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En cuanto a las fuentes consultadas para llevar adelante sus investiga-
ciones, los artículos dan cuenta de los lugares donde es posible encontrar
las “huellas” que dejaron los intelectuales involucrados con el mundo del
impreso. Entre los documentos investigados se cuentan periódicos, revistas,
libros, ensayos y maniestos; a lo que se unen archivos empresariales y ju-
diciales y también los epistolarios, preciada forma de comunicación de los
intelectuales entre la época.
Como se puede apreciar, el libro es rico en experiencias editoriales de la
izquierda de América Latina de inicios del siglo XX, pero aún quedan por
investigar las actividades editoriales de esa “otra cultura militante”, como
denió Altamirano, a los católicos, quienes también fueron responsables de
la creación de materiales para el consumo popular, con los que buscaron
contraponerse a las corrientes liberales, socialistas y comunistas que inten-
taban inuir en la sociedad y en la dirección del Estado. Un acercamiento de
este tipo, sumado a la rica información ofrecida por el libro coordinado por
Granados y Rivera Mir, permitiría entender aún mejor el mundo editorial
de la primera mitad del siglo XX, eje de la cultura política de su tiempo, tal
como queda descrito.
Katerinne Orquera Polanco
UniversidadAndinaSimónBolívar,SedeEcuador
Quito, Ecuador
https://orcid.org/0000-0002-3603-0311
tatiana Hidrovo quiñónEz
.
estado, soCiedad e iNsurgeNCia eN maNabí,
1860-1895.
quito: univErsidad andina siMón bolívar, sEdE Ecuador /
corPoración Editora nacional, 2018, 320 PP.
DOI: http://dx.doi.org/10.29078/procesos.v.n52.2020.2626
El libro de Tatiana Hidrovo contribuye a saldar una de las deudas de la
historiografía ecuatoriana, al proponer un estudio denso y riguroso sobre las
montoneras manabitas entre 1860 y 1895. Se trata de un tema que hasta la
fecha ha sido objeto de pocos estudios académicos, entre los que se destacan
los de Carmen Dueñas de Anhalzer. El período escogido para esta investi-
gación es determinante en la historia del Ecuador y de Manabí debido a dos
factores que ocupan un papel central en el argumento del libro. Por un lado,
este período corresponde a un proceso de fortalecimiento del Estado nacio-
nal impulsado por Gabriel García Moreno. El proyecto garciano consistía en
construir, mediante el régimen concordatario y el modelo de la República
del Sagrado Corazón, un Estado confesional cuya autoridad fuera acatada
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en todo el territorio nacional, incluso en las provincias de frontera como Ma-
nabí. Paralelamente, el auge de las exportaciones de cacao a partir de los
años 1860 aceleró la incorporación del Ecuador al mercado internacional y el
avance del capitalismo en los diversos espacios del territorio nacional. Es a la
noción de “penetración” del Estado y del capitalismo, y a la del consiguien-
te “desquiciamiento” de las estructuras sociales, que la autora recurre para
explicar la irrupción del fenómeno de las montoneras que caracterizaría la
historia de la provincia de Manabí y de buena parte de la Costa ecuatoriana
en el siguiente medio siglo.
La autora distingue la constitución de tres facciones en la provincia de
Manabí en este contexto: el Estado central, que buscaba incorporar la pro-
vincia con la ayuda de la Iglesia y el ejército nacional; la oligarquía regional,
que no dudó en dotarse de fuerzas paramilitares para preservar una relativa
autonomía de la provincia y estimular la acumulación de capital; por último,
los subalternos, que reaccionaron al desquiciamiento que sufrió la provincia
a través de diversos tipos de movilización, que iban del bandidaje social
hasta las montoneras radicales.
Para explicar la tenacidad de la insurgencia en Manabí, el libro insiste
en la violencia del proceso de penetración del Estado y del capitalismo. La
incorporación de la provincia fue el resultado de una política de apropiación
no solo del territorio, sino también de los cuerpos, que se basaba en los me-
canismos más diversos, desde el concertaje hasta el secuestro de menores. La
autora destaca el papel del ejército nacional en la imposición de los dictáme-
nes del Estado central. El ejército recurrió a un amplio repertorio que abar-
caba medidas de orden económico, como contribuciones extraordinarias o
impuestos sobre el comercio local, especialmente el de paja toquilla, y otras
de orden represivo: alistamientos forzosos en la tropa (enganchamientos),
encarcelamientos, conscación de bienes, violaciones y fusilamientos. Otro
aliado del Estado fue la Iglesia católica, que ejerció una violencia tanto sim-
bólica como física sobre la población manabita: se esforzó por prohibir los
nombres no católicos, luchó contra el concubinato, una práctica común en la
provincia, intentó suspender las ferias libres e incluso llegó a exhumar los
cadáveres de personas no bautizadas, interriendo de esa manera hasta con
la muerte.
El libro se adentra igualmente en la reacción tanto de la oligarquía local
como de los subalternos. La sociedad manabita en su conjunto resistió man-
teniendo prácticas como las ferias libres, el concubinato, el uso de nombres
no cristianos, además de una religiosidad popular con códigos propios. La
élite de la provincia, por su lado, adoptó una estrategia que alternaba entre la
movilización de fuerzas paramilitares en una lógica de enfrentamiento con el
Estado y la negociación con este último. Bajo el progresismo en particular, el
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Estado delegó parte del poder a la oligarquía local, a cambio de que eliminara
a los radicales. Esta última logró apropiarse de las instituciones estatales (la
gobernación, las jefaturas políticas o la Junta de Hacienda). Los subalternos,
en cambio, resistieron bajo modalidades propias como la huida de peones,
el bandolerismo y sobre todo las montoneras radicales. Para la autora, estas
últimas encarnaban la resistencia al Estado oligárquico terrateniente y a la
penetración del capitalismo, aunque nunca nombraran estos dos fenómenos
como tales y no produjeran una reexión ideológica clara al respecto.
El libro aborda los temas evocados hasta aquí en cuatro tiempos. Los dos
primeros capítulos presentan el escenario en el que se desarrolló la insur-
gencia manabita de nes del siglo XIX. Describen la geografía y la economía
de la provincia de Manabí, al igual que la correlación de fuerzas entre clases
sociales. Los capítulos 3 y 4 restituyen la cronología de la insurgencia en
Manabí entre 1860 y 1895. Ocupan un lugar especial en esta línea de tiem-
po el levantamiento de 1864 contra García Moreno, que a ojos de la autora
marca el nacimiento del radicalismo, y los intensos combates de los años
1880 contra los gobiernos progresistas, especialmente el de José María Plá-
cido Caamaño, que convirtieron a la provincia de Manabí en un verdadero
campo de batalla. Tras presentar las etapas de la insurgencia manabita, la
autora indaga sobre los factores que explican su surgimiento en los capítulos
5 y 6, que analizan las diversas modalidades de penetración del Estado. Por
último, los capítulos 7 y 8 abordan las formas de resistencia de la sociedad
manabita contra el avance del Estado y el capitalismo. Mientras el capítulo
7 evoca en particular las estrategias desplegadas por la oligarquía de la pro-
vincia, el último capítulo se centra en las montoneras radicales y la insurgen-
cia campesina.
Entre los varios méritos del libro, podemos destacar dos. Por un lado,
este estudio es el resultado de una extensa investigación que permitió reunir
fuentes dispersas y desembocó en la constitución del Archivo Histórico de
la Revolución de Ciudad Alfaro, en Montecristi, que representa un acervo
documental invaluable. En otras palabras, el archivo no determinó el curso
de la investigación, como suele ser la norma, sino que ambos se construye-
ron paralela y mutuamente. Por otro lado, este estudio insiste en la agencia
y la capacidad de resistencia de los subalternos y presenta la insurgencia en
Manabí como un esfuerzo colectivo que fue más allá de los caudillos. Si bien
abundan las referencias a Eloy Alfaro, este personaje está lejos de ocupar un
papel preponderante en el argumento del libro. Se observa, por el contrario,
un esfuerzo constante por reconstituir, según lo permitan las fuentes, las vo-
ces subalternas, por lo general relegadas en la historiografía tradicional. En
ese sentido, el libro ofrece un análisis en ligrana de la composición de las
montoneras y los orígenes sociales y geográcos de sus miembros, gracias a
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una amplia base de datos elaborada por la autora que reúne el perl de 400
montoneros y se reproduce en los anexos. Un estudio tan vasto y minucioso
representa una contribución bienvenida para una historia social de las mon-
toneras.
Lejos de querer hacer mella en los méritos del libro, nos parece necesa-
rio señalar, sin embargo, que las referencias al desarrollo de las montoneras
en otras provincias son más bien escasas y que no se mencionan los casos
de otros países latinoamericanos donde también surgieron montoneras. Si
bien no se puede negar la pertinencia del marco espaciotemporal escogido,
la provincia de Manabí entre 1860 y 1895, hubiera sido provechoso aden-
trarse un poco más en la historia de las montoneras en las provincias veci-
nas, Esmeraldas, Guayas y Los Ríos, en la medida en que los montoneros
desconocían las divisiones administrativas y circularon constantemente de
una provincia a otra. Del mismo modo, enriquecer con aportes de otros paí-
ses la bibliografía consultada, que se circunscribe esencialmente a la esfera
nacional, permitiría mostrar que el fenómeno del bandidaje social y de las
montoneras no es propio de Manabí y el Ecuador, sino que se repite en otros
países de América Latina.
1
Ampliar el horizonte geográco, sin abandonar
el marco manabita, permitiría contextualizar con mayor agudeza la investi-
gación, presentar un panorama global del fenómeno montonero y al mismo
tiempo distinguir variaciones nacionales y regionales que resalten las parti-
cularidades del Ecuador y de Manabí.
En todo caso, estas observaciones no le quitan mérito al libro, que repre-
senta un esfuerzo sólido por comprender las montoneras radicales, uno de
los aspectos más representativos de la historia de la Costa ecuatoriana de
nes del siglo XIX y principios del XX, pero igualmente uno de los más enig-
máticos, en la medida en que escasean las investigaciones empíricas sobre
este tema. Esperamos que este trabajo inspire, por su rigurosidad y sus apor-
tes, otras investigaciones sobre la insurgencia en las demás provincias cos-
teñas en la segunda mitad del siglo XIX, para poder reconstituir progresiva-
mente un panorama general de la historia de las montoneras en el Ecuador.
Alexis Medina
UniversitédeFranche-Comté
Besanzón, Francia
https://orcid.org/0000-0003-3149-2514
1. Se podría mencionar, por ejemplo, los siguientes trabajos: Carlos Aguirre y Charles
Walker, Bandoleros,abigeosymontoneros.CriminalidadyviolenciaenelPerú.SiglosXVIIIy
XIX (Lima: Instituto de Apoyo Agrario, 1990); Ivette Lozoya López, Delincuentes,bandole-
rosymontoneros.Violenciasocialenelespacioruralchileno(1850-1870) (Santiago: LOM, 2014).
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