KIPUS: REVISTA ANDINA DE LETRAS Y ESTUDIOS CULTURALES,
No. 50 (Julio-Diciembre, 2021), 203-204. ISSN: 1390-0102


RESEÑA


Carlos Carrión, La ciudad que te perdió, Loja, Editorial SK, 2020, 594 p.


Glenda Andrea Jiménez Abarca - Universidad de las Artes Guayaquil, Ecuador



El fenómeno migratorio acaecido hacia los años 90 dejó profundas secuelas en las familias ecuatorianas que lo vivieron. Madres, padres e hijos tuvieron que ver partir a sus seres queridos en busca de un mejor destino. La única forma de mantener contacto con el país de origen es a través de llamadas. De esta manera, la vida de Rolando se transforma por una llamada de su hermano Miguel, desde Madrid; llena de noticias alarmantes, lo obliga a seguir el impulso de su corazón y emprender el viaje hacia España. La ciudad que te perdió, de Carlos Carrión, es una novela que recrea la problemática del sujeto migrante y sus modos de supervivencia en un país ajeno.

Una historia que transcurre entre dos ciudades, Loja y Madrid. La pérdida a la que hace alusión el título de la obra da cabida a dos interrogantes: ¿qué ciudad? y ¿a quién perdió? Si bien, la lectura lineal de la obra parece resolver estas dudas, hay que recordar que las obviedades no existen, sus giros narrativos son el verdadero hilo conductor, pues permiten mantener el suspenso en la lectura de cada página para resolver estos interrogantes.

El estilo descriptivo que utiliza el autor permite apreciar lo sublime del amor filial, de un hombre hacia su hija y esposa, y refleja por medio del lenguaje la belleza femenina desde la perspectiva de un personaje masculino. La obra se encuentra cobijada por la intertextualidad entre novelas como La Utopía de Madrid, La mantis religiosa y Quién me ayuda a matar a mi mujer, que también integran la saga "La seducción de los sudacas", con excepción de la última mencionada. Obras donde página tras página son una concatenación entre el humor y el amor, entre lo sublime y el menosprecio.

Las expresiones lingüísticas de sus personajes harán sentir como en casa a los emigrantes latinoamericanos, porque el dialecto madrileño es asimilado por el personaje Miguel, como muchos migrantes, con la finalidad de adaptarse a ese contexto social y mitigar la soledad de encontrarse en una franja horaria diferente a la de Ecuador y es rápidamente adoptado por Rolando desde sus primeras llamadas telefónicas.

Una vez aterriza Rolando en España, nos conduce por las calles, metros, locutorios de Madrid, incluyendo el tan reconocido parque El Retiro. Todo ello con el objetivo imperante de instalar un nuevo consultorio odontológico. La música juega un papel determinante en la atmósfera de la obra, pues los conciertos de Las cuatro estaciones de Vivaldi envuelven las escenas dentro de su consultorio odontológico clandestino. Al mismo tiempo, el autor recrea la atmósfera de Ecuador en España a través de pasillos y boleros.

Hacia el final de la obra existe un caos interno en Rolando, desencadenado por el divorcio; el divorcio de un amor infinito e intenso hacia su esposa y que, a su vez, lleva una condena ínfima: "¡Porque las ruindades de una mujer bella, te quitan la mujer, pero no su belleza!". "Porque hay hombres condenados a una enfermedad, a un vicio, a toda una vida en la cárcel y otros, ¡a una mujer!".

Para superar este infortunio se encuentra con Terelu, una mujer con el corazón como un animal que ama demasiado, quien le ayuda a sobrellevar los deseos de matar a Tatiana, su esposa. "Porque la mejor forma de matar a una mujer no es con una Browning, sino con otra mujer". Su riqueza descriptiva es capaz de conmover al lector menos experimentado. Pues la custodia compartida, ganada por su exesposa, se compara a "Una pérdida semejante a la de Atahualpa, la noche del 29 de agosto de 1533, en Cajamarca, que me deja sin nada ni nadie en este mundo".

La novela es rica en aforismos sobre las diferentes formas de amor y la belleza que existe en cada forma. El amor filial, paternal, erótico, etc., "porque el amor humano se parece al de Dios, que nadie lo merece y, a pesar de eso, nos es dado". De esta forma eleva a la categoría más sublime, la categoría del amor, eliminando la banalidad que lo rodea, pues "los regalos son el amor que desconfía de sí mismo. Y, mientras más caro, menos muestran el amor y más lo que ha costado".

La ciudad que te perdió muestra los extremos humanos entre el corazón y la razón, que en las escenas se entrelazan armoniosamente. Las imágenes son descritas a través de recursos irónicos, burlescos, hasta caricaturescos por momentos, lo cual permite que la obra se aleje de la tragedia. Una combinación sensorial que va de la tristeza al júbilo en un parpadeo.

Glenda Andrea Jiménez Abarca
Universidad de las Artes Guayaquil, Ecuador