos de
la institucionalidad republicana heredada de la Gran Colombia.
81
Esas insti-
tuciones y las autoridades ligadas a ellas no dejaron de generar resistencias
y disensos internos. Los primeros años de vida del Ecuador fueron muy tu-
multuosos, pero pese a todo logró sostenerse como un Estado republicano y
mantener unidas a las tres provincias.
ConClusiones
La primera gran República de Colombia que Bolívar delineó en la Carta
deJamaica no fue un intento abortado de unión entre entidades preexistentes
sino un experimento político que, pese a su corta existencia, fue importante
en la introducción de nuevas formas de organización estatal. La apuesta por
una administración fuertemente centralizada no logró mantener unido un
territorio extenso y fragmentado, pero creó un modelo de nacionalismo fun-
cional que les permitió a los Estados que la sucedieron dar forma a una con-
cepción de la soberanía distinta a la que había construido el orden imperial
y que había sido también el soporte jurídico de los movimientos juntistas.
En el caso del Ecuador, la Gran Colombia le legó, además de los referen-
tes de una institucionalidad republicana, el ejército que había defendido su
estratégica frontera con el Perú (y parte de la deuda con la que se había -
nanciado su creación). Aunque en muchos sentidos fue una pesada herencia,
ayudó a materializar la existencia de un Estado nacional que, a diferencia de
la Colombia de Bolívar, se formó más por la fuerza de las circunstancias que
como expresión de un proyecto político.
81. El texto de la Constitución de 1830 mantiene como referente de nación la Repú-
blica de Colombia de la que el recién creado Estado del Ecuador sería una de sus partes
(arts. 2 y 3), ConstituciónPolíticadelaRepúblicadelEcuador, 1830, es.wikisource.org/wiki/
Constitución_de_Ecuador_de_1830.
-PRO53-24 agosto color.indd 41 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
42
fuentes y bibliografía
FUENTES PRIMARIAS
Archivos
Archivo del Libertador. Archivo General de la Nación de Venezuela. www.archivo-
dellibertador.gov.ve.
Archivo familiar de Tomás Cipriano de Mosquera. Biblioteca Luis Ángel Arango.
Bogotá, Colombia.
Archivo Juan José Flores. Ponticia Universidad Católica del Ecuador. Quito, Ecuador.
Fuentes primarias publicadas
Bolívar, Simón. CartadeJamaica”. En Jaime Jaramillo Uribe, Antologíadelpensamiento
políticocolombiano.Bogotá: Talleres Grácos del Banco de la República, 1970.
_____ y Juan José Flores. CorrespondenciadelLibertadorconelgeneralJuanJoséFlores
(1826-1830). Quito: Banco Central del Ecuador, 1977.
“Congreso de Angostura”. LibrodeActas. Publicado por Roberto Cortázar y Luis Au-
gusto Cuervo. Bogotá: Imprenta Nacional, 1821.
“Congreso de Cúcuta de 1821”. Constituciónyleyes.Bogotá: Biblioteca Banco Popular,
1971.
“Constitución Federal para los Estados de Venezuela”, 21 de diciembre de 1811. Ar-
chiviodiDirittoeStoriaCostituzionali. www.dircost.unito.it/cs/docs/Venezue-
la%201811.htm.
ConstituciónPolíticadelaRepúblicadelEcuador, 1830. es.wikisource.org/wiki/Consti-
tución_de_Ecuador_de_1830.
Mendinueta, Pedro. RelacióndelestadodelNuevoReinodeGranada,porelExcmo.Sr.
VirreyDonPedroMendinuetaasusucesor,elExcmo.DonAntonioAmaryBorbón
(1803). www.bdigital.unal.edu.co/5686/.
Miranda, Francisco de. PlanesdeGobierno(2 de mayo de 1801). http://constitucion-
web.blogspot.com.co/2010/04/planes-de-gobierno-francisco-de-miranda.
html.
Restrepo, José Manuel, Diariodenoticiaspolíticoymilitar. T. II. Bogotá: Imprenta Na-
cional, 1954.
Santander, Francisco de Paula, y Simón Bolívar. CartasSantander-Bolívar,1813-1830.
Bogotá: Biblioteca Presidencia de la República, 1988.
FUENTES SECUNDARIAS
Arechiga Córdoba, Ernesto. “Historia y fuentes documentales de LaCartadeJamaica”.
Tesis de grado. Universidad Nacional Autónoma de México. 1995.
Armitage, David. FoundationofModernInternationalThought. Cambridge: Cambridge
University Press, 2013.
-PRO53-24 agosto color.indd 42 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
43
Benton, Laureen. Asearch for Sovereignity:Law and Geography in EuropeanEmpires.
Cambridge: Cambridge University Press, 2010.
Cabrera Hanna, Santiago. “La incorporación del Distrito del Sur a la república de
Colombia. Debates congresales y soberanía municipal”. AnuarioColombianode
HistoriaSocialydelaCultura 45, n.º 2 (julio-diciembre 2018): 65-87.
Calderón, María Teresa, y Clément Thibaud. LamajestaddelospueblosenlaNueva
Granada y Venezuela 1780-1832. Bogotá: Universidad Externado de Colom-
bia / Embajada de Francia / Instituto Francés de Estudios Andinos / Taurus,
2010.
Carrera Damas, Germán. ElcultoaBolívar:esbozoparaunestudiodelahistoriadelas
ideasenVenezuela.Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1969.
_____. “La república de Colombia y el nacimiento del proyecto americano de Bolí-
var: causas de la disolución de la Gran Colombia”.RevistaCredencialHisto-
ria, n.º 124 (abril 2000). https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/
credencial-historia/numero-124/la-republica-de-colombia-y-el-nacimiento-
del-proyecto-de-bolivar.
Castro Leiva, Luis. De lapatria bobaa lateologíabolivariana. Caracas: Monte Ávila,
1987.
_____. LaGranColombia:unailusiónilustrada. Caracas: Monte Ávila, 1985.
Echeverri, Marcela. “Abascal, Cádiz y el realismo popular en Popayán”. EnAbascaly
lacontraindependenciadeAméricadelSur, editado por Scarlett O’Phelan y Geor-
ges Lomné, 449-467. Lima: Instituto Francés de Estudios Andinos / Fondo
Editorial de la Ponticia Universidad Católica del Perú, 2013.
——, Francisco Ortega y Tomás Straka, editores. “Dossier. La invención de la Repú-
blica de la Gran Colombia”. AnuarioColombianodeHistoriaSocialydelaCultura
45, n.º 2 (julio-diciembre 2018): 17-202.
Fernández Sebastián, Javier, director. Diccionariopolíticoysocialdelmundoiberoameri-
cano.Laeradelasrevoluciones1750-1850. Madrid: Fundación Carolina / Socie-
dad Estatal de Conmemoraciones Culturales / Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, 2009.
Flores Galindo, Alberto. BuscandounInca.IdentidadyutopíaenlosAndes. Ciudad de
México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1993.
Garavaglia, Juan Carlos. “State Building in Latin America: the Preceding Steps”. En
LatinAmericanBureaucracyandtheStateBuildingProcess(1780-1860), editado
por Juan Carlos Garavaglia y Juan Pro Ruiz, 24-46. Newcastle: Cambridge
Scholars Publishing, 2012.
Gómez García, Juan Guillermo. “A los doscientos años de la CartadeJamaica”. Agenda
CulturalAlmaMáter, n.º 224 (2015): 9-11.
Guerra, François-Xavier. Modernidadeindependencia. Ensayossobrelasrevolucioneshis-
pánicas.Madrid: MAPFRE, 1992.
Gutiérrez Ardila, Daniel. ElreconocimientodeColombia:diplomaciaypropagandaenla
coyunturadelasrestauraciones(1819-1831). Bogotá: Universidad Externado de
Colombia, 2012.
Hensel Riveros, Franz D. “¿Olvidar la nación? Para una historia de las formas de la
comunidad política”. En 200añosdeindependencia.Lasculturaspolíticasysus
-PRO53-24 agosto color.indd 43 27/10/21 12:17
Procesos 53, enero-junio 2021
44
legados, editado por Yobenj Aucardo Chicangana Bayona y Francisco Ortega,
187-212. Medellín: Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, 2011.
Landázuri Camacho, Carlos. “La independencia del Ecuador (1808-1822)”. En Nueva
HistoriadelEcuador, editado por Enrique Ayala Mora. Vol. 6, 79-126. Quito:
Corporación Editora Nacional / Grijalbo, 1988.
Leal, Carole. “Con la mirada en el norte y la cabeza en el sur: el camino para cons-
truir la Confederación de Venezuela (1811-1812)”. RevistaCo-herencia 13, n.º 25
(julio-diciembre 2016): 199-229.
Lomnitz, Claudio. “Nationalism as a Practical System. Benedict Anderson’s Theory
of Nationalism From the Vantage Point of Spanish America”. En TheOther
Mirror:GrandTheoryThroughtheLensofLatinAmerica, editado por Miguel
Ángel Centeno y Fernando pez Álvarez, 329-359. Princeton: Princeton
University Press, 2001.
Luqui Lagleyze, Julio M. “Fray Servando de Mier y su sermón guadalupano de 1794”.
Temasdehistoriaargentinayamericana,n.º 15 (2009). http://bibliotecadigital.
uca.edu.ar/repositorio/revistas/fray-servando-mier-sermon-guadalupano.
pdf.
Molano Cruz, Giovanni. LaCartadeJamaicaylauniónlatinoamericana. Bogotá: Aurora,
2016.
Morelli, Federica. “Pueblos, alcaldes y municipios: la justicia local en el mundo his-
pánico entre Antiguo Régimen y Liberalismo”. HistoriaCrítica, n.º 36 (julio-
diciembre 2008): 37-57.
_____. Territorioonazione. Soveria Mannelli: Rubbettino, 2001.
O’Phelan, Scarlett, y Georges Lomné, editores. Abascal y la contraindependencia de
AméricadelSur. Lima: Instituto Francés de Estudios Andinos / Fondo Edito-
rial de la Ponticia Universidad Católica del Perú, 2013.
Phelan, John Leddy. Elpuebloyelrey.LarevolucióncomuneraenColombia,1781. Bogotá:
Carlos Valencia Editores, 1980.
Salvador Lara, Jorge. “La república del Ecuador y el general Juan José Flores”. En
CorrespondenciadelLibertadorconelgeneralJuanJoséFlores(1826-1830), 16-101.
Quito: Banco Central del Ecuador, 1977.
Thibaud, Clément. “Formas de guerra y mutación del ejército durante la guerra de
Independencia de Colombia y Venezuela”. En Revolución,independenciaylas
nuevasnacionesdeAmérica, coordinado porJaime E. Rodríguez O., 339-364.
Madrid: MAPFRE Tavera, 2005.
-PRO53-24 agosto color.indd 44 27/10/21 12:17