El monumento al Combate del 2 de Mayo en Lima:
un símbolo americanista frente a España, 1866-1874*
The Monument to the Battle of May 2 in Lima:
A Symbol of the Americas against Spain, 1866-1874
O monumento ao Combate do Dois de Maio em Lima:
um símbolo da união americanista frente a Espanha, 1866-1974
Rodolfo Monteverde Sotil
Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú)
laspuertas48@gmail.com
DOI: http://dx.doi.org/10.29078/rp.v0i49.735
Fecha de presentación: 18 de mayo de 2018
Fecha de aceptación: 7 de julio de 2018
Artículo de investigación
Procesos: revista ecuatoriana de historia, n.º 49 (enero-junio 2019), 39-75. ISSN: 1390-0099; e-ISSN: 2588-0780
* Los agradecimientos del autor a la Beca de la Biblioteca Latinoamericana de la Uni-
versidad de Tulane, Nueva Orleans, que le permitió investigar en el verano de 2016 su
colección; a su directora, doctora Hortencia Calvo, y a la señora Verónica Sánchez. Asimis-
mo, gracias a Alex Loayza, Omar Esquivel y a las doctoras Nanda Leonardini y Martha
Barriga por sus comentarios razonados a este trabajo. A Luis Daniel Monteverde Gómez
y Ernesto PA.
RESUMEN
Este artículo estudia el monumento al Combate del Dos de Mayo en
el contexto de la estrategia geopolítica americana posbélica frente
a España. Se analizan las características formales del monumento y
el espacio urbano en el cual fue levantado pocos años después de
empezara el derrocamiento de las murallas virreinales de Lima. El
monumento sirvió no solo para homenajear el enfrentamiento entre
el ejército peruano y la Armada Española, sino también para realzar y
proyectar internacionalmente la idea de unión americana frente a otro
posible intento de invasión española.
Palabras clave: historia latinoamericana, Lima, conmemoraciones,
siglo XIX, monumento, política de memoria, unión americana.
ABSTRACT
This article examines the monument to the Battle of May 2 in the
context of the postwar geopolitical strategy of the Americas with
respect to Spain. The formal features of the monument are analyzed,
along with the urban space in which it was erected a few years after
Lima’s fortied walls dating back to the Viceroy’s reign began to be
brought down. The monument was not only installed to pay tribute
to the clashes between the Peruvian Army and the Spanish Navy, but
also to highlight and project worldwide the idea of the union of the
Americas against any further attempt of invasion by Spain.
Keywords: Latin American history, Lima, memorials, twentieth
century, monument, policy of memory, union of the Americas
RESUMO
O artigo faz um estudo do monumento comemorativo do Combate
do Dois de Maio no contexto da estratégia politica americana
post-bélica frente a Espanha. Analisam-se ás características formais
do monumento além do espaço urbano em que fora erigido poucos
anos depois do começo do derrocamento das muralhas coloniais do
Lima. O monumento foi criado para comemorar o combate entre o
exército peruano e a Armada Espanhola, além de projetar
internacionalmente a ideia de unidade americana frente a uma outra
possível tentativa de invasão espanhola.
Palavras chave: História Latino-americana, Nova Granada, Cauca
exército, formação do Estado, milícias, guerras de independência.
introduCCión
El monumento al Combate del Dos de Mayo de 1866, propuesto por el
Estado al día siguiente del enfrentamiento bélico, fue erigido en 1874 en Li-
ma.
1
Académicamente ha recibido poca atención, ya que la mayoría de tex-
tos especializados en escultura pública peruana lo describen con parcialidad
y/o no han profundizado en el correlato del contexto posbélico y en otros
aspectos que este trabajo sí ofrece, por ejemplo, detalles de los motivos de la
realización del monumento, sus características y la selección del lugar donde
se lo emplazó.
2
Deja de lado el análisis de sus características formales y docu-
mentales para preguntarse por qué se lo erigió en la ciudad capital del Perú
y no en el puerto del Callao, escenario del combate, y si sus particularidades
escultóricas tienen correlato con el contexto poscombate de 1866, que rear-
mó la Independencia peruana y de América del Sur, y originó una tensión
diplomática entre Perú y España.
Sostenemos que el monumento al Combate del Dos de Mayo no solo sir-
vió para conmemorar dicha contienda, sino también para homenajear y dar
relieve internacional a la unión americana frente a un posible intento hispa-
no por querer retomar sus antiguas tierras virreinales. Por ello, los objetivos
principales de este artículo son aproximarse al entendimiento de las caracte-
rísticas plásticas de este monumento y, al mismo tiempo, analizar la elección
de su ubicación en el contexto poscombate y expansivo de Lima luego del
derrumbe de la muralla virreinal que dio origen a un nueva y amplia aveni-
da, y a la construcción de edicios considerados, junto con el monumento,
símbolos de modernidad. Basados en registros bibliohemerográcos, planos
1. Mariano Ignacio Prado, “Decreto disponiendo se construya un monumento des-
tinado a consagrar a perpetuidad la memoria del hecho de armas del 2 de mayo 1866”,
Archivo digital de la Legislación del Perú, http://www.leyes.congreso.gob.pe/Documentos/
LeyesXIX/1866155.pdf.
2. Por ejemplo, José Antonio Gamarra Puertas, Historia y odisea de monumentos escultó-
ricos conmemorativos (Lima: s. r., 1974); y, del mismo autor, Obras de arte y turismo monumen-
tal. Bronces ecuestres-estatuas (de pie y sentadas). Bustos y obeliscos (Lima: Imprenta Ku EIRL,
1996); Alfonso Castrillón, “Escultura monumental y funeraria en Lima”. En Escultura en
el Perú, ed. por José Antonio de Lavalle Vargas, 325-385 (Lima: Banco de Crédito, 1991);
Rodrigo Gutiérrez Viñuales, Monumento conmemorativo y espacio público en Iberoamérica.
(Madrid: Cátedra / Anaya, 2004); Johanna Hamann Mazure, Leguía, el Centenario y sus mo-
numentos. Lima; 1919-1930 (Lima: Fondo Editorial de la Ponticia Universidad Católica del
Perú, 2015). Un interesante ensayo sobre el contexto urbano de Lima y el boom guanero en
el que fue erigido el monumento está en Natalia Majluf, Escultura y espacio público. Lima,
1850-1879 (Lima: IEP, 1994).
Procesos 49, enero-junio 201942
y fotografías de la época y en nuestros propios registros in situ, analizare-
mos las características formales del monumento, investigaremos el contexto
histórico en el cual el Estado gestó este homenaje escultórico, la postura de
los diarios nacionales e internacionales frente a esta obra, la elección de su
emplazamiento y las ceremonias de colocación de su primera piedra e inau-
guración.
eL monumento aL Combate deL dos de mayo
y La materiaLizaCión esCuLtóriCa de La unión ameriCana
Luego de que el mandatario José Balta (1868-1872) fuera asesinado, en
1872, los cinco presidentes que le sucedieron en la década de 1870 afronta-
ron, antes de la fatídica guerra con Chile (1879-1883), dicultades políticas
y económicas.
3
En ese ínterin Manuel Pardo y Lavalle asumió el mando del
país (1872-1876), en medio de una grave crisis política que rodeó su elección
como primer gobernante civil del Perú, y logró inaugurar el 29 de julio de
1874 el monumento al Combate del Dos de Mayo, propuesto por Mariano
Ignacio Prado el 3 de mayo de 1866.
4
A pesar de la crisis económica nacional el Estado peruano pudo destinar
100 mil soles para:
5
1. Nombrar en Francia una comisión pro monumento
presidida por Numa Pompilio;
6
2. organizar un concurso público “univer-
sal” en ese país, al que se presentaron 30 proyectos (gura 1);
7
3. seleccionar
un jurado destacado compuesto por miembros del Instituto de Francia; 4.
3. Jorge Basadre, Historia de la República del Perú 1933-2000, t. 7 (Lima: El Comercio,
2005), 106-107.
4. “La Prensa. Proclamación”, El Correo del Perú, 3 de agosto de 1872: 233; “La Prensa.
Exaltación al mando”, ibíd., 3 de agosto de 1872: 233; “Últimos acontecimientos del mes de
julio”, ibíd., 26 de julio: s. r.; Prado, “Decreto disponiendo se construya…”.
5. Teresa María Llona, Numa Pompilio Llona y el Monumento 2 de Mayo (Lima: CIP,
1966), 16-17.
6. De ascendencia colombiana, nació en Guayaquil en 1832. Luego de vivir en Co-
lombia, a los 14 años se trasladó con su familia a Lima. Estuvo bajo la tutoría de uno de
los fundadores del diario El Comercio. Siguió estudios en el Convictorio de San Carlos y se
graduó como abogado en la Universidad San Marcos, donde dictó un curso de estética y
literatura. Fueron sus discípulos Manuel Candamo y Javier Prado Ugarteche. Entre 1860
y 1862 fue cónsul de Perú en España; luego lo fue en Italia y asumiría la secretaría de la
Legación del Perú en París. ibíd., 4-10.
7. Entre los cuales participó Frederic Auguste Bartholdi, escultor de la estatua de la
Libertad de Nueva York, inaugurada en 1886, y que fue un regalo de Francia a los Estados
Unidos de Norteamérica por los cien años de su Independencia. Para la lista detallada de
participantes, véase ibíd., 10.
Procesos 49, enero-junio 2019 43
costear una exposición de los proyectos, en 1868, en el Salón de Honor del
Palacio de la Industria de París; 5. premiar a los tres concursantes nalistas;
8
6. comprar y trabajar los materiales: mármol y bronce; 7. solventar una expo-
sición de un simulacro del monumento con las piezas terminadas, en 1872,
en la Exposición de Bellas Artes de París, frente al Palacio de la Industria en
los Campos Eliseos; y 8. pagar los gastos del embalaje y transporte del mo-
numento, de 1.500 toneladas, de Europa al Callao y luego a Lima.
9
A los que
se suman los costos de su ensamblaje en esta ciudad y la ornamentación del
óvalo La Reyna, donde fue colocado.
Esta inversión habría sido mayor si el presidente de la Comisión, Numa
Pompilio, no hubiera: 1. Aceptado cobrar la mitad de su sueldo;
10
2. ahorra-
8. Los ganadores recibieron 200 mil francos, el segundo puesto 3 mil y el tercer puesto
2 mil. E. F. Le Preux, Un Album D’Architecte. 70 gravures acsompagnées de leur texte explicatif.
(París: Ch. Juliot Éditeur, 1874), 10.ª ed., Nueva York Public Library / Hathi Trust Digital
Library, https://babel.hathitrust.org/cgi/pt?id=nyp.33433068991805;view=2up;seq=6;si
ze=300.
9. Llona, Numa Pompilio Llona…, 9 y 10; Majluf, Escultura y espacio público…
10. Ibíd., 9.
Figura 1. Maquetas de los proyectos expuestos, en febrero de 1868, en el Salón de Honor
del Palacio de la Industria de París.
Fuente: Natalia Majluf, Escultura y espacio público. Lima, 1850-1879 (Lima: IEP, 1994).
Procesos 49, enero-junio 201944
do 30 mil soles de los 100 mil que el Estado le entregó;
11
3. abaratado costos
labrando el mármol en Carrara para no tener que importarlo a Francia; y 4.
conseguido una buena oferta parisina para trabajar los bronces.
12
A pesar de
que el Estado quedó satisfecho con los esfuerzos de Numa Pompilio, nunca le
pagó los 30 mil soles de premio ni le dio la medalla de oro que le prometió.
13
Desde el convulsionado año de 1874, el monumento al Combate del Dos
de Mayo se convirtió en el segundo de la ciudad, junto con el monumento de
Simón Bolívar (inaugurado en 1859), asociado a la Independencia peruana.
Asimismo, a diferencia de otros proyectos escultóricos limeños fallidos del
XIX, como al Día de la Independencia o a José de San Martín, u otros que tu-
vieron que esperar varios años para que se encaminaran, como el de Bolívar
(1825-1859),
14
este fue erigido luego de ocho años de haber sido propuesto
por primera vez (1866-1874).
15
Pero, a diferencia del monumento de 1859, que
principalmente homenajeaba al prócer venezolano y en segundo plano a las
batallas de Junín y Ayacucho, representadas en los relieves del pedestal; el de
1874 conmemoraba al combate y a todos los que participaron en la obtención
de la victoria naval, tanto peruanos como extranjeros. Es decir no se persona-
lizó escultóricamente el homenaje del combate en una sola persona, porque
se quería que este representara la unión peruana y americana contra España.
Por ello, con posterioridad se decidió incluir la estatua de José Gálvez,
16
héroe peruano muerto en el combate, según las bases del concurso que se
publicaron en París en octubre de 1867.
17
Pero, como se puede apreciar en los
proyectos nalistas y en el monumento ganador, la representación de Gálvez
11. Ibíd., 10.
12. En los cuales participó el escultor ayacuchano Luis Medina. Natalia Majluf y Luis
Eduardo Wuffarden, “El siglo XIX: entre tradición y modernidad”. En Arte Republicano, ed.
por Natalia Majluf y Luis Eduardo Wuffarden (Lima: Asociación Museo de Arte de Lima
/ Mali, 2015), 42-44.
13. Llona, Numa Pompilio Llona…, 4 y 5.
14. Sobre estos proyectos, consultar Rodolfo Monteverde Sotil, “Proyectos estatales
para erigir un monumento público a José de San Martín (Lima 1822-1921)”. Hacia el Bi-
centenario: 200 años de vida republicana (2010-2024). Revista electrónica del Vicerrectorado de
Investigación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, n.º 1 (2010): 41-59; del mismo
autor: “Proyectos estatales para erigir un monumento público al Día de la Independencia
y al general José de San Martín en la ciudad de Lima durante el protectorado (1821-1822)”.
En Concurso Juan Gunther. Investigaciones históricas sobre Lima, 239-248 (Lima: Gerencia Cul-
tural de la Municipalidad Metropolitana de Lima, 2014); y “Proyectos estatales y privados
para erigir un monumento público al general José de San Martín en Lima y el Callao (1822-
1921)” (tesis de licenciatura, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2014).
15. En el XIX el monumento que más rápido fue erigido en Lima, después de propues-
to, fue el de Cristóbal Colón (1853-1860).
16. “Algo que sería grave”, El Americano, 27 de agosto de 1872: 383.
17. Hamann Mazure, Leguía, el Centenario…, 36.
Procesos 49, enero-junio 2019 45
forma un componente escultórico más de la obra. Así, por primera vez, un
monumento estatal dedicado a un suceso histórico bélico peruano, producto
del esfuerzo grupal, fue erigido con éxito en Lima, el único hasta la fecha.
18
Problemas de corte legal del Estado con la casa parisina Dreyffus Freres et
Cie hicieron tambalear la presencia en el monumento de la escultura de José
Gálvez, y provocaron un retraso en la inauguración de la obra en Lima, por-
que en 1872 la rma Dreyffus, agencia nanciera del Perú en Francia, se negó
a pagar la escultura y los gastos de los ingenieros que irían a Lima a erigir el
monumento.
19
Desde 1869 esta casa tenía, a raíz de un sospechoso contrato con
el gobierno peruano, el cuasi monopolio de las nanzas peruanas como acree-
dor, agente nanciero y contratista del guano; lo que le permitió cobrar canti-
dades ingentes de dinero por comisiones, perjudicando la economía nacional.
Cuando Manuel Pardo ganó las elecciones presidenciales en 1872, se enfrentó
a la casa Dreyffus por asuntos contractuales y cobros indebidos.
20
Debido a este diferendo judicial, a modo de represalia, los franceses se
negaron a nanciar la escultura del héroe peruano y el viaje de los ingenieros
a Lima. El diario El Americano, publicado en París, se comprometió a cubrir
los costos del traslado de los especialistas al Perú, porque consideraban que
el monumento no solo representaba un suceso histórico peruano, sino que
era “un asunto eminentemente americano”;
21
ya que, además de simbolizar
el combate, también encarnaba la unión y victoria americanas frente a las
pretensiones hispanas de retomar sus antiguos dominios. Asimismo, desde
un inicio el Estado peruano resaltó, en las exigencias de las bases del concur-
so, la obligatoriedad de la representación escultórica de las naciones ameri-
canas y de todos los caídos que habían sido partícipes, de una u otra forma,
de la victoria naval de 1866.
22
Además, en las bases quedó especicado que
18. En general los monumentos públicos limeños dedicados la Independencia y le-
vantados en el XIX y primera mitad del XX, rindieron homenaje a Simón Bolívar, José de
San Martín (dos esculturas) y Antonio José de Sucre. En el caso de la guerra con Chile en
Lima se conmemoró escultóricamente a Francisco Bolognesi y Miguel Grau.
19. “Algo que sería…”, 383.
20. Alfonso Quiroz, Historia de la corrupción en el Perú (Lima: IEP, 2013), 206-226.
21. “Algo que sería…”, 383.
22. Para la investigadora Martínez Riaza, el combate de 1866 signicó la defensa del
prestigio y la reacción patriótica de todos los sudamericanos frente a la invasión española,
donde los primeros fueron asociados a la gura de David y España a la de Goliat. Además,
para el Perú la victoria en el enfrentamiento fue utilizada por el Estado como “palanca”
rearmadora de la Independencia y para impulsar los planes gubernamentales del man-
datario Mariano Ignacio Prado, quien buscaba ponerle punto nal a la crisis interna pro-
vocada por la caída del Estado guanero que sustentó el régimen del expresidente Ramón
Castilla. Por ello no llama la atención que, por ejemplo, el monumento fuera propuesto
por Prado al día siguiente de la victoria en El Callao. Ascensión Martínez Riaza, “El Dos
de mayo de 1866. Lecturas peruanas en torno a un referente nacionalista (1860-1890)”. En
Procesos 49, enero-junio 201946
las alegorías de estos países debían ser mucho más grandes que la escultura
de Gálvez, la cual podría ser hasta un busto: “en su composición [habrán]
cuatro estatuas, sentadas, o de pie, del doble del tamaño natural, que repre-
senten a las cuatro repúblicas aliadas […] Perú, Chile, Bolivia y Ecuador; y
también el busto o la estatua del coronel Gálvez […] se grabará en los lados
del monumento los nombres de los ciudadanos muertos”.
23
El concepto de unión americana comenzó a gestarse desde 1864, lue-
go de que las otas españolas ocuparon las islas guaneras Chincha. En la
Segunda Conferencia Interamericana, celebrada ese año en Lima, se rmó
un compromiso por la unidad continental, se señaló que la ocupación de
las islas peruanas constituía una amenaza para toda América, se propuso
crear una organización que reuniera a Colombia, Ecuador y Venezuela y se
acordó la aprobación de un convenio Postal, un Tratado de Unión y Alianza
Defensiva, un Acuerdo para la Conservación de la Paz y un Tratado de Co-
mercio y Navegación. Sin embargo, solo el primer acuerdo fue raticado por
Colombia.
24
Al año siguiente, en 1865, el boliviano Mariano Florentino Olivares pintó
Alegoría de la unión americana, en donde se aprecia a una indígena idealizada
con el torso descubierto blandiendo una espada con la mano derecha mien-
tras que con la izquierda sujeta un puñado de echas y abraza ocho banderas
entre las que resaltan la peruana, la chilena y la norteamericana. Con el pie
derecho pisa a un león yacente, representación de la corona española, el cual
gira la cabeza para mirarla temeroso (gura 2).
En 1866 Chile le declaró la guerra a España, lo cual originó una soli-
daridad continental. Mariano Ignacio Prado, presidente peruano, rmó un
tratado de Alianza ofensiva y defensiva con Chile y, a inicios de ese año, le
declaró la guerra a España y se unió al tratado Ecuador. Luego lo hizo Boli-
via, con la posibilidad que lo hicieran Colombia y Venezuela, si el conicto
se prolongaba. En febrero de 1866 se libró el combate de Abtao, donde las
escuadras de Perú y Chile vencieron a los navíos españoles. Esta derrota fue
minimizada por la prensa hispana, la cual también se burló y discriminó a
los tripulantes de los navíos chileno-peruanos.
25
Luego de incendiar el puer-
to de Valparaíso, las huestes hispanas se dirigieron al puerto de El Callao, en
donde se libró el combate del 2 de mayo.
La experiencia burguesa en el Perú (1840-1940), ed. por Carmen McEvoy (Madrid: Iberoame-
ricana, 2004), 391 y 394.
23. Hamann Mazure, Leguía, el Centenario…, 36.
24. Fabián Novak Talavera, Política exterior peruana. Las relaciones entre el Perú y Espa-
ña (1821-2000) (Lima: Ponticia Universidad Católica del Perú / IDEI / Fondo Editorial,
2001), 44 y 45.
25. Véase el diario parisino El Americano de mayo y junio de 1872.
Procesos 49, enero-junio 2019 47
Luego del combate en el puerto chalaco la situación fue delicada, ya que
el 21 de mayo de ese año el Congreso peruano le ordenó al Ejecutivo conti-
nuar la guerra contra España y le prohibió iniciar negociaciones con el país
ibérico.
26
En 1867 los Estados Unidos de Norteamérica fue mediador en el di-
ferendo. Al año siguiente, en 1868, se fundó el Club de la Unión en uno de los
extremos de la plaza Mayor de Lima, que funciona hasta la actualidad. En
1870 Mariano Ignacio Prado creó en el departamento de Huánuco la provin-
cia de Dos de Mayo.
27
En abril de 1871 José Balta, luego que derrocó a Prado,
26. Novak Talavera, Política exterior peruana…, 44 y 45.
27. Carmen Lozada de Gamboa, Perú: demarcación territorial (Lima: Fondo Editorial
del Congreso del Perú, 2000), t. I, 292.
Figura 2. Alegoría
de la Unión Ame-
ricana. Mariano
Florentino Oliva-
res, Tacna 1865.
Óleo sobre tela
adherida a nórdex,
51,5 x 40,5 cm.
Fuente: Museo de
Arte de Lima.
Procesos 49, enero-junio 201948
rmó un armisticio con España.
28
En 1875 se constituyó el distrito La Unión
como distrito capital de la provincia Dos de Mayo,
29
durante el gobierno de
Manuel Pardo. Dos años después, en agosto de 1879, terminaron los inciden-
tes diplomáticos entre Perú y España con la rma en París de un tratado de
paz denitivo,
30
cuando el Perú estaba afrontando la guerra con Chile.
De esta manera, en las décadas de 1860 y 1870, el monumento resultó
un excelente medio propagandístico de las estrategias geopolíticas del Perú,
que buscaban fortalecer la “unión” entre los países americanos frente a una
posible revancha bélica o nuevas intensiones expansionistas hispanas, como
quedó evidenciado en varias notas publicadas en El Americano en 1872 y
1873, las cuales resaltaron que el monumento no solo era la victoria peruana
de 1866, sino que también era la victoria de América;
31
discursos, que, como
veremos, quedaron plasmados en varios detalles escultóricos del monumen-
to que causaron una delicada polémica diplomática entre Perú y España
cuando la obra fue expuesta en París, a inicios de la década de 1870 antes de
ser inaugurada en Lima.
Gracias a un grabado publicado en un diario francés, donde se apre-
cian algunas de las maquetas de los proyectos expuestos en febrero de 1868,
en el Salón de Honor del Palacio de la Industria de París,
32
y a Un Album
D’Architecte, publicado por E. F. Le Preux en 1874,
33
donde guran los datos
de los tres nalistas y las láminas de sus proyectos, vemos plasmadas en
ellas las especicaciones estatales comentadas y sabemos que la tipología
escultórica elegida por la comisión fue la columna y el obelisco, coronados
por una alegoría alada y soportadas por un amplio pedestal, en el cual se co-
locarían cuatro grandes alegorías a las naciones americanas y una pequeña,
la de José Gálvez.
De los 30 concursantes, casi todos franceses,
34
a nes de febrero se eligie-
ron tres nalistas que lograron, respectivamente, el primer, segundo y ter-
cer puesto: 1. Patrie et Liberté, del arquitecto Edmond Guillaume y el escultor
Léon Gugnot; 2. Libertas, del arquitecto Davioud y del escultor Eudes; y, 3.
Toute puissance est faible á moins que d’être unie (todo poder es débil a me-
nos que esté unido), del arquitecto Simonet y los escultores Élias Robert y
Darvaut. Como vemos los títulos de los proyectos hacen alusión al contexto
28. Novak Talavera, Política exterior peruana…, 53.
29. Lozada de Gamboa, Perú: demarcación territorial, 292.
30. Véase Novak Talavera, Política exterior peruana…; Hamann Mazure, Leguía, el Cen-
tenario…
31. “Algo que sería…”, 383; “Dos de Mayo”, El Americano, 25 de mayo de 1873: 155.
32. Véase una fotografía del grabado en Majluf, Escultura y espacio público…, 5, gura 2.
33. Le Preux, Un Album D’Architecte…
34. Hamann Mazure, Leguía, el Centenario…, 36-37.
Procesos 49, enero-junio 2019 49
poscombate de 1866: patria, libertad y unión. En términos formales estos tres
proyectos son muy similares, sobre todo los dos primeros puestos, diferen-
ciándose el tercero por haber preferido colocar un medallón con el rostro de
Gálvez en vez de una escultura adosada a la columna (gura 3).
En el proyecto ganador se aprecia que el pedestal de dos niveles está
asentado sobre una base circular. En torno al primer nivel del pedestal hay
siete placas de bronce. Una de ellas contiene los nombres de los caídos que
pelearon en: Torre de la Merced, Batería de Chacabuco, Torre de Junín, Ba-
tería de Pichincha, Fuerte de Ayacucho, Batería de Maipú, Fuerte de Santa
Rosa, Batería Provisional, Batería de Abtao y Castillo de la Independencia
(Fortaleza del Real Felipe). Las otras seis placas poseen escenas del comba-
te. Para ejecutarlas, los artistas se basaron en detalles brindados por Numa
Pompilio:
35
1. Los preparativos para la defensa del Callao.
36
2. La Torre de la
Merced en pleno combate.
37
3. El contralmirante Méndez Núñez a bordo de
la fragata española Numancia.
38
4. José Gálvez dirigiendo a caballo el com-
bate.
39
5. La derrota de las embarcaciones españolas y su persecución.
40
6. Las
tropas vencedoras a su arribo a la plaza Mayor de Lima.
41
35. Llona, Numa Pompilio Llona..., 14.
36. En la parte central, primer plano, con una composición triangular, y delante de
la bandera nacional, está Gálvez con su equipo de militares y civiles planicando las es-
trategias del combate. Del grupo resalta el soldado semiarrodillado debajo de Gálvez,
desplegando un mapa sobre el suelo. En el segundo plano hay gran cantidad de personas
que realizan diversas labores en los terraplenes de las baterías, como el acomodo de las
municiones. De ellos, resalta un jinete con poncho en el lado derecho de la placa, y tres
civiles en el lado izquierdo. En el plano posterior, se aprecia el terraplén de la batería, parte
de la playa y las islas chalacas.
37. En el primer plano los soldados heridos son socorridos por sus compañeros, ci-
viles y bomberos. El escultor representó la explosión de una bomba a modo de rayos.
Detrás de ellos, está la Torre de La Merced donde los soldados disparan los cañones bajo
las órdenes de Gálvez, quien los dirige desde el lado izquierdo superior de la placa. Com-
plementan la escena navíos españoles que sucumben al ataque.
38. Llona, Numa Pompilio Llona…, 14. Fue representado mal herido y en el preciso
momento en que es atendido por un compañero, en medio de una escena dramática, con
el mar encrespado y el navío humeante por los impactos de los cañones chalacos.
39. Se aprecia a varios combatientes peruanos, heridos o muertos, debajo de los caño-
nes y junto a las municiones, como Gálvez lo haría cuando explotó la Torre de La Merced.
Completan la escena navíos españoles averiados, que se aprecian en el plano posterior.
40. Se ve a las naves hispanas que huyen humeantes mientras los botes peruanos
salen tras ellas, navegando entre restos de embarcaciones y de una bandera española, que
uno de los pasajeros del bote recoge como botín de guerra. En la parte superior y central
de la placa la alegoría de la Victoria sobrevuela la escena para llevarles coronas de laurel y
ramas de palma a los vencedores del combate.
41. Son reconocibles la Catedral de Lima, la Casa de Gobierno y la Municipalidad. En
medio del fervor patriótico de la multitud agrupada en la plaza, deslan soldados, com-
Procesos 49, enero-junio 201950
Las esculturas pedestres del segundo nivel del pedestal son las alego-
rías de las cuatro naciones americanas, Perú, Chile, Bolivia y Ecuador, de las
cuales, solo Bolivia no rmó ocialmente con el Perú un tratado de defensa
contra España en 1866. Este dato lo hemos tomado del diario El Americano.
42
Sin embargo Novak comenta que Bolivia sí se adhirió al tratado rmado por
Chile, Perú y Ecuador.
43
Estas cuatro alegorías, además de otros atributos
que las identican con los países que simbolizan, que a continuación de-
tallaremos, tienen talladas las iniciales de sus naciones en el pedestal, a la
altura de sus cabezas, y sobre ellas hay esculturas en bulto de sus escudos
nacionales en lo alto del segundo nivel del pedestal. Además, entre cada una
batientes civiles y bomberos que presiden un féretro llevado sobre una carreta. Algunos
del séquito recogen del suelo ores y coronas orales, que el pueblo les lanza, otro desla
con una banderola, mientras un compañero carga un mástil.
42. “Dos de Mayo”.
43. El tratado de Alianza Ofensiva y Defensiva entre Perú y Chile se rmó el 5 de
diciembre de 1865, al que 30 de enero de 1866 se adhirió Ecuador. Bolivia lo hizo meses
después, el 22 de marzo. Novak Talavera, Política exterior peruana…, 50.
Figura 3. Los tres nalistas del concurso. (A) Proyecto ganador, (B) Segundo lugar y (C)
Tercer puesto.
Fuente: E. F. Le Preux, Un Album D’Architecte. 70 gravures acsompagnées de leur texte explicatif
(París: Ch. Juliot Éditeur, 1874), 10.ª ed. Nueva York Public Library / Hathi Trust Digital
Library, https://babel.hathitrust.org/cgi/pt?id=nyp.33433068991805;view=2up;seq=6;si
ze=300.
Procesos 49, enero-junio 2019 51
Figura 4. Placas en el pedestal del monumento. A. Nombres de los fallecidos en la defensa
del Callao; B. Preparativos para el combate; C. Torre de la Merced responde al fuego bajo las
órdenes de José Gálvez; y, D. Fragata Numancia sucumbe a los bombardeos chalacos.
Foto: Rodolfo Monteverde Sotil, 2008.
Procesos 49, enero-junio 201952
Figura 5. Placas en el pedestal del monumento. A. José Gálvez visita uno de los frentes de
defensa; B. Huida y persecución de los navíos españoles; y C. entrada a la plaza Mayor de
Lima del séquito de triunfadores que llevan el féretro de Gálvez.
Foto: Rodolfo Monteverde Sotil, 2008.
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Figura 6. Alegorías de los países que pactaron una defensa contra los navíos españoles.
A. Perú, con José Gálvez mal herido. Nótese la espada faltante; B) Chile; C. Bolivia; y, D.
Ecuador.
Foto: Rodolfo Monteverde Sotil, 2008.
Procesos 49, enero-junio 201954
de estas cuatro alegorías, está tallada la palabra “Unión” dentro de un me-
dallón oval ornamentado con lazos y pliegos. Unión americana que además
está reejada con el agrupamiento de las alegorías, en torno al pedestal que
simbólicamente les protege las espaldas, en actitud de pasarse el tratado que
suscribieron antes del combate.
La alegoría del Perú, con gorro frigio y el rostro sereno (gura 6A), apoya
sobre el hombro izquierdo el pabellón nacional, el cual cubre parcialmente el
brazo y la pierna izquierda. Con el otro brazo protege la bandera irguiendo
una espada, de la que solo existe hoy la empuñadura. El largo ropaje que
viste la alegoría dibuja el muslo, rodilla y pierna derecha y deja entrever los
coturnos romanos que calza.
44
Entre otros atributos hay un camélido detrás
de la pierna derecha. A sus pies yace agónico José Gálvez sobre un saco de
arena, utilizado para aminorar el impacto del bombardeo español, y cerca
de una bala de cañón empleada para contrarrestarlo. Con la chaqueta de su
uniforme militar semiabierta y la cabeza inclinada hacia atrás sostiene una
espada, hoy rota, con la mano derecha y un largavista con la izquierda, em-
pleado para vigilar a la escuadra hispana (gura 7).
Debajo de la escultura de Gálvez, en el pedestal sobre el cual está semi-
rrecostado, se lee: “A los defensores del Perú y de la América que renovando
las glorias de la Independencia rechazaron la invasión española y sellaron la
unión americana en el Callao el 2 de mayo de 1866 la patria reconocida ha
elevado este monumento para memoria y ejemplo de las generaciones veni-
deras MDCCCLXXII [1872]”. Esta fecha no coincide con la inauguración del
monumento, realizada dos años después.
A la izquierda de la alegoría del Perú está la de Chile (gura 6B). Con los
brazos semiextendidos ofrece con la mano derecha sus armas al Perú,
45
hoy
faltantes, mientras que con la otra sostiene el tratado rmado, en actitud de
entregárselo a la alegoría de Bolivia, ubicada a su izquierda. La cabeza está
cubierta con una tela que enmarca su rostro serio. Sobre su largo vestido,
porta un poncho de guaso chileno. Resalta un cóndor que emerge detrás de
la pierna derecha en actitud de desplegar sus alas. La alegoría de Bolivia (-
gura 6C) tiene la cabeza, el cuello, los hombros y parte de la espalda cubier-
tas por la piel de un felino. Con el brazo derecho extendido recibe el tratado
que le ofrece Chile, mientras extiende el otro para dárselo a la alegoría de
Ecuador, que está a su izquierda. A diferencia de las demás, tiene el busto
descubierto. Semirrecostado sobre la pierna izquierda hay un niño desnudo
44. Calzado de suela de corcho grueso usado por los actores trágicos de la antigüedad
grecorromana para parecer más altos. Fue inventado por los griegos y adoptado por los
romanos, cubría hasta la pantorrilla. Real Academia Española de la Lengua, Diccionario de
la lengua española, 20.ª ed. (Madrid: Mateu Cromo / Artes Grácas, 2001), t. 4, 458.
45. Llona, Numa Pompilio Llona…
Procesos 49, enero-junio 2019 55
y detrás de la izquierda representaciones de mazorcas, echas en un carcaj,
un hacha y un arado.
Por último, la alegoría de Ecuador, a la izquierda de la de Bolivia y a la
derecha de la de Perú, tiene los brazos extendidos para recibir de Bolivia, con
la mano derecha, el tratado para alcanzárselo con la izquierda al Perú. Sus
largos cabellos trenzados caen sobre un poncho que le cubre hasta las panto-
rrillas. Debajo del poncho, su larga túnica se desliza sobre la pierna derecha,
que cruza sobre la izquierda, y deja entre ver los coturnos que calza. Detrás
de sus piernas están representados un caimán, plátanos, piñas y una urna
que derrama agua (gura 6D).
Sobre el pedestal se alza una columna rostral de fuste estriado. En su
parte inferior resalta la presencia de cuatro proas, representadas en bulto,
y relieves de ramas de laurel y coronas de guirnaldas, símbolo de la eterni-
dad de lo efímero,
46
mientras que en la parte alta del cuerpo de la columna
gura la fecha del combate, “II de Mayo”, tallada debajo de un capitel mixto
donde se aprecia la letra P, inicial de Perú, circunscrito por un medallón. En
46. Juan Eduardo Cirlot, Diccionario de símbolos (Barcelona: Labor, 1992), 232.
Figura 7. Escultura de José Gálvez.
Foto: Rodolfo Monteverde Sotil, 2008.
Procesos 49, enero-junio 201956
la actualidad se aprecia sobre el capitel una esfera, representación del globo
terráqueo, sobre la cual está parada la alegoría a la Victoria coronada con
laureles, con las alas semierguidas, el rostro sereno, la boca cerrada y los bra-
zos levantados, sujetando una espada con la mano derecha y una palma con
la izquierda, símbolos del martirio y la valentía, respectivamente. Su largo
vestido cae por su cuerpo, cubriéndole desde el torso hasta los talones de sus
pies descalzos (gura 8A).
Si comparamos la lámina del proyecto presentado a concurso,
47
la foto-
grafía de la exposición del monumento en París en 1872 y la litografía pu-
blicada el 18 de junio de ese año en el diario El Americano,
48
notaremos que
la alegoría a la Victoria contrasta con la que hoy vemos en Lima (guras 8A
y 8B). En un inicio los artistas franceses diseñaron una Victoria con las alas
muy erguidas, con gorro frigio en la cabeza, con rostro expresivo, la boca
abierta y sujetando una espada con la mano derecha y una corona de laure-
les y una palma con la izquierda, mientras que su vestido fue representado
agitado por el viento dejándole al descubierto el seno izquierdo.
A lo comentado sobre las características del monumento y lo que repre-
sentaba para la década de 1870 es entendible que la primera versión de la
alegoría no encajaba en lo que el Perú quería mostrar, es decir, entendemos,
una victoria objetiva y razonada más que emocional y subjetiva; más allá
de que fue cambiada por ser muy grande, por petición de Pedro Gálvez,
hermano de José Gálvez, en 1872, porque sus dimensiones podrían causar
problemas con la erección del monumento. Cuando llegaron las piezas del
monumento a Lima se colocó la segunda versión y la primera quedó aban-
donada a su suerte en El Callao por muchos años, a pesar de que se tenía
pensado colocarla en el Museo Nacional o en ese puerto. Cuando el ejército
chileno ocupó el Perú en 1881 la encontró en pésimo y deplorable estado y
decidió llevarla a Talca, tierra natal del coronel José Francisco Gana, quien
encabezó la ocupación chilena, en donde permanece hasta la actualidad:
los dos cajones que la contenían enfrentaban un constante deterioro, pues esta-
ban expuestos a la intemperie y se habían convertido en verdaderos urinarios
públicos, pudriendo los maderos de sus cajas: “el ángel o fama, que es de bronce,
tiene ya descubierta la cabeza, el seno y la parte de los brazos, y no se nota que
su color natural de bronce o amarillo, se va poniendo negro por efecto de la oxi-
dación que le va cayendo.
49
47. Le Preux, Un Album D’Architecte…
48. “El monumento del Dos de Mayo”, El Americano, 18 de junio de 1872: 221.
49. Milton Godoy Orellana, “ ‘Ha traído hasta nosotros desde territorio enemigo, el
alud de la guerra’: conscación de maquinarias y apropiación de bienes culturales du-
rante la ocupación de Lima, 1881-1883”, Historia, n.º 44 (2011): 306, http://revistahistoria.
uc.cl/index.php/rhis/article/view/93/87.
Procesos 49, enero-junio 2019 57
De esta manera la obra, de marcado estilo neoclásico, caracterizado por
su volumen, verticalidad e hieratismo de las esculturas de las cuatro nacio-
nes americanas, a excepción de la de José Gálvez, representado semiyacente
y con menores dimensiones, y las placas que perennizan los nombres de los
que dieron la vida y que resaltan las escenas más importantes del combate
y los festejos por haberlo ganado, resultó ideal para materializar la victoria
americana sobre España y el sentir patriótico nacional y americano acrecen-
tado luego del 2 de mayo de 1866. Estas características no le gustaron para
nada a España y ocasionaron una delicada tensión internacional entre Perú y
España cuando el monumento fue ensamblado y expuesto en París en 1872.
Al respecto, se publicó una nota en junio de ese año en el diario parisino El
Americano, como respuesta al reclamo español, difundido en el diario francés
Le Gaulois, que exigía que el monumento fuera retirado:
a pesar del silencio del bronce y del mármol - contra los avances armados de
la Europa en América, [el monumento] es una protesta contra la expedición de
Méjico, contra el bombardeo de Valparaíso y contra la injusticia y arrogancia de
Figura 8. Alegorías a la Victoria. A. Una de ellas fue colocada en el monumento; B. La otra
fue guardada en los depósitos del Callao, a la espera de ser erigida en otro monumento.
Las tropas chilenas se la llevaron a Talca-Chile.
Fotógrafos: A. Rodolfo Monteverde Sotil, 2008; B. Cedida por Ernesto Monteverde PA, 2016.
Procesos 49, enero-junio 201958
alguno de estos gobiernos, que tomando la fuerza por razón, pretender humillar
a las jóvenes Repúblicas del Nuevo Mundo […] ¿Cómo ha de gustar tampoco a
los reaccionarios de España, a los que han aplaudido las expediciones descabe-
lladas, que el monumento conmemorativo del combate del Callao, en que los pe-
ruanos se condujeron con todo el valor y decisión propia de hombres, se exhiba
a los ojos de toda Europa.
50
Esta nota hace alusión al plan expansionista hispano, puesto en marcha
en 1862, que incluía intervenir el norte africano, anexar Santo Domingo a
España y, junto con Francia e Inglaterra, entrometerse en México.
51
También
incluía, luego de bombardear Valparaíso, hacer lo mismo con El Callao; pero
en mayo de 1866 las cosas no resultaron favorables a España. A partir de en-
tonces, los españoles difundieron en su país falsas historias aduciendo que:
1. habían incendiado y tomado el puerto chalaco; 2. restaron importancia al
evento alegando que su escuadra era muy modesta en comparación a las
“murallas de granito blindadas” del puerto; 3. menospreciaron a los perua-
nos diciendo que el día del combate estaban ebrios y bajo el mando del ejér-
cito norteamericano;
52
y 4. señalaron que lo sucedido en El Callao no fue una
derrota sino una retirada oportuna.
53
Por ende, los españoles también le restaron valor artístico al monumen-
to. Luego de la exposición parisina de 1872, difundieron la idea de que el
monumento era de menor calidad y menospreciaron a las alegorías de las
naciones americanas aludiendo que “Como obra de arte el monumento vale
poco y menos vale como inspiración. Representar a cuatro Repúblicas de
origen latino por mujeres indígenas, vencidas por la civilización de la cruz,
solo se le ocurre a la mollera del chorlito del director de la obra”.
54
Además,
difundieron, a través de La Gaceta española, que Chile se había opuesto a la
inversión económica del monumento, ya que prefería que se le cancelara la
que había hecho en el combate de 1866, impaga por seis años y que ellos “irán
al Callao por ese juguete de pascua para niños de escuela [el monumento]”.
55
50. “El monumento del Dos…”.
51. Percy Cayo Córdova, República. Enciclopedia temática del Perú, t. III. (Lima: El Co-
mercio, 2004), 51.
52. Véase el diario El Americano de mayo y junio de 1872.
53. Durante el reinado de Isabel II (1833-1868) se crearon condecoraciones especiales
para los héroes españoles del combate y en las primeras décadas del XX se trazó en Ma-
drid la plaza del Callao. Martínez Riaza, “El Dos de Mayo…”, 394-395.
54. “El monumento del Dos…”; “El 2 de Mayo”, El Americano, 2 de julio de 1872: 250.
55. Ibíd.
Procesos 49, enero-junio 2019 59
inauguraCión y empLazamiento deL monumento
aL Combate deL dos de mayo en Lima (1874)
El monumento pudo haberse erigido en el puerto del Callao no solo por
haber sido el escenario del combate, sino porque la fecha del enfrentamiento
bélico era la celebración principal del puerto. En una nota de 1870, publi-
cada en El Comercio, ad portas de celebrarse 49 años de la Independencia, se
comentó en el puerto “nuestra esta es el 2 de Mayo; toca a los limeños la
celebración del 28 de Julio”.
56
De esta manera, a solo cuatro años de que el
Estado declarará como los tres sucesos patrióticos más importantes del Perú
la Proclama de la Independencia, la Batalla de Ayacucho y el Combate del
Dos de Mayo,
57
poco a poco el puerto chalaco hizo suya la celebración de la
victoria naval.
Al revisar los diarios El Comercio y La Patria, de nes de la década de
1860, inicios de la década de 1870 y de 1874, año de la inauguración del mo-
numento en Lima, los festejos chalacos del combate resaltan en comparación
a los de Lima, que son casi inexistentes.
58
Por ejemplo, en mayo de 1874,
el diario La Patria mencionó que las estas por el aniversario del combate
duraron tres días en El Callao, mientras que no registró celebración pública
alguna en Lima.
59
Caso contrario, durante todo este tiempo, las estas pa-
trias de julio fueron exclusividad de Lima, ya que brillaron por su ausencia
en El Callao.
60
Pero El Callao nunca fue la primera opción en los planes estatales, ya que
en el decreto de 1866 nunca se mencionó el lugar donde debía levantarse el
monumento. De esta manera, en 1874 los chalacos acostumbrados a celebrar
el recuerdo del combate con esculturas efímeras, por lo menos desde 1867,
61
tuvieron que viajar en julio de ese año hasta Lima para presenciar la inaugu-
ración del monumento y unirse a las celebraciones patrias que consideraban
exclusividad de los limeños. Estas celebraciones se vieron opacadas por el
azote de la escasez económica, la desazón por la compleja y convulsionada
56. “Crónica interior. Callao”, El Comercio, 25 de julio de 1870: s. r.
57. “Fiestas cívicas”, El Comercio, 10 de julio de 1866: s. r.
58. “Callao”, La Patria, 24 de abril de 1874: s. r.; “Callao”, ibíd., 25 de abril de 1874: s.
r.; “Callao”, ibíd., 1 de mayo de 1874: s. r.; “Consejo Provincial Dos de Mayo”, ibíd., 24 de
abril de 1874, s. r.
59. “Callao”, ibíd., 4 de mayo de 1874, s. r.
60. Rodolfo Monteverde Sotil, “Monumentos públicos efímeros erigidos en el Callao
para celebrar los aniversarios del Combate del Dos de Mayo y la Independencia nacional
(1866-1871)”, Arkinka. Revista de Arquitectura, diseño y construcción, n.º 254 (2017): 104-111.
61. “Crónica interior. Callao. Programa”, El Comercio, 29 de abril de 1867: s. r.
Procesos 49, enero-junio 201960
realidad nacional en la cual muchos militares, excombatientes en la guerra de
la Independencia, habían complicado el progreso del país y habían causado
terribles guerras civiles. Incluso existían denuncias de que el Estado no quería
reconocer a todos los que habían peleado en el combate de 1866, y el mismo
día de la inauguración del monumento las palabras de quien fue considerado
héroe máximo del enfrentamiento naval, Mariano Ignacio Prado, fueron has-
ta cierto punto no muy bien recibidas por la prensa y los asistentes.
62
Como dijimos, desde un inicio no se sabía dónde se iba a colocar el mo-
numento. La decisión nal fue tomada con prisa pocos años antes de ser in-
augurado, ante la preocupación de que los trabajos del monumento estaban
bastante avanzados.
63
Esto queda evidenciado en la fecha de la colocación de
la primera piedra del monumento (2 de mayo de 1873), siete años después
de haber sido propuesto y casi un año y tres meses antes de inaugurado. Es
más, en una fotografía de 1874 se puede apreciar que las obras de implemen-
tación del antiguo óvalo de La Reyna, para contener al monumento, están in-
conclusas, ya que algunas lajas de piedra están sueltas y repartidas en torno
al monumento y los escalones a desnivel del óvalo mandado a construir por
el virrey O’Higgins aún son visibles.
64
Es más, las primeras informaciones
sobre la renovación de esta plaza corresponden al año en que se inauguró el
monumento (guras 9A y 9B).
65
El óvalo de la Reyna (gura 10) se localizaba en épocas virreinales fuera
de la muralla que rodeaba a Lima. En él se iniciaba el camino al Callao, que
desde la década de 1850 se hallaba en mal estado de conservación.
66
El óvalo
de la Reyna distaba más o menos un kilómetro del segundo óvalo donde
Monteagudo colocó, en 1822, la primera piedra del fallido monumento al
Día de la Independencia. Al respecto, en julio de 1874, cuando se inauguró el
62. “Últimos acontecimientos del mes…”; “Fiestas cívicas, mensaje”, El Correo del
Perú, 2 de agosto de 1874: 241.
63. Majluf, Escultura y espacio público…, 14.
64. Fotografía anónima, ca. 1874, publicada en Arte Republicano. Colección Museo de Arte
de Lima, ed. por Natalia Majluf (Lima: Mali / Sura, 2015), 43.
65. Véase Majluf, Escultura y espacio público…, 44, donde cita un documento del Archivo
del Ministerio de Relaciones Exteriores, Servicio Diplomático del Perú, Legación en Francia, código
5-14, 1974, n.º 4.
66. En 1850 el viajero chileno Lastarria comentó que el camino ya no existía y que la
portada estaba en muy mal estado. José Victorino Lastarria, “Lima en 1850”. En Viajeros
del Perú Republicano, ed. por Alberto Tauro del Pino (Lima: Universidad Mayor de San
Marcos, 1967 [1850]), 78. Diez años después, Manuel Atanasio Fuentes relataba que sus
árboles estaban descuidados, las vías destrozadas y con frecuencia eran anegadas por los
desbordes de las acequias. Manuel Atanasio Fuentes, La ciudad de los Reyes y la guía del via-
jero en Lima (Lima: Instituto Latinoamericano de Cultura y Desarrollo / Llax Gráca Eirl,
1998 [1860]), 145.
Procesos 49, enero-junio 2019 61
Figura 9. Monumento al Combate del Dos de Mayo en el ex óvalo La Reyna, rebautizado
como plaza Dos de Mayo. A. se aprecia el ensamble de las piezas, meses antes de que se
le inaugurara. En la parte posterior se ve la portada del Callao (echa amarilla); y, B. foto-
grafía de 1874 donde se aprecia los cimientos de la portada (echa amarilla), el enrejado
inconcluso y las graderías de la ex plaza de la Reyna (echa blanca).
Fuente: Imágenes cedidas por Ernesto Monteverde PA, 2017.
monumento al Combate del Dos de Mayo, el presidente Manuel Pardo justi-
có su ubicación de manera más diplomática que simbólica: “he querido que
fuera colocado aquí cerca del sitio, en que San Martín plantó el árbol de la
libertad [monumento al Día de la Independencia] con el propósito, de que la
proximidad del lugar asocie en la historia [estos] dos recuerdos”.
67
Además
del error histórico, ya que el protector estuvo ausente en la colocación de la
primera piedra de 1822, el presidente no dijo si iba a retomar la iniciativa de
este monumento ni tampoco mencionó que su ubicación se debía porque
ahí iniciaba el camino que llevaba al puerto, escenario del combate de 1866.
A pesar de que la colocación de la primera piedra del monumento se reali-
zó el viernes 2 de mayo de 1873, ceremonia comentada a grandes rasgos en los
diarios limeños,
68
no se lo inauguró al año siguiente en esa fecha sino el día
67. Majluf, Escultura y espacio público…, 14 y 15; se basaba en La Opinión Nacional, 31 de
julio de 1874.
68. Por ejemplo, El Correo del Perú menciono: “Ayer tuvo la gran revista, en celebridad
del glorioso ‘2 de mayo’ […] formaron 1.500 hombres del ejército y 5.000 […] de la Guardia
Nacional del Callao y Lima […] hoy a tenido lugar la apertura de una escuela gratuita […]
Figura 10. Plano del antiguo camino al Callao y sus óvalos, mandados a construir por el virrey O’Higgins.
Fuente: Redibujado a partir del esquema realizado por Unanue en 1810. Hipólito Unanue, “Discurso histórico sobre el nuevo camino del
Callao, construido de orden del ilustrísimo señor marqués de Osorno, virrey gobernador y capitán general del Perú, por el Doctor Hipó-
lito Unanue 1810”. En Documentos Literarios del Perú. Colectados y arreglados por el coronel de caballería de ejército fundador de la Independencia
Manuel de Odriozola, t. VI, 353-366 (Lima: Imprenta del Estado, 1874).
Figura 11. Plano de Lima de 1879.
Fuente: Basado en Juan Günther Doering, selección, introducción y notas. Planos de Lima 1613-1983 (Lima: Municipalidad de Lima
Metropolitana / Petroperú / COPE, 1983).
Procesos 49, enero-junio 201964
que se celebró la Proclama de la Independencia. Esto tiene dos explicaciones:
1. en Lima la esta patriótica más importante era la de julio y no la de mayo,
por ende el monumento debía ser inaugurado durante las celebraciones de
las “estas julias”, y 2. se buscó celebrar en un mismo día el aniversario 53 del
inicio de la República peruana junto con la victoria naval que selló la Inde-
pendencia peruana y americana. Recordemos, además, que tres años antes se
habían festejado los 50 años de la Proclama de la Independencia. Por ello, no
llama la atención que en julio de 1874 los alumnos del Convictorio de San Car-
los reclamaran un monumento a San Martín y que el día de la inauguración
del monumento al combate, que selló denitivamente la emancipación de
España, hubieran carros alegóricos dedicados al Protector, Bolívar y Sucre.
69
Pensamos que la elección de este óvalo responde a dos motivos asociados:
1. la reformulación del espacio físico de Lima con la caída de la muralla;
70
y 2.
las cualidades del monumento y lo que representaba para el Perú y América.
Desde mediados de la década de 1860 había intenciones ediles de derribar
las murallas virreinales que rodeaban a Lima, sobre todo por cuestiones de
salubridad y seguridad.
71
La guerra con Chile (1879-1883) paralizó toda obra
pública.
72
Luego de ella se logró casi por completo derrumbar la muralla e
iniciar la expansión urbana a espacios considerados extramuros, que consis-
tían en grandes áreas boscosas deshabitadas. Así, los antiguos tramos de la
muralla dieron paso a una gran avenida, cuya escala era mayor a cualquier
vía virreinal, tanto en ancho como en largo. Esta fue denominada Circunva-
lación, porque rodeaba a la vieja ciudad (gura 11).
La elección del óvalo La Reyna para colocar el monumento signicó la
destrucción de la alicaída portada del Callao que, al igual que el camino, des-
de la década de 1850 estaba en mal estado, a pesar de que era considerada
una de las mejores obras arquitectónicas virreinales (gura 12).
73
Su derroca-
y se ha puesto la primera piedra para erigir el monumento, que diga a los siglos venideros,
la gloria que alcanzó el pueblo peruano el 2 de mayo de 1866”. “La prensa. Asuntos prin-
cipales de que se han ocupado los diarios de esta capital en la presente semana”, El Correo
del Perú, 3 de mayo de 1873: 137.
69. La nota periodística no señala mayores datos, “Fiestas cívicas, mensaje”; Majluf,
Escultura y espacio público…, 35.
70. Ibíd.
71. Gabriel Ramón Joffré, “El guion de la cirugía urbana: Lima 1850-1940”. En Ensayos
en Ciencias Sociales: premio nacional en Ciencias Sociales (Lima: Universidad Nacional Mayor
de San Marcos / Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales, 2004), 17 y 21.
72. Jorge Basadre, Historia de la República…, t. 11, 237.
73. Tenía “tres puertas [...] Su planta [estaba] en la línea de la muralla […] Su basa-
mento de cantería y de mampostería na de ladrillo el cuerpo y decoraciones, arregladas
a un orden jónico compuesto. En el frontón se lee: Imperante Carolo IV-ANNO MDCCC.
Sobre un cuadro de la puerta derecha: PRO REGE MARCHIONE AB OSORNO. Sobre otro
Figura 12. Portada del Callao. A. Dibujo publicado por Unanue en 1810; y, B. Fotografía de
1865. Compárese el deterioro que sufrió en solo 55 años.
Fuente: Tomado de Alexander Gardner, Rays of sunlight from South America. Washington:
Philp and Salomons, 1865. Library of Congress EE. UU., Digital Colections, http://lcweb2.
loc.gov/cgi-bin/ampage.
Procesos 49, enero-junio 201966
miento fue criticado en el diario El Correo del Perú en junio de 1874.
74
En esa
nota se mencionó que en la desaparecida portada, separada 10 metros del
óvalo, se hubieran colocado: 1. relieves alegóricos al combate en sus paredes,
2. un carro a la gloria de 1866 en la parte superior y 3. denominársele Arco
del Triunfo del Dos de Mayo, porque por ella entraron a Lima los héroes del
combate. Además propuso que: “la columna de la Victoria que se está levan-
tando a 10 metros del sitio que ocupó la puerta tradicional de Lima, púdose
erigir a 500 metros de distancia sobre el camino […] en una plaza en la que
habría encontrado el público solaz y descanso y el viajero campo abierto
para admirar dos monumentos: La Victoria y el Arco del Triunfo”.
75
Los tramos de la nueva avenida Circunvalación siguieron el modelo
francés de los grandes boulevards intercomunicados a través de óvalos,
76
ins-
pirados en las propuestas de Haussmann. Propuestas que también se hacen
evidentes en la concepción de un monumento de grandes dimensiones para
ser colocado en un espacio también de considerables proporciones.
77
Por
ello, el espacio ideal para colocar el monumento fue el óvalo de La Reyna,
que había quedado dentro del tramo de la nueva avenida Circunvalación y
que tomó el nombre de plaza Dos de Mayo. Además, de este óvalo partía
otra gran vía: el camino al Callao. Es así como la nueva planicación urbana
de Lima y la proyección estética del monumento inuenció al momento de
de la izquierda: SUMTIBUS COMMERCII LIMANI CONSULATUS. CURANTE. DON
ANTONIO ELIZALDE. EQUITE AUREATO. Tiene por remates las armas del Rey en el
medio, las de la ciudad a la derecha, y las del Consulado a la izquierda.” Hipólito Unanue,
“Discurso histórico sobre el nuevo camino del Callao, construido de orden del ilustrísimo
señor marqués de Osorno, virrey gobernador y capitán general del Perú, por el Doctor
Hipólito Unanue 1810”. En Documentos Literarios del Perú. Colectados y arreglados por el coronel
de caballería de ejército fundador de la Independencia Manuel de Odriozola, t. VI, (Lima: Imprenta
del Estado, 1874), 363. El 10 de abril de 1822 un decreto rmado por el supremo delegado,
Monteagudo, mandó que en “el segundo ático de la portada que mira al Callao se resta-
blecerá la siguiente inscripción sobre una lámina de bronce: Se fabricó siendo Virrey del
Perú D. Ambrosio O’Higgins. Ningún español siguió su ejemplo”. La decisión, que iba
en contra de todos los decretos dados en aquella época para retirar de espacios públicos
nombres y emblemas hispanos, se debió a que la portada y el camino fueron considerados
“dignos de representar una época de la antigua administración, debidos a un gobernante
extranjero”. José Bernardo de Torre Tagle, “Decreto ordenando colocar una inscripción
en memoria del virrey D. Ambrosio O´Higgins” (1822), Archivo digital de la Legislación del
Perú, http://www.congreso.gob.pe/ntley/Imagenes/LeyesXIX/1822117.pdf. Para la dé-
cada de 1860, Fuentes resalta el mal estado de la portada: “todos esos escudos y las bases
en que descansaban se derribaron, hace algunos años, conservándose por único adorno
sobre las puertas, una simple cornisa”. Fuentes, La ciudad de los Reyes…, 145.
74. “Portada del Callao”, El Correo del Perú, 7 de junio de 1874: 179.
75. Ibíd.
76. Castrillón, “Escultura monumental y funeraria…”.
77. Majluf, Escultura y espacio público…, 15.
Procesos 49, enero-junio 2019 67
pensar en un lugar para inaugurarlo; primando sobre la elección del puerto
del Callao como escenario del combate y espacio simbólico a homenajear.
Pero este monumento de grandes dimensiones fue desproporcionado
para Lima, ya que estas nuevas avenidas sin pavimentar estaban casi deso-
ladas en el década de 1870, por ello, como comenta la investigadora Majluf
“la dimensión de la obra parecía incongruente y hasta ridícula en medio de
las humildes edicaciones de un solo piso que la rodeaban”
78
(gura 13).
Habría que esperar algunos años para que estas avenidas fueran pavimen-
tadas, se construyeran aceras para peatones y en su entorno comenzaran a
levantarse edicios públicos y privados,
79
como las casas de marcado estilo
78. Ibíd.
79. Muchas de las construcciones ejecutadas en la avenida Circunvalación, desde -
nes del XIX, fueron un negocio especulativo apadrinado por la corrupción en la contrata-
ción de obras públicas, en el cual Enrique Meiggs estuvo involucrado desde la demolición
de las murallas virreinales. Quiroz, Historia de la corrupción…, 218.
Figura 13. Fotografía del último tercio del XIX. Vista de norte a sur. Nótese la zona casi
desolada y las dimensiones modestas de los inmuebles en comparación al monumento.
Tomado de “Plazas y plazuelas”.
Fuente: Archivo fotográco de la Municipalidad Metropolitana de Lima, caja 1, 2008.
Procesos 49, enero-junio 201968
afrancesado que se construyeron alrededor de la plaza Dos de Mayo en las
primeras décadas del XX.
80
Las escuetas palabras del presidente peruano Manuel Pardo, pronuncia-
das durante la inauguración del monumento al Combate del Dos de Mayo,
que hicieron alusión al monumento al Día de la Independencia (propuesto
en 1822), en cierta medida mantenían vigentes las intenciones del Protec-
torado de San Martín, que buscó que el monumento decimonónico fuera
visto por todo aquel que entrara a la ciudad a través del camino al Callao.
En 1874 ya no existían las murallas, ya no existía la Portada del Callao, pero
el camino al puerto seguía vigente y aún era el principal para llegar a Lima;
y el monumento inaugurado por Pardo era la materialización de la libertad
denitiva frente a España. Recordemos que Torre Tagle deseaba que en la
cima del monumento al Día de la Independencia estuviera una alegoría a
la Libertad que debía ser vista desde lejos.
81
Ahora, 52 años después, lo que
se vería sería la alegoría alada a la Victoria obtenida luego de vencer a los
hispanos en el puerto Chalaco.
La ubicación del monumento en Lima, uno de los proyectos escultóricos
más ambiciosos del XIX, debe ser también entendida dentro del contexto del
programa urbanístico y simbólico, iniciado en la década de 1870, que se tenía
proyectado para con la nueva avenida Circunvalación y que se prolongaría
hasta las primeras décadas del siglo XX. En pocos años, la muralla había
comenzado a caer y en sus antiguos trazos se había empezado a planear y
a inaugurar importantes y modernos edicios públicos que simbolizaban el
progreso y la modernidad de la época. Este programa urbanístico inició a
nes de la década de 1860, cuando el 2 de agosto de 1869 (cuatro días antes
del aniversario de la Batalla de Junín) el presidente Balta decretó que el 9 de
diciembre de 1870 (aniversario de la Batalla de Ayacucho) “se abriera una
exposición nacional de productos naturales, agrícolas y manufacturados de
plantas y animales útiles extranjeros”, a realizarse en lo que sería el Parque
y Palacio de la Exposición, que debía inaugurarse el 28 de julio de 1871 (cin-
cuenta aniversario de la Proclama de la Independencia),
82
lo cual no sucedió
sino hasta inicios de julio del año siguiente, en medio de una grave crisis
80. Castrillón, “Escultura monumental y funeraria…”.
81. De Torre Tagle, “Decreto disponiendo se haga una función cívica con asistencia
del Gobierno y de los empleados públicos” (1822b), Archivo digital de la Legislación del Perú,
http://www.congreso.gob.pe/ntley/Imagenes/LeyesXIX/1822110.pdf.
82. “Ocio n.º 54”, Archivo de la Municipalidad Metropolitana de Lima, Concejo Pro-
vincial de Lima, Mesa de Partes, exp. P, n.º 2065, f. 345, serie 1, semestre 2, 23 de septiembre
de 1966.
Procesos 49, enero-junio 2019 69
política
83
y del escándalo por la exorbitante inversión estatal que se hizo para
nanciar la obra.
84
Tanto el Parque como el Palacio, cuyas estructuras fueron atribuidas a la
Casa Eiffel de París,
85
imitaban el modelo de las grandes y modernas expo-
siciones europeas.
86
En una fotografía de 1872 se aprecia el parque rodeado
por desoladas extensiones de bosques, parte del Parque de la Exposición y,
en el plano posterior, se ve a lo lejos un tramo de la muralla de Lima. Al par-
que se ingresaba a través de tres arcos y diez puertas secundarias;
87
una de
estas portadas aparece en la fotografía de 1872, la cual fue construida a modo
de arco triunfal de marcado estilo neoclásico, con tres vanos y una alegoría
a la Patria en la parte superior del entablamento.
88
Con prontitud este nuevo
espacio público pasó a ser uno de los más importantes y exclusivos de la
nueva ciudad extramuros de nes del XIX.
89
Por ejemplo, en enero de 1874,
se comentó en El Correo del Perú:
os hablaré del Palacio de la Exposición […] bello edicio donde podrían tener
lugar muchas y variadas diversiones […] que bellos conciertos se pudieran dar
en esos hermosos salones […] por lo general la concurrencia que pasea el Palacio
se compone de lo más selecto de nuestra sociedad, y de los extranjeros que van
allí a recordar los parques extranjeros.
90
Un año después de la inauguración del monumento al Dos de Mayo, con
motivo de una peste de ebre amarilla,
91
que azotó Lima y El Callao, se estre-
nó en 1875 un hospital moderno en el extremo este del segundo curso de la
avenida Circunvalación. Este nosocomio fue bautizado como Dos de Mayo,
en homenaje al combate naval de 1866. Cabe resaltar que tanto el palacio de
83. “Asesinato del presidente de la República del Perú”, El Americano, 20 de agosto
de 1872: 362; “La exposición de Lima”, ibíd., 20 de agosto de 1872: 367; “El Museo de Arte
de Lima y su historia”. En Guía Mali (Lima: Asociación Museo de Arte de Lima, 2015), 7.
84. Se invirtieron 2 millones de soles en la obra, generando escándalo en Lima entre
1869 y 1872. Atanasio Fuentes, encargado de ejecutarla, fue acusado de haber recibido
parte de los fondos del proyecto. Quiroz, Historia de la corrupción…, 219.
85. “El Museo de Arte…”, 7.
86. Natalia Majluf, “La mirada hacia Europa”. En Enciclopedia temática del Perú. Arte y
arquitectura, t. XV (Lima: El Comercio, 2004), 118.
87. “El Museo de Arte…”, 9.
88. En la actualidad esta portada estaría orientada al hotel Sheraton, en donde antes
funcionaba el Panóptico de Lima.
89. Giovana María Bassi Cendra y Sandra Lucía Zavala Pucker, “Evolución y desa-
parición de la Alameda de Acho”. En Concurso Juan Gunther. Investigaciones históricas
sobre Lima (Lima: Municipalidad Metropolitana de Lima, 2104), 134.
90. “Puchero”, El Correo del Perú, 25 de enero de 1874: 30.
91. Joffré, “El guion de la cirugía…”.
Procesos 49, enero-junio 201970
la Exposición como el hospital fueron considerados las construcciones más
importantes de la década de 1870, ambos construidos por arquitectos italia-
nos (Luis Sadá y Antonio Leonardi) y los dos son de estilo neo renacentista.
92
En un plano de Lima de 1879,
93
año del inicio de la guerra con Chile, se
aprecia, además de lo descrito: a. los antiguos trazos de la muralla y los reco-
rridos de los tramos de la avenida Circunvalación; b. la presencia de un nue-
vo espacio abierto octogonal, al norte y muy cerca de la plaza Dos de Mayo,
al que se ha denominado de la Unión y del cual se prolonga hacia el oeste
una avenida del mismo nombre; y c. al este del Parque de la Exposición, en
lo que sería el actual distrito de la Victoria, se tenía planeado construir un
nuevo edicio para el Palacio de Gobierno y para el Palacio Legislativo, uno
frente a otro pero separados por una plaza ortogonal. De esta manera se
planeaba cambiar la conguración no solo espacial, sino también simbólica
de la ciudad de Lima, al sacar el Palacio de Gobierno del centro en donde
Pizarro fundó la ciudad y del espacio en donde al iniciarse la República se
instaló el Congreso. Pero en 1880, en plena guerra, en un plano de ese año,
94
no se ve lo expuesto en el plano del año anterior, así como tampoco se apre-
cia la proyección de la nueva traza urbana extramuros propuestos antes de
la guerra, en vez de la cual solo hay una profusa vegetación
Así, en 1879 el Perú se enfrentó a Chile catorce años después de que lu-
charon juntos contra España. Mariano Ignacio Prado, elevado al mismo nivel
que San Martín y Bolívar luego del Combate del Dos de Mayo,
95
abandonó a
inicios de la guerra, con triquiñuelas, las riendas del Perú durante su segun-
do mandato presidencial (1876-1879). Entre 1881 y 1884 Lima fue invadida
por el ejército chileno. Todas las veces que entraron a Lima provenientes
del Callao, y viceversa, vieron asombrados y codiciosos en el monumento
al Combate del Dos de Mayo
96
la alegoría a su país al lado de la peruana y
leyeron la inscripción “unión americana” mientras sabían que una escultura
92. Nanda Leonardini Herane, “Los italianos y su inuencia en la cultura artística
peruana en el siglo XIX” (tesis de Doctorado, Universidad Nacional Autónoma de México,
1998), 55; Majluf, “La mirada hacia…”, 118.
93. “Compañía de obras Públicas y fomento del Perú. Terrenos transferidos a la tes-
tamentaria de Don Enrique Meiggs”, Lima, 1879. Emilio Harth-Terré Photograph Collec-
tion, (1930-1970), Tulane University, Latin American Library, Image Archive/Collection
02, caja 36, f. 5.
94. Juan Günther Doering, selección, introducción y notas, Planos de Lima 1613-1983
(Lima: Municipalidad de Lima Metropolitana / Petroperú / COPE, 1983).
95. “sobre San Martín se reejan las glorias de Maipú; sobre Sucre las de Ayacucho;
sobre Bolívar las de Boyacá y Junín; y sobre las de Prado las del Callao”. En El Callao he-
roico y glorioso 1836-1936. Monografía de la Provincia Constitucional del Callao en homenaje a su
primer centenario político (Callao: Minerva, 1936), 297.
96. Godoy Orellana, “ ‘Ha traído hasta…”.
Procesos 49, enero-junio 2019 71
similar a la alegoría a la Victoria se levantaba en su tierra, llevada ahí como
presea de guerra.
epíLogo
El monumento estatal al Combate del Dos de Mayo propuesto al día
siguiente del enfrentamiento fue inaugurado en menos de una década. Este
no solo rinde homenaje al combate sino a la unión americana a través de sus
alegorías escultóricas a cuatro países sudamericanos y a inscripciones talla-
das en el mármol que resaltan dicha unión. El gobierno peruano invirtió, con
gran esfuerzo, en las postrimerías del boom guanero, una suma considerable
para que el monumento fuera gestado en Francia, la cuna de la libertad,
la igualdad y la fraternidad. Pero quien hizo posible la obra, abaratando al
máximo los costos, fue Numa Pompilio, quien en vez de ser reconocido por
el Estado, este mostró desidia por sus servicios.
La importancia internacional del monumento, en la delicada relación bi-
lateral entre Perú y España, en la década de 1870, quedó reejada en la prensa
local y francesa, quienes consideraron que la obra representaba la gloria, la
unión y la libertad americana. El Estado prerió inaugurarlo en la capital pe-
ruana ya que la escala del monumento encajaba con la de los grandes tramos
de la avenida, que había resultado del reciente derrumbe de la muralla, a la
vera de los cuales se levantaron prestigiosos edicios; por eso no se lo inau-
guró en el puerto del Callao, escenario simbólico del combate, urbanística y
arquitectónicamente de menor relevancia. A ello se suma la gran inversión
económica realizada y lo que el monumento signicaba a nivel local e inter-
nacional; por ello debía estar en Lima, la capital moderna del país.
Pero la historia republicana no está libre de corrupción. Ante un boom
económico guanero mal aprovechado se recurrió a malas y sospechosas ne-
gociaciones con la casa Dreyffus, que se negó a nanciar parte del monu-
mento y su emplazamiento en Lima. Asimismo, el considerado héroe vivo
del combate, Mariano Ignacio Prado, no fue bien visto por varios sectores de
la sociedad peruana que lo acusaban, junto a otros militares que se hicieron
de la presidencia del país, de ser culpable de la difícil situación política y
económica que atravesaba el país en la década de 1870. Sin embargo, Prado
volvió a ser presidente y abandonó las riendas del país en plena Guerra con
Chile. Asimismo, la compra-venta de los terrenos generados por la caída de
la muralla y la construcción del Parque y Palacio de la Exposición no estu-
vieron libres de triquiñuelas corruptas.
Procesos 49, enero-junio 201972
Lamentablemente, la desidia estatal sobre este monumento ha estado
siempre presente desde que fue inaugurado. Por ejemplo, en 1881, cuando
Chile entró al Perú encontró en la inmundicia una de las alegorías en bronce
de la Victoria y decidió llevársela a su país. En la actualidad es evidente el
mal estado que presentan muchos monumentos públicos de Lima como el
del Combate al Dos de Mayo, a lo que se suma el abandono, tugurización y
casi estado ruinoso de las ocho edicaciones que se levantaron en la década
de 1920 alrededor de la plaza Dos de Mayo, dos de ellos hoy a punto de de-
rrumbarse, luego de haber sufrido recientes incendios.
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