jaime aBad vÁsqUez, david aCHig Balarezo, josé CaBrera viCUña,
ernesto Cañizares agUilar, gladys eskola torres, jaCinto landívar
Heredia, raúl Pino andrade. Historia de la Facultad de ciencias
Médicas de la universidad de cuenca, 1867-2017. CUenCa: faCUltad
de CienCias médiCas de la Universidad de CUenCa, 2017, 164 PP.
DOI: http://dx.doi.org/10.29078/rp.v0i48.702
Fragilidades inherentes al paso del tiempo, como el silencio o el olvido,
estimulan la necesidad de recordar. Esta acción puede organizarse en clave
de relatos que construyen, legitiman o cuestionan los acontecimientos del
pasado, desde su vínculo con el presente. Es, en esencia, tal empeño aquel
que se ve reejado en la producción de “Historia de la Facultad de Ciencias
Médicas de la Universidad de Cuenca, 1867-2017”, obra que conmemora la
trayectoria de siglo y medio alcanzada por dicha institución.
Este trabajo fue promovido durante la gestión de Pablo Vanegas y María
de Lourdes Huiracocha, rector y decana de la Facultad de Ciencias Médicas de
la Universidad de Cuenca, respectivamente, quienes consideraron inevitable
la tarea de escribir la historia de una entidad sesquicentenaria que contribuyó
a la sociedad con la formación de profesionales y el desarrollo de la salud.
1
Mientras, su elaboración estuvo a cargo de un equipo de salubristas con for-
mación social e interdisciplinaria, vinculados al campo de la investigación, la
antropología, la educación y la historia como Gladys Eskola, Jacinto Landívar,
Ernesto Cañizares, David Achig, Raúl Pino, Jaime Abad y José Cabrera.
Para congurar esta obra, los autores han elaborado estudios en los que
exponen “los principales acontecimientos [de la institución] por períodos
históricos inmersos en los hechos nacionales e internacionales”.
2
Dicha tarea
se articula a partir de documentación primaria (actas y documentos ociales
1. María de Lourdes Viracocha, “Prólogo”. En Historia de la Facultad de Ciencias Mé-
dicas de la Universidad de Cuenca, 1867-2017 (Cuenca: Facultad de Ciencias Médicas de la
Universidad de Cuenca, 2017), 7.
2. Ibíd.
Procesos: revista ecuatoriana de historia, n.º 48 (julio-diciembre 2018), 179-195. ISSN: 1390-0099; e-ISSN: 2588-0780
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referentes al gobierno de la institución), con base en la cual se han suminis-
trado relatos de orden, fundamentalmente, narrativo-descriptivo.
El establecimiento de la Corporación Universitaria del Azuay y su Fa-
cultad de Medicina (1867) constituyen la primera etapa histórica, abordada
por Landívar y Abad. Aquí se despliegan los pormenores de esta iniciativa
ejecutada, tardíamente, ante las necesidades educativas de la región sur del
país; así como el precario desarrollo que tuvo hasta nales de siglo, dado su
funcionamiento codependiente y el tipo de formación elitista, teórica e insu-
ciente. A partir de este panorama se entrevé una Cuenca decimonónica de
lento tránsito hacia modernidad política, que arrastraba rasgos de antiguo
régimen. Entre ellos, la dinámica corporativista, el predominio de poderes
locales y la ausencia de procesos secularizantes en la sociedad. De esta for-
ma, los sujetos, las prácticas y las instituciones relacionadas a la educación y
la salud se encontraban regidos por la autoridad de la Iglesia.
Al desarrollar el período siguiente, 1895-1944, Cañizares y Landívar
identican el impacto de la política alfarista que atizó la arraigada identidad
católica-conservadora de la población cuencana.
3
A su vez, hablan del proce-
so modernizante de la sociedad y el Estado a partir de siglo XX, de acuerdo
con el cual se produjo la transformación de la Corporación Universitaria en
Universidad del Azuay (1897) y, más tarde, Universidad de Cuenca. Un se-
gundo momento alude al contexto social de los años veinte y treinta, época
en la que emergió un rectorado de línea liberal y el primer movimiento estu-
diantil. Es importante referir la identicación realizada en torno a la gura
del médico cuencano durante esta temporalidad, quien pasa de perlarse
como un ilustrado notable y polifacético, vinculado a la educación, la po-
lítica y las artes, a ser un profesional moderno, con un rol más actico en la
sociedad frente al desarrollo del paradigma público, social e higienista de la
salud correspondiente a dichas décadas.
En la etapa 1944-1977, David Achig describe el panorama de la salud en el
país, y destaca la ampliación institucional de dicho campo, los avances en la
situación sanitaria de la población y el desarrollo de los primeros programas
de salud nacional y rural. Dentro del ámbito universitario, reere el paulatino
avance a nivel académico, docente e infraestructural; así como las reivindica-
ciones estudiantiles producidas en la coyuntura de la segunda reforma univer-
sitaria. Dentro de esta temporalidad, Gladys Eskola aborda la creación de la
Escuela de Enfermería. La autora propone un análisis del contexto de la edu-
cación en enfermería en Ecuador y Latinoamérica, con base en la periodización
histórica de la investigadora colombiana Ana Luisa Velandia. Tras sus inicios
3. Ernesto Cañizares Aguilar, “Sucesos en la Facultad (1895-1944)”. En Historia de la
Facultad de Ciencias Médicas…, 29.
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preprofesionales y técnicos, en los años sesenta se produjo el posicionamiento
universitario de esta carrera. En dicha época se inserta la escuela de Cuenca,
cuyo desenvolvimiento estuvo asociado a la política nacional de salud y a las
tendencias de educación delineadas por organismos internacionales.
El cierre de este período se marca con una crisis producida en la Facultad,
en 1977. Pino narra que para ese año ascendieron autoridades de tendencia re-
formista e izquierda, quienes integraron a Gladys Eskola, profesora de enfer-
mería y aliada al partido maoísta, como subdecana.
4
En oposición, una cin-
cuentena de profesores presentó su renuncia y algunos estudiantes se tomaron
violentamente las instalaciones. Pino analiza este rechazo argumentando la je-
rarquía que alcanzó una mujer con tendencia política contraria a la de un gran
bastión masculino de tendencia conservadora.
5
Sin embargo, Eskola presenta
un testimonio que resitúa el signicado de tales acontecimientos. Propone que
más allá de una confrontación ideológica, el rechazo a su participación política
respondió a un condicionamiento de género y clase.
6
Con dicha elección “la
costumbre perdió piso, la tradición fue negada, golpeada la autoridad mascu-
lina, removido el estatus médico… Era comprensible, se eligió autoridad de
la Facultad a una mujer, militante de izquierda, extraña a Cuenca, de familia
nada ilustre y enfermera”.
7
Esta reinterpretación enriquece la perspectiva his-
toriográca sobre la facultad, a la vez que recupera una voz inexistente en los
discursos ociales anteriormente producidos sobre la universidad.
Los sucesos más recientes los reere Pino, quien identica que desde
1980 se han producido cambios relacionados con el funcionamiento de la fa-
cultad y su mejoramiento académico. Entre ellos, impulso a la investigación,
restructuración del pénsum, recambio generacional de profesores y amplia-
ción de la oferta educativa mediante la diversicación de carreras –como la
de Tecnología Médica, analizada por Cabrera– y la oferta de cursos de pos-
grado. Cambios que a su vez han estado atravesados por los desafíos de las
políticas de educación superior de la última década.
Este conjunto de trabajos restituye efectivamente el lugar de una institu-
ción icónica dentro el ámbito educativo del Austro ecuatoriano. Sin embar-
go, en su desarrollo presenta restricciones de orden metodológico asociadas
a la persistencia del paradigma positivista. Algunos rasgos de dicho modelo
se vislumbran en la prioridad dada a la evidencia escrita ocial como re-
curso objetivo para sustentar los hechos del pasado que se está reriendo.
4. Raúl Pino Andrade, “Crisis de la Facultad de Ciencias Médicas en 1977, aproxima-
ciones a su historia”. En Historia de la Facultad de Ciencias Médicas…, 101.
5. Ibíd., 102.
6. Gladys Eskola Torres, “Una mujer y enfermera en el subdecanato (1977-1979). La
memoria de lo no escrito”. En Historia de la Facultad de Ciencias Médicas…, 118.
7. Ibíd., 114.
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Por consiguiente, sus contenidos ancan la memoria de los acontecimientos
más trascendentales de la facultad; actores identicados con las ilustres ge-
neraciones de médicos, docentes o autoridades, y sus grandes legados. Es
decir, la obra traduce una labor legitimante de esta institución insigne, en la
que el espacio de interpelación a sus acciones, conictos y mediaciones es
muy limitado. Adicionalmente, la mayor parte de relatos se desenvuelven
mediante una dinámica explicativa que alterna referencias sobre el contexto
económico, social y político de la ciudad, el país o el mundo, y la descripción
de los sucesos gestados en la facultad. Frente a ello, la ausencia de un tra-
tamiento crítico-interpretativo hace que las posibilidades de la elaboración
historiográca se limiten a una dimensión descriptivo-narrativa.
Más allá de estos inconvenientes, Historia de la Facultad... coloca a la luz un
campo temático poco estudiado dentro de los debates historiográcos. A par-
tir de procesos locales relacionados con la educación y la salud, proporciona
un enfoque sobre la sociedad decimonónica cuencana y su tránsito hacia la
modernidad, cuya dinámica no se soluciona únicamente entre estrictos márge-
nes políticos o económicos. En cuanto a su novedad temática, su contribución
también consiste en superar la clásica historia de la medicina, cuyas narrativas
se centraban en el pensamiento médico. De esta forma se aproxima más bien
al terreno de la historia de la salud, que ha desarrollado interés sobre la salud
pública, sus prácticas, sujetos, instituciones o procesos profesionalizantes.
De cara a este horizonte, queda abierta la oportunidad de ampliar el de-
bate escudriñando la conictividad de los procesos descritos, así como la
dimensión de los sujetos, sus voces y acciones. Estas reexiones necesitan
aún agotar las posibilidades del procedimiento historiográco, diversicar
fuentes y suscitar un diálogo teorético. En n, aplicar recursos que permitan
penetrar los entramados de género, clase y poder que se esconden bajo la
dinámica de esta insigne institución, a lo largo de su vasta trayectoria en la
formación de profesionales de la salud.
Milagros Villarreal Rivera
Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador
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