Estudios cientícos sobre el agua
en el Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía
y Estadística, 1857-1869
ScienticstudiesonwaterintheBoletín de la Sociedad
Mexicana de Geografía y Estadística,1857-1869
EstudoscientícossobreaáguanoBoletin de la Sociedad
Mexicana de Geografía y Estadística,1857-1869
Rodrigo A. Vega y Ortega Baez
FacultaddeFilosofíayLetras-UniversidadNacionalAutónomadeMéxico(UNAM)
rodrigo.vegayortega@gmail.com
DOI: http://dx.doi.org/10.29078/rp.v0i50.781
Fecha de presentación: 10 de octubre de 2018
Fecha de aceptación: 13 de marzo de 2019
Artículo de investigación
Procesos:revistaecuatorianadehistoria, n.º 50 (julio-diciembre 2019), 97-123. ISSN: 1390-0099; e-ISSN: 2588-0780
-PRO50-4sept..indd 97 24/10/19 11:06
RESUMEN
En elBoletíndelaSociedadMexicanadeGeografíayEstadística se
publicaron investigaciones referentes a los recursos hídricos del país.
Este artículo identica los temas predominantes en dicha publicación
relativos al agua: recursos hídricos, obras hidráulicas y su uso en la
ciudad. Los tres temas muestran las preocupaciones de geógrafos,
médicos, ingenieros y naturalistas que reconocieron el valor del agua
para el futuro económico, demográco y social del país, además de la
problemática para conseguir agua potable y obras de infraestructura
para resolver problemas ambientales.
Palabras clave: historia latinoamericana, historia de México,
historia de la ciencia, prensa, agua, geografía, siglo XIX,
ciudad, modernización.
ABSTRACT
Research on the country’s water resources was published in the
Bulletin of the Mexican Geography and Statistics Association (Boletín
delaSociedadMexicanadeGeografíayEstadística). This article identies
the issues about water prevailing in this publication: water resources,
hydraulic infrastructure projects, and their use in the city. These three
issues highlight the concerns of geographers, physicians, engineers,
and naturalists who recognized the value of water for the country’s
economic, demographic, and social future, in addition
to the diculties of securing clean water and infrastructure projects
to tackle environmental problems.
Keywords: Latin American history, history of Mexico, history of
science, the press, water, geography, nineteenth century,
city, modernization
RESUMO
No BoletíndelaSociedadMexicanadeGeografíayEstadística foram
publicadas pesquisas referentes aos recursos hídricos do país. Este
artigo identica os temas predominantes nessa publicação em relação
â água: recursos hídricos, obras hidráulicas e o seu uso na cidade. Os
três temas mostram as preocupações de geógrafos, médicos,
engenheiros e naturalistas que reconheceram o valor da água para o
futuro econômico, demográco e social do país, além da problemática
para conseguir água potável e obras de infraestrutura para resolver
problemas ambientais.
Palavras chave: História latino-americana, História do México,
história da ciência, imprensa, água, geograa, Século XIX,
cidade, modernização.
-PRO50-4sept..indd 98 24/10/19 11:06
introduCCión
Dentro de la historia ambiental, los estudios sobre el agua son un área
de investigación en auge tanto en México
1
como en América Latina.
2
En la
historia mexicana, el agua se ha analizado desde las perspectivas regionales,
económicas, sociales, jurídicas, empresariales, agrarias, locales y políticas.
Pocas veces se ha enfatizado en el papel de la ciencia en la gestión, dominio,
aprovechamiento y escasez del agua en distintos momentos de la historia
de México.
3
Una de las ciencias que más se relacionó con la investigación
hídrica fue la geografía, al menos desde el siglo XVIII y hasta el presente. El
siglo XIX fue un lapso de auge de los estudios geográcos mexicanos que
recibieron apoyo del Estado, las élites y los intelectuales, por lo que no es de
extrañar que los geógrafos mexicanos se dedicaran al estudio del agua desde
1821. En el caso de la historia de la geografía mexicana, son pocos los traba-
jos que retoman las investigaciones hidrográcas que los geógrafos llevaron
a cabo en los siglos XIX y XX.
4
En la historiografía de la ciencia es común mencionar que los geógrafos
europeos y americanos desarrollaron varios proyectos para reconocer los re-
cursos hídricos de cada país a lo largo del siglo XIX, pues el agua fue apre-
ciada por su potencial para desarrollar medios de transporte, energía para
la industria, sustento de la agricultura y la ganadería, aspectos terapéuticos
y líquido necesario para la vida humana. Este interés de la comunidad cien-
tíca de los distintos países de ambos continentes, como México, dio pie a
1. Los historiadores destacados son Luis Aboites, Antonio Escobar, Manuel Perló, Vera
Candiani, Alexander Betancourt, Pilar Iracheta, Oziel Talavera, Marcela Dávalos, Priscilla
Connolly, Alejandro Tortolero y Juan Manuel Durán. Ninguno de ellos ha centrado sus
investigaciones históricas en los aspectos cientícos en el aprovechamiento del agua.
2. Un ejemplo se encuentra en la revista HistoriaAmbientalLatinoamericanayCaribeña
(HALAC) de la Sociedad Latinoamericana y Caribeña de Historia Ambiental (SOLCHA),
la cual ha publicado 16 números entre 2011 y 2018. La revista incluye artículos de investi-
gación y reseñas de libros que dan cuenta del devenir historiográco sobre el tema.
3. Resultaría extenso señalar a todos los historiadores de la ciencia mexicana. La ma-
yoría de los estudios se ha centrado en los minerales, plantas, animales, accidentes del
territorio, instrumentos y enfermedades.
4. Los historiadores mexicanos de la Geografía son Luz Fernanda Azuela, Patricia Gó-
mez Rey, Héctor Mendoza, Luz María Tamayo, Omar Moncada, Hugo Pichardo y Beatriz
García Rojas. La mayoría de sus investigaciones históricas se orientan hacia la delimita-
ción fronteriza, la construcción del Estado nacional, biografías, instituciones, educación
profesional y los primeros mapas del país, sin que ninguno se centre en los recursos am-
bientales.
-PRO50-4sept..indd 99 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019100
que en las agrupaciones geográcas decimonónicas se discutieran todo tipo
de estudios hídricos y muchos de ellos se publicaran en las revistas de cada
asociación para darlas a conocer entre el público interesado de cada país.
5
El objetivo del artículo es identicar los temas predominantes relativos
al agua en el BoletíndelaSociedadMexicanadeGeografíayEstadística (BSMGE)
y su relación con la transformación ambiental mexicana entre 1857 y 1869.
6
Los temas sobre agua se dividen en tres tópicos generales: recursos hídricos
(ríos, cascadas y lagunas), obras hidráulicas (desagüe del Valle de México)
y agua urbana (potable y terapéutica). Los tres temas resultaron prioritarios
para la élite mexicana, pues se requería visibilizar el tipo de recurso hídrico
del país y su potencial para explotarlo en bien del “progreso” nacional. Para
ello, los aspectos cuantitativos y cualitativos de la ciencia resultaban impres-
cindibles a partir del reconocimiento territorial de los expertos en el tema,
como los ingenieros, médicos y farmacéuticos.
7
La fuente hemerográca de la investigación se compone de trece artículos
publicados en el BSMGE entre 1857 y 1869, de una muestra más amplia com-
puesta de dieciocho escritos, producto del interés de los miembros de esta
agrupación cientíca, tanto nacionales como extranjeros. La metodología re-
toma los estudios sociales de la ciencia para reconocer que en el BSMGE se
construyó una narración geográca utilitaria asentada en el reconocimiento
de los recursos ambientales que generaban riqueza para el Estado mexicano.
Los cientícos decimonónicos caracterizaron la naturaleza de la siguiente
manera: fuente de recursos útiles (agua potable, energía proveniente de las
corrientes y caídas de los ríos, vías uviales y riego agropecuario), agente
peligroso para el ser humano (inundaciones y “miasmas” de aguas estanca-
5. La SMGE surgió en el marco del auge del asociacionismo cientíco en el mundo,
pues a partir de la década de 1820 se constituyeron numerosas agrupaciones médicas, na-
turalistas, astronómicas, ingenieriles y geográcas. Las primeras en esta última disciplina
son las siguientes: Sociedad de Geografía de París (1821), Sociedad Geográca de Berlín
(1828), Real Sociedad Geográca de Londres (1830), Sociedad Geográca Rusa (1845), So-
ciedad Geográca Americana (1851), Sociedad Austríaca de Geografía (1856), Sociedad
Geográca de Ginebra (1858), Sociedad Húngara de Geografía (1872), Sociedad Geográ-
ca de Lisboa (1875) y Sociedad Geográca de Madrid (1876).
6. El período se encuentra denido por la amplia actividad de la SMGE que se reejó
en la publicación de diez volúmenes del BSMGE, pues en el lapso 1850-1856 solo se publi-
caron tres volúmenes. No obstante la gran actividad de la SMGE, el país estuvo inmerso
en la Guerra de Reforma (1858-1861), la Intervención francesa (1862-1863), el Segundo
Imperio (1864-1867) y la República Restaurada (1867-1872). Cabe señalar que el BSMGE
volvería a publicarse de manera constante de 1880 a 1897.
7. Patricia Gómez Rey, “Los espacios del territorio nacional en la segunda mitad del
siglo XIX”. En NaturalezayterritorioenlacienciamexicanadelsigloXIX, ed. por Luz Fernan-
da Azuela y Rodrigo Vega y Ortega, 197-214 (México: Universidad Nacional Autónoma
de México, UNAM, 2012), 201.
-PRO50-4sept..indd 100 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019 101
das) y materialidad sujeta a modicaciones cientíco-tecnológicas (canales,
diques, puertos y presas). Los tres ámbitos contribuyeron al desarrollo de la
riqueza individual y colectiva.
La historia social de la ciencia también permite observar la gura del
amateur en la práctica cientíca decimonónica. El amateur era un individuo
“capaz de participar tanto de la cultura académica como de la cultura popu-
lar, y de contribuir al proceso de democratización del saber”.
8
El pequeño
grupo de profesionales (ingenieros, médicos y farmacéuticos) convivió con
los amateurs.
9
Hay que tomar en cuenta que amateurs y profesionales con-
formaron un público asiduo a un conjunto de lecturas geográcas que circu-
laban en la época, mismas que fueron de gran interés para un pequeño, pero
activo, grupo de lectores que consultaba el BSMGE, diversas monografías
regionales, almanaques geográcos de varias partes del mundo, informes
cientícos de mexicanos y extranjeros, libros de texto de instrucción secun-
daria, literatura de viaje y otros escritos publicados en la prensa.
la soCiedad MexiCana
de geografía y estadístiCa
La Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (SMGE) se originó en
1833 bajo el nombre de Instituto y en 1850 cambió sus estatutos para trans-
formarse en una agrupación. Desde este año, en la SMGE se reunieron mexi-
canos y extranjeros residentes en el país que se interesaban en distintas dis-
ciplinas, en principio la geografía, pero también la historia natural, la carto-
grafía, la farmacia, la química y la medicina. Una de las tareas principales de
la agrupación fue conformar una revista en que se diera a conocer la mayor
cantidad de trabajos académicos que realizaban los socios.
La SMGE llevó a cabo varias investigaciones sobre el Valle de México,
espacio en que se asienta la capital mexicana, por la facilidad de emprender
estudios en su territorio en varios rubros, pues la mayor parte de los socios
eran capitalinos.
10
Gran parte de los miembros participaron en distintas
instancias cientícas patrocinadas por el Estado mexicano, quienes “ha-
ciendo anotaciones y levantando día a día reportes, se avocaron a recorrer
auentes, registrar volúmenes o analizar calidades de las aguas a n de
8. Agustí Nieto, Lospúblicosdelaciencia.Expertosyprofanosatravésdelahistoria (Ma-
drid: Fundación Jorge Juan/Marcial Pons Historia, 2011), 48.
9. Luz Fernanda Azuela, “La Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, la orga-
nización de la ciencia, la institucionalización de la geografía y la construcción del país en
el siglo XIX”, InvestigacionesGeográcas, n.º 52 (2003): 161.
10. Ibíd., 161.
-PRO50-4sept..indd 101 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019102
encontrar soluciones para la salubridad y el abastecimiento”
11
de agua pota-
ble, mejorar la irrigación del campo, generar energía eléctrica y aprovechar
los ríos como vía de comunicación. Esto estuvo a tono con el utilitarismo
cientíco en boga en América y Europa “para hacer de la ciencia un instru-
mento para enderezar la acción del Estado y optimizar los rendimientos de
sus empresas”
12
en todos los ámbitos del territorio nacional. La SMGE se
desarrolló en un período en que en gran parte del mundo se establecieron
agrupaciones, comisiones e instituciones geográcas que generaron una am-
plia gama de resultados cientícos (mapas, informes, inventarios, dictáme-
nes, representaciones visuales y artículos) orientados al aprovechamiento de
los recursos territoriales, ya fuera con inversiones nacionales o extranjeras.
El BSMGE fue el órgano impreso que dio a conocer las actividades de los
socios encaminadas a resolver las interrogantes cientícas de la época. Esto
se debió a que los miembros compartían la convicción “de que el país podía
explicarse mediante cifras alineadas en tablas”,
13
relativas al inventario de
los recursos del territorio nacional y que a su vez visibilizaran el potencial
económico. El BSMGE permite “saber quiénes, o qué instancias manejan, a
nal de cuentas, el líquido. Lo anterior signica aclarar las maneras en que
se obtiene, se apropia y se reparte”.
14
El inventario hídrico hecho por los
geógrafos entre 1857 y 1869 se denió a partir de la utilidad del agua en los
tres tópicos ya mencionados para tener control económico del Estado y las
élites regionales.
15
los reCursos hídriCos
En el BSMGE varios de los escritos muestran el uso local de ríos, lagos,
lagunas y cascadas en algunas partes del país. Los ríos fueron el tema de
mayor número de escritos, ya fuera que abordaran el tema de forma general
o particular, como el caso de “Reconocimiento del río Pánuco” (1861), es-
11. Pilar Iracheta y Marcela Dávalos, “La historia del agua en los valles de México y
Toluca”, Historias, n.º 57 (2004): 113.
12. Azuela, “La Sociedad Mexicana...”, 64.
13. Ibíd., 65.
14. Luis Aboites, “Del agua nacional al agua mercantil ambiental. Algunas ideas para
hacer una investigación sobre historia contemporánea de los usos del agua en México”.
En ElaguaenlahistoriadeMéxico:balanceyperspectiva, ed. por Juan Manuel Durán, Martín
Sánchez y Antonio Escobar, 25-32 (Zamora: El Colegio de Michoacán/Universidad de
Guadalajara, 2005), 28.
15. Para profundizar en el contexto de la geografía mexicana, véase Raymond Craib,
Méxicocartográco:unahistoriadelímitesjosypaisajesfugitivos (México: UNAM, 2013).
-PRO50-4sept..indd 102 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019 103
crito por Luis Valle, residente del puerto de Tampico, Tamaulipas. El autor
escribió el texto en 1850, aunque se publicó una década después. El interés
de Valle fue exponer a la agrupación “los principales inconvenientes del río
para ser navegable en toda la extensión que desea el supremo gobierno”
16
mediante el proyecto de remoción de los bancos de arena que cruzaban el
canal portuario, por lo que disminuían el fondo costero para la entrada de
barcos de gran calado que comerciaban entre Europa y América. Esta fue
una preocupación constante del gobierno en todo el siglo XIX, ya que a pesar
del extenso litoral del país en el Golfo de México, varios puertos carecían de
la profundidad marítima para permitir la entrada de barcos de todos los ta-
maños y así ampliar el comercio con Estados Unidos, Europa y Sudamérica.
Por ello, algunos de los practicantes de la geografía desarrollaron estudios
hidrográcos para conocer el estado de ríos, esteros, lagunas y bahías, y de-
terminar el costo de modicar su estructura física para satisfacer las necesi-
dades agrícolas, ganaderas, portuarias, comerciales, silvícolas, pesqueras y
de transporte del país.
Valle propuso que, mientras se concluía el reconocimiento hidrográco
del Pánuco, el gobierno estatal, con ayuda del nacional, podría implementar
una serie de acciones similares a las de “Europa y Estados Unidos, donde
los buques de limpia con los que frecuentemente se consigue profundizar
cualquier lugar que bañe las aguas, con tal que su fondo no sea de piedra
y teniendo el río Pánuco esta condición, pues que todo su lecho es de arena
suelta y fango”.
17
El autor ideó construir un buque de vapor para este servi-
cio que sería capaz de limpiar el canal y se emplearía en otros usos, como la
vigilancia costera que era casi inexistente en el país. Además, Valle señaló la
necesidad de construir malecones “y otras obras de esta naturaleza que se
pudieran poner en práctica”
18
para acotar las márgenes del río que se desbor-
daban en la temporada de lluvia y afectaban a la población. En algunos de
los escritos cientícos sobre ríos se señalaron las implicaciones ambientales
que afectaban a los puertos cuando llovía, ya que se intensicaban las enfer-
medades tropicales o se originaban desastres naturales.
Otro estudio monográco de 1869 abordó al río de la Magdalena, cerca-
no al pueblo de San Ángel, en el Distrito Federal. El escrito fue una trans-
cripción de un documento de 1790 de Joaquín Barrientos (escribano de S. M.,
de su real renta de tabaco, asiento de gallos, real tribunal de Protomedicato,
nombrado para las diligencias de prorrateos de las aguas del río Magdalena
de Coyoacán) relativo al pleito entre el convento de religiosos carmelitas de
16. Luis Valle, “Reconocimiento del río Pánuco”, BoletíndelaSociedadMexicanade
GeografíayEstadística,BSMGE 9 (1861): 345.
17. Ibíd., 346.
18. Ibíd., 347.
-PRO50-4sept..indd 103 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019104
San Ángel y Martín de San Juan Berrueta. Al respecto, el artículo especicó
que
sobre su repartimiento, a la que fue juez comisionado el oidor decano Baltasar
Ladrón de Guevara [...] habiendo hecho los reconocimientos del curso de las
aguas de dicho río, presas y tomas que en él se hallan, la medida que repetida-
mente se hizo con citación y a vista de los pueblos y demás interesados, de que
resultó no llegar el caudal del río a los 33 surcos que antes tenía y sólo a los 30
con 2 naranjas que resultaron de la segunda prolija medida, mandada practicar
por su señoría y con presencia de los repartimientos hechos por el oidor Juan de
Canseco en sus autos de 27 de marzo de 1735.
19
La transcripción del documento colonial en el BSMGE conformó una se-
rie de fuentes históricas de carácter cientíco que los redactores valoraron de
importancia para conocer escritos que ayudaban a comprender la situación
de México a mediados del siglo XIX. En este caso, la descripción del estado
del río de la Magdalena medio siglo antes de la existencia de la SMGE fue
una guía para reconocer que los recursos hídricos capitalinos habían dis-
minuido paulatinamente sin que hasta ese momento se conociera la razón
de ello. Esto deja ver la importancia de la documentación histórica para los
miembros de la agrupación mexicana que se contrastaba con artículos escri-
tos en las décadas de 1850 y 1860.
En cuanto a los amplios cuerpos de agua del país, se publicaron dos es-
tudios. Uno de ellos fue el del médico Leopoldo Río de la Loza (1807-1876),
quien escribió “Un vistazo al lago de Texcoco. Su inuencia en la salubridad
de México” (1861). Sobre este lago, el autor expresó que había “cuestiones
que no se han examinado, cuanto deben serlo, tales como las médicas, las
químicas, las agrícolas y otras”,
20
por lo que su objetivo era presentar unas
“breves indicaciones sobre la naturaleza de las aguas del lago, su inuencia
en la salubridad de México, la procedencia de las sales que contienen y algu-
nas otras consideraciones”.
21
El estudio de la relación entre agua y enferme-
dad fue constante en el siglo XIX, pues la teoría miasmática consideraba que
los cuerpos de agua eran foco de “euvios” que enfermaban al ser humano,
debido a que el agua se encontraba estancada. La teoría miasmática expli-
caba que del suelo y el agua emanaban vapores fétidos que originaban las
enfermedades del ser humano. Los médicos de la época idearon diferentes
medidas para combatir las emanaciones nocivas de los lagos, por ejemplo
19. Joaquín Barrientos, “Las aguas del río de la Magdalena (San Ángel)”, BSMGE 1
(1869): 743.
20. Leopoldo Río de la Loza, “Un vistazo al lago de Texcoco. Su inuencia en la salu-
bridad de México”, BSMGE 9 (1861): 497.
21. Ibíd., 497.
-PRO50-4sept..indd 104 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019 105
desecar los cuerpos de agua, cambiar la composición química o poner en
movimiento el agua mediante molinos. El caso del lago de Texcoco fue de
notoriedad en las discusiones cientícas de la SMGE, pues afectaba a la po-
blación capitalina.
En el escrito resalta el cambio ambiental contemplado por el autor, quien
no había hallado en el lago de Texcoco unos límites precisos como era co-
mún verlos en otros cuerpos de agua, sino que se conformaba por “multitud
de charcos más o menos extensos, más o menos superciales, ya aislados,
ya comunicados entre sí”
22
por medio de canales. Esto contribuía a que “no
sea fácil jar con la debida exactitud esos límites, más variados aún por las
estaciones de mayor o menor abundancia” de la lluvia.
23
Esta situación com-
plicaba el estudio del lago, ya que en ciertos meses se encontraba más cerca
de la capital mexicana por el aumento pluviométrico y las enfermedades au-
mentaban en la población. Lo anterior signicaba que antes de atacar el pro-
blema de morbilidad proveniente de lago se debían llevar a cabo estudios de
geografía física, meteorología y cartografía para determinar con certeza sus
características.
Al atravesar el lago, Río de la Loza percibió un olor pantanoso que le
hizo preguntarse “¿hasta qué punto inuirá ese aire viciado en la insalubri-
dad en México? ¿La constitución médica de la ciudad empeora a proporción
que pasan más años?”.
24
El médico se propuso responder ambas preguntas
a partir de la ubicación de la ciudad en el Valle de México, la distribución
demográca en esta y la dinámica ambiental de la localidad, pues las zonas
más afectadas eran la noreste y la sureste por su cercanía con el lago. Para el
médico Río de la Loza,
habiendo actualmente un espacio muy considerable entre la capital y el lago, cuyo
nivel diere poco de las orillas de éste, estimadas en tiempo de secas así como de
los terrenos intermedios, quedan estos cubiertos por las aguas en la estación de
las lluvias, ya por la poca profundidad del gran vaso que es la causa principal y
ya por la conuencia que debe estimarse como general y de tiempo limitado. Por
otra parte, varios potreros que sirven como depósitos temporales no hallando ex-
peditos los canales de desagüe, ni siendo bastante para las corrientes su diferencia
de nivel, aumentan igualmente la supercie de evaporación y de descomposición
a la de los terrenos inmediatos al lago. Al terminar las lluvias, esa evaporación es
general, activa y de una vasta supercie. Las aguas siguen los puntos de declive,
los terrenos ocupados por ellas se desecan, los animales y los vegetales mueren y
entran en descomposición, con más, las materias orgánicas llevadas de la ciudad
a la laguna durante el año y en una cantidad fabulosa. Entonces es cuando más se
22. Ibíd., 498.
23. Ibíd., 500.
24. Ibíd., 501.
-PRO50-4sept..indd 105 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019106
nota ese olor palustre, cuando se desarrollan más ebres catarrales, las intermi-
tentes, etc. Disminuir cuanto más se pueda la supercie de evaporación, profun-
dizando con regularidad una parte de ella es el modo que juzgo adecuado para
alejar en lo posible los males indicados, favoreciendo al mismo tiempo el plantío
con la mayor capacidad del gran depósito y aún acaso llegando a convertir en
laborables algunos de los terrenos que actualmente son estériles.
25
La solución planteada por Río de la Loza consideró que el lago de Texco-
co era un espacio de morbilidad que debía reducirse al máximo mediante la
desecación, como sucedió en décadas posteriores, para evitar la evaporación
de las aguas menos profundas en la temporada seca y eliminar la descompo-
sición biológica de las plantas y animales acuáticos. Las palabras del médico
mexicano señalaron el camino seguido años más tarde al transformar el lago
en campos agropecuarios y posteriormente en zona habitacional. La directriz
cientíca expresada en el BSMGE se insertó en las discusiones públicas que
circulaban en la prensa capitalina acerca del combate a las enfermedades, la
necesidad de agua potable para el aumento poblacional y la modernización
de la urbe a costa del lago.
El segundo artículo se publicó bajo las iniciales A.N.O. con el título de
“Un viaje por la laguna de Tamiahua” (1869). En este dio a conocer la expe-
riencia de su autor acaecida en 1859 acerca de su periplo entre el puerto de
Tampico a Tuxpan, Veracruz. El viajero escogió el trayecto por el río, pues
era más seguro que por tierra, ya que “durante el periodo de secas es menos
agradable y más molesto que la vía acuática de Tamiahua, preferimos esta
última, tanto por este motivo cuanto por visitar la laguna, la cual, además de
la novedad, nos ofrecía el aliciente de una diversidad en sus orillas”.
26
Los
recursos hídricos de México también estuvieron presentes en los proyectos
de comunicaciones y transportes que requería la modernización del país para
ampliar el comercio. En este caso, varios geógrafos amateurs y profesionales
desempeñaron un papel fundamental en la exploración de los cuerpos de
agua al considerarlos sitios inútiles hasta el momento que eran aprovechados
solamente por los habitantes locales a través de pequeñas embarcaciones.
A.N.O. se subió a una canoa en el embarcadero llamado La Ribera, que
distaba media legua al este de Tampico. Las canoas “dieren de las de Sota-
vento en que, además de ser de menor capacidad, tienen todas la forma de
las piraguas, es decir, dos proas, mientras que en Sotavento llaman canoa a
las que tienen dos popas”,
27
una vela y un toldo para resguardar a los pasa-
jeros. En la parte norte, según el autor,
25. Ibíd., 505.
26. A.N.O., “Un viaje por la laguna de Tamiahua”, BSMGE 1 (1869): 734.
27. Ibíd., 435.
-PRO50-4sept..indd 106 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019 107
la laguna tenía como una legua de ancho, pero a medida que íbamos avanzando
se anchaba hasta formar una línea con el cielo y sin que los ojos descubriesen la
tierra por ese punto. Como a las tres horas de correr a toda vela alcanzamos a ver
unos médanos de arena blanca que forman la cadena principal de la lengua de
tierra que separa las aguas de la laguna de las del mar. Esos médanos se llaman
de Las Calaveras [...] Al n llegamos y nuestro afán fue ampliamente pagado
por la espléndida vista que desde la altura se ofrecía a nuestros ojos. A un lado
el golfo mexicano, tranquilo como un espejo, de profundo azul, al otro las tur-
bias aguas de la laguna, a lo lejos surgiendo del mar como una or colosal de la
victoria regia, la isla llamada La Blanquilla. La punta avanzada del Cabo Rojo,
donde desembarcó Barradas con su expedición en 1828; y la isla de los Lobos, así
llamada que en un tiempo era frecuentada por las focas. En esta última isla hizo
alto la expedición estadounidense en 1847 antes de avistarse en Veracruz, en ella
hay varias cruces y monumentos sepulcrales de aquella época [...] La laguna por
la parte oriental alcanza una profundidad de 10 a 12 varas, por el oeste es vadea-
ble frente a la isla Juana Ramírez, pero va aumentando de fondo hacia el norte
[...] El pueblo de Tamiahua tendrá cosa de mil habitantes dedicados a la pesca y
la ganadería. A corta distancia está la barra de Tangüijo que sale al mar.
28
La descripción física de la laguna aportó un retrato de uno de los lugares
más apartados de la República mexicana y, por lo tanto, poco conocido en
la Ciudad de México. Gracias al BSMGE, los geógrafos y el público intere-
sado conoció la laguna de Tamiahua y se incorporó a la construcción de la
imagen territorial del país. A.N.O., como otros autores, contribuyó a dicha
construcción mediante el envío de sus escritos geográcos, muchos de los
cuales fueron relatos de viaje que consignaron datos generales de los lugares
que recorrían.
obras hidráuliCas
De mediados del siglo XIX en adelante, se llevaron a cabo varias obras
hidráulicas en el país, siendo la de mayor envergadura la construcción del
Gran Canal del Desagüe y el Túnel de Tequixquiac en el Valle de México,
cuya fase nal concluyó en 1900 con la inauguración del primero.
29
En el
período de esta investigación, el ingeniero Francisco de Garay presentó en
1856 un proyecto para desecar los lagos de Texcoco, San Cristóbal y Zum-
pango, “mediante la construcción de un gran canal y un túnel para conducir
28. Ibíd., 436.
29. Las obras de infraestructura hidráulica en el Valle de México se llevaron a cabo
con capital extranjero debido a la ausencia de recursos del gobierno y a la pequeña capa-
cidad tecnológica de los funcionarios mexicanos.
-PRO50-4sept..indd 107 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019108
las aguas hasta el río Tequixquiac [...] para el aprovechamiento del agua para
nes de riego, navegación y fuerza motriz” y eliminar el agua estancada
que los cientícos capitalinos consideraban “la fuente de todos los males”,
30
como se vio en el escrito de Leopoldo Río de la Loza. Años después, al inicio
del Segundo Imperio, Maximiliano I en 1864 nombró una junta de notables
para atender el Desagüe del Valle de México y raticó el proyecto de De
Garay. En 1867, el Ministerio de Fomento modicó el proyecto para ajustarlo
a la tecnología moderna y se restablecieron las obras hasta su conclusión en
1900.
Uno de los escritos sobre los lagos capitalinos más acuciosos en el
BSMGE fue de la autoría del francés Jean-André Poumaréde, titulado “Des-
agüe del Valle de México. Nuevo sistema para impedir las inundaciones de
la ciudad y la del Valle de México y hacer desaparecer en parte las causas de
insalubridad que ofrecen una y otra” (1859). El escrito de Poumaréde se pu-
blicó en francés como libro en 1860 en la imprenta de Ignacio Cumplido de la
Ciudad de México. En el escrito, el autor señaló que el Valle de México abar-
caba el espacio comprendido entre las dos sierras “gigantescas y porfíricas
que pueden con mucha razón considerarse como dos cordilleras de las más
prominentes de los Andes mexicanos [...] Éste ofrece la anomalía singular
de no tener ninguna salida natural para el desagüe de las aguas que recibe,
singularidad especial que ha ocasionado ya grandes calamidades”.
31
Pou-
maréde, como De Garay, consideraron que los lagos del valle eran el origen
de los desastres naturales acaecidos en la capital mexicana y foco de enfer-
medades al estilo de Río de la Loza. Esto hace ver la valoración negativa que
la intelectualidad mexicana o extranjera radicada en el país otorgaba a estos
cuerpos de agua. De ahí que a lo largo del siglo se intentara desecar los lagos.
Poumaréde sugirió emprender estudios cientícos para detener las inun-
daciones que amenazaban a la Ciudad de México mediante el conocimiento
racional de “la naturaleza y la importancia de las dicultades que han de
vencerse [...] con el n de jar las cantidades de agua que pierde la laguna
por la evaporación y sobre las que recibe a un mismo tiempo”
32
en la época
de lluvia. La medición anual de la extensión de los lagos sería el primer paso
para desecarlos, pues solo así se podrían tomar las decisiones generales para
efectuar tal medida. Para ello, se requerían trabajos cartográcos, meteoro-
lógicos, naturalistas, geográcos e hidrográcos que eran la especialidad de
30. Manuel Perló, Elparadigmaporriano.HistoriadeldesagüedelValledeMéxico (Méxi-
co: Miguel Ángel Porrúa/UNAM, 1999), 59.
31. Jean-André Poumaréde, “Desagüe del Valle de México. Nuevo sistema para impe-
dir las inundaciones de la ciudad y la del Valle de México y hacer desaparecer en parte las
causas de insalubridad que ofrecen una y otra”, BSMGE 7 (1859): 463.
32. Ibíd., 465.
-PRO50-4sept..indd 108 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019 109
varios de los miembros de la SMGE. Esto hizo posible que el BSMGE se
constituyera en un cuerpo de escritos relativos al tema que no se encontraba
en otro espacio cientíco mexicano.
Poumaréde detalló la metodología experimental del estudio que llevó a
cabo, al señalar que
en un brazo del canal de la Viga que penetra en un cercado vecino a nuestro
laboratorio y cuya profundidad representa de un modo sensible la profundidad
media de la laguna, colocamos una serie de vasos de erro batido pintados de
gris con bordes verticales y cuya supercie, igual en todos, se había determina-
do exactamente. Luego introducimos en cada uno de estos vasos cantidades de
agua diferentes que mandamos sacar de la laguna de Texcoco, después de haber
determinado su volumen con cuidado y durante un periodo de 15 días examina-
mos con atención la cantidad que perdía cada vaso por hora y día [...] Hemos ob-
servado que cada metro cuadrado de supercie perdía por término medio 3.500
gramos, cada 24 horas. La laguna de Texcoco, cuya supercie es igual a 224.989
632 metros cuadrados, pierde 787.463 metros cúbicos de agua en esas mismas 24
horas, o sea 32.822 por hora o bien, 543 metros cúbicos por minuto.
33
Las palabras de Poumaréde detallaron al lector la vía en que se constru-
yó la investigación en torno a los lagos del Valle de México. El empleo del
término laboratorio ya señala un espacio diseñado para analizar los datos
recogidos de los lagos en que, es de suponer, se guardaban los instrumentos
que señaló Poumaréde. Es de resaltar que el autor expresara la existencia de
un laboratorio fuera de su casa como un espacio destinado a la investigación
insitu del agua del Canal de la Viga, un espacio experimental que caracteri-
los estudios geográcos para la construcción del conocimiento objetivo.
También resalta la medición de las características del agua de los lagos con
objetos sencillos que se encontraban en la Ciudad de México y que posible-
mente eran comunes entre los practicantes de la ciencia mexicana. Entre los
datos de interés de Poumaréde se encontraron las mediciones del tamaño
del lago de Texcoco, cuestión que era necesaria para diseñar un proyecto
para desecar el Valle de México.
Por último, en el tema del desagüe, en 1869 el literato Manuel Payno
(1810-1894) realizó un breve recuento histórico que inició en 1521, después
de la conquista de la capital mexica, cuando los españoles advirtieron la ne-
cesidad de construir “un canal por donde desaguaran las aguas que en un
radio de 70 leguas uyen sobre el valle en la estación de lluvias”.
34
Por esta
razón, el virrey Antonio de Mendoza (1493-1552) ordenó que se hiciese “una
33. Ibíd., 471.
34. Manuel Payno, “Noticias antiguas sobre el desagüe de México”, BSMGE 1 (1869):
472.
-PRO50-4sept..indd 109 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019110
averiguación ocial y el reconocimiento debido de los puntos por donde
debía emprender la obra, que al n se encomendó a Enrico Martínez”.
35
El
artículo aportó la dimensión temporal sobre la problemática ambiental del
Valle de México que se remontaba al siglo XVI y que en la década de 1860
aún seguía presente en la capital mexicana. En Payno se advierte la impor-
tancia de que la discusión en torno al desagüe de los lagos tomara en cuenta
el aspecto histórico para retomar algunos de los trabajos realizados en otros
siglos y conocer si estos habían sido oportunos o se debían reformar con base
en la discusión cientíca contemporánea en el seno de la SMGE.
agua urbana
En el caso del ámbito urbano del país, el agua “provenía de depósitos
subterráneos y superciales que conguraban cuerpos como ojos de agua,
lagunas, ciénagas y ríos” con distintas formas de aprovechamiento.
36
La Ciu-
dad de México a mediados del siglo XIX contó con los acueductos de Cha-
pultepec y Santa Fe. “Éstos, junto con la red de abasto y distribución, fueron
controlados por el Ayuntamiento mediante la cesión o renta de mercedes
para los particulares; el uso para la mayoría se manejaba a través de fuentes
públicas”,
37
y a partir de la década de 1850 se consolidó la explotación de
pozos artesianos. Estos estaban fuera de la jurisdicción del Ayuntamiento
y “fueron un elemento usado directamente por los habitantes de la ciudad
para satisfacer sus necesidades, sin depender de ninguna institución de
gobierno”.
38
El número de pozos artesianos en 1855 fue de 31; en 1857 de 144;
en 1860 de 194; y en 1864 de 200. Lo anterior reeja el aumento constante de
apertura de pozos por parte de particulares. Una cuestión cientíco-técnica
presente en el BSMGE.
Al respecto, el ingeniero Sebastián Pane, uno de los empresarios que pro-
movió la apertura de varios pozos en la década de 1850, publicó en 1857 el
informe dirigido al gobernador del Distrito sobre la Junta menor del des-
agüe. En el escrito, el ingeniero señaló que el número de los pozos artesianos
35. Ibíd., 473.
36. Yuritzi Hernández y Alexander Betancourt, “Agua y abastecimiento: gestión de
cuerpos de agua en la ciudad de San Luis Potosí (México), 1831-1887”, Historelo.Revistade
HistoriaRegionalyLocal 7, n.º 14 (2015): 68.
37. Oziel Talavera, “Los pozos artesianos en la ciudad de México en la segunda mitad
del siglo XIX (1850-1880)”. En Miradasrecurrentes.LaciudaddeMéxicoenlossiglosXIXy
XX, ed. por María del Carmen Collado, 294-310 (México: Instituto de Investigaciones Dr.
José María Luis Mora/Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, 2004), 302.
38. Ibíd., 298.
-PRO50-4sept..indd 110 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019 111
existentes en la capital y pueblos circunvecinos era de 168, de los cuales 140
fueron construidos por Pane y el resto por otros ingenieros. Los pozos de
Pane servían para regadío y “producen 7.800 barriles de agua por hora, los
120 restantes han sido para casas particulares y producen 1.800 barriles por
hora, los restantes de pozos sondeadores producen 360 barriles por hora.
Total, 9.960 barriles de agua por hora. El río de la Piedad y Churubusco en
sus grandes crecientes producen 744.380” barriles de agua por hora.
39
La ex-
plotación del agua del subsuelo capitalino en la década de 1850 empezó a
ser acaparada por los ingenieros de minas, quienes estaban preparados para
emprender excavaciones en busca de minerales, pero en este caso, buscaban
agua potable para venderla a la población. Es interesante que un gremio
profesional desplazara a los amateurs en la apertura de pozos, pues era una
tarea cientíco-técnica que requería de conocimientos en geografía física,
geología, hidrografía, mecánica y edafología, al igual que ampliar las destre-
zas personales en el empleo de instrumentos especializados.
Sebastián Pane expresó que el agua de los pozos no era un aumento de
los derrames de la laguna, pues era menor a lo observado diez años antes,
“en atención a que a medida que brota un pozo en el valle, disminuyen los
veneros, según se nota palpablemente en los del Acueducto e Iztapalapa. Los
pozos construidos, así como los veneros, tienen la creciente hacia la laguna,
pues que tienen en la capital una elevación hidrostática de dos a tres varas”
sobre la supercie del lago de Texcoco.
40
El reconocimiento de Pane inició el
estudio hidrográco del subsuelo del Valle de México, pues hasta entonces
solo se reconocía el agua de los lagos y los ríos que bajaban de las montañas.
A partir de la apertura de pozos y el estudio cientíco de su agua fue posible
que los cientícos mexicanos visualizaran el agua que se encontraba en los
mantos freáticos del valle y su relación con el área lacustre, aunque no fuera
un vínculo directo de dependencia de unos con otra.
Leopoldo Río de la Loza, en coautoría con el ingeniero E. Craveri, pu-
blicó “Opúsculo sobre los pozos artesianos y las aguas naturales de más uso
en la Ciudad de México, con algunas noticias relativas al corte geológico del
valle” (1858). Los autores señalaron que
entre los muchos servicios que presta la Química a la sociedad, no es de menor
importancia el dar a conocer la composición de las aguas, alejando todo escrúpu-
lo al indicar de una manera segura el uso que de ellas puede hacerse. Destinadas
39. Sebastián Pane, “Dato estadístico sacado del informe que en 6 de mayo del pre-
sente año, 1857, dirigió don... al Exmo. Sr. Gobernador del Distrito, con motivo de un
ocio remitido al Ministerio de Fomento por el presidente de la Junta menor del desagüe”,
BSMGE 5 (1857): 151.
40. Ibíd., 152.
-PRO50-4sept..indd 111 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019112
unas a satisfacer las necesidades domésticas, otras a las industriales y no pocas
al restablecimiento de la salud del hombre, es preciso descubrir su composición
y jar la naturaleza y proporciones de los cuerpos extraños que contienen. Así
pueden separarse las potables de las que únicamente puedan servir al agricultor,
al curtidor y al fabricante y de aquéllas en que el médico encuentre un agente
terapéutico que aprovechar en benecio del género humano [...]. Por eso el reco-
nocimiento de todas las usuales es una verdadera necesidad que los gobiernos
ilustrados procuran satisfacer, ya promoviendo o ya premiando sucientemente
los trabajos emprendidos con ese objeto, más en los países cuya actividad comer-
cial es favorable a las empresas [...]. Y si México no ha entrado aún en el pleno
goce de ellas, parece llegado el tiempo de que procure apreciarlas, de que destine
el gobierno algunas sumas a tan fructuosas indagaciones y también de que los
establecimientos cientícos y los profesores todos se intereses en los adelantos
del país, en los de la ciencia y en los suyos.
41
Las palabras introductorias del “Opúsculo...” enfatizaron en la utilidad
de la ciencia para resolver cuestiones de interés público, como es el caso de
los estudios sobre el agua. El señalamiento de la química como el camino
experimental para reconocer la composición del agua que existía en el Valle
de México y establecer la utilidad de cada grupo mediante la cantidad de
minerales, microorganismos, acidez, entre otras cuestiones. Río de la Loza
y Craveri también dejaron ver los distintos tipos de utilidad del agua a me-
diados del siglo XIX, pues no solo se apreciaba a esta por su potabilidad,
ya que se empleaba en varias actividades económicas y terapéuticas. Es de
notar el énfasis que dieron los autores al papel del gobierno en la dotación
de recursos para esta cuestión de interés público que solo los cientícos po-
drían resolver mediante sus capacidades académicas, como llevaban a cabo
los miembros de la SMGE.
Río de la Loza y Craveri también expresaron que
hace algún tiempo que deseábamos visitar los manantiales que proveen a la ciu-
dad de agua potable, no sólo por curiosidad, sino también para reconocer su
posición, distancia relativa, rocas inmediatas y cuanto pudiera relacionarse con
el examen químico de las aguas potables, el que nos proponemos repetir, sir-
viéndonos ahora de procedimientos y de reactivos que no se habían empleado
antes y que debían dar a conocer las diferencias consiguientes a su mayor exacti-
tud [...]. Precisamos el año pasado a reunirnos casi diariamente en el laboratorio
de la Escuela de Medicina [...] provistos de instrumentos, utensilios y aparatos
propios que con los de la Cátedra formaban una colección más que suciente,
tuvimos también la fortuna de contar con el empeño de dos alumnos aplicados,
41. Leopoldo Río de la Loza y E. Craveri, “Opúsculo sobre los pozos artesianos y las
aguas naturales de más uso en la Ciudad de México, con algunas noticias relativas al corte
geológico del valle”, BSMGE 6 (1858): 10.
-PRO50-4sept..indd 112 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019 113
los señores Pérez Soto y Díez de Bonilla [...]. Avivó el deseo de comenzar estos
trabajos la empresa nuevamente establecida por los señores Pane y Molteni, a
quienes estaba reservada la gloria de hacer conocer prácticamente la utilidad
de las fuentes brotantes [...]. Invitados para examinar las aguas de sus pozos y
comisionados también por la Junta de Industria para hacer el debido examen.
42
El artículo de ambos cientícos mexicanos reconoció que el examen quí-
mico de las distintas aguas del Valle de México requería de conocer el me-
dio geográco en que cada muestra se había tomado, ya que el agua por
misma carecía del contexto ambiental en que estaba inmersa y cómo reper-
cutía en su composición. Como en el caso de Poumaréde, estuvo presente
el laboratorio como espacio cientíco para validar el examen cientíco de
las muestras de agua, pues en este se encontraban reactivos e instrumentos
requeridos para la práctica química. Es relevante la mención de la Escuela de
Medicina de la Ciudad de México en la evaluación cientíca de las muestras
de agua, ya que se aprecia la relación entre las instituciones de profesionali-
zación cientíca, los asuntos de interés público, el asociacionismo académi-
co, la exploración hidrográca y la prensa especializada. Esto muestra la ma-
durez de la ciencia capitalina a mediados de la centuria. También hay que re-
saltar la incorporación de alumnos a esta experiencia cientíca, pues uno de
sus profesores, Río de la Loza, debió reconocer sus capacidades como para
invitarlos a acompañarlo a recabar las muestras. Hay que tomar en cuenta
que el “Opúsculo...” hizo ver la importancia de las empresas de ingenieros
en la apertura de pozos artesianos y la participación del gobierno mediante
la Junta de Industria que era una instancia cientíca estatal que validaba la
experiencia cientíca debido al interés público de los estudios sobre el agua.
Los autores estaban convencidos de que “los propietarios y el público
apreciarán, en lo que valen, los datos que presentaremos” sobre las muestras
de agua de El Pocito de Guadalupe, el Peñón de los Baños y los manantiales
del Desierto de los Leones, entre otros sitios. Río de la Loza y Craveri expre-
saron que deseaban compartir con el lector la serie de trabajos de laboratorio
efectuados sobre el agua delgada de los acueductos y el agua gorda de la
fuente del Salto del Agua. “Hemos tenido como regla general ltrar el agua
de que se ha hecho uso, sea para estimar la proporción del residuo o la de
alguno de los cuerpos extraños, aproximándonos así al conocimiento de su
composición y separando” las materias extrañas insolubles.
43
El estudio de
varios de los pozos, fuentes y acueductos más representativos del Valle de
México sería de interés para los habitantes de la ciudad, quienes aprovecha-
ban esa agua, tanto para el consumo humano como para nes terapéuticos
42. Ibíd., 12.
43. Ibíd., 13.
-PRO50-4sept..indd 113 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019114
y económicos. El “Opúsculo...” reeja los recursos hídricos de la Ciudad de
México y sus características químicas a través de un estudio cientíco hasta
entonces único en su tipo y que circuló gracias a la publicación de la SMGE.
Los autores consideraron que sería útil completar el “Opúsculo...” con
estudios relativos a otras fuentes de agua dulce en los alrededores de la Ciu-
dad de México, como las de Coyoacán, Sancopinca, Churubusco y Popotla,
“más sin tiempo para ello, nos limitaremos a decir que en todas direcciones
se hayan vertientes de agua que tienen mucha analogía por su composición
con las que hemos examinado y que son más comunes al sur y oeste de la
ciudad”.
44
La amplia cantidad de recursos hídricos del Valle de México exce-
dió el objetivo del artículo de Río de la Loza y Craveri, por lo que el uso del
agua en las poblaciones aledañas a la capital fue un tema pendiente, aunque
el inicio del debate sobre este tema ya estaba en marcha.
En 1858 de forma anónima se publicó la “Tabla analítica de las aguas más
usadas en la Ciudad de México”,que expresó los dos tipos de agua ya seña-
lados en el artículo anterior: delgada o proveniente del Desierto de los Leo-
nes y gorda o del acueducto de Chapultepec y de los pozos de los Migueles,
Bucareli, Cordobanes, Peñón de los Baños y Pocito de Guadalupe. El análisis
se basó en las características de temperatura en las corrientes, densidad del
agua, productos gaseosos (aire, oxígeno, ácido carbónico, azufre, vapor de
agua y total c.c. por litro), productos sólidos (sulfato de cal, carbonato de cal,
carbonato de magnesia, carbonato de sosa, carbonato de potasa, cloruro de
potasio, cloruro de sodio, cloruro de magnesio, silicato de sosa, silicato de
potasa, azotato de potasa, yoduro de potasio, apocrenato de sosa, sílica, alu-
minio, erro, manganeso, materia orgánica, materia betuminosa y total en
gramos por litro).
45
La tabla reforzó los escritos explicativos, como los de Río
de la Loza y Craveri, que fueron publicados el mismo año. Es probable que
los autores fueran los mismos, aunque se carece de esta precisión. Sin em-
bargo, la publicación de la tabla hizo ver a los lectores los datos cientícos en
los rubros de interés ya señalados para que estos profundizaran en el tema.
El connotado geógrafo Manuel Orozco y Berra (1816-1881) publicó la
acuciosa “Memoria para la Carta Hidrográca de México” (1861) dividida
en cinco partes. El estudio de Orozco y Berra se publicó como libro en 1864,
por la imprenta de A. Boix en la Ciudad de México. El escrito retomó la obra
de los ingenieros de la Comisión del Valle de México (1856) y una parte aña-
dida correspondiente al “curso de las aguas potables que surten a México,
levantada bajo la dirección de José Salazar Ilarregui” (1823-1892) encarga-
44. Ibíd., 16.
45. “Tabla analítica de las aguas más usadas en la Ciudad de México”, BSMGE 8
(1858): suplemento sin paginación.
-PRO50-4sept..indd 114 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019 115
do por Octaviano Muñoz Ledo, ministro de Fomento en 1860, además del
PlanotopográcoyperldelosacueductosquesurtendeaguasalaCiudadde
México (1860), elaborado por los ingenieros José Bezares, Jesús Pérez, Juan
Martín y Agustín Díaz.
46
En el trabajo inédito de Salazar Ilarregui para la
“Memoria...” se caracterizó cientícamente el agua que se aprovechaba para
distintos nes en la capital mexicana. En palabras del autor, “el agua a que
nos vamos reriendo se designa vulgarmente con el nombre de delgada para
distinguirla de la que nace en Chapultepec que es llamada gorda”.
47
El agua
delgada abastecía dos tercios de la ciudad comprendidos en el norte y el
centro, que se tomaba de las fuentes por los pobladores y no era “completa-
mente diáfana” y solo se bebía directamente en el tiempo de lluvias, pues en
período seco se debía ltrar para eliminar el barro que tenía en suspensión.
48
Como se aprecia, uno de los temas recurrentes en los estudios sobre el agua
que se publicaron en el BSMGE radicó en la caracterización química a partir
de las denominaciones populares de “delgada” y “gorda” que repercutían en
la salud de la población, dependiendo de las sustancias que tenían disueltas.
En el caso del agua proveniente del Desierto de los Leones y Santa Fe, al
noroeste de la ciudad, el vital líquido llegaba a la pila repartidora cerca de
la hacienda de San Borja, Cuajimalpa. “Reunidas las aguas en aquel punto
presentan un volumen de tres surcos proveniente de las tomas, las inltra-
ciones del terreno, los desperdicios sufridos por la mala construcción de los
caños y tal vez por la codicia de los particulares”, además de que las familias
que vivían en las inmediaciones aprovechaban las aguas para lavar, lo que
perjudicaba la limpieza del agua al llegar a la ciudad.
49
El estudio de Orozco
y Berra no solo aporta la visión cientíca del agua, del ambiente del Valle de
México y de la ora y fauna que ahí habitaban, sino que deja ver los distintos
usos que los pobladores daban al agua y los conictos que ello ocasionaba,
pues agricultores, artesanos, empresarios, la población general y el ayunta-
miento se disputaban el agua dependiendo de sus intereses.
En cuanto al agua gorda, el geógrafo mexicano indicó que llegaba a la
ciudad por la parte sur, “entre las líneas marcadas para el agua delgada y
las garitas de Belén, la Piedad, San Antonio Abad y la Viga”.
50
Esta provenía
del manantial del cerro de Chapultepec mediante un acueducto que recorría
la calzada de Belén, de oeste a este y va a terminar en la fuente del Salto del
Agua. Además, había pozos artesianos, como los del ingeniero Pane, cuya
46. Manuel Orozco y Berra, “Memoria para la Carta Hidrográca de México”, BSMGE
9 (1861): 337.
47. Ibíd., 339.
48. Ibíd., 340.
49. Ibíd., 343.
50. Ibíd., 344.
-PRO50-4sept..indd 115 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019116
agua era potable. En un estudio cientíco de Pane, del que se hablará más
adelante, se contabilizaron 144 pozos (24 para riego y 120 para agua potable
de casas particulares), y otros 24 pozos de otros ingenieros. Orozco y Berra
expresó que se carecía del total del “número actual de pozos brotantes, más
atendiendo a que algunos se han agotado y no pocos han disminuido en
sus productos, supondremos la cifra redonda de 200, es decir, 32 más que
en 1857”,
51
de los cuales 9 los reconoció el médico Leopoldo Río de la Loza.
La quinta parte del estudio de Orozco y Berra corresponde a un estudio ela-
borado por el mencionado Río de la Loza, a quien consultó el autor de la
“Memoria...” para elaborar el análisis de las aguas del lago de Texcoco. La
“Memoria...” tomó en cuenta las investigaciones sobre el agua del Valle de
México que se habían realizado antes en el seno de la SMGE, lo que hace
ver la acumulación de datos, experiencias discusiones y experimentación en
torno a este tema de interés público. También es relevante que los profesio-
nales de la ciencia mexicana, tanto ingenieros como médicos, fueron los acto-
res académicos más interesados en emprender este tipo de investigaciones,
aunque también actuaron amateurs de la ciencia como Payno (un escritor),
A.N.O. (un viajero) y Luis Valle (un habitante de Tampico).
Orozco y Berra se preguntó “si esa agua de los taladros sacada de las en-
trañas de la tierra y traída a la supercie aumentará y en qué proporción los
derrames”
52
que año con año afectaban a la Ciudad de México y qué inujo
tendrían en el crecimiento del lago de Texcoco. Las aguas que se utilizaban
en la capital mexicana llegaban por los acueductos o mediante pozos artesia-
nos, pero aún era una incógnita de interés público resolver tres elementos:
“una parte perdida por la evaporación, otra segunda que por la absorción
volverá más o menos directamente al centro de donde vino y una tercera
porción que según las condiciones en que se encuentre correrá donde la lleve
el desnivel del suelo”.
53
Esta incógnita era fundamental para prever la diná-
mica de las inundaciones en las siguientes décadas, para conocer si habría
agua para el futuro aumento poblacional, para prever el uso comercial de
esta, entre otras cuestiones. Una proyección cientíca que en la década de
1860 habían conocido varios geógrafos de la SMGE por sus implicaciones
políticas, económicas y demográcas.
En 1863 de nuevo se publicó un escrito de Río de la Loza intitulado
“Apuntes relativos a las fuentes brotantes o pozos artesianos”. El estudio
se realizó en el mes de julio después de que el Ayuntamiento capitalino lo
designara comisionado para estudiar los pozos abiertos recientemente por
51. Ibíd., 347.
52. Ibíd., 350.
53. Ibíd., 352.
-PRO50-4sept..indd 116 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019 117
Sebastián Pane. El autor estaba convencido de que “prestaría un servicio en
el orden cientíco no limitándome a dar simplemente mi opinión sobre si
las aguas de esas fuentes son o no potables [...] más la ciencia ganaría poco
y tal consideración me decidió a reunir los datos que aparecen en la tabla
adjunta”,
54
para resolver varias cuestiones de física, química, geología, me-
dicina y geografía. En la introducción al artículo de Río de la Loza se percibe
el vínculo entre el interés público, ya fuera patrocinado por la élite o por el
Ayuntamiento o el gobierno federal, y el interés de la comunidad cientíca,
por lo que fue un llamado a los gobernantes para que fomentaran la investi-
gación para luego resolver cuestiones que ayudarían al “progreso” del país.
Río de la Loza examinó los pozos, desde el fondo hasta el área del suelo,
y determinó las composiciones químicas de ambos. Para el autor,
tales consideraciones, muy importantes para el químico, lo son más para el mé-
dico, por la aplicación práctica que tienen que hacer, tanto higiénica como tera-
péuticamente. ¿La cal, la magnesia y otros compuestos contenidos en las aguas
potables obrarán sobre la economía de la misma manera al estado neutro que el
básico o ácido? ¿La siliza combinada determinará los mismos efectos, ya sio-
lógicos o ya patológicos que la que se encuentra libre? ¿La reunión de diversos
compuestos, es decir, esas soluciones complejas darán los mismos resultados que
la solución de uno solo o aún de varios pero empleados separadamente?
55
De nuevo, es patente que los miembros de la SMGE buscaban que sus in-
vestigaciones cientícas fueran útiles a la sociedad y al Estado, pues de otra
manera la ciencia “ociosa” solo servía para un reducido número de perso-
nas. De ahí que Río de la Loza mostraba las implicaciones en higiene y tera-
péutica de los estudios sobre el agua y, en particular, sobre los pozos artesia-
nos. Las preguntas cientícas muestran las preocupaciones de los cientícos
mexicanos en los estudios hídricos a partir de conocimientos mineralógicos
y químicos que fueron comunes en este tema.
La cuestión del agua era fundamental para la Ciudad de México, pues
Río de la Loza determinó uno de los malestares generalizados en la pobla-
ción en ciertos meses del año, pues cuando los habitantes “acostumbrados
a tomar el agua llamada delgada, la sustituyen con la gorda, tienen que su-
frir por algunos días más o menos en sus digestiones. Algunas de las varias
aguas potables de la ciudad de Tlalpan determinan efectos análogos”,
56
por
lo que los estudios químicos debían generalizarse en el tema del agua. Las
enfermedades gastrointestinales fueron comunes en el siglo XIX por distin-
54. Leopoldo Río de la Loza, “Apuntes relativos a las fuentes brotantes o pozos arte-
sianos”, BSMGE 10 (1863): 62.
55. Ibíd., 63.
56. Ibíd., 65.
-PRO50-4sept..indd 117 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019118
tas causas, una de ellas asociada al agua potable y a la diferencia que existía
entre el agua de los acueductos y la proveniente de los pozos.
Entre las conclusiones de Río de la Loza estuvo el reconocimiento de que
la naturaleza de las aguas potables “tiene gran inuencia en la salubridad. Y
si tales observaciones son de algún peso, si los datos químicos demuestran
claramente que las aguas de los nueve pozos de que me ocupo son más pu-
ras que la gorda, no hay duda que el médico puede con plena conanza dar
la preferencia a aquéllas”
57
para remediar los padecimientos gastrointestina-
les comunes en toda la población. En la primera mitad de la década de 1860,
el BSMGE reeja mayor conocimiento de los recursos hídricos del Valle de
México, después de varios años de estudios cientícos en que se acumuló la
experiencia, ya fuera de los mismos actores como Río de la Loza o de compa-
ñeros de la SMGE que dieron a conocer sus trabajos en las sesiones privadas
o en la publicación.
Cabe señalar que Río de la Loza reconoció el empeño en los trabajos de
laboratorio del profesor Sebastián Reyes, preparador en la cátedra de Quí-
mica de la Escuela de Agricultura: “acaso no habría emprendido todos los
que se hicieron así es que creí justo que suscribiera la tabla como un ecaz
colaborador”.
58
De nueva cuenta se aprecia que las escuelas profesionales de
la Ciudad de México jugaron un papel fundamental en la experimentación
sobre el agua del Valle de México a partir de los laboratorios que estaban a
cargo de profesores especializados en ciertas disciplinas, como la Química.
Queda claro que los miembros de la SMGE aprovecharon las instancias cien-
tícas a su alcance para llevar a cabo sus investigaciones.
En 1863 el general José María García dio a conocer un estudio sobre el
acueducto de Zempoala en el Estado de México que también abastecía a la
capital nacional. La SMGE aprobó al inicio del año llevar a cabo un estu-
dio para dar a conocer la importancia de reparar el acueducto ubicado en
Tepeyahualco, hecho por fray Francisco Tembleque (siglo XVI-1590) de la
orden de San Francisco. Para el general García, era de lamentar que se “haya
abandonado esta obra, y que no sirva en lo absoluto para conducir el agua”,
pues la zona carecía de agua y era “tal el menosprecio con que se ha visto el
mencionado acueducto que todo él está azolvado, no faltando bárbaro que
ha destruido una parte de la arquería para fabricar su casa con las piedras
labradas”.
59
El autor se dirigió al gobierno para emprender la reparación
con un presupuesto de dos reales por vara para el desazolve, que sumaban
15.000 pesos y 4.000 pesos para los gastos eventuales.
60
Las preocupaciones
57. Ibíd., 66.
58. Ibíd.
59. José María García, “Acueducto de Zempoala”,BSMGE 10 (1863): 105.
60. Ibíd., 106.
-PRO50-4sept..indd 118 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019 119
por la infraestructura que llevaba el agua a la Ciudad de México también
estuvieron presentes en el BSGME mediante breves escritos que buscaban
incidir en la opinión pública para remediar la situación de los acueductos,
fuentes y canales de riego. En este caso, un amateur de la ciencia llevó a cabo
un breve estudio sobre el acueducto de Zempoala y trató de proponer una
solución a dicho problema.
Sobre el agua potable empleada en localidades distintas a la Ciudad de
México, se dio a conocer en 1858 de José María Tort la “Memoria sobre la
naturaleza de las aguas de Tehuacán, Puebla, y producciones vegetales de
sus inmediaciones”. En el estudio se expresó que entre la inmensa variedad
de “objetos dignos de llamar la atención que presenta el tan feraz y rico suelo
[...] es antiquísima y muy general la fama que tienen las aguas de Tehua-
cán para la curación de varias enfermedades, particularmente de la orina”.
61
Como en el caso de los escritos de Río de la Loza, el interés académico por
el agua en varias ocasiones se asoció a la terapéutica popular para ciertos
padecimientos. En Tehuacán, las aguas minerales eran recomendadas para
su ingesta y para sumergirse en ellas. De acuerdo con Tort,
estas aguas son muy dignas de llamar la atención y exigen se haga de ellas un
estudio particular, analizándolas y observando sus propiedades, no sólo por el
médico para poder aliviar a sus semejantes [...] sino por todo hombre dedicado y
amante de los adelantos y mejoras de su suelo, porque siendo cierto, como lo es,
que tienen muchas y diversas sales en disolución puede hacerse con ellas varias y
útiles aplicaciones en las artes y la industria, pues tanta puede ser la cantidad de
alguna de dichas sales que quizá fuera fácil y productiva su extracción o, cuando
menos, podría hacerse uso de esta agua para la elaboración de algunos objetos de
consumo que sería inoportuno enumerar ahora [...] para el riego de sus terrenos,
porque fácilmente se concibe que conociendo su composición y en consecuencia,
sus propiedades, se emplearían con más oportunidad en los terrenos y plantas
para las que fueran útiles [...]. Haciendo nuevos ensayos y empleando en ellos los
poderosos recursos que los adelantos de la Química proporcionan en la actuali-
dad, se hará un análisis exacto, que descubriéndonos claramente la composición
de esta agua, y recopilando al mismo tiempo con toda imparcialidad, los efectos
por ellos producidos, nos conrme o desengañe de sus virtudes medicinales, así
como nos indique si pueden o no tener alguna aplicación práctica.
62
La “Memoria...” se centró en la utilidad de las aguas minerales en todos
los campos posibles, iniciando con el médico por su antigua fama terapéu-
tica a la que acudían individuos de todas partes del país para curar distin-
61. José María Tort, “Memoria sobre la naturaleza de las aguas de Tehuacán y produc-
ciones vegetales de sus inmediaciones”, BSMGE 6 (1858): 34.
62. Ibíd., 35.
-PRO50-4sept..indd 119 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019120
tas enfermedades. Pero también se resaltó lo económico, pues a partir del
examen químico de su composición es que se podría orientar a los indivi-
duos que desarrollaban actividades comerciales, empresariales, artesanales
y agrícolas las vías para aprovechar esta agua que no se encontraba en algún
otro pueblo cercano. Este punto era importante, ya que Tehuacán se ubicaba
en una zona de larga tradición agrícola, por lo que las aguas minerales tal
vez ayudarían a la producción de ciertas especies vegetales que requirieran
de minerales particulares. De nuevo se aprecia el valor de la química para
desarrollar investigaciones en torno a los recursos hídricos del país y cómo
la SMGE fue el espacio académico para desarrollarlas a través de sus socios.
Para Tort, los manantiales que brotaban en la región de Tehuacán eran
cuantiosos, pero solo tres eran los principales: San Pedro, San Lorenzo y
Ahuelica. El último surtía a la ciudad con agua potable y se le “atribuyen las
propiedades medicinales especícas para la curación del vicio cálculo o mal
de piedra”.
63
La “Memoria...” abordó en varios apartados el estudio de cada
manantial de la región en que se anotaron las propiedades físicas del agua,
el efecto producido en ellas por cada reactivo químico, el análisis general de
cada muestra de agua, el resumen del análisis de las aguas de Tehuacán y el
tipo de vegetales de las inmediaciones. Esto revela la amplitud del estudio
relativo a una región en que los practicantes locales de la ciencia deseaban
conocer las cualidades físico-químicas de los manantiales para emplearlos
en sus actividades económicas.
ConsideraCiones finales
La historiografía de la ciencia mexicana se ha vinculado de forma escasa
con los temas ambientales que en la actualidad han cobrado importancia en
el debate académico. Aunque las fuentes cientícas del siglo XIX muestran
la injerencia de los cientícos mexicanos y extranjeros en la naturaleza del
país, aún falta mucho por relacionar la historia de la ciencia y la historia
ambiental. Una de las vías con mayor número de fuentes históricas son las
agrupaciones cientícas y las revistas, folletos y libros que publicaron, entre
las que resalta la SMGE de mediados del siglo XIX hasta la actualidad.
La SMGE fue el cuerpo académico de mayor renombre en las décadas de
1850 y 1860, y su publicación reunió los escritos más representativos de la
ciencia mexicana, con excepción de la medicina que se desarrolló en algunas
sociedades cientícas intermitentes hasta 1864 en que se fundó la Sociedad
Médica de México. Los artículos sobre el agua en el BSMGE muestran la im-
63. Ibíd., 36.
-PRO50-4sept..indd 120 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019 121
portancia de este tema para los socios, el Estado y la sociedad. La permanen-
cia de los escritos sobre el agua por poco más de una década en el seno de la
agrupación hacen ver el interés por este tópico, además de la relación entre
los autores de los escritos, quienes en varias ocasiones hicieron referencia
entre sí, sobre todo en el caso del Valle de México.
Los tres temas analizados en esta investigación señalan que las preocu-
paciones de los socios de la SMGE, muchas veces en relación con los gober-
nantes, se centraron en el reconocimiento de los recursos hídricos del terri-
torio y su aprovechamiento económico, la importancia de prevenir desastres
naturales en las ciudades y la problemática para conseguir que el agua pota-
ble cumpliera con las características necesarias para evitar enfermedades, y
las obras de infraestructura para resolver problemas ambientales de la épo-
ca. Todo ello contribuyó al desarrollo de aspectos teóricos y prácticos de la
ciencia mexicana como la experimentación en los laboratorios de las escuelas
profesionales capitalinas y la incorporación de jóvenes estudiantes a la tarea
cientíca. Es patente la interacción entre mexicanos y extranjeros, tanto pro-
fesionistas como amateurs, para resolver aspectos del aprovechamiento del
agua.
Esta investigación se propone adentrarse en el futuro en otros períodos
del desarrollo académico de la SMGE y del BSMGE en que se continuó con
el examen cientíco de los recursos hídricos de México a partir de nuevos
estudios en el período 1870-1910, que abarcan lo que la historiografía ha
considerado como la consolidación de la ciencia mexicana decimonónica.
Además, elBSMGE publicó una mayor cantidad de artículos que en los años
anteriores, lo que hace ver la acumulación de conocimiento cientíco en sus
páginas.
-PRO50-4sept..indd 121 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019122
fuentes y bibliografía
FUENTES PRIMARIAS PUBLICADAS
A.N.O. “Un viaje por la laguna de Tamiahua”. BoletíndelaSociedadMexicanadeGeo-
grafíayEstadística.BSMGE 1 (1869): 734-737.
Barrientos, Luis. “Las aguas del río Magdalena (San Ángel)”. BSMGE1 (1869): 742-
751.
García, José María. “Acueducto de Zempoala”. BSMGE 10 (1863): 105-108.
Orozco y Berra, Manuel. “Memoria para la Carta Hidrográca de México”. BSMGE
9 (1861): 337-497.
Pane, Sebastián. “Dato estadístico sacado del informe que en 6 de mayo del presente
año, 1857, dirigió don... al Exmo. Sr. Gobernador del Distrito, con motivo de
un ocio remitido al Ministerio de Fomento por el presidente de la Junta me-
nor del desagüe”. BSMGE 5 (1857): 151-152.
Payno, Manuel. “Noticias antiguas sobre el desagüe de México”. BSMGE1 (1869):
472-475.
Poumaréde, Jean-André. “Desagüe del Valle de México. Nuevo sistema para impedir
las inundaciones de la ciudad y la del Valle de México y hacer desaparecer
en parte las causas de insalubridad que ofrecen una y otra”. BSMGE7 (1859):
463-489.
Río de la Loza, Leopoldo. “Apuntes relativos a las fuentes brotantes o pozos artesia-
nos”. BSMGE 10 (1863): 61-68.
_____. “Un vistazo al lago de Texcoco. Su inuencia en la salubridad de México”.
BSMGE 9 (1861): 497-509.
_____, y E. Craveri, “Opúsculo sobre los pozos artesianos y las aguas naturales de
más uso en la Ciudad de México, con algunas noticias relativas al corte geoló-
gico del valle”. BSMGE 6 (1858): 9-28.
“Tabla analítica de las aguas más usadas en la Ciudad de México”. BSMGE 8 (1858):
suplemento sin paginación.
Tort, José María. “Memoria sobre la naturaleza de las aguas de Tehuacán y produc-
ciones vegetales de sus inmediaciones”. BSMGE 6 (1858): 33-41.
Valle, Luis. “Reconocimiento del río Pánuco”. BSMGE9 (1861): 345-351.
FUENTES SECUNDARIAS
Aboites, Luis. “Del agua nacional al agua mercantil ambiental. Algunas ideas para
hacer una investigación sobre historia contemporánea de los usos del agua en
México”. En ElaguaenlahistoriadeMéxico:balanceyperspectiva, editado por
Juan Manuel Durán, Martín Sánchez y Antonio Escobar, 25-32. Zamora: El
Colegio de Michoacán/Universidad de Guadalajara, 2005.
-PRO50-4sept..indd 122 24/10/19 11:06
Procesos 50, julio-diciembre 2019 123
Azuela, Luz Fernanda. “La Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, la organi-
zación de la ciencia, la institucionalización de la Geografía y la construcción
del país en el siglo XIX”. InvestigacionesGeográcas, n.º 52 (2003): 153-166.
Craib, Raymond. Méxicocartográco:unahistoriadelímitesjosypaisajesfugitivos. Mé-
xico: Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, 2013.
Gómez Rey, Patricia. “Los espacios del territorio nacional en la segunda mitad del
siglo XIX”. En NaturalezayterritorioenlacienciamexicanadelsigloXIX, editado
por Luz Fernanda Azuela y Rodrigo Vega y Ortega, 197-214. México: UNAM,
2012.
Hernández, Yuritzi, y Alexander Betancourt. “Agua y abastecimiento: gestión de
cuerpos de agua en la ciudad de San Luis Potosí (México), 1831-1887”. Histo-
relo.RevistadeHistoriaRegionalyLocal 7, n.º 14 (2015): 60-98.
Iracheta, Pilar, y Marcela Dávalos. “La historia del agua en los valles de México y
Toluca”. Historias, n.º 57 (2004): 109-130.
Nieto, Agustí. Lospúblicosdelaciencia.Expertosyprofanosatravésdelahistoria. Madrid:
Fundación Jorge Juan/Marcial Pons Historia, 2011.
Perló, Manuel. Elparadigmaporriano.HistoriadelDesagüedelValledeMéxico. México:
Miguel Ángel Porrúa/UNAM, 1999.
Talavera, Oziel. “Los pozos artesianos en la ciudad de México en la segunda mitad
del siglo XIX (1850-1880)”. En Miradasrecurrentes.LaciudaddeMéxicoenlos
siglosXIXyXX, editado por María del Carmen Collado, 294-310. México: Ins-
tituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora/Universidad Autónoma
Metropolitana, Sede Azcapotzalco, 2004.
-PRO50-4sept..indd 123 24/10/19 11:06