Reseña
Estudios de la Gestión: revista
internacional de administración, No. 11
(Enero-Junio de 2022), 313-316. ISSN: 2550-6641; e-ISSN: 2661-6531
Reseñado por Efraín Naranjo Borja1
Álvaro Borges Vieira Pinto (1909-1987) fue un filósofo brasileño, catedrático de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Brasil, hoy Universidad Federal de Río de Janeiro, fue parte de los miembros fundadores del Instituto Superior de Estudos Brasileiros (ISEB), y su extensa obra abordó campos de la filosofía, educación, demografía, trabajo, mundo en vías de desarrollo, técnica, tecnología y cibernética.
O conceito de tecnologia, es una obra de dos volúmenes, en los que se plantea una propuesta filosófica de la tecnología desde la periferia, lo que resulta innovador porque casi toda la producción conceptual se ha desarrollado en los países centrales. La palabra tecnología es utilizada en diferentes espacios con diferentes concepciones y propósitos, es fundamental comprender el significado de esta palabra por sus implicaciones en la sociedad contemporánea, debido a su indiscriminada utilización, implica una confusión en su significado.
Vieira Pinto plantea cuatro concepciones del término tecnología: a) de acuerdo a la etimología, la tecnología viene a ser la teoría, la ciencia, el estudio, la discusión de la técnica, incorporando en esta última como la noción de las artes, las habilidades de hacer, las profesiones y, generalizando, los modos de producir alguna cosa; b) en el segundo significado, tecnología equivale pura y simplemente a técnica; c) vinculado al significado anterior, la tecnología, entendida como el conjunto de todas las técnicas que dispone una determinada sociedad en cualquier etapa de su historia; d) la cuarta acepción del concepto de tecnología corresponde a la ideología de la técnica.
Condición necesaria para lograr abordar la tecnología es analizar el concepto de técnica. La técnica es un campo de conocimiento concreto y por lo tanto es objeto de indagación epistemológica; tal ciencia admite ser llamada tecnología. Es un campo de conocimiento que exige una unificación de conceptos, por tratarse de una dimensión de la condición humana, y debe ser dilucidada desde la perspectiva del pensamiento crítico; es muy abundante la literatura sobre la técnica, pero en su gran mayoría se evidencia un florilegio de consideraciones y teorías ingenuas.
Un aspecto que complica el desarrollo de este campo de conocimiento es el desconocimiento de los fundamentos de la técnica por parte de los técnicos que tampoco aceptan los aportes conceptuales propuestos desde otros campos de conocimiento. Otro elemento que complica el desarrollo de este campo de conocimiento es la disociación entre la teoría y la práctica, de lo cual la mayoría de teóricos y prácticos no llegan a tener conciencia; por lo que es necesario incorporar los dos puntos de vista en una sola unidad superior, lo que corresponde al desarrollo de la praxis como una categoría epistemológica reconocida y eficaz. Ampliar los límites de comprensión de la ciencia de la técnica, implica una ruptura con la visión reduccionista resultado de su relación con las máquinas; es importante considerar la visión universal de la técnica y su relación con los actos productivos, por lo que el desarrollo de una epistemología que permita comprender el papel de la técnica en el desarrollo de la humanidad, en este punto se vuelve fundamental. “El dominio teórico de la técnica por parte del hombre lo libera de la servidumbre práctica a la técnica, que ha sido, cada vez más, la forma de vida actual por la que se lo define y reconoce” (Vieira Pinto 2005, 223).
En las perspectivas insinuadas por la técnica actual, el mundo pasa a ser un artefacto creado por el hombre, los pensadores no buscan determinar el origen del poder técnico que posee. Los técnicos y los pensadores separados, a pesar de que se inclinan sobre el mismo objeto, intentan cada uno realizar su propia interpretación y son incapaces de hacer un esfuerzo conjunto para alcanzar una comprensión superior. Las consecuencias de un tratamiento superficial del concepto de técnica por parte de personas no calificadas cuando la mayor parte de los manipuladores de la tecnología los abordan introduciendo conceptos alienantes como explosión tecnológica, tecnoestructura, cultura de masas, entre otras, no pasan de ser portavoces de los intereses de las minorías de las élites dominantes, sin considerar el proceso histórico de la sociedad, resaltan el interés particular. La tecnología se enarbola en los centros de poder, provocando el desarrollo de un carácter metropolitano en donde se establece una supremacía de la tecnología y de donde surgen las soluciones para la periferia, que está obligada a alienarse a estos procesos de imposición, sin que esta perspectiva constituya una posibilidad de mejoramiento de sus condiciones de vida. El pensador crítico debe revertir esta situación y se debe, desde la periferia, comprender los procesos sociales que permitan impulsar un proceso de transformación de la sociedad.
La teoría epistemológica de la técnica debe ser el resultado de comprender las contradicciones que se producen en el proceso histórico de la sociedad; se debe romper con la visión hegemónica de la tecnología, la misma que traza una sola alternativa para la sociedad, en la cual es central en la determinación del progreso de la sociedad; esto implica aceptar que el avance de la tecnología determina el avance de la sociedad, la utilización de la tecnología adecuada vuelve más productivo al trabajo y esto justifica la mayor acumulación de riqueza.
Una de las inconsistencias de la era tecnológica es la explosión tecnológica, la misma que se refiere a la situación actual de la tecnología sin considerar su historicidad, es decir, se plantea ingenuamente que los avances actuales de la tecnología hacen de esta época la más avanzada de la humanidad, “ignorando el verdadero significado de las conexiones históricas y se muestra imposibilitada de validar las situaciones pasadas” (Vieira Pinto 2005, 233). Debemos reconocer que atravesamos una época de extraordinaria proliferación de la tecnología, que se ha apoderado de casi todos los aspectos de la existencia humana, pero en ella se evidencia una contradicción: por el un lado, el inmenso desarrollo actual resultado de la acumulación histórica del saber y de la práctica social, lo cual no es una condición de la época actual, puesto que los mismos fenómenos siempre ocurrieron; y, por otro lado, la misma inaudita exuberancia evidencia carencias y retrasos en la medida en que la tecnología actual anuncia y determinará la tecnología futura, que será la verdaderamente explosiva para quienes la presenciarán. Dialécticamente, lo que hoy se presenta como explosiva, contiene en sí su propia negación, esto debe permitir a los pensadores críticos evidenciar estas contradicciones y abolir tal explosión tecnológica. Debemos comprender que cada época tuvo la técnica que podía tener, lo que implica que también cada época tuvo su explosión tecnológica con todos los inconvenientes y esplendores que también se tiene en la época actual, esto no obliga a mirar la historicidad de la técnica para comprender la condición actual.
Vieira Pinto, Álvaro. 2005. O conceito de tecnologia, vol. 1. 2. Río de Janeiro: Contraponto.