Procesos 49, enero-junio 2019 187
periodización de los distintos ciclos signicativos y una hipótesis en torno a
cuáles fueron las fuerzas predominantes que marcaron el derrotero de la con-
ictiva historia nacional. A lo largo de su obra, Guillermo argumenta en torno
a la siguiente propuesta: en el marco de las batallas culturales, el orden católico
se impuso sobre el principio secularizador en el imaginario nacional. En este
sentido, en el marco de la historia comparada de América Latina, la tesis de
Guillermo Bustos coincide con la tesis de un predominio de la modernización
desde arriba en el proceso ecuatoriano. Triunfa un pacto entre los dos partidos
históricos que toman forma durante el progresismo donde se observa el lideraz-
go intelectual del moderno conservadurismo y, por tanto, orienta la corriente
predominante en la transición histórica, una que derrota de manera denitiva
tanto al ultraísmo como al programa de inclusión interclasista del partido libe-
ral, especialmente el radicalismo, el cual en consecuencia no impone su visión
de lo nacional entre sus anes. Es el hispanismo el que predomina.
El texto otorga un carácter de fuerza social de primer orden a las opera-
ciones discursivas académicas sobre el campo de la conictividad social. Así,
traza tensiones o posiciones antagónicas en el discurso pero también delinea en
cada capítulo cómo se resuelven tales tensiones en el predominio de determi-
nadas posiciones intelectuales que, en su concepto, se acumulan en un sustrato
común: el “ethos patriótico”. En su interpretación, los cambios en el género
discursivo –como por ejemplo giros estéticos y académicos de origen interna-
cional con ricas expresiones y respuestas locales– son asumidos por intelectua-
les que renuevan el discurso dominante. Por lo tanto, en la obra se propone que
los grandes autores, aquellos que logran propuestas intelectuales complejas,
verdaderas obras comprensivas de la historia nacional, acompañados de po-
der profesional institucional y mediático, son los actores exitosos en organizar
identidades y codicar los espacios de la retórica y la memoria nacional.
En el analisis, el conservadurismo predomina por el éxito que tiene en
la formación del campo historiográco. En cambio, por falta de peso en ta-
les términos, el estudio de la trayectoria del liberalismo y de la izquierda
en el campo intelectual recibe menos atención. Esto se justica si hablamos
exclusivamente de historiografía, pero no es completamente convincente si
hablamos de identidad nacional, y si exploramos en esta construcción otros
campos discursivos. El éxito historiográco del conservadurismo podría ser
contrastado con el éxito del discurso liberal en los campos jurídico, educati-
vo, y literario; otro tanto podríamos decir de la intelectualidad de izquierda
en otros escenarios culturales en la decada de 1930, así como su incidencia
en ámbito de las identidades populares, siempre asociadas a visiones en dis-
puta sobre lo nacional y lo popular en lo nacional.
En respuesta a la rica obra de Guillermo Bustos será indispensable ha-
cer una reexión sobre el campo político como campo de disputa cultural.