Procesos 50, julio-diciembre 2019 233
sentaciones en torno a dicha carrera. Este trabajo, que constituye una versión
revisada de su tesis de maestría en Historia, se suma a una serie de escritos
que debaten en el campo de la instrucción femenina, la profesionalización
médica y el control del cuerpo.
El carácter de esta obra transita desde una dimensión descriptiva de las
condiciones coyunturales, tanto nacionales como internacionales, de las cua-
tro primeras décadas del siglo XX, que posibilitaron la creación de la Escuela
de Enfermeras en Quito; hacia un ámbito analítico sobre las tensiones por la
administración y autonomía institucional, la estructuración de un sistema de
salud, la construcción de un campo del saber cientíco y los procesos de nor-
malización sobre el cuerpo femenino, que se evidencian en la documentación
ocial, la prensa y los discursos usados para sustentar este trabajo. Asimismo,
se evidencia una fuerte alineación con los aportes de Kim Clark, investiga-
dora que ha indagado en la formación de profesionales sanitarias mujeres,
quienes debieron disputar los espacios universitarios y gubernamentales con
profesionales hombres y otras mujeres portadoras de saberes empíricos.
Sin embargo, la propuesta de Villarreal va más allá, ya que profundiza
en la dimensión biopolítica y de las representaciones. Se inscribe dentro de
la historia social de la salud, ya que desde un sentido crítico, enfatiza en el
análisis de los procesos sociales, las relaciones y contextos que permitieron
la construcción de un campo de la salud. Hecho que permitió indagar el rol
de los profesionales sanitarios en la sociedad, y comprender la salud y la en-
fermedad como producto de coyunturas económicas, históricas, culturales o
ambientales.
El primer punto que la autora considera es que la fundación de la Escue-
la Nacional de Enfermeras (ENE) estuvo agenciada tanto por la comunidad
universitaria como por organismos nacionales e internacionales interesados
en crear perles profesionales en el ámbito de la salud. Dicho interés es-
taría asociado a una visión modernizadora y de control social impulsada
con mayor fuerza en las primeras décadas del siglo XX. Villarreal destaca
tres elementos coyunturales que dan cuenta de la necesidad de establecer
una institución enfocada en la profesionalización de la enfermería: la mirada
gubernamental al campo de la salud, el lugar del sujeto femenino y la uni-
versidad como espacio de formación técnica de profesionales sanitarias. A
partir de estos elementos, la autora esboza las condiciones internacionales
y nacionales que determinaron el surgimiento de entidades encargadas de
velar por el mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones, la
transformación en la manera de entender la salud como una obligación esta-
tal. En esta línea, enfatiza en el discurso de modernización del sujeto feme-
nino, que si bien buscaba convertirlo en un elemento activo de la sociedad,
no estaba desligado de las concepciones tradicionalistas de roles de género.
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