Procesos 50, julio-diciembre 2019 215
la autora dirige una mirada complejizadora sobre un amplio espectro de te-
mas que conciernen al campo de la educación y que no se limitan, como lo
han hecho otras investigaciones, a la consideración de los aspectos político-
administrativos de la organización del sistema educativo y su relación con
la formación del Estado.
Dos son las grandes temáticas que aborda esta obra y que queremos
destacar por su aportación al estudio de la cuestión social ecuatoriana en
el período bajo estudio. Por una parte, hay un tratamiento muy interesante
del maestro como sujeto social, que abarca tanto el estudio de su quehacer
pedagógico como su proceso de profesionalización y su protagonismo en los
movimientos sociales de la época. La conformación de este grupo social que
va a integrarse en las clases medias emergentes se estudia en su proceso de
politización y feminización, evolución que es comparable a la que se produ-
ce en otros países de América Latina en este momento.
El otro aspecto social destacable que se aborda en el libro es el de la
infancia, tal como aparece dibujada no solo en el discurso académico de los
intelectuales pedagogos, sino también en los discursos “circundantes” que
afectaron a la educación, como el discurso médico, el biológico, el social, etc.
Cuestiones como la higiene o el valor del trabajo son temas de gran interés
que desarrolla la autora en relación con la educación de la infancia. Laescuela
queredime, título de la obra, se reere precisamente a la preocupación que
la educación de la época dedicó a la infancia para inculcarle nuevos hábitos
morales y de trabajo, estableciendo mecanismos para el control y prevención
de conductas infantiles no deseadas, así como para el tratamiento de las dis-
capacidades físicas e intelectuales de los niños. El currículum escolar y una
serie de instituciones y prácticas dentro y fuera de la escuela contribuyeron
a dicho propósito. Por su parte, el movimiento de la EscuelaNueva, cuyos
postulados fueron recepcionados en Ecuador en la época, fue el sustento psi-
copedagógico de esta tendencia, al reconocer al niño como sujeto con carac-
terísticas particulares diferentes a las del adulto, y moldeables para avanzar
en un proceso de regeneración social.
En relación a esto último debemos destacar igualmente, como un aspecto
de gran interés que aporta esta obra, el estudio de la apropiación en Ecuador
de las corrientes pedagógicas internacionales en boga durante la época, que
se engloban bajo el llamado movimiento de la EscuelaNuevao la EscuelaAc-
tiva, y que para el caso ecuatoriano tienen un importante referente en Colom-
bia. La autora consigue documentar cómo este movimiento se fue difundien-
do y aclimatando en el país a través del rastreo de las revistas profesionales
y los congresos pedagógicos, el seguimiento de escuelas experimentales, los
informes de expertos nacionales e internacionales que visitaron el Ecuador,
los viajes al exterior de profesores ecuatorianos, los proyectos de arquitectu-
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