KIPUS: REVISTA ANDINA DE LETRAS Y ESTUDIOS CULTURALES,
No. 52 (Julio-Diciembre, 2022), 158-159. ISSN: 1390-0102


RESEÑA


Irene Vallejo, El infinito en un junco, Montevideo, Siruela / Debolsillo, impresión uruguaya de Penguin Random House, 2021, 472 p.


Galo Galarza - Investigador independiente Quito, Ecuador



El infinito en un junco de Irene Vallejo es uno de los libros más bellos, más llenos de información y más conmovedores que he leído en mi larga existencia. Acabo de concluir su lectura. Han sido días y días de aprendizaje y felicidad. Esa felicidad que te deja la lectura de un gran libro.

Lo he leído fascinado de comienzo a fin, he aprendido tanto sobre libros y lecturas como no lo hubiera hecho matriculándome en un curso de universidad de bolsillo de esas que ya comienzan a enseñar nuevamente los dientes en el "Ecuador del encuentro".

Es un libro sobre los libros, el libro de los libros.

Jorge Luis Borges, ese escritor genial y arisco que perdió la vista por andar sumido en tantas letras, dijo alguna vez que, de los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso era el libro. "Todos los demás (inventos), concluyó el autor de "El Aleph," son extensiones de su cuerpo. Solo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria".

El libro de esta talentosa y simpática escritora española (la he visto y escuchado en varias entrevistas que aparecen en YouTube) parece ser el desarrollo de este pensamiento borgeano en más de 450 páginas. Cada página de cada uno de los cuarenta y ocho capítulos que van acompañados, además, de una nutrida bibliografía, están armados con una escritura amena e inteligente, hacen de la lectura una fiesta y un aprendizaje de comienzo a fin.

He llegado a pensar que si alguien me pregunta alguna vez sobre qué libro de mi biblioteca salvaría en un incendio, dudaría entre La Biblia y El infinito en un junco (en algunas traducciones lo titulan Papirus). Y es que, como he dicho, en este libro están, de alguna manera, todos los libros. La autora nos informa desde sus orígenes hasta sus vergonzosas destrucciones a lo largo de la historia. Hoy mismo, mientras escribo esta nota, quién sabe si parvas de libros estarán ardiendo en países gobernados por fanáticos. Y conste que estamos en pleno siglo XXI.

En sus páginas he encontrado información que desconocía totalmente pese a haber leído a lo largo de mi ya larga vida decenas de libros. Y disculpen que me vanaglorie de mis lecturas (siguiendo también el axioma de J. L. Borges, para que otros se vanaglorien de sus escritos y de sus publicaciones). ¿Sabían que Hitler, por ejemplo, se consideraba un gran escritor, lo mismo que Mao Zedong un insigne poeta?

En El Infinito en un junco se presenta un detalle de la forma cómo se fue gestando el libro a lo largo de la historia de la humanidad. Acentúa sus tintas en la época de las civilizaciones griega y romana, pero aprovecha para incursionar en todas las épocas, desde la medieval hasta la del internet y las redes sociales; desde las culturas mesopotamias hasta los totalitarismos del siglo XX; desde las falencias de los cánones hasta los reciclajes de los libros fallidos. Nos descubre a las mujeres escritoras que fueron ocultadas o ignoradas, a los esclavos que sostenían el peso de la escritura, a los monjes que guardaban celosamente el secreto de los textos, a los héroes y heroínas que promovían lecturas en los temibles campos de concentración nazis. En fin, un libro para aprender sobre libros.

Un libro en el cual se expresa la fe en la escritura (y la lectura por supuesto) como una salvación para una humanidad desmoralizada y confundida, enferma y apresurada.

"Leer es escuchar música hecha palabra -dice Irene Vallejo-. Es cercanía y extrañeza. Es a veces hablar con los muertos para sentirnos más vivos. Es viaje inmóvil. Es una maravilla cotidiana. En este tiempo de reclusión, hemos comprobado que los libros amansan la ansiedad y nos regalan lejanías".

Galo Galarza
Investigador independiente
Quito, Ecuador