Procesos 50, julio-diciembre 2019202
permitieron ciertamente “expulsar” las actividades más o menos legales,
vinculadas parcialmente a la terminal interprovincial Cumandá, despla-
zada en 2008. Simultáneamente los residentes huyeron:
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desde su inaugu-
ración en 2011, el bulevar, abandonado por la población y las actividades,
tiene un vasto parterre central, cuatro plazas vacías y amplias aceras. Invita
entonces a la instalación de numerosas actividades irregulares que permiti-
rán a los pasajeros del metro y de los autobuses abastecerse antes de llegar
a casa.
A escala del NC y del CHQ, hay signos inquietantes: inmuebles abando-
nados o parcialmente inutilizados, frecuentemente de propiedad del poder
público;
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ningún mantenimiento de los edicios por falta de recursos. Si esta
situación se agravara, podría conducir a una degradación del centro y de
su imagen. Una construcción abandonada, degradada y no vigilada puede
ser invadida, subdividida y tugurizada. Además, por efecto de proximidad,
perderían valor los edicios adyacentes, se devaluaría el suelo, disminuiría
el atractivo turístico y aumentaría el tráco ilegal y la inseguridad.
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LA DINAMIZACIÓN DE LAS ACTIVIDADES:
UN ESCENARIO VEROSÍMIL
El escenario más verosímil está a medio camino entre la gentricación y
la tugurización. Aunque estos dos escenarios tenderían a homogeneizar el
uso del suelo y las categorías socioeconómicas –turismo y población de in-
gresos medios y altos o actividades precarias y población de bajos ingresos–,
parece más probable que el CHQ continúe funcionando como un espacio
con funciones y población heterogéneas.
Sin embargo, la voluntad política, los presupuestos del Estado y del
municipio y la realización o no de las intervenciones proyectadas en el
CHQ son elementos clave que tenderán a inclinar el sistema hacia el pri-
mero o el segundo escenario. Sin control del espacio público, el CHQ está
4. Según el estudio de Christian Tello sobre el área comprendida entre las calles
Ambato, Simón Bolívar, Imbabura y Venezuela, la población disminuyó del 9% entre
1982 y 1990 y del 15% entre 1990 y 2010. Además, las intervenciones del municipio han
reforzado la fragmentación urbana y la segregación socioeconómica entre el norte y el sur
del eje. Christian Tello, “Pasado, presente y futuro de la avenida 24 de Mayo...” (tesis de
maestría, PUCE, Quito, 2017).
5. De los 142 inmuebles abandonados censados en el CHQ en 2017, el 56% pertenecen
al Estado y al municipio. Jorge Quishpe, “Transformaciones urbanas y habitabilidad del
centro histórico de Quito...” (tesis de maestría, PUCE, Quito, 2017), 19.
6. Según las encuestas de C. Tello a residentes del bulevar 24 de Mayo, la población,
con o sin razón, estima que desde hace algunos años se han agravado los problemas
vinculados a las drogas, la prostitución y la inseguridad.
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