Procesos 48, julio-diciembre 2018 189
estas características. Señala que el factor religioso cobró particular impor-
tancia con el ascenso de García Moreno y su proyecto de organizar el Estado
ecuatoriano sobre la base de un catolicismo intransigente. Años más tarde, el
progresismo para el cual el progreso era, según Pagnotta, “una ideología, un
proceso y una nalidad” pretendió nuevamente estimular, por medio de la
inmigración, el “blanqueamiento” de la población, considerado un sinónimo
de mejora racial. Por primera vez se establecieron estructuras para impedir
el arribo al país de aquellas nacionalidades consideradas nocivas y una com-
petencia perniciosa para la inmigración deseada. Así, en 1889 se promulgó
un decreto que prohibía la inmigración china, hecho que, según Pagnotta,
evidencia el temor y los prejuicios de las élites hacia las clases populares. Me
parece que, en este punto, hace falta evidencia explícita que respalde esta
armación. ¿Cuál es la relación que hacen las élites políticas entre la inmi-
gración china y las clases populares nacionales?
Las implicaciones que tuvo la Revolución Liberal sobre la inmigración
italiana y los planes psrs atraerla es abordada en el tercer capítulo. La rup-
tura entre el Estado ecuatoriano y la Iglesia implicó la expulsión de los sale-
sianos italianos dedicados a obras educativas y misioneras en el país. (¿Qué
impacto tuvieron las misiones y enseñanzas de estos clérigos sobre la comu-
nidad imaginada de los ecuatorianos?). Se continuó viendo con buenos ojos
a la inmigración “blanca” –particularmente a aquella de los países latinos– y
desdeñando a la población china y negra, así como a la peruana debido al
conicto en curso con el país vecino. El período liberal coincidió con la época
de la Gran Migración en Italia que se produjo tanto por razones económi-
cas como por exilio político y fue, según Pagnotta, una manifestación de la
mundialización del mercado laboral generada por una previa movilidad de
capitales. A pesar de los escasos resultados de la política pro-inmigratoria
ecuatoriana, a lo largo del siglo XIX, se formó en Guayaquil una pequeña
colonia italiana compuesta en su mayor parte por comerciantes provenien-
tes de Luguria. En medio del éxito cacaotero y del surgimiento de diversas
sociedades, clubes y asociaciones, surgió, en 1882, la Sociedad Garibaldi de
asistencia para los italianos, con alrededor de un centenar de integrantes
pertenecientes, en su mayoría, a la élite empresarial italiana. ¿Tuvo esta pe-
queña colonia incidencia ideológica sobre los imaginarios de ciudadanía y
de nación de los guayaquileños? Pagnotta nos queda debiendo este análisis.
El cuarto capítulo versa sobre el período entreguerras en Europa que
coincide con una época de depresión económica y de predominio de la oli-
garquía liberal en Ecuador (1912-1924). Es en esta etapa cuando las élites
ecuatorianas comenzaron a pensar en un proyecto nacional-identitario capaz
de integrar a las clases populares, a las poblaciones rurales y a los indígenas.
Por otro lado, el ascenso del fascismo en Italia hizo que los italianos en Ecua-
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