Procesos 52, julio-diciembre 2020
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se efectúan las circulaciones (de informaciones, mercancías y actores socia-
les) y apropiaciones del espacio por parte de los diferentes actores sociales y
políticos. Esos tipos de circulaciones y acciones de los mencionados actores
“podían establecer contactos con experiencias políticas que alimentaban la
construcción de sus proyectos de futuro” (p. 34). De esta forma, se examina
cómo se efectuó la expansión de españoles y portugueses en la región ama-
zónica, de las relaciones entre autoridades, comerciantes e indígenas, esto,
especícamente, en la Capitanía de Río Negro (territorio del Imperio portu-
gués) y en la Provincia de Maynas (parte del Imperio español). Después de
delimitar el espacio a ser estudiado, se establece el período de análisis que va
aproximadamente desde 1780 hasta 1820. Históricamente, el estudio abor-
da un período central, con importantes cambios, al que diversos estudiosos
(como J. Helliott, T. Halperín, G. Paquette, J. P. Pimenta, R. Koselleck, J. Fer-
nández, C. Thibaud, J. M. Portillo) han denominado como el momento de las
reformas ilustradas y de las crisis imperiales, así como el de las revoluciones
e independencias y la consecuente formación de nuevos Estados y naciones.
Ahora bien, en cuanto al análisis metodológico y teórico usado por Bas-
tos para explicar los diversos acontecimientos y procesos históricos se des-
tacan “la perspectiva conectada” y la “historia conceptual”, que le ofrecieron
importantes herramientas analíticas y explicativas. La primera para obser-
var las relaciones entre los imperios ibéricos o del imperio portugués con
los nuevos gobiernos patriotas (republicanos) que fueron surgiendo en la
segunda y tercera décadas del siglo XIX en sus fronteras. Igualmente, cabe
destacar la circulación y ‘conexión’ de autoridades, comerciantes, soldados,
esclavos, nativos e informaciones, en lo que él llama “frontera-zona”. Y la
segunda le es útil en el uso de categorías analíticas como “espacio de expe-
riencia” y “horizonte de expectativas”, desarrolladas por R. Koselleck, así
como en la denición de conceptos fundamentales. De estos últimos cabe
destacar dos conceptos clave: “frontera” y “experiencia”, los cuales son ex-
plícitamente denidos por Bastos. El concepto de frontera es denido no
solo como una mera delimitación espacial, sino también “como una zona
de interacciones sociales, culturales, económicas y políticas en un espacio
de deniciones inciertas o sujetas a contestaciones como su soberanía” (p.
35). Esa denición está cerca de la adoptada por el historiador francés Jean
Chesneaux, que diferencia entre frontera-línea y frontera-zona. La primera
sería la que se reere a una delimitación espacial y la segunda mucho más re-
lacionada a los espacios de intercambios comerciales, culturales y humanos
(ibíd.). Sobre el concepto de experiencia, arma que es de gran ayuda para
comprender como “los emprendimientos de demarcaciones, la gestión del
espacio fronterizo yla formulación de expectativas sobre las zonas limítrofes
recurrían a interpretaciones sobre experiencias pretéritas de las relaciones
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